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Capítulo #13. "¿Enamorado?"


¡HAY MARATOOOOÓN! Ok, mi primer maratón...No estoy emocionada ¡Tú estás emocionada! Nah mentira, si soy yo :4 AAAAAA Espero lo disfruten y les guste mucho. Les mando un apapacho y un kisito ¡Cuidense mucho! ¡Disfruten!

Si hay algún errorcillo me avisan u.u

Capítulo dedicado A LA BESHISIMA Y DIVISIMA *sonido de aplausos* TATIANA *gritos de emoción*   ¡Hola preciosura! El primer capítulo del maratón va para ti. Espero te encuentres super hiper mega duper bien. Cuidate muchiiito y toma awita uwu Y aunque todo este feo, recuerda sonreír. Las sonrisas pueden iluminar hasta los lugares más oscuros, siquesi


Maraton 1/2

RECOMENDACIÓN: coloquen la canción que está arriba, cuando vean el (*) en la lectura. Tal vez así sientan un poco más la vibra u.w.u, intenté coordinar la canción mientras escribía. ¡Espero os guste!

.☀.

"We will, we will rock you"

.☀.

La música pronto haría rebotar la casa. Las paredes temblarían y estaba segura de que los vecinos ansiaban cambiarse de vivienda. Y no, no haríamos una fiesta, al menos no de las normales, haríamos una fiesta de jabón.

Era jueves de limpieza en mi hogar. Lo que significaba limpiar cada esquina, lugar, y mota de polvo que se había acumulado desde hace dos semanas.

Dos semanas, en donde habíamos usado el baño, ensuciado la sala, y caminado con los zapatos sucios por el recibidor.

Ugh, suciedad.

Las jornadas de clases habían terminado, y aunque Luxen y yo habíamos intentado atrasar la llegada a casa, no podíamos huir de los problemas, en este caso, la limpieza de una casa un tanto grande.

Ya me había colocado mi camiseta vieja, la cual usaba para sudar y un short de unicornios combinado con unas medias de arcoíris, había leído en alguna parte que la vibra de tu ropa podía lograr que tu ánimo mejorase, y después de apostar con Luxen y perder en el "piedra, papel o tijera" acerca de quién limpiaba el baño, necesitaba toda la buena vibra posible.

Me encontraba en posición, mis rodillas levemente inclinadas, mi cabeza apuntando al piso y mis manos hacia atrás, por su puesto en una de ellas una escoba. La otra era la encargada de mostrarle la seña a Luxen.

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(*)

Gesto de paz. Y el comienzo de la bacteria, proseguido por la guitarra y mi hermano Caleb saliendo de la cocina con el rastrillo del patio como guitarra eléctrica, sus manos raspando los lados del rastrillo como si estos hiciesen sonidos, y su cabeza moviéndose arriba y abajo siguiendo el ritmo de la música, de la misma forma, yo zapateo y muevo la escoba al ritmo de la música y los golpes.

Luxen, en playera y calzoncillos de colores, saliendo del inicio de la escalera con un peine como micrófono, haciendo su mejor imitación del cantante del Queen.

—¡BUDDY, YOU"RE A BOY, MAKE A BIG NOISE, PLAYING IN THE STREET, GONNA BE A BIG MAN SOMEDAY! — Canturrea con fuerza.

—YOU GOT MUD ON YOUR FACE, YOU BIG DISGRACE— Sigue Caleb.

—KICKING YOUR CAN ALL OVER THE PLACE, SINGING— grito dejando todo de mí en la sala que siempre pulimos de primera para poder cantar y bailar con estilo al mismo tiempo.

—WE WILL,WE WILL ROCK YOU— entonamos en unísono — WE WILL, WE WILL ROCK YOU.

La segunda estrofa nos agarra rápidamente y para entonces, Caleb ya se ha soltado su cabellera rubia y ha echado el cloro por todo el lugar. Luxen intenta hacer un salto en el mueble, haciendo que casi se caiga. Y la casa retumba con la voz de Freddy Mercury, mientras nosotros desvelamos nuestros mejores pasos.

—WE WILL, WE WILL ROCK YOU—repetimos con euforia— WE WILL, WE WILL ROCK YOU

La tercera estrofa empieza y Luxen se quita la playera.

—BUDDY, YOURE AN OLD MAN, POOR MAN. — Grita Luxen.

