Capítulo #20. "Una canción en la fogata"
Capítulo dedicado a ¡El sombrelero loco! ¡Holaa, honey! ¡Espero te encuentres muy bien y estés comiendo chocolatito! ¡Un abrazo del tamaño de Rusia! ¡Cuidate mucho! ¡T.q.m.! ¡Disfrutaaaaaaaaalo!
.⚡.
"Mientras siga viendo tu cara en la cara de la luna. Mientras siga escuchando tu voz entre las olas, entre la espuma"
.⚡.
Asher
El sol impacta contra mi rostro directamente, en tanto un sinfín de manos como hormigas trabajadoras se dedican a echar arena. La arena mojada hace que sea más fuerte la construcción, y entiendo la psicología para hacer castillos o enterrar personas en la playa.
Ese es el secreto, la arena mojada.
Bufo y me remuevo incómodo, haciendo que abucheen, puesto que destruyo todo lo que han hecho, a veces lo hago a propósito. Me asusto un poco cuando veo que han incapacitado mis piernas, los nervios invaden mi sistema y mi estómago se revuelve ante la idea de que mi suéter se suba por accidente.
—Recuérdenme porque hago esto—gruño en tono bajo. Luxen sonríe y se encarga de delinear mi cola de arena.
Porque sí. Estoy a una hora más de convertirme en una sirena.
O en mi caso, Un tritón en la arena.
Tontas ideas de Lux.
Si hubiesen empezado por ello, habría salido corriendo antes de que pudieran convencerme de convertirme en sirena. Pero me entero de sus planes cuando van a la mitad.
Y cuando Lux dibuja corales y algas cerca de mí, veo que estoy más cerca de parecerme a una sirena que a un héroe mitológico. Entonces, resulta ser muy tarde para detener el maquiavelico plan.
—Porque nunca te habían enterrado y es algo que todos deberíamos sentir al menos una vez en la vida— dice Lux mientras se esmera en buscar más arena mojada. Blues se limita a echar y echar arena sin importar su estado como si así hiciese algo, y Chase la sigue.
—¿Lo hice por eso?— interrogo extrañado a lo que Ivan niega.
—Te convencimos con dos helados y el mando de la música camino a casa.
Y no se porqué pero me siento estafado.
Aún así, no menciono nada al respecto limitándome a agitar mi cabeza para que me pongan mis lentes de sol, doy un "gracias" y continúo observando la playa.
Es la segunda vez en mi vida que voy a una playa. Y a pesar de estar haciendo mi transformación a tritón, se siente muy bien. Porque ellos bromean haciéndome reír, y siento una extraña liviandad en el pecho, como si pudiese sonreír con toda la soltura del mundo, me siento parte de algo y eso me hace sentir extrañamente bien.
Es como si la carga desapareciese.
Se esmeran tanto que me duermo por algunos segundos nuevamente. Estoy tranquilo, o eso pienso hasta que un voz me hace intentar abrir los ojos.
La confusión me invade cuando veo a Jack con unas pinzas de plástico rojo y una especie de concha en la cabeza.
Está disfrazado de...¿Cangrejo?
—Ariel, escúchame. Ese mundo esta muy mal—repone Jack imitando la voz de Sebastian y haciendo crecer las ganas de querer atragantarme con arena cuando descubro lo que están tratando de hacer—La vida bajo el mar es mucho mejor que allá arriba.
El tono de su voz hace que unas voces detrás de mi rían y le hagan coro de la canción.
Tierra trágame.
—Tú crees que en otros lagos las algas más verdes son— baila graciosamente y Luxen interpreta a las algas pavoneandolas como si estás estuviesen debajo del agua.
Se va a poner peor lo presiento.
— Y sueñas con ir arriba, y ¡qué gran equivocación! ¿No ves que tu propio mundo no tiene comparación? ¿Qué puede haber allá fuera que causa tal emoción?
Oh Dios, se acerca...
—Bajo el mar, bajo el mar—se les une April bailando con algunos cocos en las manos, contoneandose luego de ella aparecen Chase e Ivan con unas faldas de hojas bailando hula hula mientras se desplazan haciendo movimientos super hawianos con sus manos en forma de olas.
—Vives contenta, siendo sirena— señala mi cola de arena, Niego, escandalizado— Eres feliz.— sonríe.
—Sé que trabajan sin parar y bajo el sol para variar—Luego de que pronuncia Sol, aparece Lux con una pelota de playa más grande que ella en forma de sol danzando torpemente también y uniéndose al círculo. Ivan da un paso hacia adelante coloca su mano y da una vuelta.
Varias personas nos observan y graban la escena soltando risas. Hay una abuelita escandalizada que dice que así no se baila el hula auana, y se muestra dispuesta a enseñarle a Ivan y a bailar junto a él, aunque puedo oír como repone el jugador del fútbol pelirrojo "Yo aprendi mi coreografía de Lilo & Stich"
Quiero enterrar mi cara en la arena, y cuando pienso que no me pueden sorprender más.
—Mientras nosotros siempre flotamos...— Aparece Charlotte flotando encima de una tabla de surf como si estuviese siendo poseida. Sin embargo, la tabla la sujetan Dean y Blues, quienes tienen máscaras de buceo puestas.
Se acerca el gran final, donde todos ocultan al cantante principal carismatico castaño. Dando algunos segundos de espera, antes de que aparezca Jack subido encima de una especie de silla pequeña con un vaso sobre la cabeza alzando las manos con un tenedor.
—Bajo el mar—Finaliza con una reverencia.
Todo el mundo aplaude y estoy seguro que seremos alguna especie de tendencia en twitter, con títulos como.
Desquiciados hacen una versión nueva de la Sirenita.
Arielo: El sireno.
¿Dónde dejé mi cola? Remastered.
Me niego a hablarles luego de hacer aquello. Cientos de miradas especulativas están sobre nosotros y yo no pronuncio palabra. Intentan remediarlo haciéndome elogios por como luzco con la cola.
—¡Oh por Dios! Es lo más hermoso que he visto en mi vida— exclama Charlotte y pongo cara gruñona para arruinar la obra de arte que soy pero no funciona.
—¡Y esa cara! Le da el toque— contempla April.
Gruño.
—Deberíamos participar en un Concurso de sirenas en el arena—repone Chase.
"Soy un tritón" Quiero decirle pero me mantengo fiel a mi ley del Hielo, o del agua.
