Capítulo #11. "Flores Muertas"
Capítulo dedicado a la poderosísima el_sombrelero_loco¡Espero lo disfrutes! Un Kisito ¡Gracias por comentar u.u!
Y capítulo dedicado a la hermosisima tatiana-MG¡Ojala te guste w.w! ¡Amé tus comentarios en el anterior! ¡Gracias Uwu!
Sin más que decir !Disfruten el cap!
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"Lo más importante de una persona no son sus errores, sino su esencia."
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Con la llegada de gran parte de la familia a nuestros aposentos. Mama y yo habíamos tenido que crear un plan de contingencia para el batallon. Habíamos recurrido a usar tres de las habitaciones sobrantes de la casa para que todos pudiesen descansar al igual que sacos de dormir por si las camas no eran suficientes. Mamá había decidido acobijar en su cuarto a mis tías Harriet y Gabriela, con quienes se había contentado después, y a quienes había oído gritar con la historia de un casi amor empresarial. Y En mi habitación, había dejado quedar a Amanda y a mi abuela que había dormido conmigo esas noches, contando chistes y chismes.
Pero toda la emoción y alegría quedo atrás y se volvió en una mezcla de nostalgia y caras tristes, cuando el final del fin de semana llego, y con él cada cual debiendo partir a sus respectivos hogares.
Tío Kaden y Tío Ray habían tenido que llevarse a la abuela a rastras, porque había dicho que mamá no cocinaba adecuadamente para mí, Luxen y Caleb, quien aun se quedaba con su novia. La abuela había dejado alrededor de cincuenta galletas hechas con pasteles.
Las tías se habían ido a sus apartamentos. Todas habían acordado con mamá para hacer una pijamada el fin de semana siguiente.
Las primas también se habían marchado con la bisabuela. Y la casa volvía a su extraño silencio, el cual estaba brevemente interrumpido por los berridos de Luxen cantando Ricardo Arjona y Sin bandera. Jack y él, habían mantenido contacto, y el castaño le había recomendado un sinfín de canciones para colocar un tenedor en un tomacorrientes. Exceptuando aquello, nuestro fin de semana había transcurrido con normalidad hasta el lunes.
El lunes llegó, como símbolo de terror y auspicio, y tal como su nombre producía escalofríos y malos augurios. Así se avecinaba aquel día, que pintaba ser malo, pero que resulto ser muy bueno.
Al llegar a la escuela. Luxen y yo nos despedimos, partiendo cada uno a su respectiva clase. Yo, Matemáticas, Él, Historia.
Luego de un bloque de tres clases. Llegaba el muy esperado recreo. Y con él, las sorpresas de la fiesta apareciendo. Luxen devoraba un sandwuiche de Nutella con ansias mientras yo pellizcaba mi gelatina color verde.
En el lugar el bullicio se mantenía. La cafetería, se alzaba en paredes blancas y folletos acerca de la alimentación y nutrición. Las mesas eran circulares y se extendían a lo largo de lugar. En el sitio se concentraba más de la mitad del alumnado, y la otra quinta parte sobrante prefería las gradas u el patio. Haciendo uso de las preferencias y distinciones en el alumnado. Todos tenían una mesa respectivamente asignada, Luxen y yo habíamos sido afortunados al no elegir una que estuviese cerca del basurero o de donde generalmente se daban las peleas de comida.
Una sonrisa se ubicó en el rostro de Luxen al ver algo detrás de mi cabeza, al voltearme aprecie cuando cinco personas se alzaron adelante de nosotros. April, Chase, Ivan, Charlotte y Jack se posicionaron en nuestra mesa haciendo que el espacio que generalmente estaba vacío estuviese lleno, y en el, un extraño silencio interrumpido por Jack
—¡Llego, Jack! Nuevo y mejorado— Jack hizo un gesto con las manos hacia arriba y sonrió mostrando su dentadura blanca dejándose caer estruendosamente en su asiento— Ya no sufro por el pasado. Ni por heridas que quemé con limón y sal. Soy un nuevo Jack. ¡Mundo, preparate!— hizo una especie de rugido que sonó como un rwar de gatito.— Voy a por ti.
—Jack...— susurro April con paciencia — Hace...— miró su reloj— doce minutos estabas llorando en el baño.
—Yo no lloraba— farfulló Jack— Es que me entró una pelusa en el ojo.
—La primera fase en una ruptura es: La aceptación — dijo Charlotte.
—Yo acepto que soy hermoso.
—No, Jack, eso no.— negó April — lo otro.
—¿Mi ego? Se que es algo que tengo que mejorar. Pero el mundo se encarga de decirme que no soy suficiente, un poco de ego y de autoestima nunca esta de más.
—Eso Tampoco.
—¿Entonces que?— preguntó enfurruñando su ceño como un niño al cual le quitan su juguete.
—Sentimientos— dije simple.
—Acepta que la quieres y acepta que ella no lo hace para superarla.— continuó Luxen.
—Dicho de esa forma, suena fácil — comentó Ivan— Pero no lo es, es una ilusión. Es como cuando se esparció un rumor de que One direction iba a volver y fue falso.
—De hecho, es muy sencillo— prosiguió Luxen— Alejas lo que te haga daño siempre. Y si esos sentimientos te hacen daño, destruyelos como puré de papa.
—No es así— irrumpió Ivan— Cuando quieres a alguien una pequeña parte de ti se aferra a esa persona, no te levantas un día y dices ya no la quiero. Duele porque cuando te das la oportunidad de enamorarte te expones, a un campo de bombas con una cinta en los ojos. Le das la posibilidad a una persona de destrozarte en un segundo porque la quieres. Es como una muerte súbita.
—Ya no quiero enamorarme — chillo Jack— ¿Alguien me devuelve al vientre de mi mamá? Diosito, llevame, puedo montar unos fiestones en el cielo.
—No te apresures, Jack— Charlotte palmeó su espalda— Superar a a una persona es difícil mas no imposible. Lo lograrás.
—Esa chica debe estar mal de la cabeza para no querer a este saco de abono— dijo Chase mirando a Jack desde la esquina, al castaño se le iluminó la mirada.
—¿Me hiciste un elogio?— colocó ojos de cachorrrito— Siempre fuiste mi favorito, chisito.
Luxen soltó una risa ante el apodo. Chase gruño.
—No nos perdamos del tema — volvió a retomar April— Objetivo: hacer que Jack supere a la chica. Obstáculo: Jack.
—Y su corazón de pollo.
—¡Oigan! No soy un pollo. Siempre me sentí identificado con los flamencos. Ellos si que tienen estilo.
—Los gatos son mejores.— silbo Charlotte.
—Oh, y Dime ¿Donde esta el plumaje rosa exhuberante en esas bolas peludas diabólicas?
