Capítulo #10. "La mente de la Lluvia"
AAAAAAA Capítulo dedicado a el_sombrelero_loco ✨AAAAAAAAA espero te guste. Es de Asher, uhhhhh, teamordidounperro
Capítulo también dedicado a tatiana-MG ✨No te voy a hacer llorar. Pero te doy un misterio.
Sin más que decir ¡Gracias por darle una oportunidad a mi historia! Las amoooo un mundo?
¡Disfruten!
.⚡.
Asher Callun Mcbluek Statter.
Desde una vista externa, Asher podía parecer un chico normal ¿Cierto?
No tenía un rostro fuera de lo normal.
Sus manos, pies, brazos, eran de un tamaño promedio. Y su altura, le permitía considerarse a sí mismo alguien alto, de la estatura promedia sin hacerlo parecer como un gigante.
No tenia muchos lunares, o pecas en lugares extraños.
¿Alguna cicatriz en su rostro aterradora? Tampoco.
¿Algún secreto escondido debajo de la manga de su chaqueta? Quizás.
Era un poco más de lo mismo, o eso podría afirmar alguien que no conociese a Asher. Y no conocerlo de un simple saludo, sino conocerlo realmente, como saber su color favorito o sus extraños miedos antes las gotas que bajaban del cielo, sus anhelos, sus deseos, sus sueños, o...sus secretos.
Porque Asher Mcbluek podría serlo todo, menos normal y fácil. Las marcas que cursaban su espalda, pecho y parte de sus muslos afirmaban que él no era normal, o al menos, eso le habían dicho siempre.
Esas lineas de diversos colores pálidas y exuberantes en su cuerpo, habían sido provocadas por la naturaleza y por la maldad humana, de alguien que lo debía querer. Cicatrices que aun le marcaban.
Luego estaban el porqué a pesar de que tenían que irse, no lo habían hecho, y habían pasado a formar parte de él. De un Asher, que a ojos de su primer padre, era defectuoso y por ello, un monstruo.
Un monstruo de ojos grises.
Un pequeño bebé monstruo.
Todo por culpa de una noche de tragos y un árbol del que se desprendía una cuerda.
Por culpa de las circunstancias, personas y hechos que le habían roto.
Asher había pasado de ser un lindo día soleado a un tormenta, que destruía todo a su paso, y de la cual, todos huían.
Por eso, Asher había tenido muchos amigos que duraban poco, y en vez de miradas fraternas solía recibir rechazo y sorpresa incluso de personas que no conocía. No había tenido una infancia normal, aunque ¿Alguien la tenia?
Aun así, desde el día que una tormenta azotó el lugar en donde tiempo atrás vivió Asher. Asher dejó de sonreír, dejó todo lo que era atrás y forró su corazón con hielo.
Asher no quería sentir.
Asher ya no quería seguir.
Asher sólo quería dormir y desaparecer.
Entonces, Asher olvidó sentir y los sentimientos u emociones que alguna vez tuvo, sólo fueron malos recuerdos del ayer.
Malos recuerdos que nunca olvidaría.
Malos recuerdos que lo habían hecho pensar en las palabras de sus desastroso padre con veracidad.
Él era un monstruo.
Un monstruo de ojos grises.
.⚡.
.⚡Asher⚡.
No sentía frío o calor.
No sentía, absolutamente, nada.
No desde hace mucho tiempo atrás.
Mi corazón tendía a funcionar sólo cuando presionaba el acelerador de una moto o cuando mis manos rasgaban las cuerdas de una guitarra. Y eso lo había intentado ya. Lo había hecho ya.
Aunque por algunos segundos en ese lugar, enfrente de personas desconocidas me sentía calido, como si de alguna forma la melodía, la forma en que mis dedos rasgueaban, mi corazón latiendo deprisa haciéndome sentir algo más que el desastre que solía ser.
Pero luego de la adrenalina, venia la verdad. La realidad acestándome un golpe duro y fuerte hacia algo que había dejado de funcionar atrás.
Por lo que, luego de haber estado en ese éxtasis, me sentía vacío, triste, incompleto. Como luego de haber experimentado una sensación triste, sólo que yo no había hecho nada, y yo no sentía ninguna emoción fuerte.
Así me sentía siempre, sin ningún motivo significativo para estar aquí, y sin ningún motivo significativo para irme.
