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No sé en qué estaba pensando cuando le dije a Felix que serían dos meses. De todas formas, no es mi culpa, cómo iba a saber yo que esos aliens tipo A y B iban a aparecer de esa forma: en masa y en plena luz del día.

El gobierno de Noruega entró en un estado de crisis y todo el enfoque mundial estaba puesto en nosotros. Por lo tanto, esa misma semana, anunciaron en mi escuela que los que tuvieran un promedio de C, se eximían. Sin embargo, los que no, tendrían que regresar la siguiente semana para completar lo que le hiciera falta de promedio.

Así de drástico fue el impacto de esos extraterrestres.

A la mitad de la noche, el viernes de esa misma semana que las clases se terminaron de golpe, estoy reflexionando en que este ha sido el año más raro de todos.

Y sinceramente temo por mi vida, por la de mi familia y por la de Felix. Jeongin también, aunque algo me dice que él está bien protegido. Felix es quien suele estar expuesto al peligro más seguido, porque protege a su hermano menor.

Me di la vuelta en la cama, abrazando una almohada e intento parar mis pensamientos. Quiero dormir.

Hay un estruendo pequeño, casi no se nota cuando el piso tiembla y el vidrio de las ventanas vibran contra su marco. Parpadeé y al abrir los ojos, Felix estaba ahí parado frente a mí.

一¿Qué haces aquí?一estoy somnolienta y a estas alturas de conocerlo, ya no me sorprende nada de él. El calorcito de las cobijas acelera ese proceso de quedarme dormida.

一Es urgente, Dakota一Felix mete su mano bajo mi sábana y me agarra de la mano, jalando un poco para hacerme saber que quiere que salga de la cama一. Tenemos que irnos, ya.

一Son casi la una de la mañana y mis padres están durmiendo. ¿Qué quieres ahora?一tengo cero ganas de salir de la comodidad de mi cama.

一Jeongin está en problemas y tenemos que irnos ya.

Para que esté así de desesperado, supongo que realmente ha de ser algo grave.

Empujé las sábanas fuera de mi cuerpo y salté fuera de la cama. El rubio no me da tiempo a siquiera preguntarle más y me levanta con sus brazos, cargándome.

Instintivamente, mi reacción inmediata fue abrazar su cuello y pegarme lo más fuerte a él.

一Sujétate bien, nos iremos como la otra vez.

En un abrir y cerrar de ojos, nos habíamos teletransportado a la nave. No sé si es que le hacen el mismo diseño a todas, pero esta es familiar. Ha de ser la nave central.

Felix me avisa que me va a bajar y me preparo para ponerme de pie. Lo gracioso es que me pasa lo mismo de la última vez. Mi piernas no corresponden a las indicaciones que envío.

Pequitas lo captó al instante y me ofreció su brazo para ayudarme a caminar hasta el asiento más cercano a mí.

一¿Me vas a decir qué le pasó a Jeongin y dónde está?一estoy ansiosa por saber qué es la situación que causó que Felix interrumpiera en mi habitación en plena noche.

一Los supresores le han despertado una alergia gravísima. Ahora mismo se encuentra con el doctor de la nave: Woojin.

一¿Y por qué era necesario que yo viniera?

一Ordenes del comandante superior. Él es el líder de toda la fuerza militar en nuestro planeta.

一Eso da miedo一la imagen mental que pensé fue en la de un tipo estricto y frívolo, capaz de matar lo que sea con tal de alcanzar su objetivo.

一Un poco, sí. Pero cuando estamos fuera de combate, es amigable. En fin, te llevaré a las cápsulas para que duermas ahí. Nos vamos a demorar mucho一él se acerca a mí para verificar que ya me pueda parar bien y se relaja una vez pude conseguir balance.

一¿Te refieres al de la otra vez? ¿Donde te mostré lo que era diversión?一caminé a su lado, de repente sintiendo que el sueño se me iba. Felix sonríe e inevitablemente me contagia.

一Nunca paras de sorprenderme.

一Lo mismo digo.

Llegamos a dicho cuarto y nos quedamos conversando un poco más. Luego me informa de que tiene que ir a ayudar a Woojin y nos despedimos.

一Duerme bien. Te despertaré cuando lleguemos一se inclina hacia abajo y me besa en la mejilla, muy cerca a mis labios.

No me da tiempo a devolverle el gesto, pues se va a paso apresurado. Juraría que puedo sentir su corazón latir igual de rápido que el mío.

Ya no hay punto en ocultarlo.

Quizá me he encariñado más de lo que al principio me hubiese gustado admitir.

Este paso de sucesos repentinos me han quitado las ganas de dormir y ahora que tengo la oportunidad de hacerlo, no puedo.

Me quedé fue mirando al nombre de Felix, escrito en mi brazo con el idioma alienígena. Acaricié esa zona, sintiendo los leves relieves ahí. Parecía un tatuaje con tinta negra. No me importa en absoluto.

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Al despertar, tengo un dolor de cabeza que me hace tumbar en la cama por poco. Gradualmente, voy notando que este lugar se ve diferente al cuarto donde me quedé descansando. ¿Dónde mierdas estoy ahora?

Apresurada, abrí la puerta y por unos centímetros, casi me doy la cabeza contra un desconocido que justo estaba caminando por el pasillo.

Bueno, mejor dicho dos.

一Ooh, tú debes ser de quien Woojin nos avisó cuando llegaste一el muchacho más alto me señala, rostro asombrado y se acerca a mí.

一Nos asustaste cuando de repente te desmayaste al bajarte de la nave一el más bajito muestra una sonrisa simpática一. Al parecer el aire de la atmósfera de aquí te anestesió.

Atmósfera.

En dónde demonios estoy.

一¿Cómo es la vida por allá en la Tierra?一se me están acercando mucho y estoy tan aturdida por la nueva información, que me cuesta formar algo coherente.

一Wow, ¡y sabes hablar nuestro idioma! ¿A caso eso lo enseñan en la Tierra también?

一A Chan le gustaría conocerte. No le gusta cuando llegan invitados sin que él sepa.

一Jisung y Hyunjin, vengan aquí一alguien llegó a rescatarme. Reconocí ese pelo pelirrojo de una. Quién lo diría, Seungmin sería quien me ayuda.

Los mencionados me miran como si tuvieran ganas de seguir hablando conmigo, pero terminan haciéndole caso al otro y se van con él.

Ahora qué hago. No me quiero ir con ellos porque luego esos dos me van a estar insistiendo y a Seungmin no le caigo muy bien que digamos 一apesar de que yo nunca le hice nada a él, pero bueno一; tampoco me apetece quedarme en un solo lugar, a esperar que alguien llegue.

Lo más sano y seguro sería hacer eso último, por más que me desanime la idea.

Pero no lo voy hacer.