O36: el monstruo azul
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一¿Cuándo vendrás por mí?一pregunté, de a poco en un susurro, procurando no llamar la atención de cualquier guardia que esté merodeando. No es momento de llorar, me debo mantener fuerte. Lo que sí no puedo resistir, son las ganas de abrazarlo.
一No lo sé. Las cosas aquí están feas一en el fondo de la llamada, sonidos similares a los que producen los relámpagos y los rugidos de los aliens tipo A y B, cubren la voz de Felix cuando habla. Asuntos graves han de estar sucediendo en Saturno一. En cuanto tenga la oportunidad de salir de aquí, me aseguraré de hacértelo saber.
Un estruendo, todavía más fuerte que el anterior, retumba las paredes del barco, se inclina hacia un lado con severidad hasta el punto en que pierdo el balance y termino rodando hacia la esquina. El barco se está hundiendo.
Unas cajas amenazan con caer sobre mí y me tengo que apartar. En la acción de hacerlo, me vi obligada a tener que soltar el sublime puente de comunicación entre Felix y yo. Lo que me serviría tener visión nocturna.
一¿Qué fue eso? ¿Dónde estás?一mi pulso va a mil por segundo, notando que puedo seguir el sonido de la voz de Felix para rastrear el anillo.
一En un barco. Es una larga historia一tanteé el suelo, mis rodillas sufriendo golpes por la fuerza que debo superponer para estabilizarme一. Se me ha caído el anillo, Felix. ¡Sigue hablando para poder encontrarlo!一no lo voy a negar, los nervios se están apoderando de mí.
一Dakota, ¡por nada del mundo pierdas el anillo! ¡Es la única manera que tengo de comunicarme contigo!
一¡Eso lo sé! ¡Me estás fastidiando!一cerré mis ojos y tomé varios respiros profundos para relajarme, me tiembla el cuerpo.
一En la estación Saturnina que irás, pueden darte un comunicador mejor para que estemos al tanto. Pero es crucial que lo conserves, o sino no sabrás en qué dirección ir...¿Ya encontraste el anillo?
一E-¡Eso creo!一está bajo una montaña de cajas y municiones. Me apuré en usar tanto mis brazos, como la telequinesis para quitarlas de mi camino antes de que sea demasiado tarde一¿Hola? ¿Felix?
No hay respuesta. ¿Puede ser que se haya dañado? Lo dudo, ese material ha de ser increíblemente resistente. Y de una tecnología como de la que proviene...
一¿Qué es esta cosa?一la voz de un extraño es quien responde, no la del Saturnino que amo一¡Jajajaja! ¡Miren lo que hallé! Este Saturnino que se las quería dar de intimidante, ¡está enamorado!
"¡Suelten eso!" suena que Felix ha gritado, aunque se oye muy poco por la distancia que debe estar.
一¡Déjenlo ir! ¡Déjenlo ir!一grité, como si eso fuera a cambiar algo. El silencio que prosigue segundos después, me da a entender que cerraron la comunicación.
El barco produce un crujido, que me da la impresión de que el metal del que fue construido, está siendo aplastado por las extremidades del alien. Una de esas extremidades, atraviesan las paredes, cruzando por el cuarto en el que estoy yo. El alien retrae su apéndice, y fue cuestión de instantes para que el agua del océano entrara con la fuerza de una cascada.
Esto se está llenando y sigo sin sacar el anillo.
一¡Lo tengo!一lloré de alegría una vez lo encontré, lo abracé a mí. Corrí a la puerta, tambaleando por las inestabilidad del navío. No podía abrirla. Si fuera una civil cualquiera, hubiera muerto.
No me queda de otra más que tener que usar la telequinesis para explotar las paredes que me rodean.
Una vez realizado el escape, me di cuenta de que no fue la mejor idea. Ya que acabé de rasgar lo poco que le faltaba a la pared que daba con el exterior del barco, y fui engullida por el agua del océano.
Algo de agua se metió a mi nariz, cuando la presión del océano me aclama, nadé rumbo a la superficie. Por dentro, seguía feliz de que he podido mantener el anillo conmigo.
Esa felicidad fue vivida por microsegundos, porque al siguiente, algo se había enroscado en mi pierna y me jaló con brutal potencia en dirección del fondo. Dado a que fue imprevisto, por desfortuna, perdí el lazo que me unía a Felix.
Si es que sigue vivo...
Apreté mi mandíbula, sintiendo las olas de mi telequinesis arrasar con lo que estuviera cerca mío. El brazo del alien es lo suficientemente grueso, que ni un rasguño sufrió con aquello. O peor aún: se estaba regenerando.
Aceptando que este sería mi fin, permití que me arrastrara consigo a las profundidades lúgubres del monstruo azul que llamamos océano.
Hay detonaciones y estallidos que suenan a lo lejos. Y la presencia de algo extraterrestre, que no incluye el victimario.
Idiota de mí.
"Felix" pensé al margen de rendirme ante la inconsciencia, o la muerte.
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一Llevas repitiendo ese nombre durante los últimos cinco minutos一el doctor de la nave que me atendió...qué-qué hace él aquí. Su pelo negro está empapado, hay gotas que me caen en la cara.
一¡Aaaaah!一cuando me enteré de la situación, me alejé con tal brusquedad que casi me caigo de cara en la arena一¡Qué haces aquí!
一¿Te salvé y es así como me agradeces?一la pregunta retórica suena enojada, sin embargo, sigue sonriendo. Es una sonrisa agradable, que me incita calma en lugar de alerta一Hasta permití que durmieras en mi pierna.
一¡Tú一!
No puede ser. ¿Por qué no lo sospeché antes?
Claro, lo que diferencia astronómicamente a un Venusino de un Terrestre, es que ellos tienen los irises rosados. Pero cuando lo conocí en la nave, no eran de ese color.
Debía estar bajo los efectos de un supresor.
一Sí, yo.
一Eres un Venusino一agité mi cabeza, concentrándome en el verdadero dilema一¿Por qué me salvaste?
一Eres de mi planeta, ¿no? Me parece lógico el haberte salvado一se pone de pie y sacude la arena adherida a sus pantalones一Sin duda que tienes unas ondas potentes de telequinesis, pero un alien de ese tamaño es demasiado para uno.
Embobada por el sencillo hecho de haber sobrevivido un ataque así, me cuesta registrar los sucesos de la cruda realidad de que...he...perdido el anillo.
一Tienes suerte de que hay estaciones Venusinas resguardadas. Hay una relativamente cerca一me mira desde arriba y ofrece su mano一¿Vamos?
一¡No!一tengo que ir es a una estación Saturnina, no Venusinas. Aunque entre más lo consideraba, la oferta de ir a una estación Venusina suena mejor. En la Saturnina, corro el riesgo de que descubran de que no soy una de ellos, entretanto en la Venusina puedo escabullirme como aliada y arreglármelas para contactar con Felix.
一¿No? ¿Y eso a qué se debe?
一Pues...一me cubría la cara con las manos, estoy aturdida a unos niveles torturantes, que no puedo pensar con claridad. No paro de pensar en el accesorio que me regaló Felix.
一¿Es porque tu identificación ha expirado y debes renovarlo?
Abrí mi boca para decir que sí.
一O es que estás comprometida con un Saturnino.
Las palabras se me van de la boca cuando, guindando de su dedo índice, luce el objeto al igual que alardearía de un trofeo.
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