La castaña extraña había acertado, no tenia razones para respirar. No, no las tenia, y odiaba que ella tuviese la razón, tendía a sentir desprecio a las situaciones que no podía manejar. Y ella era algo que salia de mis manos, porque ni siquiera quería controlarla, sólo quería que se alejase.
No quería apagarla con la oscuridad que se suponía era yo. No quería que se empapase de jodidos problemas pasados. Y no quería que me conociese, que supiese de que estaba hecho.
Prefería mil veces que se quedase con Asher, el chico extraño que usaba chaqueta y nunca demostraba sentimientos. A con un versión más real de mí, en donde las inseguridades y trozos rotos dominaban. No quería que ella viese eso. No quería que estuviese lo suficientemente cerca como para descubrirlo.
Y luego estaba yo, diciéndole que podíamos ser medio amigos. Maldije por el hecho.
Lux apareciendo en mis pensamientos repentinamente.
Lux aquí. Lux allá. Lux en todas partes.
¿Será esto el comienzo de la demencia?
Solté un suspiro mínimo de preocupación y me acomodé en la silla, a lo que Blues se quejaba.
Retomando mis pensamientos, era imposible que yo tuviese demencia. Lux la tenía, pero...
¿Me la podía pegar? No, eso era imposible.
Aunque para aquella castaña casi nada era imposible. Y no era que pensase en ella mucho, sólo que ella tendía a estar en lugares en donde solía estar o hacia eso de brillar sin siquiera darse cuenta, llamaba la atención, a pesar de que ella lo ignorase, ella tenia algo que te hacia no querer apartar los ojos de ella.
Quizás era alguna especie de enfermedad de vista, ella la debía producir, de seguro. Ya lo veía en los periódicos, en la sección de ciencias.
La Lu-Enfermedad: Esta enfermedad que parece no ser grave en un principio, pero luego provoca que no puedas apartar la mirada de ella.
Era eso o me sentía atraído, lo cual resultaba imposible. Así que tomé en cuenta la primera opción y me calme, si, de seguro, solo era eso. La lu-enfermedad.
Lux Cietle.
Resultaba ser un caso serio, puesto que cuando estaba con ella, todo se volvía tremendamente confuso. Ella me hacia hacer cosas que generalmente no haría. Ella hacia que me cuestionase un sinfín de cosas. Ella me hacia un poco más vivo.
Y eso no estaba bien.
No estaba bien.
Los sentimientos te destruyen, de una forma benévola u malévola, el orden no altera el resultado, y siempre terminaremos con heridas.
Y les daré una observación.
Las heridas que se dan en el corazón, esas heridas que no te producen algún malestar físico pero se tatúan en tu alma, esas heridas que no se ven pero atormentan tu mente. Esas heridas son las que duelen más, las criticas, las situaciones, los sentimientos, las vivencias, nos hacen sangrar el alma, nos hacen doler en las noches lluviosas, nos hacen sangrar en felicidad y alegría.
Esas heridas que provocan pesadillas, que te hacen levantar con miedo por las noches, esas que te destruyen el corazón cuando las recuerdas. Esas que sólo provocan los sentimientos oscuros no son fáciles de superar.
Nadie puede colocar un dedo señalador sobre mí y decir.
Ese chico es un insensible.
Ese chico nunca habla.
Ese chico es un misterio.
Tengo mis razones. Mis secretos. Mis reservas para no salir dañado. Cuando notas que el mundo es malo, cuando notas que los finales no siempre son de cuentos de hadas, cuando te dañan y tú dañas, cuando sufres y haces sufrir. Prefieres dejar de sentir.
Todos tenemos derecho a tener reservas, nadie debería juzgarnos si no saben de donde venimos, o lo que sufrimos. Todos sufrimos, todos sentimos, seria más fácil si no nos criticasemos y juzgasemos con la mirada, si en vez de ello, nos aceptasemos.
Pero el mundo no funciona así. Por eso es mejor no sentir.
Seré un cobarde, pero bailo en un pie en mi cobardía. No siento. No sonrió a menudo y tampoco tengo un positivismo del 100% pero al menos sobrevivo.
Todo el mundo lo hace. Existir, sin tener una razón para hacerlo.
Todos alguna vez.
Todos—menos Lux—.
Me costaba imaginar un escenario en donde ella quisiese morir.