—Asher, Deberías ser modelo— sugiere la castaña que ofreció la idea de hacerme tritón. No le dedico ninguna mirada.
Jack interfiere.
—Oh vamos, no hagas un mar con un vaso de agua— Entiendo la referencia y aunque quiero reirme y reñirlos, compongo mi cara seria de "No hablaré con vosotros"
—Con eso conquistarás más chicas— intenta remediar Ivan.
¿Se refiere a la cola perfectamente delineada con corazones y flores o a las ostras que pusieron alrededor de mí?
Al final, terminó dedicándoles algunas palabras, y afirmo, que si el momento no ha sido capturado e inmovilizado por las cientos de personas que nos vieron, Charlotte ha cubierto la obra de arte y la ha inmortalizado en su teléfono como Chase en su cámara.
Me rindo al final, no sin antes luchar por mi cometido, y me toman varias fotos con una cámara fotográfica, proporcionada por Chase, proceden a tomarse fotos conmigo. Y aunque no me gustan las fotos, el flash me produce escalofríos, el que me tomen fotografías me trae malos recuerdos y aún este enojado un poco por la obra sorpresiva. Me veo sonriendo en ocasiones, cuando noto que ellos no me toman las fotos, para burlarse o asombrarse, sino porque soy un tritón y su mayor obra de Arte afirma Lux.
Le piden amablemente a un señor que nos tomé una foto a todos juntos porque el palito de selfie fue utilizado y dañado en la búsqueda de cocos y él lo hace.
No es por presumir ni nada, pero quedamos preciosos.
Entre todos proceden a quitarme toda la arena de encima mientras deciden enterrar a otro.
Luxen, esta vez, es la víctima. Luce feliz e inclusive sonríe un montón, se aprovecha de la situación y ordena que le den sandwiches en su boca por la inmovilidad. También dice que si van a hacer otra obra, que él también debe ser la estrella principal.
—Sigan, plebeyos — ordena.
En esta ocasión participo, e Ivan, con un poco de recelo por haberlo sugerido para enterrarlo, me enseña como hacer que la arena quede más dura, hacemos a Luxen como una especie de superhéroe porque así lo figura Lux, y nadie dice nada para contradecirla.
Me callo el favoritismo, horriblemente visible.
Duramos una hora y media más hasta que repetimos el proceso. Tomar fotos, hacer muecas y desenterrarlo. Aunque admito que estuvimos muy cerca de representar Hércules, lo rechazamos porque no tenemos ninguna vara que parezca un rayo o algún pegazo volador.
Después de comer y reposar, por orden común, todos deciden volver a meterse al agua. Rechazo las invitaciones y comienzo a hacer castillos de arenas, esta vez, correctamente, vigilando las cosas y a los chicos desde lejos.
Cuando llevó mi quinto castillo hecho de manera perfecta. Un escalofrío recorre mi espalda al sentir que alguien se acerca mi, y es el presagio antes de la catástrofe.
Lux.
—Un helado por tus pensamientos— suelta una vez que llega a donde me encuentro. Me ofrece uno de los que tiene en las manos.
Niego.
—De todas formas, no te lo iba a dar— contesta simple mientras comienza a comer su helado y coloca el otro entre sus piernas. Se sienta en la arena sin voltear a mirarme, observando el oleaje.
La miró por algunos segundos y empieza el cosquilleo, como si la electricidad fluyese entre ambos. Desvió la vista hacia el cielo.
La paz y la tranquilidad se respira en el ambiente. Y tal vez es el sonido de las olas o que, junto a Lux, todo parece menos pesado. Porque bajo uno de mis muros por algunos segundos, permaneciendo totalmente expuesto y limitándome a mirarla de tanto en tanto.
A veces sientes que conoces a alguien y repentinamente te das cuenta que tiene más cualidades o defectos que no son visibles para los demás.
Conocer a alguien de forma completa es casi imposible. Me pregunto si en algún momento de mi vida podré conocer a alguien de esa forma.
—¿Si pudieras viajar a algún lugar del mundo? O ¿Ir en tren a alguna parte a dónde irías?
Puesto que Lux siempre suele responder con cosas que no me espero. Le dedico mi atención. Ella enfoca su mirada en mí y aún me cuesta comprender porque me trajo aquí.
—Creo que iría a Cuba—arqueó mis cejas, porque a pesar de que es un país tremendamente bonito. Nunca había oído esa respuesta. Generalmente son países lo suficientemente lejanos del nuestro. Ella hace lo contrario a mi reacción y se relaja— Tienen lugares realmente bonitos— confiesa— Y es muy cultural. La gente es amable. Y siempre he querido ir a la Habana—admite mientras el helado se derrite un poco. Y ella hace una pausa—Si tuviese que ir a algún lugar en tren me gustaría recorrer los alpes, hay nieve. Nunca he visto la nieve y me gustaría hacer angelitos.
Sus ojos marrones parecen verdes. Y siento como si los sandwiches diesen vueltas en mi estómago cuando ella me ve, asegurándome que:
1. Los sandwiches me han sentado mal y es posible que tenga una diarrea explosiva.
2. Lux ha hecho que todo de vueltas.
Me alejo un poco de ella, por si resulta ser la causante del repentino mareo. Ella lo ignora, y enfoca su mirada en el mar.
—¿A qué lugar irías tú?— interroga alzando su mirada. Y no tengo que pensarlo dos veces antes de decirle.
—Los Valles Secos— ladea su cabeza en confusión al lugar y explicó—Nunca llueve y si hay precipitaciones caen en forma de nieve.
Lux asiente en son de estar de acuerdo.
—Tiene sentido. Allá no hay que temer— afirma pero el que sepa que la lluvia es mi debilidad no me disgusta tanto como debería.
—¿Te has dado cuenta que no nos conocemos mucho?— pregunta de repente.
—¿Importa mucho?
—Por favor, Asher. Es lo más importante— concreta como si fuese obvio y hace un movimiento con sus manos que me desconcierta.—Hagamos preguntas— sugiere.
—Tú hazlas y yo veo si respondo.— rueda sus ojos.
—¿Color favorito?
—Amarillo—mascullo.
Luce ligeramente sorprendida.
—No pareces un chico el cual su color favorito sea el amarillo.— admite colocando su cabeza entre las rodillas para mirarme mejor.
—Que pretenciosa, castaña.
Me ignora.
—¿Por qué el amarillo?
—¿Por qué no?
—Eso no es una respuesta— gruñe.
—No todo tiene un razón.
Bufa y continúa.