—PLEADING WITH YOU EYES, GONNA GET YOU SOME PEACE SOMEDAY; YOU GOT MUD ON YOUR FACE, BIG DISGRACE. — continuamos Caleb y yo.

—SOMEBODY BETTER PUT YOU BACK INTO YOUR PLACE DO IT.

—WE WILL, WE WILL, ROCK YOU— repetimos una y otra vez

Hasta que llega el solo de guitarra de Brian y Caleb, mientras Luxen intenta imitar los movimientos de trasero que Freddy hace en esa parte de la canción, es algo asqueroso, gracioso y digno de ver. Terminamos la canción rodando por la madera recién pulida de la sala en un gran final, donde Caleb se parte a la mitad en medio yo hago un gesto de rock encima de su cabeza y Luxen abre las manos como si fuese alguna clase de Dios.

— ¡Y nosotros somos Queen versión amos de casa! ¡Véanos en el próximo corte!

Cambio y fuera.

.☀.

El día se pasó en medio de canciones de "Queen", "La quinta estación", "Laura Pausini" y "Beyonce". Para mi buena suerte, Mamá envió a Caleb a limpiar el baño, debido a su ausencia de dos semanas. El pobre volvió traumado de la casa de su novia, pero no había llamado a casa en todo ese tiempo, así que era mamá pensó que era el mejor castigo.

Por mi parte, me había aseado apenas había terminado de limpiar y justo ahora, contemplaba el techo con Luxen a mis pies haciendo lo mismo. Mi cabeza volvía una y otra vez a la conversación que había tenido con Castiel.

La curiosidad me había llevado a hablar con él, lo extraño que era, los secretos que le rodeaban, él, en su máxima expresión, había hecho que fuese como un libro para Charlotte o un chocolate para Luxen, quien era adicto a ellos. Asher era un misterio, y yo había querido descubrirle, pero él ya había dicho que no, si era así ¿Por qué seguía allí? En el fondo una parte de mí, había comprendido que Asher era más que un misterio, tenía un humor un poco malvado pero gracioso, y podía escuchar sin criticar.

Arrugaba su ceja cuando no entendía algo, y su ceño que casi siempre estaba fruncido, se destensaba cuando veía algún gatito. Detestaba el contacto y todo lo que lo implicase. ¿Eso era suficiente para mí? Lo era, como amiga. Pero aparentemente para él no lo era. Ya no éramos amigos, y no debía de estar pensando en ello, lastimosamente, el pelinegro siempre hallaba una forma de colarse en mi cabeza.

—Creo que me enamoré.

Luxen se irguió en el mueble y me observó con una mueca visible en sus labios. Pareciera como si Dios justo en ese momento le hubiese enviado un mensaje del cielo, él se veía iluminado y asustado.

—¡Eso, eso!— empujé mi hombro con el suyo haciendo mi mayor esfuerzo para fastidiarlo— ¿Qué actor es el afortunado?

—Lux...— empezó.

—Igual si es Patrick Dempsey prometo no molestarme— alcé mis manos— No te acusaré de alta traición. Lo prometo. Pero si es Heath Ledger...— hice una mueca.

—¡Lux!

—¡De acuerdo! Es raro si es Heath Ledger.— admití — Él pasó a mejor mundo...— moví mi cabeza de un lado a otro—Aunque sigue siendo mi crush y el mejor Jocker, en mi opinión.

Caleb interrumpe mis pensamientos, recién bañado moviendo su cabello rubio hasta los hombros y haciendo un salto mortal hacía el sofá, el cual hace que termine con el cuello torcido y en un posición extraña. Definitivamente, no somos normales

—Otro soldado caído— masculla Caleb contra el cojín. Segundos después decide acomodarse.

—Chismoso— acuso haciéndolo sonreír desde el otro extremo de la sala. Luxen aún parece sacado de una película de exorcismo.

—Viejas costumbres aprendidas en tiempos difíciles— hace un gesto con su mano como si le restase importancia y vuelve al tema.

—Sigues siendo un chismoso.

—Un chismoso orgulloso— aclara señalándome con su dedo— Y un chismoso que, gracias al cielo, no le va eso del amor.

—Tú estabas viendo anillos, Jovi— señalo rodando mis ojos en tanto él frunce su ceño en mi dirección.

—¡Eso no es cierto! Buscaba tacos— afirma alzando su mentón como si mi afirmación fuese nula.