Esa chica desprendía buenas vibras y ganas de vivir, de sólo tenerla cerca me causaba escalofríos. Era demasiado buena, demasiado olvidadiza, y demasiado, demasiado, demasiado ella.
Ella, con colores cálidos pintando mi vida.
Sólo nos habíamos visto cinco veces, que ella recordase, y se había vuelto alguien de quien huir, y aunque yo lo quisiera, y una parte de mí estuviese al tanto de que ella y yo no debíamos cruzar más palabras de las debidas.
Ella seguía apareciendo, llamándome en la madrugada si necesitaba ayuda, tarareando canciones en los recreo y conversando cosas extrañas conmigo.
Como cuando me había elogiado mi retaguardia, o cuando me había contado aquella tonta historia sobre Casiopea.
Tonta, tonta, tonta.
Bufé, en algún momento se tenia que rendir conmigo, como todos hacían, mientras más rápido fuese, mejor. No correría peligro si no estaba conmigo. Ella estaría bien.
Mi mente se desconcentro al ver a cierta chica pálida cerca de mí. Blues me sonrió de lado, retirando la aguja con cuidado y dejándolo en su mesa de trabajo. El local le ofrecía la suficiente luz para admirar el trabajo que hacia sobre mi piel. "Huellas En la Piel" era el nombre del pequeño establecimiento alumbrado con pequeñas luces y cuadros alrededor de él, tenia un aspecto demasiado acogedor para ser un lugar donde las personas se tatuaban traseros en los omoplatos.
Blues lo había hecho ser así, todo el dinero que salia era para su madre y el lugar.
Los ojos azules de la chica se acercaron a mis poros haciendo que soltase una mueca. No sabia de espacio personal.
—Es un dibujo extraño— examinó mi piel y me ofreció espacio para verle en frente del espejo. Una maraña de tinta negra me marcaba para algo cercano como toda la vida.
—Lo es.— apoye mi cabeza del respaldar.
—¿Qué significa?— preguntó tocándolo suavemente con guantes. Repaso las lineas negras y grises que estaban dentro de un frasco formando una especie de tormenta en miniatura sobre mi brazo.
Me detuve algunos segundos en averiguar si quería que ella supiese, intenté darle una explicación simple.
—Lo que tú quieras que signifique— hablé — Es mi secreto. Todos tenemos secretos aunque nunca los digamos. Pero siempre habrá un secreto mayor, ese secreto que en ocasiones no te deja dormir. Y ese secreto que te persigue.
« — Mi secreto está encerrado, por eso tiene un frasco.
—Oh, eso es...— lamió sus labios en busca de la palabra correcta— Revelador.
—Lo fue.— ella obvio su atención del nuevo tatuaje y se dirigió hacia mi suéter, en donde pasó su dedo por mi abdomen, observándome.
Hizo la pregunta de siempre.
—¿Has pensado en cubrir...— señaló mi pecho haciendo una ridiculez con sus manos.
—No— menee mi cabeza en negativa a lo que ella soltaba un suspiro, una mezcla de enojo y preocupación.
—¡Oh, vamos!— bromeó— tus abdominales estarían felices de que yo los tocase.
Gruñí.
—Sigue soñando, Blues. Algunos dicen que es gratis.
Me preparé mentalmente para el vomito verbal. Discutir con ella era como hacerlo con un poste, ella hablaría y hablaría hasta que diese a conocer su punto. Ella pensaba que si me tatuaba dejaría de esconder mi secreto y entonces sólo seria otro chico tatuado, y no alguien roto.
—Te condenas a ti mismo. — suspiró— Yo podría sólo tatuarte y tú podrías sólo usar una camiseta... Si viesen las marcas, sólo pensarían, oh, que realista tatuaje ¡Que buena Artista! Y tendría más clientes — la pelinegra soltó una sonrisa contagiosa, la cual repudie.— Y tú, por fin podrías ser libre.
«Libre» exactamente algo que yo no podía ser.
Observé a la pelinegra de reojo, sus sabias palabras las podría usar de papel higiénico. Ella solía regañarme y enseñarme vías para ser mejor, para ser libre, pero yo realmente, no le prestaba mucha atención.
Blues Wood, era una chica que tenia una pequeña tienda de tatuajes, cuidaba a su madre, mantenía el negocio con dos compañeros más e intentaba sobrevivir a la madurez sin morir en el intento.
Wood podría ser una razón por la que yo no me quejase de mi vida, lastima que si me quejase... Y mucho.
En fin. Ella tenia sobre su cabeza a su madre, trabajaba e intentaba compaginar con estudios constantemente. Ella se levantaba cada día, y en su cabeza no podía existir la idea de "morir" o "rendirse" y si de casualidad pasaba por su cabeza, ese pensamiento, ella lo eliminaba con la rapidez de un rayo.
Por eso pasar tiempo con ella, resultaba fácil, aunque siempre intentase animar mis pensamientos instandome a hacer cosas nuevas o enseñándome a tatuar. Ella era especial.
—Pero eso no sucederá, pelinegra chiflada. — la señalé aburrido— Deja de querer manipular mi cuerpo a tu antojo.
Levanto su manos en son de paz y sonrió maliciosa.
—Bien, bien— se relajó en su asiento, y un brillo divertido cruzó sus ojos— Pero hay otras formas que yo podría utilizar para manipular tu cuerpo...que podrían gustarte— dejó un espacio a lo que me guiñaba, y su ojo quedaba bizco por unos segundos
Me coloque de pie, antes de soltar un bufido y dejar algunos billetes en el mostrador ante su intento de coqueteo.
Muy mal, Blues.
—Rechazo tu propuesta indecente— ella bufo y rodó sus ojos verdes antes de balancearse sobre su asiento y preguntar. Sus cabellos girando con ella en la silla declinable.
—¿Cómo lo hice está vez?— no se resistió a preguntar curiosa.
Lo pensé.
Todo hubiese salido bien, de no ser por su ojo bizco.
Hablé.
—Regular: 5/10. Ingeniosa respuesta. Si no hubieses quedado bizca por dos segundos, yo diría que hubiese funcionado — fruncí mis labios — también intenta sonreír. Eso ayuda en la conquista de chicos.
Ella hizo una mueca y entendí que lo había dicho en plural.
« — Corrijo, chico. Chase solo se asustará si tus ojos se van de lado y te pareces a la del exorcista. Ten cuidado con ello.
Ella pareció pensar en mis palabras para luego levantarse divertida y con mucho entusiasmo.
Iba a vomitar. No soportaba a las personas demasiado alegres. A pesar de que llevaba mucho tiempo viendo a Blues, aún me costaba adaptarme a su ánimo, tan diferente al mío, quizas por eso eramos amigos.
—De acuerdo, de acuerdo — aceptó ella sonriendo— ¡Lo intentaré en frente del espejo hasta que me salga! ¡No seré un gato bizco! ¡Seré sexy y sensual!
Hice una mueca con los últimos dos apelativos. Ella no era así.
Blues se acercó corriendo y me dió uno de esos abrazos que la caracterizaban. Ella los llamaba "apapachos". La sentí sonreír en contra de mi camisa y quise corresponder el abrazo, no era bueno en esto, así que me limite a dar palmaditas en su espalda, esperando que el terrorífico momento de ella invadiendo mi espacio personal y pudiendo sentir mis marcas pasase.
—Bien—carraspee con fuerza— Sueltame, garrapata. Es hora de irme.
La aparte con toda la suavidad posible hasta dejarla en un espacio moderadamente lejos de mí.
—No me digas garrapata— gruño para luego decir— Y Gracias por los consejos, R. Eres grande—me observó con cariño y yo le devolví la mirada.
Me era imposible no empatizar con la pelinegra.
Ambos habíamos estado en situaciones parecidas, ambos teníamos heridas en el alma, y ambos queríamos a personas que no podían estar con nosotros.
Yo me había rendido hace mucho tiempo atrás. Mas, a diferencia de mí, Blues no dejaba que la corriente se la llevase. Blues luchaba contra viento y marea por lo que quería.
Y, ahora, ella estaba luchando con apapachos y garras por el chico que quería. Así él fuese la representación de lo peor e inclusive de un total desastre.
Ella estaba colada por él, y entre ambos, después de que me convenciese con tres chocolates, habíamos estado practicando para que lo conquistará, por lo que cada que nos veíamos, ella lanzaba algún coqueteo y yo lo evaluaba.
¿Cómo había conocido a Chase? Chase había llegado un día borracho a la tienda queriendo tatuarse una comida mexicana, había dicho algo como "Tacos y Nachos". Y Blues se había negado a que alguien lo tocase con la aguja, era una de las reglas del local. Nunca tatuar a personas alcoholizada o tatuar estando estando alcoholizados, eso siempre terminaba mal y los reclamos llegaban a ella. Chase estaba hasta el tope, y ella no lo quería dejar afuera, así que se limito a cuidarlo hasta que él mejoro, le dió las gracias y se fue. Desde entonces, Chase pasa una vez por semana por el local y ella se ingenia las mejores armas de seducción.
Quisiera decirle que realmente las probabilidades de que él la quiera son pocas y de que tengan un final de cuentos de hadas. Pero se ve ilusionada. Quizás ella puede moverle el mundo a él, y se amen. Allá ellos, Si quieren destruirse.
Prefiero los gatos y la soledad.
—Luces diferente— mencionó de repente sacándome de mis pensamientos. Empezó a dar vueltas, repasándome de arriba hacia abajo con una ceja alzada. Pasaron varios minutos así hasta que volvió a centrarse delante de mí. Ella siempre notaba cosas en mí.
« — Hoy sonreiste. Debe de ser ello.— acaricio su barbilla— Es la primera vez que te veo sonreír en meses, tal vez años. La última fue cuando Will dejo caer su teléfono en el inodoro, y eso fue en Marzo.
Encogi mis hombros y le resté importancia dirigiéndome a la entrada. Me volteé para despedirme de ella rápidamente y dejar el dinero extra que siempre dejaba debajo de la registradora.
Sus brazos volvieron a juntarse alrededor de mí como si fuera un oso, y desistí de las ganas de alejarla de mi espacio personal. Me quedé quieto hasta que se digno a hablar.
— La viste de nuevo ¿No es cierto?— en su voz había cierta emoción, como si estuviese hablando de una historieta nueva.
Y he aquí, la razón por la que amo la soledad y los gatos: No me preguntan por mi vida privada.
—No sé de que hablas.— respondí a lo que ella se alejaba y yo dejaba mis manos en los bolsillos delanteros de mi pantalón.
—Ella, te gusta— sonrió.
Un gato tampoco haría eso.
«— Lo noto.— continúo — Tienes esa mirada perdida de cordero ilustrado del principito, luces entre enfermo y feliz.
—No me gusta nadie. — gruñí.
—Claro, y yo no llevo enamorada de Chase dos años— chasqueo su lengua y me dirigió una mirada significativa antes de susurrar como si de un secreto se tratase.— No seas tonto, te conozco como la palma de mi mano.
« — No te frenes. No te detengas en tu secreto. Date una oportunidad para ser feliz, así sea corto, es mejor ser feliz un día que infeliz un millón de años. Tú, mereces ser feliz. No te dejes llevar por el pasado, eres más que marcas en tu piel. Sólo, no hagas que tus errores del pasado se conviertan en tus errores del presente. Si te gusta ella, sólo invitala a salir. Estoy segura de que si es la indicada te amará incluso con las marcas más espantosas en tu pasado. Sólo... No te dejes caer.
No dije nada. La dejé allí, y dejé un caramelo de limón en el mostrador.
Sus palabras habían sido esperanzadoras, para alguien normal. Quise decirle que yo no me dejaría caer, que mi pasado, lo que fui, no interfería ni un poco en mi presente, pero el hecho era que todo mi pasado se me plantaba de frente cada día y que yo aun no tenia las agallas de enfrentarlo, o afrontar lo que seria que todos supiesen mi secreto.
¿Cómo podía la sociedad aceptarme si ni yo podía hacerlo?
Me sentía como un monstruo. Me veía como uno. Por ello una parte de mí detestaba a Lux, ella no me veía como ello, ella me veía como una persona cualquiera y por eso debía alejarla.
Volteé por ultima vez a la tienda llenas de luces y miré a Blues.
Quise decirle que lucharía por aquella chica que no me gustaba.
Quise decirle que no había perdido las esperanzas.
Quise decirle que todavía había una oportunidad para mí.
Pero lo cierto, es que la chica, las esperanzas, y mi oportunidad se habían ido hace mucho tiempo atrás.
Tomé un cigarrillo y saboree la nicotina en mi paladar.
Ya estaba medio muerto y no quería hacer nada para cambiar aquello.
.⚡.
Eléctrico.
Magnetico.
Atractivo.
Nadie en la escuela conocía a Asher. Pero si conocían a un cantante llamado "Rain".
Rain era el secreto que una que otra vez se deslizaba por las tarimas brumeantes.
Rain siempre usaba chaqueta y una mascara en el rostro.
Y Rain definitivamente era el sueño "mojado" de muchas chicas.
Él no era un gran cantante. Era EL Cantante.
Un chico que sólo aparecía dos veces en la semana en un día cualquiera, y se sentaba en la silla de la tarima de aquel bar y cantaba. Lanzando flores muertas cuando acababa el show.
Un chico que aparecía de repente y desaparecía de la misma forma.
Un chico que varios ya estaban empezando a alabar y a quien otros tomaban como una leyenda urbana.
Sólo cantando canciones en inglés y dejando una pequeña caja donde podían dejar recomendaciones para la siguiente semana. Y si la situación era especial, se podían hacer dedicaciones si las dejaban en la parte trasera del dicho papel y su tenían la suficiente suerte para ser elegidas por el cantante.
Eso era un atrayente para todas las parejas jóvenes que solían pasarse por aquel bar, las dejaban un día y asistían toda la semana esperando el día que su canción sonase. Romántico y Esperanzador.
A Rain le gustaba ser un sembrador de esperanzas. Las suyas ya estaban muertas así que velaba por la de los demás.
Rain era un misterio. La máscara que cubría parte de su rostro y la chaqueta que cubría toda la extensión de su brazo lo comprobaba. Que nadie le hubiese visto la cara nunca, y que sólo supiesen de su seudónimo por la encargada. Que antes de salir del escenario siempre dijese " Follow your dreams before they destroy them". Y que las rosas y flores que el lanzase al público siempre estuviesen muertas era otro secreto.
Eso era el misterio.
A Rain le gustaba estar en la oscuridad.
A Rain le gustaba una chica, pero el nunca podría estar con nadie.
Rain estaba condenado a la oscuridad, y la oscuridad estaba condenada a Rain.
Rain, Rain, Rain
La multitud de cien personas que podían caber en aquel bar, los griteríos, las chicas soltando silbidos, chicas y chicos sacándose la camisa y llorando con canciones tristes.
Exaltación, Falsa Felicidad, Esperanza.
Eran los sentimientos que invadían a Rain cuando sucedía aquello.
Sus músculos se tensaban en condición a la adrenalina que estaba embriagandole, y eso que apenas estaba sosteniendo el micrófono.
Por un momento, Rain se olvido de todo. De la situación de Castiel— su primo— de los problemas que había generado, de los monstruos que había creado, y de su secreto.
Se olvido que para los demás, él no era común.
Se olvido de lo que causaba la castaña de su clase en su corazón.
Y se olvido de su pasado.
Por un momento, sólo fue un chico que cantaba en un bar. Un chico que lo hacia jodidamente bien. Y un chico que era querido.
Al menos allí. Por unos segundos, Sólo fue "Rain", el sexy y secreto Rain. El cantante por la que todas las chicas suspiraban.
Sólo había un pequeño problema.
Los secretos siempre salen a luz. Y se dice que la verdad siempre está más cerca de la superficie que de la profundidad.
Rain pronto seria descubierto.
.☀.
AAAAAAAA *grito de emoción*
HOLAAAAAAAA! Personitas pequeñitas y lindas del mundo✨*nerviosa: on*
AAAAAAAAA este cap fue narrada por Asher. Dejé un poquito de información acerca de su pasado y AAAAA me gusto mucho escribir este capítulo, espero disfruten leerlo. Lo iba a subir ayer pero el internet no funcionó ugh.
¿Qué les pareció el capítulo?
¿Descubrieron algo nuevo acerca de nuestro chico sin sentimientos?
¿Si le gusto el cap?
¿Qué opinan de Blues?
¿Se acuerdan de Chase?
¿Rain...?
¿Qué os pareció lo del bar?
Pronto estaremos cerca del bar, por una que otra razón del pasado, más secretos y AAAAAA se vienen cosas😏👄👀
Pista de los próximos caps: 🌞🌊🌅
¡Las amooooooo muchisisisimo! Cuidense mucho y tomen awa.
Chiste del cap✨: notengo, les dejo un piropo "Ustedes son mi recuerdo para crear un patronus" tqm
Voten y comenten✨ Los amo-rdido un perro.
Se despide:
la ardillita
.♥.
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