— Mi color favorito es el ultramarino.
—Es un color curioso— respondo a lo que ella da un tosido bajo para susurrarme, acercándose peligrosamente.
—Pregúntame— susurra en mi dirección— ¿Por qué es mi color favorito?
Ruedo mis ojos.
—¿Por qué es tu color favorito?
—Buena pregunta— felicita a lo que vuelvo a blanquear mis ojos—Es, según Mr. Google, el color más raro del mundo.
Le gustan las cosas raras.
—¿Sabes el porqué de que sea raro?— me va a explicar aunque no se lo haya pedido—El ultramarino, la tonalidad de ese azul en sí— frunce sus labios en una fina línea— es muy difícil de conseguir...por eso es especial. Es como una joya en bruto. O podría ser el principio de las cosas especiales, que algo sea difícil de conseguir o complicado hace que se vuelva más interesante.
—¿Te acercaste a mí porque era de color azul ultramarino?
—Me acerqué porque estaba segura de que serías un amigo genial...— le da una mordida que me hace cuestionarme cuanto tiempo puede comerse un helado—Pero también uno muy difícil de conseguir. — acusa asintiendo— Imagino que las cosas increíbles cuestan más.
Se mantiene en silencio. El ambiente es agradable y alguien coloca una melodía alegre que hace que ella sacuda la cabeza imitando el ritmo. Pareciera que la canción le contagia algo raro, porque me mira como si se le hubiese venido la mejor de las ideas a la cabeza.
Ese tipo de ideas que nos colocan inevitablemente en riesgo a ambos.
—¿Nos montamos en las bananas?— pregunta haciéndome negar repetidas veces, aunque no sé de que se trata, si tiene esa cara de loca de manicomio, creo que es mejor huir.
— No sé que son.
—Son esos botes inflables. Te montas en ellos, con salvavidas y luego la lancha a la que están sujetos, te comienza a dar vueltas por el mar y en las curvas, te caes, sientes el viento en contra de tu rostro.—finaliza— Dicen que es increíble.
—Lux...— mascullo en busca de paciencia.
—Asher...—repite en el mismo tono con un mohín en sus labios— Por favor— suplica.
—¿Por qué todas las cosas que sugieres nos colocan siempre en instantes cercanos a la muerte?
—Yo no soy la que cruza sin ver a los lados en la calle— se enfurruña volteándose a un lado.
—Creí que ya habíamos superado esa parte—gruño del otro lado.
—No, al parecer, sigues teniendo miedo.
—Todos tenemos miedo.
—Tienes que dejar de tenerlo o enfrentarte a el.—regaña— No sé tus razones. No sé porque le temes al agua y no tengo idea de porque te aterra tanto entrar. Tampoco sé el secreto de tu chaqueta, y casi nada. Pero sé una cosa y es que no puede ser tan malo.
Con cada palabra parecía alterarse más.
—Dios, a veces tú realmente me estresas— me señala como si fuese el culpable de la peor de las cosas— Es que simplemente estás allí, sin hacer mucho y no quieres entrar al agua, no quieres sentir, ni tampoco montar en bananas y es...¡Vive, Asher! ¡Disfruta! ¡Siente! ¡Llora! ¡Ríe! Pero vive, porque si no lo haces, sólo seras una coraza vacía. Y cuando los años te pesen no tendrás ninguna historia que contar y eso será...espantoso.
Cuando finaliza, toma aire y me ve, como si quisiera sacudirme hasta que sintiera, estoy seguro que si así logrará algún cambio, lo haría. Pero a veces me siento tan pesado, que me cuesta sonreír, tan cansado, que si no fuera por los conciertos, me sentiría como un muerto en vida.
¿Cómo le explico que estoy cansado de ocultar lo que soy? Se trata de constantemente ser alguien que no eres. Que estoy cansado de ocultarme, que ya no quiero hacerlo pero tampoco puedo dejar que me vean tal cual soy.
Todavía tengo cosas que sanar, no es tan fácil. Quiero explicarle pero es complicado. Las palabras se enredan y no encuentro la manera de hacérselo saber.
—Es complicado.
—Entonces...— Se coloca en posición de indio con gesto de seriedad en el rostro—Explícamelo.
—No lo comprenderías.
—Cuando veo juegos mentales siempre encuentro el truco antes de que lo enseñen— explica mientras me observa detenidamente— Si puedo ganarle a un programa para engañar a tu cerebro.—señala— Creo que puedo entenderte.— guiña un ojo y me veo en la necesidad de ocultar una sonrisa.
—No soy un programa—le señalo.
—Claro que no, tú serías más como una serie de misterio— bromea queriendo aliviar el ambiente.
—Sería la mejor serie de suspenso.
—Estarías en el top 10 de favoritos.
Sus ojos se pierden por un segundo en la playa y entonces lo digo.
—Me aterra— Le confieso en voz baja porque es ella, y porque no hay razón lógica, además, que parece esperarme, cuando huyo, siempre sigue ahí, y estoy seguro de que algún día la lastimaré lo suficiente para que no quiera volverme a ver pero mientras intentaré disfrutar del día soleado que representa en mi tormentosa mente.
—¿Qué cosa?— cuestiona acercándose pero observa que la cercanía es demasiada y la reduce un poco.
—Todo. Es un constante miedo a todo. A que lo sepan. A que me hagan daño de nuevo. A sufrir. A que todo se destrocé antes siquiera de que puedan haber cimientos. Tengo miedo de que todo se me caiga encima antes de poder soñarlo.—Su mirada se suaviza y acerca su mano peligrosamente a mi rostro, la observo, deja sus dedos a unos cuantos centímetros de mi mejilla para luego dejarlos caer—Y todos vivimos con el constante miedo de que destruyan lo que queramos antes de poder darnos cuenta de cuanto lo apreciamos pero ya estoy cansado de sufrir. Disfruto el momento, intento sonreír pero siento como si todo fuese a desaparecer en cualquier segundo.
Sus labios se fruncen en una fina línea, y no me ve con lástima, ni tampoco como si estuviese loco por ser más sincero de lo que esta permitido, de hecho, quita la mirada de mí y la enfoca en el mar, en específico, en una persona.
—Sé lo que es sentir que puedes perder a alguien en cualquier momento— Me sonríe pero por primera vez veo vestigios de tristeza en su sonrisa—Sé lo que es estar en un abismo por perder todo lo que conoces pero también se que vivirás cada segundo de tu vida como si estuvieras en un abismo si no te atreves a sentir o te das otra oportunidad.— Su mano apreta la arena—Todo en algún momento desaperecera, Ash. La cuestión es saber apreciarlo antes de que lo haga.
