Capítulo #19. "Playa"
Capítulo dedicado a @tatiana-MG ¡Disfrútalo, honey! ¡Un abrazo del tamaño de Uruguay para ti! T.q.m.
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"Ser sinceros con lo que sentimos suele ser más complicado que las matemáticas"
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Asher.
Cuando por fin llegamos a la playa, luego de pasar una alcabala y volver a recargar en la gasolinera, como también hacer una parada para comprar alcohol, lo cual había hecho Chase porque tenía licencia falsa. Y buscar bolsas al comprender la razón por la que April, la chica rubia amiga de Lux, debía permanecer dormida durante los viajes, el vomito.
Habíamos llegado.
El calor.
Las palmeras.
Y las olas.
Una sensación de paz combinada con emoción alojada en mi estómago.
La última vez que había pisado una playa está tan atrás en mi mente que me es casi imposible recordarla.
Admito que el olor a sal marina entre mis fosas nasales se siente bien y aunque recuerdo de manera clara la razón por la que no he venido a la playa en más de ocho años, me permito ignorarla por algunos segundos para respirar.
El sol contra mis mejillas y haciendo casi imposible la tarea de ver.
El sonido del mar pegando contra las olas.
Y las risas y carcajadas de las personas.
Y aunque por un minuto me siento fuera de lugar por mi vestimenta, estoy tranquilo porque todos se concentran más en disfrutar del lugar arenoso y caluroso que de fijarse en los demás.
Nos arreglamos para sacar las cosas, son tantas que me pregunto como el chico pelirrojo, Ivan, cupo allí. Mientras llevo las sillas y mesa, Chase y Dean se encargan de los botellones de agua, Jack y Lux comienzan sacar un sinfín de snacks y dulces junto con los demás, y supongo que se rompió alguna porque hay migas de chocolate en todas partes. Las demás cosas son llevadas por los integrantes restantes.
Cuando hemos terminado de instalar las cosas, Chase ya ha destapado una de las cervezas, lo cual me hace preguntarme si él va a conducir. Luxen se aleja en la orilla de la playa e Ivan y las chicas corren como si no hubiesen ido a la playa en años. Dean repite la acción de Chase y Lux les da la charla de los riñones.
Por mi parte, decido sentarme en la arena. La sensación del material caliente debajo de mí se siente extrañamente agradable y el que este absorbiendo vitamina D, hace que mi humor suba, aún más que después de cantar "Aerosmith" en el auto.
Vivir se siente demasiado agradable. Y comienzo a cuestionarme hace cuanto no hago algo porque me gusté, o sonrió de manera real sólo por hacerlo. He estado tanto tiempo entumecido que ahora estar despierto se siente extraño.
Una sombra me cubre desde arriba.
—¿Qué haces ahí?— Entrecierro mis ojos para soportar los rayos de sol, al tiempo que alzo mi mirada, Luxen se deja caer a mi lado con un gran estruendo que hacen que pizcas de arena caigan en mi dirección.
La pregunta se debe a que parezco un muerto en medio de la arena sin moverme, pero la verdad, es que tenía tiempo sin sentirme tan vivo.
—Lo de siempre— contestó simple—Contemplo mi existencia y planeo como conquistar el mundo.
— Yo creí que tú eras de los que planean como destruirlo— No niego su afirmación, tiene mucho de verdad.
—¿No te has dado cuenta que los peores desastres han comenzado con conquistas?— interrogo. Las cosas se organizan en base a planes y etapas. Las conquistas la mayor parte del tiempo forman parte de grandes planes, ya sea por medio de la carisma o de forma física, las conquistas siempre son el comienzo del desastre.
—Soy la prueba viviente de ello— señala.
Entiendo su referencia, porque nos conocemos desde hace mucho tiempo, es como si una extraña fraternidad involuntaria fluyera entre nosotros. La mueca dolorosa que hacen sus labios me hace fruncir los míos. Y como hace dos años,cuando lo encontré bajo la lluvia en frente de la casa, le pregunto.
—¿Castiel te hizo daño?—Y aunque no responde mi pregunta, no es necesario, puesto que nuestra anterior amistad permite que ya conozca la respuesta.