—Los flamencos no te calman la frecuencia cardíaca.
—¡Ajam!, pero al menos no te comen si mueres.
—Inteligencia superior a los demás animales.
—Plu-ma-je color rosa diva.
—¡Chicos! No se distraigan.— regaño Ivan— Recuerden el tema.
—El problema de corazón de Jack.— apunto con una zanahoria Luxen.
El mencionado bufo.
—¡Acerca de eso! Estoy bien— tranquilizó Jack— No estoy sufriendo. Ya les dije, soy un Jack nuevo. Fui a un taller mecánico del corazón y conseguí uno mejorado.
—Jack, si los corazones se pudiesen cambiar cada que nos duelen. El mundo estaría menos roto.
—¡Chist! Estoy bien, enserio— repitió — Dejen el tema, pesados.
Todos hicimos silencio y seguimos comiendo dirigiendo miradas furtivas hacia el castaño Chase soltó un bufido quejoso ante tanto silencio.
—Me duele la cabeza— dijo sobando su frente— Definitivamente me excedí con las copas y definitivamente no me arrepiento pero definitivamente tampoco recuerdo mucho.
April abrió su boca en una especie de oante la declaración del chico motociclista de nuestro grupo.
—¿Bebiste? ¿Realmente bebiste? Con la resaca del viernes...El alcohol y yo hemos tomado distancia— ella lo miró como si fuese una especie de maquina— él debe estar en las discotecas y yo debo seguir tomando chocolate caliente.
Charlotte también miró impresionada al chico.
—¿Cómo pudiste seguir bebiendo?— se tomó la barbilla con curiosidad— Yo apenas y puedo oler tequila sin querer vomitar.
Chase se encogió de hombros.
—Algunos le dicen experiencia. Yo le digo, El poder Chase.— los ojos de Chase se iluminaron al nombrar su habilidad fiestera.
Ivan rodó sus ojos castaños.
—O beber impulsivamente para conseguir cáncer de riñon.
—Una cirrosis aguda.— siguió Luxen
—Y terminar en AA. contando tu historia— apostilló April.
El pelinegro mencionado encogió sus hombros con una sonrisa.
—Ya me confese con ustedes.— las chicas sonrieron y los chicos intentaron ocultar la curva en sus rostros. Definitivamente Chase bebía mucho y definitivamente ese día que habían compartido todos, había sido el comienzo de algo. Del conjunto o unión de ciertas personas, una especie de club de amistad.
Luxen dio otro mordisco a su comida y todos empezaron a hablar de distintas cosas, dejando el tema de Jack atrás.
—En noticias nuevas— comenzó Charlotte— Me enamoré de otro personaje de mis libros — hizo un mohín — Este es un buen chico...
—Como yo— Jack guiño un ojo.
—Prefiero los bad boys— dijo April
—Por ti puedo serlo— continuó Jack haciendo reír a la rubia.— Por ti, baby, seria batman.
—Tranquilo, Vaquero— La rubia le dio palmaditas — Intenta conquistar un corazón a la vez.
—¿Bad boys o Good boys?— cuestionó Ivan— Según la Rosa de guadalupe. Las chicas prefieren a los malos.
Bufe entre dientes.
—Las chicas queremos chicos reales con sentimientos.— dije.
—Las chicas queremos que los personajes ficticios salgan de los libros y películas— siguió April.
— Los chicos también queremos cosas— habló Chase indignado.
—¿Qué clase de cosas?— cuestionó la rubia altiva.— ¿Una cerveza que nunca se acabe? ¿Un carro último modelo? ¿Una forma de hacer pipí sentados?
—Si y no, rubia prejuiciosa— dijo Ivan— Nosotros a veces también queremos cosas reales.
«—Los chicos queremos amor y sentimientos también— prosiguió Ivan.— Pero en esta etapa de la vida, lo único importante no es el amor, sino divertirse.
—Bien, si ustedes dicen.
—Chicos, bueno, gran charla— termino rememorando Charlotte— Aquí va lo importante. Estoy buscando un ritual para sacarlo del libro.
—¿Ritual?— repitió April con una mueca.
«—Si. Ritual, velitas, demonios, y circulos de salesita ¿Quién me ayuda?
En la mesa se instalo un silencio. Y April tuvo que sostener la mano de Jack que iba a subir con emoción, y la cual bajo cuando la rubia le explico lo que era un ritual y la presencia posible de fantasmas. En ellos.
—Es una extraña y sumamente peligrosa cuestión la que propones— intentó decir Luxen.
—Es una mala idea— aclaro Chase haciendo enojar a la pelinegra.
—Pero...— buscó hacer un mohín.
—No rituales— dijo Ivan— Siempre terminan mal.
—Cierto.— Apoyé— En todas las películas que he visto, siempre se termina con un fantasma fastidioso encima y todos muriendo poco a poco. No los quiero perder.
—Yo he oído que los demonios son clasistas y conservadores — dijo April como si fuesen de lo peor.
—Sin mencionar que podemos hacer otras cosas mejores.— agregó Luxen.
—¿Hay algo mejor que hacer rituales?— preguntó la pelinegra.
—Dormir, comer, ver televisión...— empezó a enumerar Ivan— volver a dormir. La buena vida.
Sonrió.
«— Te aseguro que ninguna implica un posible demonio poseyéndonos.— afirmo el pelinegro.
—Agregale a un Jack sonriente por la no-presencia de fantasmas— continuo el castaño.
—La buena vida no es exactamente eso pero tienen un punto—apoyé.
—Un punto aburrido.— farfulló sin terminar de convencerse.
—No se refería exactamente a eso...—retribuyó Luxen llamando la atención de todos, incluso la de Charlotte que aun tenia en mente aquello.— La buena vida también es disfrutar ¿Por qué no salimos?
—¿Salir a donde?
—¿Qué tal...no sé ¿Un parque de diversiones? ¿Una salida al cine? ¿A un bar? Hay un bar en donde siempre dan conciertos— nadie parecía muy convencido al respecto.
—Los parques de diversiones me dan nervios— admitió Jack.
—El cine apesta porque no me dejan parlotear— dijo Charlotte.
Todos lucían indiferentes y no convencidos. Luxen no se dejo llevar por ello. Prosiguió
—Bueno, Y ¿Qué tal...? ¿Una escapada a la playa?
Playa. Arena. Sol.
La mesa que antes estaba renuente a la idea de salir se lleno de Víctoreos, y algunos grititos de emoción en señal de apoyo. Las caras pasaron de desesperanza a emoción. Esa idea si que les gustaba.
—Suena Estupefantastico— dijo Charlotte pitufando la conversación.— ¿Quien quiere invocar demonios clasistas y conservadores si podemos ir a la playa?