La miro y veo que ahora esta melancólica, una especie de conciencia melancólica que la hace ver triste. Le doy un empujón con mi hombro y le sonrío.
—¿Quién diría que en semejante cabecita pequeña cabría tanta inteligencia?— Suelto un sonoro suspiro antes de colocar mi mano detrás de mi nuca y dejarme caer en la arena.
—Cuestionas mi inteligencia—Niega abiertamente y se deja caer a mi lado.
—No lo hago, la reconozco y admiro.
—Como digas—entrecierra sus ojos en mi dirección y yo quito la vista del cielo para observarla a ella.
—Eres inteligente, Cietle. Y no deberías necesitar que nadie te lo dijera para saberlo. Eres simplemente magnifica, no dejes que nadie te haga olvidar lo que eres.
—Magnifica y poderosa—Repite asintiendo.
—E inteligente.
—Y espectacular.
—Y un poco fastidiosa—Me encojo de hombros—Pero todos tenemos defectos.
Empuja mi hombro y nos quedamos en silencio. Después de algunos segundos, mis vellos se erizan y siento la misma corriente eléctrica recorrerme los poros, la calidez se extiende y me separo un poco. Estoy nervioso y casi nunca lo estoy.
—Gracias.—repongo, y no me refiero nada más a sus palabras, sino a todo.
«Gracias por no rendirte.»Pero soy incapaz de decirlo en voz alta así que simplemente guardo eso para mí.
—De nada, Ash—Abrevia mi nombre y agradezco que hayamos tomado distancia. Esta tranquila, no parece asustada, ni con ganas de huir. Pero si curiosa, me observa y lo pregunta— ¿Algún día lo sabré?
—No tengo la menor idea— La sinceridad no parece afectarle como yo creí que lo haría.
Espero que se marche al mar ante la incapacidad que tengo de desvelarle mi secreto, a pesar de que es una de las personas que más cerca ha estado y que se supone debería tener el derecho a saberlo.
Espero que huya, como yo lo hago.
Lux se levanta y respingo. Camina con seguridad pero no escapa como creo. Se dirige hacia donde están los snacks, y saca un pack de galletas Oreos, alza unos Doritos y unas Lays en mi dirección, Señalo los Doritos y asiente.
Cuando vuelve, coloca los respectivos dulces con adictivos entre ambos. Me observa con curiosidad pero no dice nada. Come las galletas color marrón, vigilando cada una de mis reacciones, cuando se da cuenta que la observo, quita la mirada, pero tan pronto como me doy vuelta, la vuelve a colocar sobre mí, el proceso se repite varias veces.
Ruedo mis ojos.
—Suéltalo ya.
Entierra sus pies en la arena, sus uñas están pintadas de distintos colores y si en otra persona se vería mal, en ella, se ve genial.
—¿Por qué no quieres entrar al agua?—curiosea.
Sus ojos claros me observan. Quiere saber. Y si bien aún no le puedo contar lo de las marcas, porque no estoy del todo seguro de a que se deban, le puedo contar lo demás.
— No quiero que la gente me observa ¿No preferirías estar con alguien que pueda estar en la playa sin ropa? ¿No sería más normal?
La pregunta no le sorprende, de hecho, hace que ella arruge sus cejas de forma confusa.
—No, en lo absoluto.
—¿Por qué?— Lux se encoge.
—¿Esa persona sin ropa serías tú?— Niego casi imperceptiblemente con la cabeza.
—No.
—Entonces, prefiero la ropa. —No puedo ser normal.
—Nadie te pide que lo seas, Asher. Con que seas tú me basta—responde— Nadie te pide que seas alguien más que tú.
—La gente nos mirará— le hago saber.
—No me importa lo que piense la gente.— Me dice mientras se estira para colocarse de pie— Y a ti tampoco debería importarte. Al fin y al cabo ellos no conocen tus motivos. Las personas juzgan, critican, dañan sin saber que hay palabras que duelen o miradas que ofenden, pero al final, tú decides que impacto quieres que esas personas te dejen. Si puedes elegir, elige tu opinión acerca de ti mismo, no la de los demás.
Sus palabras hacen eco dentro de mí, en mi cabeza, en mi mente, y dentro. Ella me ofrece la palma de su mano.
Hay una sensación creciente en mi espalda que nubla mis movimientos, como si me dejase helado, por no poder ser lo que se debe ser, por no aceptarlo hace mucho tiempo atrás como debería. Lo que paso hace unos años, se repite en mi mente.
Pero esos pensamientos paran cuando alzo la mirada, sus ojos transmiten calma, Chrisalysm.
La sensación de estar en un lugar seguro durante la tormenta.
Me infunde valentía.
Entonces, lo hago.
Ignoro mis inseguridades, miedos y problemas. Y como hace mucho tiempo atrás, tomó su mano.
.☀️.
Lux
La fila que formamos es recta y directa a donde rompen las olas. Luego de haber convencido a Asher de tocar el agua, lo cual me tomó como una hora y sólo funciono para que se acercara a la orilla. Decidí enseñarles a todos el juego de "Revolcadito" mientras Ash tomaba otra siesta.
El "Revolcadito" se trata de colocarse en donde rompen las olas, anudando tus brazos con una persona a tu izquierda y derecha. El objetivo es no tragar agua y evitar que las olas suelten los brazos con los que te has anudado cuando te revuelque.
—Lux—comienza Ivan on un tic nervioso— ¿Estás segura de que nadie ha muerto haciendo esto?
Asiento, casi por completo segura.
—Nadie de mi familia ha muerto.—respondo simple
A menos que yo sepa...
—¡Vamos a morir!— exclama Jack de repente cerrando sus ojos cafés con fuerza y apretando la mano de Chase hasta dejarla sin circulación.
—La verdad es que no estoy preparado para dejar de existir tan joven— secunda el amigo pelinegro.
—Ya dejen de llorar, quejicas— responde Charlotte.— Nadie va a morir, a menos que no se callen.
—Chicos, si no están seguros. Pueden no jugar— tranquilice pero era muy tarde. si se querían retirar debieron hacerlo al principio. La ola se acercaba. Gigante y revolcadora, más grande de lo que planeaba.
Esperaba que nadie hubiese muerto haciendo esto.