—¿Hay algún lugar que Castiel no pise y haga pedazos?— pregunta retórico.
—Es parte de su encanto— digo esbozando una mueca sarcástica haciendo que él sonría.
Por un momento, el silencio de ambos se torna agradable y afable, Luxen imita mi acción, y se acuesta en la arena. Las risas se oyen de fondo en contraste al choque de las olas contras las piedras. El sol aún esta en su punto más alto y estoy seguro de algo, los días soleados siempre son los mejores.
Una nube atraviesa levemente al sol, y Luxen retoma la conversación.
—Está detrás de ti.— menciona en alusión al desastre de ojos azules. Como si no lo supiera, se apoya de su brazo para verme. Por un momento quiero girarme y la idea de que esté detrás de mí, me desagrada, pero el peliblanco no se refiere a eso, sino al hecho de que Castiel quiere acabar conmigo, emocionalmente, físicamente, un poco de ambas.
Escuchamos de fondo los gritos de las chicas y Chase al ver una ola medianamente grande.
—Castiel siempre ha estado detrás de mí— encojo mis hombros con indiferencia. El peliblanco siempre me ha odiado, nuestra relación era realmente buena y luego se rompió. Le he dejado de preguntar porqué, puesto que nunca responde mis preguntas.
Antes me quería ahora sólo me odia, pareciera que lo ha hecho desde casi siempre, y de alguna manera u otra, me ha afectado, él es por mucho una de las personas que más me conoce y al mismo tiempo la que menos lo hace en absoluto.
—No tengo nada que refutar— Esta vez es él quien se encoge de hombros provocando que lo mire con curiosidad.
—¿Castiel y tú...— idealizo una futura relación haciendo que él sacuda su cabeza.
—No— Niega firme como si la idea no fuese digna de la escucha de cualquiera— No es Castiel y Luxen. Es Luxen y sus sentimientos— Intento consolarlo y decir que no es así pero ya ha pasado una vez.
La historia se repite.
Castiel no puede querer a nadie más que sea si mismo, no lo culpo por ello. A él también le ocurrió algo, mantener su corazón roto fue su manera de seguir adelante, romper el de los demás en el proceso, es un simple daño colateral, uno muy grande.
—Eres una persona inteligente, buena, increíble— elogió sin entender y con verdadera curiosidad porque siempre me he preguntado como existen personas que aguantan desaires y que ignoran las catástrofes que pueden ser las personas y sus defectos y aun asi se quedan allí—¿Por qué él?— lo cuestiono con verdadera curiosidad. Luxen es amable, agradable y si lo quiere, puede sacarte una sonrisa, es de esa clase de personas que parecen ser un día fresco y soleado. Mientras Castiel sólo es un interminable tornado que amenaza con destruir todo a su paso pero al mismo tiempo lo hace con lentitud y sutileza, tal como una especie de contaminación ambiental imposible de ecologizar.
—Supongo que mis neuronas se apagaron cuando lo vi— responde sin dar muchas vueltas. Al ver que lo observo esperando una respuesta más larga porque realmente tengo curiosidad, se alarga— Es Castiel, es su desastre, es lo que lo hace ser él, es su sarcasmo, es que a veces invente palabras para hacerse más interesante, es el que sea el ser más odioso y estresante del mundo pero que tenga su lado amable, es cuando sonríe y tiene más parecido al Jocker que a una persona normal, es que sus palabras sean más mortales que el veneno cuando quiere hacer daño. Una pequeña parte de mí se pregunta ¿Si en algún momento él me querrá un cuarto de lo que yo lo quiero a él? pero la otra está, de manera idiota y completa, enamorada de él. No sé el momento justo o una razón lógica que defina lo que siento, porque simplemente lo que siento por él, va más allá del razonamiento lógico porque no debería sentirlo y más allá del tiempo, porque siento como si hubiese estado enamorado de él toda mi vida.
A un Henry Cavill no le gusto esto.
—¿Sabes lo que es?— pregunto mirando fijamente el sol con las gafas oscuras.
—¿Otro tonto amor adolescente?— me observa y no niego aquello.