—Yo iré.— afirmó Ivan.
—Me apunto— siguió April.
—Mi nuevo yo, el cual no siente nada por Cristina, también necesita ese cambio— dijo limpiando una pelusa invisible de su camisa de felpa— Ya saben, vida nueva, mente nueva, corte nuevo, trasero nuevo, corazón...
—Oh, esa que veo allá es...— achico los ojos Charlotte.
—¿Es Cristina?— preguntó April haciéndose la desentendida.
Sólo faltaron dos segundo para que el castaño se emocionará.
—¿Dónde? ¿Dónde?
La cabeza de Jack se movió cual suricata.
—En tu corazón — respondió April haciendo que Jack le deshonrase a toda su familia y, por supuesto, a su vaca.
—Eso es jugar sucio, April prejuiciosa. Además, sólo quería comprobar que no estuviese dándole un ataque al corazón porque me rechazo y se arrepintió— se excusó con las mejillas rojas.—Ustedes saben.
"Ajam" murmuró una Charlotte en reproche. A lo que los demás comenzaban a fastidiarlo nuevamente y a sacar nuevos temas. Estaban preguntándole a Chase algo sobre asistir a la playa y manejar, y él confesando que sentía cierto miedo a la arena y al sol. Cuando mis ojos se fijaron en algo llamativo, o más bien, en alguien.
Un chico pelinegro con ojos grises conocido. No lo había visto desde la fiesta. Y sin duda aún no me acostumbraba a su look despreocupado.
Llevaba, como cosa rara, una chaqueta, pero esta era de cuello bajo,abajo de ella una camiseta negra ajustada, tal vez mi vista fallaba pero se alcanzaba a ver si prestabas atención un especie de delgado bulto en el pecho. Sus jean ajustados remarcaban sus piernas, lo cual hizo que mis mejillas se sonrojasen. El aire desastroso que le otorgaba su rostro sólo lo hacia ver más atractivo. Y ahí, luciendo como una perdición, me pregunte si yo sola veía el bombón que se sentaba en la cafetería.
Me consideraba una persona en extremo observadora, pero por mismo, también despistada. Y si Asher si había cursado cuatro años de preparatoria en la escuela ¿Cómo nunca le había visto? O...¿Cómo nunca había sabido casi nada de él? Había estado tan centrada en Luxen y mis problemas que no había podido ver más allá. No había podido ver dos metros a la izquierda.
Nunca me había fijado en él, o en alguien más, que no fuese Luxen u Oliver, pero Oliver se había ido hace mucho tiempo atrás.
Y Asher era como si siempre hubiese estado cerca de mi pero nunca lo suficiente para que pudiese verle.
Tenia varias teorías acerca de él y los que le rodeaban, puesto que parecía que todo el mundo lo ignorase. Era una especie de tratado silencioso contra él ¿Él se había alejado de ellos? O ¿Todos habían decidido un día no dirigirle la más mínima mirada? Porque ahí sentado nadie le dirigía ni una sola mirada, o alguna palabra. Él estaba solo, ahí, apuñalando a su manzana con destreza.
Quizas le daba miedo a todos.
O quizás nadie había querido estar lo suficientemente cerca.
¿Él simplemente era siempre tratado así? Creía que los chicos guapos siempre llamaban la atención. Y él lo hacia, tenía el aire de un bad boy, como había dicho Ivan, aquello atraía.
Era el chico con él que saldrias por un verano y tendrías una historia para contar, o ese por el que con una sola mirada babearias.
Pero en cambio, sólo había indiferencia hacia él, y él, enviaba la misma emoción, ni un solo sentimiento, ni un solo gesto.
O eso hasta que nuestras miradas se cruzaron. Y una parte de mí colisionó en certeza.
Tuve el impulso de decirle que se sentara con nosotros. O podría sentarme con él. Después de todo, eramos medio amigos. Eso era algo.
Él pareció prever mis intenciones y negó con su cabeza. No. No quería.
Pues tampoco es que me interesase mucho lo que él pensase. Le llevaría una mandarina para que comiese y estuviese saludable. Y le preguntaría si había conseguido dormir. Pero él leyendo mis acciones, se retiro de allí. Antes de que pudiese acercarme o si quiera decirle algo, él se alejo.
Que extraño.
Luxen chasqueo los dedos delante de mi rostro, devolviéndome a la mesa.
—Tierra llamando a Lux— hice un sonido en señal de que ya no estaba en un viaje astral.
—¿Cuántas personas iremos?— preguntó Chase, a quien habían convencido a penas por su miedo a la arena y el sol— Quiero llevar a alguien.
—Y yo— se apresuro a decir Jack a lo que Charlotte hablaba.
—No se pueden invitar a personas llamadas Cristina— advirtió.
—Yo no— Jack rodó sus ojos azules.
—Bien. Yo no quiero invitar a nadie— dijo April— Creo que somos suficientes así. Pero puedo preguntarle a mi tío si nos puede prestar su Jeep. Así, si somos muchos podemos encajar.
Charlotte se introdujo en la conversación.
—Yo no pudo hacer un ritual para sacar a los personajes de mis libros. Así que supongo que no llevaré a nadie. — colocó una mano en su barbilla— Tal vez se colé mi hermano. Puedo llevar algunas chucherías y frituras.
Todos ubicaron sus rostros hacia mí e Ivan, el segundo dijo.
—Yo llevaré los juguetes de playa. Y puedo hacer emparedados — informo— No creo llevar a nadie.
—Quiero llevar a alguien — me apresure a decir — Luxen, la persona y yo llevaremos las bebidas, refrescos y demás gaseosas.
Luxen hizo un gesto de confusión, y yo me limite a mantener el nombre del chico en secreto, no sabía si él quería ir.
—Llevare malvaviscos y chocolates — dijo Jack.
Todos asentimos y Luxen afirmo.
—Seriamos nueve. Partiríamos el viernes temprano.
La seguridad de su plan me hizo voltear a verle.
—¿Nos saltaremos clases?— pregunte un tanto sorprendida. Nunca lo había hecho por algo como una salida. Y Charlotte que tenia notas muy buena también se quedo sorprendida.
No era que rompiesemos las reglas siempre.
—Definitivamente nos saltaremos clases. Además, estoy casi seguro que vida sólo hay una y clases, demasiadas.
¿Cómo replicar ante tal razonamiento?
Con ese pacto sellamos nuestra ida a la playa. Entre discusiones y demás, decidimos no planearlo mucho. Generalmente, si las cosas se planean en demasía no suelen darse.
Y aunque estábamos con muchas ansías de ir a la playa. Una mínima parte de mí me preguntaba.
¿Asher aceptaría ir?