—Si estos son mis últimos minutos, le dejó todo a mi hamster Alberto— susurró Jack apretando a Luxen a su otro lado y gimoteando— Excepto las deudas, esas se las intentaré dejar al banco.
—Bueno, yo he visto mucho "mil maneras de morir" para morir de esta forma.— Ivan miro al oleaje cada vez más cercano con renuencia— Pero lucharé hasta el final— advirtió.—Rosa de Guadalupe, protégenos.
—¡Ahí te vamos, Ariel!— April gritó.
La ola nos revolcó hasta dejarnos hechos nada, si el objetivo era no soltarnos, eso fue lo primero que hicimos en cuanto el agua nos arroyó. La corriente nos sacudió hasta dejarnos a la orilla, despeinados, desorientados, y habiendo tenido una experiencia cercana a la muerte. Me tomé algunos segundos antes de levantarme aún estaba un poco pérdida por el sacudon, alcé mi rostro para respirar y el sabor salado me invadió, todos lucían un poco perdidos.
April se encontraba bastante bien aunque un poco despeinada, Luxen también se encontraba excelente a pesar de que su cabello estaba lleno de arena, él lucía emocionado. Dio un salto en el aire.
—¡Hagamoslo de nuevo!— exclamo el peliblanco sacudiendo sus brazos y saltando. Charlotte aún se recuperaba.
—Es como una montaña rusa pero acuática— dijo April levantándose y sacudiendo sus cabellos.
—Debemos tachar esto de "La lista de Luxen & Lux"— resollé saltando en un pie y ladeando mi cabeza para sacar el agua salada de mis oídos.
—Creo que algo me tocó el pie— murmulló en voz queda Chase con los ojos abiertos.
—Creo que fui yo— contestó Blues, mientras daba brinquitos para deshacerse de las algas.
Me di cuenta que aún faltaban dos integrantes de los que habían entrado: Ivan y Jack. Jack, quien estaba pegado como una garrapata a la pierna de Ivan. Ivan, quien tenía cara de trauma.
—¿Están bien?— interrogué acercándome con precaución. Ambos parecían haberse sacudido un sinfín de veces.
—Vi pasar mi vida por mis ojos—susurró Ivan con los ojos perdidos, Jack aún no quitaba su agarre de la pierna del pelirrojo.—Había visto mucho la rosa de Guadalupe y había comido mucho helado.
Jack continuaba enrrocasdo como una costra a la pierna de Ivan, y cerraba sus ojos con fuerza. Toqué su hombro para asegurarme de que había sobrevivido o estaba en sus cabales.
—¿Gané?— Mi amigo castaño abrió un ojo para observarnos al preguntar. Al darse cuenta que era él único sujeto a algo, o a alguien. Dio un saltó de la emoción deshaciendo de la pierna un poco azulada de Ivan — ¡Gané! ¡Toma eso, mundo!— gritó mientras daba vueltas y saltitos y hacía una especie de baile de la victoria. — Nunca dudé de mí mismo— susurró con confianza.
Todos rodamos nuestros ojos. Decidimos que lo intentaríamos en otro viaje, aunque Luxen no dejaba de repetir que quería hacerlo de nuevo.
Las siguientes horas, comimos algunas chucherías en tanto nos organizábamos en equipos para jugar tenis y descansar un rato, también jugamos voleibol, en lo cual invitamos a otro grupo y ganamos estrepitosamente porque Charlotte practicaba el deporte y era una experta, por otra parte, evitar la pelota para no hacernos perder era mi profesión.
Una vez se había terminado el juego. Ya estaba atardeciendo y me encontraba con April y Asher en la orilla del mar, recolectando ostras y piedras. Hablábamos de cosas al azar.
—Una vez vi un programa de unos exploradores que acampaban cerca de la playa, escarbaron en la arena como nosotros...— contó April mirando de lado a Asher— Era super curioso, estaban empecinados en encontrar el anillo de su esposa... Y encontraron un cuerpo.
Me pareció notar que la rubia enfocaba la mirada en Asher deliberadamente. Pero el pelinegro se encogió de hombros, como si la información no provocase escalofríos, lo cual si hacía.
—Tienes buenos gustos en programas— respondió simplemente.
Recogí las ostras que había recolectado y las coloque ordenadamente. April continúo.
—La cosa— continúo observándolo con toda la seriedad que podía conservar en sus ojos cafés— Es que si lastimas a Lux...—Hipotetizó— Tú serás el siguiente.
Eso no fue una Hipótesis sino una afirmación.
Asher se estremeció.
—¡April!— regañe y la aludida se encogió de hombros.
—No pretendo hacerle daño— respondió Ash, entre confundido y extrañado. Ojala no se enterara de que April amaba los programas de asesinatos.
—Tú sabrás— dijo April y quise recordarle que aún seguía allí— Pero sé usar un secador y no quieres saber que cosas puedo hacer con él—amenazó.
La rubia, se levantó con parsimonia y señaló los ojos de Asher y los suyos en un gesto que decía "Te vigilo". Se retiró y yo observé al castaño, quien parecía visiblemente consternado. Sus labios estaban fruncidos y sus cejas se encontraban arqueadas en un gesto de confusión, el sol le pegaba de frente y los tonos naranjas hacían contraste con su piel.
Repentinamente, su ceño se relajo.
—Tus amigos son geniales y raros— señaló como si le costase aceptar que los amigos no fuesen del todo peligrosos. Nuestra unión solía ser peligrosa, contraria a la de las demás personas.
—Lo son— asentí de acuerdo fijando mi vista en el cielo— Ellos están un poco locos pero es lo que los hace ser especiales.— secunde.
El pelinegro se recostó de la arena y yo seguí buscando ostras. La luz se apoderó del lugar dándole un aire melancólico al fin de otro día. El celaje era sumamente precioso. No tenía pinta de que lloviese de manera pronta y se respiraba una extraña paz en el lugar. Tomé un suspiro en tanto seguía con mis búsqueda de ostras con formas extrañas.
Había encontrado un ave, una mariposa y una gota. La voz de Asher me sacó de mis pensamientos.
—Lux...—Alcé mi mirada para encontrarme con sus ojos grises. Parecía estar a punto de hablar de un tema serio.
—Asher...— El pelinegro suavizó su mirada un poco.
—No me gustan las promesas— admitió y sacudió su cabeza— La mayoría de ellas se rompen.
—Lo sé.
Seguí buscando ostras y rehuyendo de su mirada. Pero volvió a hablar.