Oh no, mala copia de Rosalie Cullen.

—¿En una joyería?— alzó mi ceja.

—¡Soy un puerco con clase!— se defiende.

—Tienes cara de constipado con secuelas de Mr Darcy. Estás muy enamorado, Jovi— señalo alcanzando un pote de helado que me había estado observando desde hace rato.— Además, ya conociste a los suegros.

—Y me detestan— su mirada se volvió confusa—A mí— colocó sus manos en su pecho— que soy un amor.

—Todo sea por Eve— mi conjetura lo hace quedarse en un trance.

Supe que algo andaba mal, cuando su boca se torció. En mi familia, había todo tipo de gestos para averiguar si alguien más estaba triste, el de Caleb, era hacer una torcedura extraña con sus labios.

—No es Eve— rechaza pero se recompone rápidamente— pero hablemos de ello luego ¿Quién es el agraciado ser que nos quitará a nuestro bombom de leche?

—No es Jonny Deep— agregué haciendo que Caleb abriese su boca en sorpresa.— Ese ya está en la lista.—expliqué

—Y ¿Robert Downey Jr? — cuestionó apresuradamente. — ¿Taylor Swift vino al país y no lo supe?

—No y no— miramos a Luxen expectantes por su respuesta.

— ¿Quién es?— pregunté.

—Una persona.— evadió rascando su barbilla.

—¡No puedes privarnos de conocer un nuevo actor guapo— negó Caleb que se había visto todas las películas de Chaning Tatum con nosotros.

—Es complicado.— rascó su barbilla indeciso— No lo aceptarán. Él no es como la visión que tenía preparada como para un casi siempre. Tampoco estaba seguro de condenar alguien a mí, pero él es lo suficientemente malo para hacer que no me sienta mal. Esta mal pero lo quiero.

Sus palabras salieron pausadas para que nosotras las entendiesemos, pero debía ser algo de hermanos, porque Caleb y yo quedamos en una especie de shock.

—¿No es actor?— abrí mi boca.

—¿Es real?— cuestionó Caleb.

Luxen se limitó a asentir mirándonos con cautela.

—No se aloquen— pidió.

—Lo aceptaremos— afirmó Caleb— En tanto te haga feliz y no te cause daño. Lo demás sobra. No importa si es ficticio, un actor de cine, o ninguna de las anteriores. Si te hace bien, te apoyaremos.

Luxen dirigió sus perlas azules a mis ojos, esperando que yo afirmase aquello. Una parte de mí estaba asustada por la seriedad en el rostro de Luxen. Él siempre decía que no quería a nadie con él, pero se había enamorado, y la verdad, es que en el corazón no manda nadie.

—Es estúpido, incoherente y tonto que creas que no aceptaré a alguien que tu quieras, Luxen.— sacudí mi cabeza, segura— Te lo prometí, te apoyaré en todo, incluso si ese chico no es lo que esperamos que sea.

—Bien.—aceptó— Solo no lo piensen mucho.

—Suelta la sopa— anime.

—Es...

Caleb interrumpió la confesión.

—Suelta tu el helado, Lu, no me dejaras nada—Resentido. Le dirigí una mala mirada a Caleb antes de instar a Luxen a continuar.

—Él también tiene cabello blanco. Y su nombre es raro.

—Luxen...— Con esa descripción podría ser Jack Frost.

—También tiene buen gusto en ropa y golpea de maravilla.— Con esa, definitivamente Ralp el demoledor.

—¿Es el de club de la pelea?— preguntó Caleb rascando su cabeza confuso, le metí un zape.

—No seas idiota, él no tenía el cabello blanco.— regañe.

—Es especial para mí— Luxen nos miró a ambos— Aunque no estemos destinados, aunque burdamente traducido puede que sólo sea un amorío de adolescentes— jugueteó con sus manos—. Solamente me gusta. Si. Me gusta. Y es...

Es...

Un golpe resonó en la habitación contigua, y varias cabezas se asomaron desde las aberturas de las puertas.

—¡DI QUIEN ES! — tia Joana salió de la cocina con uno de mis potes de helado haciéndome sobresaltar.

TENÍA MI HELADO DE CHISPAS CHOCOLATE.

—Si. Ya dilo. Llevo cinco minutos aguantando las ganas de hacer pis para saber quién es— dijo Tía Gabriela, sobando su vejiga y dejándose caer en uno de los respaldos del sofá.

—Ustedes no lo conocen. — dijo mirándolas y encogiéndose en su sitio. Estaba siendo sometido a un interrogatorio de la guerra fría, en otras palabras, mi familia.

— ¿Cómo que no? Si yo hablo con todo el mundo— tía Joanna se metió otra gran bocanada de helado a la boca mientras a mi casi me daba un paro cardiaco al ver la rapidez con la que devoraba mi preciado pote de helado.

—Tus cinco gatos no son todo el mundo— añadió la tía Harriet apretando los cachetes de Caleb y procediendo a colocarse a su lado.

—Los personajes de los libros tampoco valen— añadió Tía Gabriela ahogando un bostezo.

— ¿Qué hacen aquí? — preguntó Caleb, mirándolas con curiosidad.

—La pregunta es—inició Tía J.— ¿Por qué no estaríamos aquí, Querido Caleb, si es la casa de nuestra adorada hermana? — cuestionó la tía Joanna como Sherlock Holmes antes de sacarle la lengua.

—¿No tienen casa? — preguntó Caleb haciendo rodar los ojos de tía G.

—Claro que tenemos— la tía rodó sus ojos como si fuera una estupidez lo que dijo — O al menos casi todas— Tía G. ocultó su cara en el cojín y Tía Harriet la miró mal.

—¡Vivo en un apartamento compartido!— aclaró.

—Claro, claro...— dijo Tía G.— Vive con un desconocido guapo.

—¡No es desconocido! Fuimos al kinder juntos—intenta defenderse.

—Como digas, Harriet— el tono de mamá con el que le increpa me hace sonreír— Todos sabemos que te gusta— la tía Harriet procede a hacer como si se desintegrase.

—El caso es...— retoma tía Joanna—existiremos aquí por este fín de semana— Caleb ahogó un grito de terror al oír la llegada del trío de tías que pasaría a vivir con nosotros en una instancia de cuatro días.

Vivir con las tías podía parecer algo normal, pero de ninguna manera lo era, ellas estaban constantemente haciendo cosas que terminaban mal, como aquella vez que intentando hacer cereal con leche caliente, olvidaron la leche y el humo hizo que la alarma de incendios se activase, tuvimos que salir corriendo fuera, y explicar a la patrulla de bomberos que todo había sido culpa de unos cereales y una olvidadiza tía Joanna.

Además, La tía Gabriela tenía una habilidad innata para descubrir mentiras, por lo cual, durante su estadía, nadie podía mentir, al menos no por demasiado tiempo. Y Caleb odiaba sentir que no podía hacer algo, por lo que mentía y tía G. lo descubría.

Por parte de tía Harriet, solo cabía esperar una baja en helados motivado a decepciones amorosas, canciones de desamor y con las que provocaba meter un tenedor en un tomacorriente, y muchas, pero muchas, anécdotas acerca de distintas cosas, extremadamente extrañas y un poco peculiares, como la vez que un pavo real la persiguió en un zoológico por alrededor de una hora. Ella había contado que había dicho "Pavo atrás" y el pavo no retrocedió.

Era agradable, y mamá adoraba pasar tiempo con ellas, habían sido extremadamente unidas de pequeñas y aún lo eran. Y a pesar de que Caleb lo negase, también adoraba los consejos de la tía Harriet o los resúmenes de historias dados por Tía Joanna, y aunque le pertubase la idea, ayudaba a tía Gabriela con su manicure y pedicure.

— ¡CUÉNTALO, LUXEN! — el grito de la tía Gabriela me hizo salir de mis pensamientos, ella estaba empezando a dar saltitos por toda la sala, al parecer había recordado que quería hacer pipi. 

—Es que...— intentó remediar pero era tarde, cuando un chisme llegaba a la familia, era como un chicle en el cabello, deshacerse de él era casi imposible.

—Dilo. Ya— dijo tía Joanna en un tono lento pero amenazante, lo que hacía la amenaza un poco más peligrosa era la cuchara que señalaba a Luxen acusadoramente.

—Yo pienso que si él no esta preparado para...— comenzó a decir tía H. pero fue silenciada con un chist de tía G.

—Me haré pis encima si no lo dice.— su pie hizo círculos en el piso-

—¡No perturben a Luxen así! — dijo Caleb en defensa del peliblanco— Si no quiere hablar. No hablará, bombóm de leche, no digas nada que pueda ser usado en tu contra—continúo el rubio con ojos felinos.

Tia Joanna rodó sus ojos azules.

—Ya salió el defensor del pueblo.

—Si— dijo tía G. saltando en un pie— No ayudas, Caleb.

—No dije que las quisiera ayudar.— admitió el aludido.

—Por eso mi favorita es Lux— dijo Tia J. haciendo que Caleb voltease sus pupilas con fastidio.

—Por favor, ¿Quién querría ser el favorito de semejante espécimen extraño? —burló haciendo que la tía casi le plantase un guantazo.

—Habla de espécimen extraño él que se comía los mocos de niños.

— ¡No es cierto!—saltó Caleb, al parecer había tocado una fibra sensible.

—Oh, el cielo y tu nariz saben que fue así. — la tía sonrió en señal de victoria

—Bueno, Tía— habló malicioso— al menos yo no casi quemó la casa haciendo arroz... ¡Arroz!

—Al menos yo no me comía los helados de Lux sin permiso.— habla ella con seguridad y el helado en sus manos.

—Claro que lo haces.

—Pero ella sabe que lo hago. — alegó como si eso la exculpase del hecho, lo cual, definitivamente no era así.

—Si, bueno, A mí no me gustan personajes que no existen. — resumió dirigiendo su mirada hacia otra parte como si fuese el maduro de la conversación.

— ¡Dejen de incluir a mis amores cada que se meten conmigo!— frunció sus cejas.

— ¡Tú te metiste conmigo primero!

— ¡No! ¡Tú lo hiciste!

— ¡Come moco!

— ¡Quema casas!

— ¡Te huelen las patas!

— ¡A ti también!

—Pero a ti te huelen peor.

— ¡Nada peor que tu sudor, sobrino!

— ¡Al menos yo no me estoy quedando calva!

— ¡Apestoso!

— ¡Vieja calva!

—ES CASTIEL.

El silencio inundó la sala y realmente no alcancé a entender si fue por la confesión de Luxen, por el portazo que había dado tía G. corriendo hacia el baño más cercano o porque tía Joanna había empezado a jalarle los cabellos a Caleb y Caleb intentaba hacerle una llave para despeinar sus cabellos, cosa que ella odiaba.

No obstante, creo que lo peor de la situación, fue el grito de horror de Tía Harriet. Si, aquel grito que sale en las películas de terror cuando el asesino va a asesinar a la protagonista y sabes que no va a haber otro final, que una muerte de por medio.

Ese había sido un grito de aviso, la tía de seguro solo lo había dado para el dramatismo, pero una parte de mí, sabía que en este escenario, el asesino probablemente sería Castiel, y la pobre víctima, el corazón de Luxen.

No obstante, pasase lo que pasase, yo estaría para Luxen.

—Eso es...Grandioso— forcé una sonrisa que salió como una mueca para luego acercarme y decir—Claro, Yo veo a Castiel como un mono de carácter albino con muy malos modales. Pero él tiene sus cosas buenas—hice una mueca recordando las infidelidades de él— Pero si te gusta y tienes una oportunidad lucharemos por ello y cantaremos "We are the Champions" si lo logramos.

Luxen, quien había ocultado su cabeza bajo un cojín luego de su confesión como un topo. Me observó con un ojo azulado para salir en defensa del mono.

—Crees que tiene malos modales porque golpeo a Asher— dijo él observándome con cautela.

—Él tiene unos pesimos modales, Luxen. No trates de excusarlo— dijo tía Joanna limando sus uñas sobre un Caleb que gruñía ante el peso de la pelinegra sobre sí.

— ¿Ah? — preguntó Luxen confuso— ¿Lo conoces?

—No— admitió— pero creí que debía decir algo. Había estado todo muy callado.

La tía J. sonríó a lo que Luxen salía de su escondite y se colocaba junto a tía Harriet que al ver que Joanna y Caleb usaban el modo bruto para comunicarse, se había alejado. Ahora, Luxen recibía mimos de la pelirroja.

—Con que... Castiel—Tía Gabriela salió del baño soltando un suspiro de alivio, al tiempo que se dejaba caer junto a ellos y apoyaba su cabeza del peliblanco— Crecen tan rápido — la tía ahogo un chillido y sus ojos empezaron brillar. Las hormonas eran una cosa de locos. Ella suspiro — Pareciera que fue hace una semana cuando os regañábamos por ir de fiesta sin nosotras — un hipido salió de sus labios y se limpió de la camiseta de Harriet a lo que ella hacía una mueca— Ahora, son niños grandes y se enfrentan a problemas como el amor.

Pareciera que en cualquier momento lloraría, y sería así, de no ser, por el pote de helado, él cual vio, localizo, detecto, y agarro en cuestión de segundos.

¿Por qué todo el mundo quería comerse mis helados?

—Luxen ya está grande— mencionó la tía Harriet apretando sus mejillas— Pareciera que fue ayer cuando hacíamos mezclas y jugábamos al ¿En qué mano tengo la galleta?

—En las dos manos tenías galleta— respondió Luxen sonriendo.

—Y por eso soy su tía favorita— La tía H. se levantó y sacudió sus hombros como si hubiera alguna mota de polvo en su suéter de lana, en un gesto que decía — ¿Cómo les quedó la cara, arepas quemadas? — pero no era el gesto, ella de verdad, había dicho aquello.

—No eres su favorita— tía Joanna se bajó de Caleb, quien procedió a sobarse la espalda para mirar con resentimiento fingido a la tía J. En el fondo, se amaban demasiado como para admitirlo— Lo que sucede es que no quiere herir tus sentimientos. Pero yo, Joanna Cietle, le compraba dulces a escondidas y hacía que Cassie no le comprase cosas ridículas para Navidad ¿No es así, Jack frost?

—Diciéndolo así hasta yo me creo que eres buena tía— dijo Caleb.

—Lo soy, mocoso.

—Como digas, calva.

—Ninguna de ustedes es su favorita— masculló tía G. engullendo el helado— Su favorita soy yo. Yo estoy embarazada— continúo con su tarea en el helado. Al ver la cara de consternación de las otras, decidió explicar cuando vio que nadie entendía como estaba relacionado su embarazo con el favoritismo— Estoy embarazada. Ahora soy dos seres.—hizo un gesto con sus manos— Duh. Dobles, en otras palabras, el amor que me tenía Luxen, se multiplicó por dos, porque ahora soy una doble persona. 

Todos intentaron comprender su explicación, en tanto ella seguía devorando el helado sin hacerles el menor caso, de hecho, hasta abandonó la sala para hallar otra cosa que comer en la cocina. Mi preciado helado estaba en el olvido.

—En fin. — resumió Luxen— A pesar de que me gusta Castiel, y soy extremadamente guapo...

—Lo eres, honey. — apoyo la tía J.

— ¡No intentes ganártelo, Joanna! — exclamó tía H.

—No lo hago—dijo aunque un guiño se desplazó en mi dirección al verme.

—Como decía, a pesar de mis obvios atributos— señaló su rostro— y desventajas claro...

—No hay desventajas en ti, Lu bebe.—la tía Joanna sonrió amable.

— ¡Joanna, para!

—Sé que me aman— sonrió en nuestra dirección— Pero estoy enfermo y...

— ¡No empieces a decir tonterías como Joanna! — Interrumpió tía Harriet, quien tenía las mejillas coloradas— Eres una persona especial, Luxen, con o sin enfermedad. Tienes una personalidad, eres más que células confundidas y malévolas. Eres un montón de cosas buenas, Lu. Y si ese cara de mono albino no quiere aceptarlo, pues que se vaya buscando unos lentes— La tía le dirigió una mirada cariñosa— Hay muchos peces en el mar y tú definitivamente, eres alguien increíble, como para conformarte con alguien que no te vea así.

—Y si no te trata bien, siempre puedo volver a la secundaria y ser una bravucona— Tía Joanna hizo una cara de matón de esquina que parecía más la de un perro enfurruñado.

—No eras una bravucona— reprendió tía G. — Pero las apoyo, si te lastima, siempre tengo una pala en mi camioneta por si acaso. Uno nunca sabe. — ella hizo un gesto como de golpear algo— También tengo un bat—encogió sus hombros — Soy una mujer embarazada, necesito saber protegerme.

—Y yo le destrozaré el rostro si te hace algo— apoyó Caleb.

—No creo que haga falta decir que yo haría— dije mientras despeinaba los cabellos de Luxen, que nos miraba como si estuviesemos locos, lo cual no era novedad.

—Aun así, tampoco creo que sea correcto. — admitió jugueteando con sus manos.