—Además de eso— resumo— Es una enredadera. Te hace daño, no es bueno para ti. Y aún así, no eres capaz de quitar la liana que te esta asfixiando porque es la misma liana que te ofrece pizcas de amor, te asfixia, te quita el aliento, y tú por quedarte ahí, te expones a morir. No es sano, Luxen.
—Todo el tiempo estamos expuestos a perder la vida.
—Pero si quieres estar expuesto y tienes la libre elección de decidir a quien deber tus suspiros. Debe ser con alguien que valga la pena, que valore hasta el mínimo suspiro que des, no alguien que no sepa valorar cada instante que pasa contigo— sus ojos color azul me enfocan.— El amor es como una caja de bombones de esos que nunca sabes si el sabor que te tocará será ácido o será delicioso, si es delicioso, puede ser uno de los pocos afortunados pero si te toca uno ácido, y a pesar de que te sabe mal, sigues comiéndolo, pues serás un desafortunado por elección.
—Él no sabe lo que siento— alude en defensa del chico que carece de cualquier sentimiento, porque Castiel simplemente es una caja vacía. Aún así tiene un punto.
—Entonces, díselo ahora o cállalo para siempre—gruño—porque de la manera en que lo estás haciendo, sólo terminarás haciéndote daño. Y no mereces sufrir más, Luxen, no, de nuevo.
Por un segundo ambos guardamos silencio. Rememorando hechos del pasado y Luxen finalmente dice:
—Gracias— Y aunque sus cejas blancas siguen fruncidas por el tema que abarcamos, le resto importancia.
—¿Gracias?— frunzo esta vez yo mi ceño— Págame.—digo y él ríe.
Ahora me ve cara de payaso.
Estoy a punto de recriminarle de nuevo, cuando cierta persona se atraviesa y evita que adquiera nuevamente vitamina D, tiene una sonrisa ladina en el rostro y luce como si hubiese adquirido la energía suficiente para hacer una película de acción, aunque para ser sincero, Lux siempre esta llena de energía, como una especie de faro infinito, como si siempre estuviese brillando.
—Luxen...—fastidia pinchando al peliblanco dejándose caer a su lado— Si sigues frunciendo el ceño de esa forma, se te harán arrugas y te saldrán canas verdes.
Me pregunto si las canas de Luxen se apreciaran a pesar de que su cabello es blanco, supongo que no. Lux le observa como si quisiera saber lo que le preocupa. Sólo que hay mucho que contar, demasiado. Y eso nada más pueden hacerlo dos personas: Castiel y Luxen.
—No intentes ocultarte debajo de pésimas excusas—regaña su mejor amigo sacudiendo su cabellera— Ambos sabemos que yo nací después—afirma con seguridad— y que tú eres más vieja—Luxen tose antes de decir— abuelita.
Ella niega arrugando sus cejas, teniendo un gran parecido a una marmota confundida.
—¡Sólo eres menor que yo por una semana!— se defiende.
—Tú hablas y yo oigo "Soy una anciana".
Ellos siguen discutiendo y comienzan a alterarse, así que me alejo de ellos cuando veo que su discusión sube un decibelio, y ahora se tiran bolas de arena.
Me siento en una de las sillas libres, y ajusto mis lentes oscuros.
Si voy a utilizar ropa, al menos debo guardar el estilo.
Los demás se encuentran hablando y sonrió a medias. Me siento bien y el estar tan tranquilo me da tiempo para pensar.
Mi mente viaja con rapidez a los problemas que tengo, exclusivamente a uno de estatura promedia, cabellera castaña, y sonrisa que puede alumbrar en medio de la lluvia.
Una extraña sensación se aloja en mi estómago y lo entiendo.
No hay forma de que ella exija un espacio en mi corazón. Porque una parte siempre le ha pertenecido a ella.
Lux siempre ha estado en mi corazón. Y eso apesta. Ella no tiene que ganarse ningún tipo de puesto, porque ya sea rellena o flacucha, alta o baja, ella siempre ha estado allí.
Sin importar el paso del tiempo. Sin importar el que ella no me haya empezado a ver hasta hace sólo unos meses. Sin importar que ambos hayamos cambiado, para mejor o para peor. Ella esta de nuevo allí apoderándose todo. Y se siente como si pudiese ser yo mismo con ella. Se siente como si ella traspasase todos mis muros como si estos fuesen de arena.
Se siente bien, como si escuchase mi canción favorita en altavoces.
Pero va más allá de eso. No se trata únicamente de que Lux tenga un espacio en mi mente, porque siempre lo ha tenido. No se trata del peligro que corro porque estoy seguro de que por ella, correría cualquier tipo de riesgo.
Se trata de que no puedo ser lo mejor para ella porque no soy lo mejor para mí.
Se trata de que aún no he sanado por completo.
Se trata de que no puedo empezar a querer por completo a alguien más, sino me quiero a mí.
Curar heridas. Superar el pasado. Todo eso para ser la mejor versión de mi mismo.
Un prototipo con defectos y algunos errores en su marca, pero uno sin miedo a enfrentarse a sus demonios.
Por eso huyo con frecuencia de ella, sino estoy seguro de ser la mejor versión de mí mismo para mí ¿Cómo voy a ser lo mejor para ella?
A pesar de que por el momento mis heridas sangran y estoy dudoso de quedarme su lado. Me mantengo firme en una sola cosa, y es que cualquier cosa que ella necesite, me tendrá siempre, así no sea de una forma sentimentalmente amorosa.
Ella es mi amiga, por completo, aunque no se lo digo porque me da terror que comience a cantar "Yo soy tu amigo fiel".
Si ella llora, apareceré. Si todo se derrumba, me presentare como un dragón con escamas impecables. Porque de mala o buena forma, ella ha estado siempre.
Tengo miedo de querer pero lo cierto es que sin haberme dado cuenta, ya había empezado a hacerlo.
Aún así, primero, debo quererme por completo para hacer lo mismo con ella.
No podemos aceptar a los demás sino somos capaces de aceptamos a nosotros mismos.
Me gustaría decirle todo lo que siento como una perfecta ecuación de aritmética, donde haciendo los cálculos correctos de mis sentimientos, estoy seguro de que el resultado será bueno. Pero no puedo preveer la reacción de Lux.
Ser sinceros con lo que sentimos suele ser más complicado que las matemáticas.
Suspiro. La silla a mi izquierda hace un estruendoroso sonido que me hace devolver la mirada a la persona que se sienta a mi lado.
—No voy a preguntar porque no usas ropa para el calor como los demás— dijo Jack, con quien no había cruzado más de tres palabras en toda mi vida— Pero si tengo que preguntarte donde conseguiste ese pantalón...porque las chicas te miran incluso cuando estás vestido.
Frunzo mis cejas confundido, antes de responderle. Y crear una conversación amena que me hace sacudir la cabeza un sinfín de veces por las ocurrencias del chico, y su personalidad extremadamente amable. Luego, con Chase, formamos una conversación acerca de la Liga de Béisbol, Jack y yo concordamos en que los Leones son geniales pero Chase es de los Navegantes.
En ocasiones, miro de reojo a la playa para encontrarme a Lux, salpicándose agua con Luxen, el cual reía abiertamente y se sumerge debajo de las olas. Blues también se divierte, y eso me alegra, había llegado a mi casa alrededor de las tres y media de la madrugada, llorando e hipando por el chico a mi izquierda, Chase. Al final, si había podido venir y olía a reconciliación, esos dos tenían serios problemas de comunicación.
—¿Ustedes no se van a meter?— pregunta Jack de repente, sacándose la camisa por la nuca. Chase apoya la noción antes de subirse la remera hasta la cabeza. Y yo niego con mi cabeza haciendo una mueca, mi mirada fija en el cielo, el cual se observa de un hermoso color azul claro lleno de nubes, a las cuales sin querer les encuentro forma.
Suelto un resoplido antes de comerme un sandwich de atún.
Sigo enfocado en el cielo, y alcanzo a ver una bandada de aves volando en v, lo cual hacen como método de migración.
Pasan algunos minutos en donde empiezo a realizar dibujitos en la arena por aburrimiento. Blues se acerca un sinfín de veces para preguntarme si quiero meterme al agua pero yo me niego cada una de las veces.
No. Debo cuidar las cosas.
No. Me tendría que quitar la camisa y eso terminaría en desastre.
No, No, No.
Blues ha insistido tantas veces que me pone un poco de mal humor, siempre terca como una cerca.
—R, el agua no hará que se vean las marcas— repone mientras me roba un sandwich y yo blanqueo mis ojos.
Y aunque sus palabras resultan reconfortantes. No se trata de que vean mis marcas. Se trata del miedo que siento a ser una persona que se mete con toda la ropa puesta, como si estuviese haciendo una puta helada.
Se trata de algo más hondo y profundo. El miedo a ser rechazado.
Y quiero decir que soy como las personas inteligentes, que no les importa en lo más mínimo lo que piensen los demás sobre ellos, pero en el fondo, me hace eco.
Las miradas de reojo.
Las palabras.
No quiero eso. Así que terminó por rechazar su propuesta por milésima vez, haciendo que la peliazul se marche en un caminar lento y desolado en dirección a las olas a modo de manipulación, lo cual no funciona en mí pero si, en otra persona.
Cuando acelera la caminata sé que ha hallado a esa persona.
Chase, la alza entre sus manos, y ella ríe mientras abre sus brazos sonriente, como si fuese alguna clase de avión.
Esos dos terminaran juntos.
Tengo que hablar con Blues, quiero ser el padrino.
Me concentró nuevamente en hacer castillos de arena, los cuales quedan pésimo ante la arena soleada.
Debe ser que la arena está mala.
Y sigo intentando hacerlos. Cuando una sombra me cubre por décima vez y supongo que es Jack, quien también se ha acercado varias veces. Así que me limito a repetir cualquiera de las respuesta que he dado anteriormente.
—No voy a entrar al agua. Estoy cuidando las cosas y no puedo quitarme la chaqueta— La sombra es delgada, lo cual me extraña pero no me hace subir la mirada.
No obstante, la voz que sale de la sombra me sorprende, como si de un fantasma se tratase. Y si no fuese porque los fantasmas no me aterran porque hay que temerle más a los vivos, habría dado un sobresalto al escucharla.
No, no es un fantasma. Es mi razón de huida, con un traje de baño amarillo de margaritas y una sonrisa, en son a manipulación, que a diferencia de la de Blues, pienso por un momento que si puede hacerme cambiar de opinión.
—Nadie te dice que te quites la chaqueta para entrar al agua— señala la castaña con diplomacia. La mayoría de sus cabellos mojados. En algún momento, se ha quitado la camisa y los shorts.
—No entraré al agua—repito para ella ajustando las gafas de sol y dejándome caer en la silla. Si cree que me hará cambiar de opinión, está totalmente equivocada.
—¿Por qué no?—interroga— Entonces, ¿Qué sentido tiene que vengas a la playa si no vas a echarte una ducha en el mar?— señalé con mi cabeza, los castillos medio destruidos que estaba haciendo, los cuales me quedan fatal porque no tengo madera de arquitecto
— No sé si lo sepas pero estás aguas tienen poderes curativos— continúa intentando convencerme.
—¿Hablas de los plásticos que hay en todas partes?— susurró en confidencia haciendo que ella sacuda la cabeza.— La contaminación si que tiene poderes, pero destructivos.
—¿No entrarás?— pregunta haciendo ojitos a lo que repentinamente me encuentro cerrando los ojos para no verla.
El que la haya ignorado creo que es un señal clara. Se marcha.
Me digo que si. Lo mejor es no entrar al agua, porque sería un raro, que entra al agua con ropa puesta, y todos me observarían y me sentiría, mal y diferente.
Y no quiero esos sentimientos hoy, porque la estoy pasando bien. Y mientras busco más razones por las cuales no meterme al agua es lo correcto. Mantengo los ojos cerrados por un largo rato haciendo que me quedé dormido, las horas de sueño perdidas por estar consolando a mi amiga peliazul y el no haber dormido la noche anterior por estar en uno de los conciertos, hacen que todo me pase factura y me quedé indudablemente dormido.
Mi ensoñación dura un largo rato, en donde escucho gritos y risas de diversión cerca de mí, estoy en un limbo entre la inconsciencia y la realidad, hasta que siento algo caer con fuerza cerca de mí, haciendo que me sobresalté en consecuencia.
Cuando abro los ojos veo a Lux en mis pies llena de arena y con un plástico de helado entre sus labios, ella murmura algo ininteligible.
—Diffulva—imagino es una disculpa antes de salir corriendo disparada porque Luxen está tras ella.
Flexiono mis articulaciones y la tela me empieza a picar pero la ignoro y me siento de nuevo, está vez en la arena. Veo que han destruido mis castillos pero no digo nada porque estaban horribles.
—¿Vieron un niño cerca?— pregunta Dean—habían unos castillos que daban pena— ruedo los ojos y evito explicarle que la arena está mala.
—¿Qué hacen?—reprimo un bostezo. Se encuentran, la mayoría de ellos reunidos en una especie de círculo, en la cual me integran de inmediato, Lux y Luxen siguen correteando.
—Planeamos como ocultar un cuerpo— afirma Charlotte a lo que volteamos a mirarla y ella corrige— enterrar un cuerpo.— alza las manos en respuesta a las miradas de todos como si fuese lo mismo.
— Yo sé como enterrar uno muerto— alza la mano April.
— Queremos enterrar uno vivo—la reprende Blues, a lo que yo dirijo mi mirada hacia ella.
Me dormí algunos segundos y ya quieren enterrar algo. Niego.
—¿Queremos enterrar uno vivo?— interroga Chase.
—Si— se detiene unos segundos Lux para explicar— como ellos— señala antes de ser llevada al suelo por su mejor amigo, quien la taclea como un jugador de Fútbol Americano y le quita el helado.
Su dedo había señalado a un padre que esta siendo enterrado a algunas sillas de distancia de nosotros por sus hijos.
—Hagámoslo—repongo simple. Nunca lo he hecho antes y siento una chispa de emoción. Pero ellos suspiran, con tristeza y un poco de desilusión.
—Es que no sabemos a quien vamos a enterrar—dice Jack de manera apesumbrada pero su mirada se aloja irremediablemente en mi.
Y de pronto siento las miradas de todos sobre mí, como si yo fuese la solución que estaban esperando. Me niego, sacudo mi cabeza.
No soy la solución. Yo soy el problema.
—No— verbalizo mi opinión en voz alta— Entierren a Ivan o a Blues.— salgo por la tangente. Al instante que lo digo Chase niega por lo de Blues.
E Ivan entrecierra los ojos en mi dirección.
—Me caías bien, Asher— rueda sus ojos— No puedo—me dice y luego explica— Es que me da vértigo.
—¿Y? Además, ¿Por qué yo?— interrogo frunciendo sus cejas.
—Tú eres el hombre— lo dice despacio como si estuviesemos en una película, haciendo ver el que te entierren como un premio, en vez de lo que es, una tortura, una tortura calurosa.
—Si, Asher—apoya Chase— Tú eres el hombre.
Y entonces, ahora todos dicen, "Tú eres el hombre" como si fuese un iluminado. Y a pesar de ello, sigo queriéndome negar.
Yo prefiero enterrar, no que me entierren.
—No. No y No— repongo con toda mi determinación y fuerza— Ni aunque me paguen.
Y estoy seguro que ni una sola gota de arena me va a sepultar cuando me recuesto de nuevo en la silla, con los lentes de sol puestos.
Eso no sucederá.
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¡Holiiiiiiiiiiiiiiiii!
Se siente una eternidad desde que no estoy por aquí juju ♡En fin, espero se encuentren super hiper mega bien y se estén cuidando mucho.
En otros temas...
¿Qué os pareció el capítulo?
¿Asher? ¿La razón por la que huye?
¿Creen que lo entierren en la arena?
¿Chase y Blues?
¿La conversación de Asher y Luxen? so true. Nunca se queden con nadie que no valore sus suspiros, noqueno.
Chiste del capítulo: (De verdad siento que ha pasado mucho tiempo desde que hice esto AHHHHHHHHHHHHH) ¿Cuál es tu plato favorito de comida y por qué? ....-Pues el hondo porque le cabe más comida JSJSJSJSJSJSJJSJS ES MALÍSIMO pero suena como algo que yo diría, modo glotona on.
En fín, espero os haya gustado muchísimo el capítulo♡
Les quiero muchisimo♡
¡Voten y comenten!
Se despide:
Sunset.
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