—Y he roto muchas cosas a lo largo de mi vida— admitió—Pero voy a intentar no romper esta promesa— comenzó de nuevo— Voy a arreglar el desastre que soy y voy a abrir esto algún día para ti. — prometió sus ojos grises en los míos en tanto señalaba su pecho lleno de tela— Voy a hacer esa clase de chico por la que tus amigos no tengan que preocuparse. Voy a ser bueno. Lo prometo.
Lamí mi labio superior soltando un suspiro.
—No es necesario que seas bueno— contesté en tanto alejaba mi mirada de la suya para enfocarla en el cielo— Puedes ser un villano con modales.
—¿Una especie de Magneto ecologista?—Bromeó. Sacudí mi cabeza con fuerza intentando ocultar el asomo de sonrisa
—No—negué con fuerza—Algo más como Scar del Rey León pero menos malo.
—Tengo las cicatrices y el cabello negro.
—Llevas la mitad del camino recorrido.—aseguré.
—También me sé la canción. Cosas de villanos que he aprendido a lo largo de mi vida— el pelinegro levanta la mano en un gesto despreocupado como si le restará importancia.
El sol empezó a encandecerme la vista, alcé mi mirada un poco hacía el frente, el atardecer había comenzado. La mezcla de colores cálidos y fríos, hicieron que tocará el hombro de Asher repetidas veces, él se había recostado nuevamente de nuevo pero con mi insistencia se había vuelto a levantar. Su mirada gris me evalúo.
—Mira— señale con mi mano la fusión de amarillo, naranja, mostaza e inclusive morado visible en el cielo. Su mirada se enfocó en el panorama. El sol estaba en el medio del mar haciendo que todo se viese aún más hermoso.
—Es sólo un atardecer— farfulló acostándose de nuevo y restándole importancia. Chasqueé mi lengua disgustada y me acerqué a su rostro.
Nadie desprestigiaba los atardeceres.
—¿Cuántas veces al año ves un atardecer en la playa?—interrogué haciendo que él ajustase sus lentes.
—Las suficientes.— frunció sus labios antes de convertirlos en una fina línea.
—Nunca son suficientes puestas de sol— quité los lentes de sus ojos y Asher se quejó.
—No me gusta el sol. — refunfuñó—Me gusta la oscuridad.
—Si ves todo siempre a través de lentes oscuros....—alcé las gafas en frente de él y luego las guardé en mi bolsillo— Nunca podrás observar los colores.
No le devolví los lentes y Asher comenzó a tararear una melodía que no conocía, lo atrapé varias veces mirando hacia el atardecer pero para cuando detenía mi mirada, él apartaba la mirada como si nunca hubiese hecho aquello. Un rato después, los demás llegaron. La playa estaba casi desierta
En mi familia, teníamos la costumbre de recoger la basura que hallábamos alrededor de la orilla, decidimos hacer lo mismo, nos dividimos, hicimos una mini limpieza y luego nos arremolinamos en un círculo alrededor de una especie de fogata, para ese entonces, el color del cielo tiraba más a colores azules que a claros, era tarde.
En el círculo que formábamos, tenía a mi derecha a Chase y a mi izquierda a Luxen, los demás estaban dispersados en los troncos restantes y piedras improvisadas. Las llamas de la fogata se levantaban en colores anaranjados. Ya era más que tarde,había pensado en escribirle a mi mamá, pero Luxen me había asegurado que él ya lo había hecho. Aunque suponía que debíamos darle algunas explicaciones si llegábamos bronceados a la casa.
Las voces me devolvieron a la realidad, donde todos nos acomodamos para escucharnos cómodamente.
—Contemos historias— sugirió Charlotte, apachurrada entre una manta gigante como un taco. Luxen apoyó su cabeza en mi hombro y supe que estaba cansado, yo también lo estaba, pero debíamos disfrutar este día al máximo, luego, deberíamos estudiar y volver a la vida cotidiana.
Chase inicio.
—Una vez le robe un inflable a un niño pequeño—confesó. El que mencionará aquello hizo que yo me atragantará con la galleta que comía
El unicornio inflable estaba oculto en la parte de atrás de la camioneta. Chase lo había agarrado y había salido corriendo a esconderlo para quedárselo, mientras el niño buscaba al pelinegro, él se ocultaba detrás de palmeras había sido imposible quitárselo y habíamos tenido que comprarle un monito al niño para que no llorará.
—Una vez tropecé en frente de toda la escuela—continúo Charlotte negando, sus mejillas morenas resplandecientes en contra del fuego. Ivan interviono.
—Yo lo presencie—alegó entre risas.
—Una vez me disfracé de árbol para un obra— admitió Asher.
—A mí, una vez, me colocaron de césped— se quejó Ivan. Charlotte carcajeó ante la idea.
—¡Yo hice del patito feo!— se emocionó Chase.
—Una vez me mandaron a cantar el himno—dijo April— Y canté una canción de Ariana Grande.... Ariana es la única supremacía a la que le rezo.
Solté varias risas y mi estómago vibró.
—Una vez comí cincuenta malvaviscos en un minuto— confesé mi mayor hazaña. Ivan río y me proclamó "La reina de los malvaviscos"
—Yo bailé una canción de Taylor Swift en medio de la cafetería— confesó Dean escondiendo su cabeza y haciéndome mirarlo.
—¡Oh dios mío!—exclamó Chase como si de pronto hubiese comprendido todo—¿Tú eres la famosa Reina del Pop Castaña?
Las mejillas de Dean adquirieron otra tonalidad.
—Dean Swift para ti—sacudió una pelusa de su hombro haciéndome reír.
—Cuando era pequeña—continúo Blues—Había una niña que me molestaba por mis trencitas. Me fastidiaba cada día de la semana, había empezado odiar ir a la escuela— lamió su labio disgustada antes de continuar—. Y un día, cansada, en la hora de dormir, espere que la profesora fuera al baño, agarré unas tijeras...Y la dejé como Dora la exploradora—todos quedamos en silencio.— Llamaron a mis padres y me suspendieron varios días pero la niña nunca me volvió a molestar— dijo con orgullo.
Todos compartimos una mirada.
—El pasado oscuro de Blues...
—Recuérdenme nunca molestar a Blues si tiene tijeras— Blues río y Chase susurro algo en su oído que hizo que se sonrojará.
Seguimos bromeando hasta que terminó de oscurecer. Chase había sacado una especie de ukelele que estaba en la parte de atrás de la camioneta.