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Las clases culminaron luego de otros tres bloques. Luxen se había marchado a un starbucks cercano afirmando que había algo que tenia que hacer. Y los chicos se habían ido a sus casas, al menos April y Charlotte que habían dicho tener un examen importante de historia. Chase había dicho que necesitaba ir a un lugar e Ivan se había marchado informando que pronto pasarían sus novelas favoritas. Jack dijo que durante las horas de la tarde conquistaría al mundo.
Me encontraba en uno de los baños de la escuela limpiando parte de mis zapatos por una paloma que había decidido hacer sus necesidades muy cerca de mí. Y Estaba a punto de borrar el verde caca que se había tatuado a mi zapato cuando un lloriqueo me hizo voltear al último cubículo del baño.
Esta escena se me hacía parecida, y aunque iba tarde a la convención de Arte, a la cual asistiría, no pude evitar mirar hacia el cubículo.
¿Castiel había hecho de las suyas nuevamente? Podría.
¿Un fantasma? No, los baños apestaban, no parecía ser un buen lugar para que los fantasmas viviesen.
¿Un demonio matador de chicas en el baño? Charlotte no había hecho el ritual ¿Cierto?
Debía de ser alguien.
Aporre la puerta del baño con suavidad y Murmuré un "¿Hay alguien ahí?". Los lloriqueos pararon por algunos segundos, y lo único que se alcanzo a escuchar fue una respiración irregular, el silencio ahondó en el lugar. Tal vez no debí ser entrometida. Tal vez no debí aporrear la puerta. Tal vez si era un fantasma e iba a morir. O tal vez simplemente era alguien triste.
Las opciones más sencillas a veces son las correctas.
Y aunque no espera que pasará, el pestillo hizo un casi inaudible clic antes de hacer que la puerta se deslizase hacia atrás y mostrase a una chica.
La chica que me devolvió la mirada, en definitiva no era un ser del otro plano pero estaba echa polvo. Sus mejillas se encontraban rojas debido al llanto al igual que su nariz hinchada por los constantes hipidos que había soltado, y su respiración aunque intentaba sonar calmada, era irregular, como toda ella, como si en cualquier momento fuese a romperse. Era rubia y tenia un par de ojos color verde que a pesar de estar hinchados eran bonitos.
Ella me dió una repasada con hastío antes de mirarme.
—¿Por qué tocaste?— sonó más a reproche que a pregunta.
—Oí sonidos extraños y me acerqué a averiguar que eran— encogi mis hombros y ella me dio una mirada de extrañeza.
—Las películas te enseñan que lo peor que deberías hacer cuando escuchas un ruido es acercarte— habló ella con voz baja pero dura.
—Supongo que es así — afirme— Pero en "Un monstruo viene a verme" Lucy escucha ruidos y no era nada malo. Aunque un gigante puede ser malo para la mayoría esas no eran sus intenciones. Era diferente.
—Mejor prevenir que lamentar— dijo ella pasándose el dorso de su mano por sus mejillas disimuladamente.
—No eres un fantasma.
—No.— negó con firmeza — Soy peor— declaró dirigiéndome una mirada extraña— Dicen que no hay que temerle a los muertos, sino a los vivos. Tienen más probabilidades de hacerte daño.
—Ente un ladron y un fantasma, creo que prefiero el ladron— me detuve unos segundos a pensar si era lo correcto, pero no perdía nada preguntando, así que deje de cambiar el tema y pregunte — ¿Estás bien?
La chica hizo una mueca como si la pregunta le ofendiese.
—Siempre lo estoy.— hizo una inclinación —No tengo debilidades. Las debilidades quiebran. Estoy de lo mejor.
No era mi asunto y había dado un giro comprobando que todo estaba bien hasta que la escuche soltar un resoplido y me devolví. Ella ensancho una mirada de víbora venenosa.
—Creí que te ibas— dijo.
Una idea loca pasó por mi cabeza. Y las ideas locas están para seguirse y luego afrontar las consecuencias.
—Te propongo un trato.— hice un gesto de negociante de las Vegas.
Enarcó sus cejas
—Puedes contarme que te aflige para sacarte ese dolor de encima— mordi mi labio pensativa— Y también te contaré algo a cambio. Sera una especie de intercambio de cargas. Así nos desahogamos y estamos un poco más libres.
Ella no pareció convencida así que continúe.
«—Somos desconocidas no podemos juzgarnos. Y aunque estemos en la misma escuela, no creo que nos volvamos a encontrar.
Su mirada ponzoñosa se formó en una pequeña arruga entre sus cejas.
—¿Por qué haces esto?— cuestionó insegura.
—Porque todos necesitamos desahogarnos de vez en cuando— afirme— Así sea con desconocidos en baños tenebrosos.
—Bien. Comienza tú.
Su mirada dudosa me observó con curiosidad. Me senté en el lavamanos de la escuela sintiéndome como toda una rebelde y creando un círculo de confidencialidad. Abrí y cerré la boca un par de veces insegura, lo que estaba a punto de decir era algo que apenas había descubierto hace poco, y de lo cual no tenia ni idea acerca de como sentirme.
—Creo que me gusta un chico.—ella bufo con exasperación.
—¿Eso?— alzo una ceja mientras negaba— ¡Bah! Si no está tan mal.— hizo una mueca— A menos que seas homosexual y tengas una novia. Esos si que serian problemas en el paraíso...o en el infierno, dependiendo claro.
Negué de nuevo.
—Me gusta un chico. Pero no puedo estar con él — proseguí.
—¿Y eso...? Es ¿Por qué?
—Me prometí a mi misma que esperaría al indicado— ella casi parece atragantarse con su saliva y colisionar en medio del baño.
—¿Esperar? ¿Así como Hachiko en la estación de tren?— hizo un mohín — Eso es obsesivo...Aunque...
—No, no, no— negué rápidamente a lo que su ceño se fruncia un poco más más — Sólo no sé si este chico es lo que quiero para mí o lo correcto, no sé si me entiendes. Él es común, o quizás diferente, solo que nadie lo nota. Es como el clima, a veces puede estar soleado y otras veces nublado. A veces habla poco o nada y otras veces pienso que seria un buen parlanchín. Le gustan las chaquetas, creo que tiene una adicción con ellas, y lo he visto apuñalando manzanas. Es tierno. Sólo que cuando siento que avanzo un paso hacia él, es como si retrocediera dos— ella asentía y analizaba cada palabra con atención — Me atrae y siento cosas extrañas con él, pero tengo miedo de que no sea correspondido y me trabe con una pared.
Ella ubico sus ojos verdes nenúfar en los mios antes de responder.
—No deberías dejar que alguien más decidiese que es bueno o malo para ti. Tú sabes lo que te hace daño o no. Y tú, también conoces lo que te gusta. La vida está llena de riesgos, cariño. Siempre es una perra que te coloca a elegir entre cientos de cosas, pero ante todo, elígete a ti, elige tus sentimientos, elige tus sueños, elige tus metas y tus errores. Si te tienes que arrepentir de algo, que sólo sea por ti. Y, si ese chico se comporta reacio y sigue sin querer abrirse a ti, tú me avisas y lo secuestramos, hay otras formas de hacer hablar a una persona— dijo misteriosa.
—De acuerdo. Pero nada de vísceras ni sangre.— ella alzó sus manos en son de paz— Me elegiré a mí y si con ese chico, no funciona, me alejaré — ella aplaudió entusiasta. Esta vez fui yo quien la miro con una ceja enarcada.
—Chicas empoderadas. Pronto dominaremos el mundo, solo esperen.
—Tengo pruebas y 0 dudas.
Ella sonrió antes de que la mirara de nuevo.
—Pero aun tengo otra duda, no acerca del empoderamiento femenino. Eso es tan real como Harry styles.
—Suelta la sopa, extraña.
— ¿Qué te ocurría a ti? ¿Por qué parecías un fantasma vengativo?
—¡Error de nuevo! — me miro enojada—No soy un fantasma, soy peor— alegó para luego inflar sus mejillas y desinflarlas hasta conseguir hablar.— Y lo que ocurrio fue que se me metió algo en el ojo.
—Claro.— declaré — Y Zayn no se fue de One direction.
—¿Zayn?— le dirigí una mirada reprobatoria más que por no conocer acerca de One direction, por no querer contarme. Finalmente se rindió — Te contaré.
—Soy toda oídos.
—Es que recordé una película — gruñí y ella frunció su ceño— Una película nostálgica y tonta.
«—Pregunta acerca de ella.— animó.
Dude un momento antes de sentarme en el suelo. Tenia que ir a una feria de Arte pero esta conversación se me había hecho agradable.
—¿Era muy triste?— pregunté observando los dibujillos y demás palabras que estaban marcadas en el baño.
Ella jugueteó con sus manos antes de observarme y asentir, para contarmela.
—Trataba sobre una chica que quería a un chico— tragó en seco antes de continuar— Ella siempre había querido a aquel chico, su vida giraba en torno a él, como si él fuese un propulsor mágico que pudiese llevarla directo a las estrellas. Pero entonces, el chico tenia problemas pasados. Estaba obsesionado con alguien, con la idea de hacer pagar a una persona que le había quitado algo muy precioso a él. Otra chica. Entonces, ahora él se desvivía por la venganza hacia la persona, y la chica se desvivía por quererlo a él. El chico corrompido por la venganza ya nunca volvió a ser el mismo, jugaba con las personas y destrozaba todo a su paso, la chica fue un daño colateral, la chica también dañó. Hasta que él la utilizo, y ella tuvo que entender y aceptar que simplemente él, no era para ella.
El silencio invadió las paredes blancas. La miré con curiosidad para proceder a dar mi opinión.
—El chico era un idiota— afirme a lo que ella río sin diversión.
—Es una de sus cualidades.
—¿Por qué la chica lo ama si él es un completo desastre?— pregunté.
—El amor actúa de formas extrañas. —se encogió de hombros —Supongo que la chica era masoquista y Eros se equivocó de flechas.
Colocó un rulo rubio detrás de su oreja.
«—Pero la chica se cansó. Ya no va a sufrir por él y tampoco destrozará a nadie. No puede romperle el corazón a más personas y tampoco formará parte del daño que se hará el chico. Antes de amar a cualquier persona, tenemos que aprender a amarnos a nosotros mismos.
La chica sacudió sus pantalones y salió del cubículo del baño para dedicarse una sonrisa frente al espejo. Me levante del suelo y la observe con admiración, compasión y un extraño sentimiento de fraternidad.
Todas las personas sufríamos, sólo que no dejábamos ver el dolor. Sonreímos con lágrimas en los ojos. Nos levantabamos aunque nos doliesen las rodillas. Tomamos espacio para no rompernos. Y existimos.
Ella me dedico una última mirada antes de comenzar a maquillarse. Su rostro paso de ser miserable a ser el de una reina de belleza. En cuestión de segundos.
—Gracias por escucharme — apretó mis hombro con cariño y se limitó a decir— Te aconsejo, nunca ames demasiado a alguien que no va a poder devolvertelo en el mismo nivel en que tú lo das.
Continuó maquillándose y yo supuse que era el momento de irme. Estaba casi segura de que apenas saliese del lugar la chica seguiría llorando, pero estaría bien, dolería mucho, pero habría un momento en donde dejaría de hacerlo. Y ella volvería a ser la misma. Tampoco es fácil dejar de amar a alguien de la noche a la mañana y darte cuenta de que más que quererte te lastima.
Al salir observé mi reloj con curiosidad. Aun quedaba media hora de la exposición de Arte a la que planeaba ir, entre corrí y camine para llegar a la parada de autobuses. En cuestión de diez minutos estaba llegando al lugar.
Pasee por las calles atestadas de gente. Y por la esquina que alguna vez pinté, estaba un poco más deteriorada que la última vez, requería de una buena capa de pintura. Zizagee entre las personas hasta llegar al lugar. Aun quedaban quince minutos de exposición y planeaba disfrutarla al máximo.
La chica rubia aun rondaba por mi cabeza, tenia una historia ligeramente triste. Tal vez debería pintarla, y así nunca olvidaba su historia.
Sus palabras aun hacían eco en mi mente.
«Nunca ames demasiado a alguien que no va a poder devolverte el sentimiento en el mismo nivel que tú lo das»
Amor. Cosa espantosa y deprimente, como feliz y necesaria. El amor movía al mundo, así que era previsible que tarde o temprano me enamorase. No me arrepentía de haberlo hecho.
Había querido mucho a un chico llamado Oliver. Oliver tenia ojos verde claro y pecas en sus mejillas y orejas. Tenia un corazón del tamaño del mundo y un delirio por los países extranjeros. Cuando se le dio la oportunidad de irse, él no lo dudo, y yo apoye su decisión, aunque doliese, él no seria feliz aquí.
Así que lo mejor era que se fuera. A veces pensaba en él, había sido el primero en muchas cosas. Primera cita, primer beso, primera vez.
Yo no me arrepentía de mi decisión al dejarlo, en el fondo, esperaba que él tampoco lo hiciese. Habíamos sido efímeros, pero lo suficiente memorables para que aun lo quisiese.
Entre en la exposición y empecé a pasear por los pasillos. Alejé a Oliver de mis pensamientos para explorar el lugar. Los cuadros eran sumamente hermosos, nostálgicos, extraños, abstractos y emotivos. Lo que más me solía llamar la atención de la pintura y de este tipo de exposiciones, era la manera en que las personas buscaban expresar algo, como podían contarte una historia usando sólo una imagen.
Los artistas al tocar lienzos, teclas de piano, u letras en un teclado, buscaban expresar algo. Podía ser felicidad, ansias, melancolía, amistad, aun así, no todos lo interpretábamos de la misma forma. La felicidad podía simbolizar tristeza para personas que vivían sumidas en los recuerdos, y la tristeza podía significar felicidad para alguien que había dejado de sentir hacer mucho tiempo.
Por ello cuando veía a Asher, intentaba observar el mundo desde sus ojos. Él no parecía sentir más allá de indiferencia y rechazo.
¿Si él veía un cuadro que expresaba felicidad...sentiría algo?
Si una persona que intenta no sentir ve nada veia un cuadro en blanco ¿Lo llenaría de colores?
¿Si vieras ahora mismo, un cuadro que simbolizase felicidad, sentirías tristeza porque hace tiempo que no estas feliz o llegarías a sentir felicidad por estar viéndolo en el momento?
Tenia la teoría de que las personas liberaban sus sentimientos mediante el arte. De forma de que cuando veíamos una película triste y llorábamos, sólo descargabamos algo que estábamos guardando, o cuando veíamos una escena sumamente triste nos sentíamos pequeñamente felices porque ese no era nuestro caso.
Liberabamos lo que teníamos guardado. Por eso existían ocasiones en que lloraba viendo cuadros alegres, o sonreía con pinturas tristes.
Sin preveerlo me había quedado embelesada con un cuadro donde dos personas estaban cerca pero demasiado lejos, sus corazones tenían colores diferentes y una pequeña y delgada linea azul los unía el uno con el otro. Estaban hechos como si fuesen un rompecabezas y algunas piezas de sus anatomía no encajaban completamente o se veían grietas.
Una parte de mí soñaba con que algún día, alguien pudiese ver mis cuadros de la forma en la que yo veía los demás y sentir algo.
La mano de la dependienta distrajo mi atención indicándome que desalojará, ya la hora había terminado. Di las gracias y pronuncie un "Que tenga linda tarde" para salir.
Caminé por las calles del lugar en busca del bus o quizás de alguna aventura. Iba en dirección a casa cuando lo vi. Lucía la misma camisa con la que le había visto en la institución y prisión llamada escuela. Su ceño estaba levemente fruncido mientras discutía con una chica de una floristería. Y eso me hizo sonreír, sonrisa que borré rápidamente.
Parecía intentar convencerla de algo y ella se negaba rotundamente, con mucho aplomo aunque él parecía no rendirse, hasta que entre tanta insistidera y algunas miradas provocativas, al ver que la fila detrás de él crecía la castaña bufo algo que no alcance a entender y él termino extendiendo dinero. La chica le dio un montón de flores marchitas y él resollo un gracias antes de seguir caminando.
Yo lo seguí con la curiosidad a mil, él solía hacer cosas extrañas. Pero esa era interesante, flores machistas ¿Para una amenaza?
¿Seria él un sicario?
Él continuó caminando para después sentarse en una banca. Dudé un momento antes de salir del árbol tras el que me había escondido para dejarme caer a su lado. Él no reaccionó y yo me voltee en su dirección.
—Hola, chico que no siente nada.
Incluso se podría decir que no había reacción como sorpresa u tristeza de ver el fastidio que había conseguido por accidente cerca de él, ese fastidio fatídico e infortunio era yo. Pero él no exploto, ni tampoco mostró algún sentimiento, se mantuvo indiferente.
—¿Cómo me encontraste?— cuestionó dirigiéndome una mirada que decía "Oye persona que no esta bien de la cabeza, sé que me acosas pero quiero que me digas como", su típica facha de soy insensible estaba presente. Su rostro se giro en un ángulo de noventa grados en mi dirección, observó mi bolso, mi rostro y el papel que tenia en la mano. Hizo una mueca— Una parte de mí, desea que ese papel no sea mi horario y tú no me estés siguiendo. La otra, quiere correr— una pausa— de ti.
Fruncí mis cejas en su dirección. Enumerando razones en mi cabeza.
—Primero, Se dice hola, ¿Cómo estás lux? Segundo, No te seguía. Ni siquiera te buscaba— de hecho sí, quería comentarle lo de la playa pero él no tenia porque saber aquello— Tercero, este papel es muy importante como para ser tu horario, y tampoco somos amigos completos para tener que saber tu horario. Y si mal no me equivoco, tú te saltas todas las clases. Para seguirte la pista, tendría que colocarte un rastreador, lo cual veo caro e innecesario, prefiero comer helado con ese dinero.
—¿Dices que ese papel es muy importante?— Asentí a lo que él en un movimiento rápido lo quitaba de mis mano y lo guardaba en su bolsillo.
—¡Oye!— golpee su hombro y él me ignoro abiertamente haciendo que me cruzase de brazos.— ¡Devuelvemelo, moco con patas!
—No.
—Pero no es tuyo.
—El que lo encuentra se lo queda.
—Tú me lo quitaste.
—Es lo mismo.
—No lo es.
—Tu también me quitaste algo.
—Mentira. ¿Qué cosa?
—Nada importante. ¿Qué haces aquí?
Gruñí en su dirección para proceder intentar aclarar mis pensamientos. Y recordar a que venía.
—. Vine a hacer negocios— extendí mis brazos e hice crujir mis huesos con seguridad cual integrante de la Mafia pesada y él hizo una mueca que decia "¿Ahora que el pasa a esta loca?"— Mama dice que hago buenos negocios. Y mamá nunca se equivoca— masculle seria.— Así que hoy negociaremos.
Él casi se ríe en mi cara.
Bueno, en realidad. Mi mamá no decía eso. Ella decía que era una masa de harina suave que debía ser más dura y que debía ser letal cuando alguien se me acercase.
Mamá simplemente me sobornaba con chocolate y yo hacia lo que ella quisiese, o me compraba para que comiera cosas saludables, y negociabamos hasta el punto de que yo, Lux Cietle, dejaba de comer sopa para sustituirlo con un vaso de jugo de frutas, lo cual era mejor que verduras como la papaya asesina o el brócoli.
Casi había muerto atragantada con una papaya y el brócoli, bueno, es brócoli, suficiente motivo para detestarle.
Aun así no dudaba de mis habilidades para los negocios, había visto cientos de capítulos "El precio de la historia". Y Rick, me había educado bien. Sabia como hacer que una carta firmada por un jugador de béisbol prestigioso, pasase de valer quinientos mil dolares a doscientos cincuenta, había aprendido del mejor. Y de pequeña convencía a Luxen para que tomase la medicina. Aun así, este reto era grande. Podía rebajar el valor de las cosas, hacer que Luxen sucumbiese ante mis sobornos, digo, técnicas de negocios.
Pero ¿Era si quiera posible que yo convenciese a Asher de ir a la playa?
—¿Negocios?— sus manos que separaban flores muertas me observaron con curiosidad— Cietle, tú lo máximo que puedes negociar es con gatitos — abrí mi boca indignada a lo que él continuó — Y no, no quiero hacer negocios contigo.
Lo miré cruzándome de brazos.
—Es injusto, estúpido y de ninguna forma igualitario— dije haciendo ilusión a la veces que me estresaba y soltaba sinónimos. él pareció divertido.
—La vida es injusta, chica que siente mucho.
Dejé caer mi cabeza en mi hombro, en tanto él volvía a su labor. Vestía un suéter azul de jeans, en conjunto a una camisa blanca con un estampado de una banda o una marca de refrescos, decía "Radiohead", su camisa se extendía hasta su cuello sin hacerlo parecer anticuado, sino con un estilo único y propio de él, como un estilo de pijama para salir sin parecer desaliñado pero al mismo tiempo estar cómodo. Sus cabellos si estaban siendo un auténtico caos, pero a la luz, podías ver destellos caso imperceptibles rubios y sus mejillas estaban levemente sonrojadas por la exposición del sol. Él se veía bien, a pesar de que el sonrojo en las personas tendía a hacerlas lucir tiernas, la ternura que pida aguardar se veía aplacada por sus ojos, en un temple entre gris tormenta y claro, lo hacían dar un poco de miedo.
Enmarcó una ceja en mi dirección al atraparme mirándolo, luego de ver que no conseguiría respuesta de mi parte continúo organizando sus flores entre colores y nivel de desgaste, todas se veían extremadamente mal, los pétalos se caían de nada y eran aun mas frágiles que las flores normales.
Un pregunta floreció en mi mente al ver sus ojos, no lucían tan cansados. Me debati internamente entre preguntarle o no. Al final, la curiosidad le gano al gato.
—¿Pudiste dormir con el té de manzanilla? — pregunte dejando la propuesta para después. Una parte de mi sabia que rechazaría la salida, pero quería atrasar su negativa lo máximo posible.
«— Creo que si desperté a muchas personas del vecindario— sus hombros que hasta nada habían estado tensos en concentración se dejaron caer y una aprte de mí, penso que él sonrió— Pero no importa. Realmente el chico del violín empezó a practicar a las cinco de la madrugada y creo que nadie pudo dormir exactamente bien.
El chico de al lado a quien hace algunas semanas le habían comprado un violín, tenia una aflicción por tocar a altas horas de la madrugada y por perturbar el sueño ajeno.
—¿Toco Beethoveen Nocturn Op. 9?— sonreí y Sacudí mi cabeza.
—No. Definitivamente no. Creo que hizo algo parecido a una morsa chillando y peleando por un trozo de carne con otra morza— explique imaginando la escena y al chico orquestando— Está empezando, pero creo que tendré que comprar unos tampones hasta que mejore.
—¿Cómo sabes como suena una morsa peleando con otra por un pedazo de carne?— cuestionó.
—Es fácil. Así es como toca Klark.
—¿El chico se llama Klark?— Asentí — ¿Qué le hizo la pobre criatura a sus padres para que le pusieran ese nombre?— una mueca de compasión se hizo presente en sus labios.
—Existen diversas teorías, como que era muy feo y no lo quisieron.— Pobre klark— Pero yo me voy por la que dice que su madre era fan de Eleonor & Park y su padre de Santa Klaus.
No dijo nada pero una curva moldeo sus labios.
—Rara— murmuró bajo.
—Rara y media amiga tuya.
—Para mi desfortuna.
Volteé mis ojos y él sonrió divertido.
Observe que aun separaba las flores y me hice a un lado, tocando algunas. Eso también había despertado mi curiosidad, pensé en oírme muy entrometida al preguntar por su labor, pero ya había preguntado por su sueño y él ya sabia que era entrometida, así que no me frene al preguntar por lo que hacia.
—¿Por qué compras flores marchitas? — mi pregunta hizo que detuviera su acción con una rosa entre manos, me señalo y enfocó sus ojos grises en en mí rostro.
—¿Por qué compras flores no marchitas?— contrataco en respuesta.
—Son bonitas y huelen bien.—explique acariciando una hoja caída cerca de mi lugar.
Asher soltó un suspiro y me miró de reojo, pareció dubitativo pero al final se decidió por explicarme.
—Estás no son la definición de bonito según la sociedad— tomó una — Alguien que conocí, decía que son bonitas por todo lo que vivieron y por las historias que tienen que contar.— acercó una a mi nariz y dijo— Además, Aún huelen bien. Y Las mejores cosas son las que tienen una historia para contar.
El olor a tulipán hizo que tomara la flor con cuidado entre mis manos.
«— Nadie las comprará y posiblemente terminen en la basura. Me parece que valen lo mismo que las demás, así que las compro cada que puedo. Estoy seguro que cada una vivió mucho y que tiene una historia para contar. Todas aguardan un significado incluso aunque ya estén marchitas.
Lo miré curiosa y pregunte.
—¿Qué significan los tulipanes?
—Sus definiciones varían según su color y región de origen. Pero en general, Un nuevo comienzo.
Alcé un brazo y lo zarandee de un lado a otro como si viera un futuro brillante.
—El futuro de nuestra amistad— señale— brillante y pulido como olla de restaurant cinco estrellas Michelín.
—No te aloques— regaño.—No conoces el futuro.
Lo ignore abiertamente y pregunte.
—¿Qué haces con ellas una vez que las compras? —Acaricie el tallo quebradizo del tulipán que él había colocado en mi mano.
Asher pareció mostrar algo de nostalgia con el relato pero después lo oculto con indiferencia, generalmente siempre me llevaba la contraria pero hoy lucia lo suficientemente abnegado para no hacerlo y para responder mis preguntas.
—Las regalo, aunque no muchas personas les gusta que le regalen flores marchitas. Lo tachan de mal presagio— se encogió de hombros— Me las suelo quedar, la mayor parte del tiempo.
Fruncí mis cejas y mi boca se convirtió en una fina linea de disgusto.
—¡Esto es discriminación a las flores!— exclame reacia arrugando mi nariz.
—¿Eso existe?— cuestionó frunciendo sus cejas confuso.
—¡Obvio que sí! — salté para luego sentarme— Las flores marchitas deberían valer lo mismo que las demás, y no debería ser malo regalarlas. Podrían regalarse y contar una historia.
—Sueles decir muchas tonterías en la tarde ¿Verdad?
Le dirigí una mirada furibunda.
—Solo cuando me encuentro cerca de otras personas tontas.
—Pobre Luxen — mascullo a lo que yo golpeaba su brazo.
—¡Oye! Controla esos problemas de agresividad momentánea— dramatizó sobando la zona magullada. Ni siquiera le había pegado duro.
—Solo digo que...— fruncí mis labios intentando hallar las palabras adecuadas— Que sí, que hay problemas más grandes que las discriminación a las flores marchitas. Como... El calentamiento global. La contaminación. Que los hombres no suban la tapa del baño. Las papayas asesinas. El lupus. Nuestra pronta destrucción por la estupidez humana. Si, todos esos problemas son muy serios, pero si hacemos que las flores; viejas o jóvenes, bonitas o marchitas, grandes o pequeñas, sean aceptadas de la misma forma sin importar sus rasgos. Quizás podamos vernos reflejadas en ellas.
Mis palabras salieron tan rápido como se reproducieron en mi cabeza. Él hizo un gesto en son de paz.
—Quieta, Flash— colocó sus manos en mis hombros como en el patio de mi casa intentando mantenerme quieta— Todavía no tienes que ocuparte del calentamiento global, ni de la contaminación ambiental o de la estupidez humana. Un paso a la vez, fiera.
Me solté de sus brazos.
—Es obvio que no puedo con la contaminación mundial— resollé mirando el cielo a lo que distinguía una sonrisa en sus labios.
—¿Ah, no?— preguntó falsamente sorprendido — Creí que Cietle podía con el mundo.
—Calla, tonto.
—¿Segura que no tienes una idea que quieras compartir?— pregunto en un tono chillón — Para salvarnos y a la naturaleza, tú entiendes.
—No quieres saber esa idea. Es malévola— alegué.
—El Saber es poder, Watson.
—¿Qué?
—Que me cuentes que quiero saber— dijo fastidiado.
Encogi mis hombros y espere que pasara un minuto de silencio para aumentar la tensión. Al final el número sesenta en mi cabeza, me acerque a su oído con sutileza.
—Mi idea más malévola es...— él pareció esperar con ansias y un gruñido de frustración salió de sus labios al no oírme decir nada.— No te la voy a decir.
—Pero...— su rostro se desencajo— ¡Lux!
Uy, me había llamado por mi nombre.
Debe de estar ardiendo en molestia.
—No.
—Pero-
—No.
—¿Por qué?
—Puedes arruinar mis planes o contarle a la policía — La verdadera razón era que quería hacer un trato.
Oh, Rick. Te hare sentir orgullosa.
—Cietle—suavizo su tono— Soy de confianza ¿Recuerdas? Medio amigos.— dijo haciendo alusión a nuestros extraño apodo. Continúo intentando hacerme cambiar de parecer.
«—Soy tu compa, tu cuate, tú medio amigo fiel...
—No.
—¡Pero, Lux... ¿Qué quieres a cambio?
Bingo.
—Ahora que lo mencionas. Si quiero algo— al recordar sus palabras entrecerro sus ojos en mi dirección, inseguro. Estaba evaluando si su curiosidad valía la pena aquello, cualquier cosa.
Su mirada brilló repentinamente antes de mirarme con una sonrisa a boca cerrada. Por un momento pensé que iba a ganar poder él como siempre se me había adelantado.
—Eres buena, muy buena— acepto observándome cual arma nuclear peligrosa de gran calibre. Sus labios se acercaron a mi oído— Sólo no olvides, que yo también soy un buen mentiroso. Y dos pueden jugar al juego del Engañador y el engañado.
Se levantó y sacudió sus pantalones.
«—Puedes quedartela— hizo un gesto con la que aún conservaba en mi mano. Y agarro las demás para dejarlas enrolladas en un periódico dentro de su bolso.— Me voy a casa. A menos que quieras contarme de que se trata tu plan malévolo para acabar con la contaminación.
Estaba usando mi propio juego contra mi.
Te he fallado, Rick.
Negué con mi cabeza, había estado tan cerca de llegar a que al menos considerase lo de la playa.
—Adiós, chico acto terrorista.
— Adiós, chica anti-discriminadora de flores.
Se dio la vuelta y dio unas palmadas en mi cabeza como si fuera una especie de can. Lo vi caminar al lado contrario e intentar perderse entre las personas.
En mi mente se formó un nuevo plan. ¿Iba a por él y le hablaba acerca de la playa.?
¿Lo sigo o...No? Arranque un pétalo.
¿Lo acompaño? Un pétalo caído
¿O no? Deshoje otro.
¿Lo sigo O...?
Me levanté y con mucho aplomo lo seguí, por segunda vez en el día. Antes de que se perdiese entre la multitud le jalé de la manga cosa que sabia él detestaba pero que era, en esos momentos la única vía para detenerle.
—Quiero crear una especie de gas que los destruya a todos— dudé —Pero antes un cohete para enviar a las personas que me importan, amigos y familiares, lejos de aquí. La única forma de salvar alguna cosa es destruyendo otra, y aunque estoy segura de que no podría acabar con la vida de tantas personas, es una de las opciones...
Asher enfocó sus ojos grises en los míos, sin una pizca de miedo ante mis planes, pareciendo entre perspicaz y dubitativo.
—¿Yo estaría allí? — preguntó con curiosidad en su voz.
—¿En donde?— pregunte confusa.
—En el cohete.
—Mmm. — dubitute—Quizas.
—Es bueno saber que mi vida peligra en un quizás. Me ofrece tanta paz— dijo sarcástico.
—¿Y yo?
—¿Tú qué?
—¿Estaría en tu cohete?
—Quizas, Cietle, quizás.
.☀.
H
i! Everybody...*musiquita cool* you are my falling..., the one desireeee..., believe when i say I WANT IT THAT WAY.
Holuuu, espero estén hiper mega bien, y la estén pasando genial😎😘Os mando mucho love y kissitos
¿Qué les pareció el capítulo?
¿Playa?👄 ¿Han ido recientemente? Yo tengo tiempo sin ir :( quizás por eso escribo acerca de ella. ¿Tienen alguna anécdota de la playa? U.u osleo.
¿Qué les pareció la chica del baño? ...
¿Asher & Lux?
¿Flores marchitas?
¿Opiniones?
¿Parte favorita?
Si ven algún errorcillo, me lo pueden decir u.u
Chiste del capítulo_: ¿Para que va una caja al gimnasio? Para ser una caja fuerte e.e sjksksks esta malísimo, lo pueden decir u.u.
¡Cuidense mucho! Recuerden votar y comentar.
Los amuuuu.
Se despide:
La ardillita.
.♥.
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