Amor prohibido murmuran por las calles...—canturreo tía G. desde la cocina.

—El amor no se trata de si es correcto o no. Se trata si de esa persona y tú juntas, pueden hacer cosas correctas por el otro. — Explicó la tía Harriet.

—También de si a esa persona le gustan los chocolates— dijo mi mamá apareciendo con una toalla enredada en la cabeza y acercándose a la sala para darnos una explicación, acerca de la relación entre los chocolates y el amor de tu vida. — Si le gustan los chocolates, tendrás que compartir todos los chocolates que te den con esa persona. Más si no le gustan los chocolates, podrás comerte todos tus chocolates, sin compartir. Primera regla: Conocer a esa persona, sobre todo si sospechas que es amante del chocolate.

Mamá se dejó caer en el mueble con un suspiro de cansancio. Y entonces note, que no estaba alarmada ni preocupada, y tampoco venia a hacer un cambio de ropa, de hecho, tenía una toalla en la cabeza, por lo que no tenía apuro en salir o usaría el secador. En otras palabras, había pedido una licencia. Sonreí porque mi madre en ocasiones requería de vacaciones pero el trabajo la consumía tanto, que la palabra vacacionar o dia libre no estaba ni siquiera en su diccionario.

Me dejó caer en el mueble, y Caleb se acerca con un mohín en dirección a Cassie Cietle, intentando adivinar si mi mamá aun esta enojada con él por no avisar ni dar señales de vida, de no ser por las llamadas constantes de mamá, no hubiésemos sabido nada acerca de su persona. Aun así, a pesar de ello, mamá le dirige una mirada entre divertida y amorosa.

—Quita esa cara, Caleb— dice divertida— Con esa cara me recuerdas a las caras extrañas que hace Joanna cuando lee sus libros.

Caleb recibe luz verde, y se acomoda a un lado de mamá, recibiendo un revolvimiento de cabellos.

— ¡Dejen de meterse con mis libros! — tía J. Dramatiza al tiempo que también se deja caer en una de las esquinas del gran sofá del centro en el que nos encontramos.

—Deja de ser tan extraña y lo haremos— tía Harriet se deja caer en la esquina contraria quedando a mi lado.

—No puedo dejar ser yo— dijo Tía Joanna antes de suspirar dramáticamente— Eso sería una gran pérdida para el mundo, en general.

—Por supuesto que sí— dijo tía Gabriela antes de hacerse un espacio entre Caleb y ella. Caleb termina siento apretujado como sándwich entre ambas. Y tía G. casi llora— Estoy gorda.

—No, tía— dice Caleb arrimando a tía J. — Si ya ves que cabemos todos.

En realidad, no estaba afligida por eso, su sonrisa victoriosa luego de recibir más espacio, me confirmó que era así.

—O tal vez sólo estoy rellenita de amor— dijo ella mirando un bulto un poco visible en su estómago.

Mamá centró su atención en Luxen y él se ubico junto a ella. Ella tenía ese poder. Una clase de campo magnético que poseían todas las mamás para unir a los elementos de una familia, o los pedazos de alguno de los miembros. Las mamás eran simplemente otro nivel.

—El amor no siempre es bueno, Luxen— ella arrugó su ceño, y por un momento afirme que ella sabía perfectamente que era así. Había costado mucho para que dejase atrás a esa persona que le hacía daño, había costado mucho que dejase sus miedos de lado para salir y dejar de depender. — El amor daña, hiere, corroe.El amor destruye de maneras que son casi imposibles de entender— para ese entonces ya Luxen apoyaba su cabeza cerca de la mía y ambos nos encontrábamos cerca de ella, lo suficiente para que las conversaciones de las tías no perturbasen la que teníamos con ella— Pero de la misma forma, el amor sana,reafirma, reconstruye. Tú no puedes evitar que el amor haga desastres contigo.Pero si puedes elegir que hacer después. Si aprender y reconstruirte —suavizó su tono — o terminar de romperte y caer.— hizo una pequeña pausa—Si tienes la oportunidad de escoger. Siempre elige seguir. Siempre aunque el camino esté gris. Te confieso algo. Después de una fuerte tormenta, siempre hay una taza de chocolate caliente esperándote.

.☀.

AAAA esto no acaba aquí, por lo que no haré notita larga. Segundo capítulo del maratón en la siguiente parte osiosi.

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