—¿Con qué eso era lo que me pinchaba el trasero?—gruño Ivan.
Chase lo ofreció por si alguien sabía tocar.
—Tocó piano— se disculpó April en su dirección.
—No sé tocar nada a menos que sea We will Rock You de Queen con las palmas— negó Dean alejándose del objeto.
—Yo tampoco sé— Charlotte sacudió su cabeza—Sólo sé tocar la flauta.
—La armónica— dijo Ivan negando también.
—Yo sé.
La voz de Asher hizo que involuntariamente todos volteasemos nuestra mirada hacía él. El pelinegro bajo la mano que había alzado y Chase le tendió el instrumento con duda, Asher lo sujetó contra su pecho, sus ojos se mantuvieron concentrados en el instrumentos en tanto movía las clavijas del ukelele con habilidad haciendo sonar las cuerdas hasta que comenzó a sonar agradable luego de algunos minutos. Tocó algunas melodías.
Asher tenía muchas habilidades, pero esta parecía ser una importante. Cuando vio que todos lo observábamos, habló por fin.
—Desde pequeño me ha gustado la música. —admitió con voz clara. Sus ojos chocaron con los míos por algunos segundos— Estuve en una academia de música durante años.— le restó importancia pero lo cierto era que todos estábamos sorprendidos, o al menos yo, no podía quitarle la mirada de encima.
Cuando él sujetaba el instrumento demostraba experiencia y talento, a tocar algunas melodías. Mi corazón retumbó, era como si el instrumento fuese una extensión de él mismo.
Ash alzó la mirada por un segundo, y tal vez vio la mía curiosa y un poco recriminadora. El silencio se prolongó por algunos segundos y April hizo una seña de cortar una cabeza. El ambiente un poco incómodo se rompió con Dean .
—Bueno...¿Alguien tiene hambre?
Eso fue suficiente para que el momento tenso se acabará y procediésemos a sacar más snacks los cuales parecían no acabar. Me hice con unas papitas pringles y unas gomitas y Luxen también, los demás agarraron según sus gustos. April, Jack e Ivan, chocolates; Chase y Blues, galletas, Charlotte y Dean, frituras; y Asher, Doritos.
Pensándolo bien, no conocía más de lo necesario a Asher y saber cosas acerca de él, era como conocer una nueva faceta de lo que era. Habían tantas cosas que no sabía. Asher a pesar de todo lo que habíamos pasado, seguía siendo un enigma, uno muy grande.
Después del mini receso con chucherias volvimos alrededor de la fogata. El pelinegro se hizo de nuevo con el instrumento antes de preguntar.
—¿Qué quieren que toqué?— cuestionó.
Comenzaron a discutir a voces.
—¡Ariana Diosa Grande!— empezó April.
—¡Bacilos!— continuó Charlotte.
—¡Caramelo de Cianuro!— prosiguió Luxen.
—¡Una de Disney!— saltó Jack por la izquierda.— La de la bella y bestia para que Chase y Blues bailen.
—¡Una mexicana!—pidió Chase.
—¿Te sabes el ritmo de tensión de la Rosa de Guadalupe?— preguntó Ivan.
Al final, Asher había elegido una de bacilos llamada "Caraluna". Todos nos habíamos acercado irremediablemente hacía el y las primeras notas de la canción se hicieron presentes. La melodía se hace presente y la voz de Asher combinada con la canción hace que mi estómago se revuelva.
No de la forma en la que deberían sentirse los amigos. No de esa forma. Y el hecho me asusta.
—Quien dice que no duelen — comienza con voz ronca y me observa— Las huellas en la arena— sonríe casi imperceptiblemente en mi dirección y mi corazón se acelera—Tu huella el mar se la llevó, pero la luna sigue ahí y esa luna es mi condena.
El final del primer estribillo hace que me convierta en fan de la voz de Asher. Ese comienzo de gastroenteritis que sentí antes, se hace más fuerte al verlo cantar.
—Despacio en la mañana—continúa rasgueando las cuerdas—A gritos por la noche—Su voz se cuela en mi mente y decido que quiero guardarla por un largo tiempo—Las voces vivas del recuerdo se disfrazan de intuición—Mira en mi dirección y sus ojos me gritan algo a viva voz—Y en una voz tu voz se esconde...—entona con suavidad siguiendo el ritmo—Y en una voz tu voz se esconde.
Los chicos comienzan a secundarlo con aplausos suaves que combinan con la canción. Por las siguientes estrofas, rehuye de mi mirada.
—Y yo sé que tal vez. Tu nunca escuches mi canción yo sé—Canta con un tono un poco más alto y me muevo disimuladamente un poco a la izquierda para chocar su mirada con la mía. Pero a penas me muevo él dirige su mirada hacia el otro lado, bufo frustrada—Y yo sé que tal vez...—Vuelvo a mi misión y me situó un poco a la derecha no se porqué pero quiero cruzar su mirada con la mía, pero apenas llegó a su campo de visión, baja la mirada.—Te siga usando así robándote mi inspiración
Resoplo y dirijo mi mirada hacía mis pies. Al cabo que ni quería que me mirará, bufo entre dientes y Luxen me observa contrariado al ver que me muevo tanto. La canción continúa.
—Mientras siga viendo tu cara en la cara de la luna—tararea y muevo la cabeza al compás sin querer observarle.
La calma que transmite su voz. El calor de la fogata contra mis mejillas. Y el que me sienta como si fuese a explotar, me confirma que estoy viviendo uno de esos momentos especiales. Esa clase de momentos que llevas a tu mente cuando las cosas salen mal para tener una pizca de felicidad. Luxen también tararea la canción.
Siento una mirada en los cabellos y me obligo a mantener la mirada en la fogata.
¡Eso, recupera tu orgullo!
—Mientras siga viendo tu cara en la cara de la luna— canta sin desafinar y quiero subir la mirada para observarle—Mientras siga escuchando tu voz...Entre las olas entre la espuma— Su voz sube un decibel y se hace agradable al oído.—Mientras tenga que cambiar la radio de estación, Por que cada canción me hable de ti, de ti, de ti.
«De ti, de ti, de ti »
No he alzado la mirada y me siento orgullosa de mi auto control pero quiero verle. Si hay algo que es bonito es ver a alguien haciendo lo que ama y Asher, justo ahora, es eso. Subo un poco la mirada para ver únicamente la guitarra y como sus dedos raspan las cuerdas.
—La vida se me esconde detrás de una promesa sin cumplir— Cuando ve que observó la guitarra baja la cabeza para verme y me sonríe.
«Atrevido»
Gruño y volteó hacia otro lado.
—De donde nace alguna inspiración, de donde nace otra canción. Y ya no se bien quien se esconde. Yo ya no sé lo que se esconde— canta y casi puedo deducir que aún sonríe.—Y yo sé que tal vez. Tu nunca escuches mi canción yo sé. Y yo sé que tal vez. Te siga usando a ti robándote mi inspiración...
Aún veo la fogata pero todo mi cuerpo cosquillea con las ganas de voltear a observarle. Tan sólo unos centímetros.
¡No! No somos débiles.
La canción continúa con un rasgueo y de pronto, Asher se levanta, caminando con confianza y balanceándose graciosamente en mi dirección, bajo la mirada al suelo pero es casi imposible resisitirse cuando se arrodilla en frente de mí, sus ojos grises no lucen fríos sino cálidos, y la posición lo hace ver más humano de lo que en algún momento se ha demostrado en frente de mí.
Sigue con la canción fijando sus ojos en los míos. Alcanzó a escuchar vagamente el grito de Luxen.
—Mientras siga viendo tu cara en la cara de la luna—Canta alegremente en mi dirección sin despegar sus ojos de los míos.—Mientras siga escuchando tu voz. — Se acerca un poco y mi corazón se acelera con emoción—Entre las olas entre la espuma — suaviza su tono y sonríe levemente—Mientras tenga que cambiar la radio de estación porque cada canción me hable de ti...—Quiero ocultar mi rostro en la arena e intento tranquilizarme—de ti, de ti.
—Por favor, las escenas subidas de tono después de las doce. Hay niños presentes—dice Jack tapándole los ojos a Ivan, quien quita la mano y sigue observando la escena.
Ash se levanta del suelo y se coloca detrás de la fogata para seguir cantando aunque me sigue dedicando miradas cálidas de tanto en tanto.
Suelto un suspiro pero el cosquilleo no desaparece. Y lo entiendo.
Estoy en serios problemas.
.☀️.
Luego de esa canción, entonó una de caramelo de Cianuro y para alegrar a April, una de Ariana Grande. Nos lavamos en las duchas antes de secarnos y subir al auto. Nos turnamos para sacarnos la arena con agua salada. Y sufrimos un leve cambio en la disposición de puestos.
Chase se encuentra roncando en la parte trasera sobre el hombro de Blues y Charlotte está viendo la Rosa de Guadalupe con Ivan quien le explica con rapidez el capítulo. En el medio, está April durmiendo placidamente con Jack, quien con un poco de renuencia le prestó su cobija. Dean observa por la ventana, y Luxen y yo estamos en la parte delantera. Luxen no dura mas de dos segundos antes de caer en el pozo de la inconsciencia, babeando mi hombro y balbuceando palabras.
Asher, quien al parecer sabía conducir, se hace pasar por Chase, y pasamos las alcabalas con rapidez. Toma el mando de música, pero se limita a poner música suave que no conozco para que duerman bien, y sin querer yo también caigo en los brazos de morfeo.
Cuando despierto, en el auto sólo quedan April y Jack. Luxen esta desperezándose y yo casi me voy hacia adelante intentando levantarme con rapidez. Asher alcanza mi mano y me levanta, negando con la cabeza, coloca en mi mano la mochila y me lleva con Luxen a la entrada de mi casa, las luces de la sala permanecen encendidas.
Y es tía Gabriela quien nos abre, conversando con Asher. No le prestó atención a su conversación y me despido dándole un torpe abrazo a Ash, que hace que mi corazón lata con fuerza, y otro a mi tía para disimular. Al diálogo, se une tía Joanna con una franela de "Star Wars" y tía Harriet con un disco de Ricardo Arjona en la mano, Asher se ve rodeado y me compadezco de él mientras intento hacer que Luxen llegué a su habitación sin pegarse con nada.
Luxen se pega con el bordecito de la cama cuando lo dejo caer y chispoteo un poco molesta, le quito los zapatos y los arrojo por allí, lo arropo y acomodó su almohada. Estoy cansada y siento que no puedo coordinar nada más así que hago a un lado al peliblanco y me recuestó en el lado izquierdo, tomando la otra cobija.
El sueño me envuelve con rapidez y lejanamente escucho la voz de Luxen diciendo:
—Le gustas—Hago un amago de sonrisa que no se complemente por la somnolencia pero lo escucho con atención— Le gustas pero es un chico.—Casi lo puedo observar frunciendo el ceño al decir aquello, bosteza—Los chicos son idiotas, Lux. Intentaré evitar que te hagan daño pero si lo hacen, no tienes de que preocuparte, golpearé muchos traseros si te lastiman y estaré allí cuando necesites reunir los pedacitos antes de que lo vuelvas a intentar. Aunque te rompan, siempre lo volverás a intentar. Nunca dejes que nadie te apague, es ley de bitch—Asiento con mi cabeza.
Siento como acaricia mi cabello pero esta tan adormilado que en vez de acariciar mi pelo está dando palmadas que me hacen abrir un ojo, medio bizco así que lo vuelvo a cerrar. Luxen continúa hablando.
—Me diste un buen golpe en la cabeza.—murmulla bajo suspirando casi rendido— Así que si olvido las cosas como Drew Barrymore. Sólo recuérdamelo.— dice y acomodó mi cabeza en la almohada—Recuérdamelo y patearemos traseros y el mundo si es necesario.
Eso es lo último que escucho antes de quedarme profundamente dormida. Al día siguiente, reviso las cosas de la mochila, y encuentro una barra de chocolate en mi mochila con una nota.
"El puesto es tuyo"
.☀️.
¡HOLIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!
Decir que no amé este capítulo es como decir que no amo a Ed Sherran. Es demasiado tierno y lindo awww *se desintegra*
Espero se encuentren super bien ¡No olviden sonreír!
¿Qué les pareció el capítulo?
¿La escena de Ariel?
¿La canción de Asher?
¿Tuvieron alguna parte favorita?
¿Alguna teoría nueva?
:3 Ya son muchas cosas bonitas... ahora es momento de las destrucción.
Chiste del capítulo: ¿Sabes porque no se puede discutir con un Dj? Porque siempre están cambiando de tema JSJSJSJSJJSJSJSJJS malooo, malisimo pero lo amé.
¡Les amooooo!
Se despide:
Sunset
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro