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Capítulo 7: Guion

LAURA

Abro los ojos antes de que suene el despertador, aún no amanece, no le avisé a mi madre que no iría a dormir, pero al parecer ni siquiera lo notó. Hace bastante frío, el chico que me acompaña es muy inquieto para dormir así que me destapó varias veces en la noche y la última terminé por despertarme.

Busco mi sudadera en el suelo, me la pongo rápidamente frotándome las piernas que se erizan al salir de la cama, tomo mi teléfono y camino hacia el baño.

Necesito una ducha, es el único modo que encuentro de quitarme lo helado de los pies y no necesito pedir permiso, hay confianza.

Dejo que el agua caliente recorra mi cuerpo, simplemente eso, siento como lentamente voy perdiendo el frío. Al salir me envuelvo en una toalla y veo la pantalla de mi teléfono encenderse.

Es un audio de Elai que reproduzco de inmediato.

"Buenos días, bella durmiente. ¿A la cama de quién te llevo el mocaccino?"

Dios, su voz ronca de recién levantado genera orgasmos mentales. Reproduzco el audio unas cuatro veces antes de responder, con un texto, obvio, no quiero despertar al dueño de casa.

Laura – en línea

Buenos días, no hagas preguntas de las que no quieres la respuesta...

Vuelve a responder con un audio, no sé si le da pereza escribir por las mañanas o tiene claro el poder que la voz masculina tiene sobre el cerebro de las chicas.

"¿Por qué? ¿Acaso lo conozco?"

Decido evadir la pregunta, porque sí, obviamente lo conoce, conduce su auto cada día.

Laura – en línea

Y tú... ¿Con quién compartes la cama?

Mientras espero su respuesta me voy vistiendo, antes de ir al colegio debo pasar por casa para ponerme el uniforme y tomar mis cosas, así que no tengo tanto tiempo.

No ha dejado de rondar mi cabeza lo que me dijo ayer, las ganas de él aún están allí, y por lo que parece tiene planeado darme un par de vueltas. La expectativa puede ser buena o mala, depende de lo que tenga para ofrecer a la hora de los hechos.

Otro audio, uno más y lo voy a buscar yo a él.

"Con nadie, no me gusta dormir acompañado y menos en mi cama. Aunque por ti... tal vez podría hacer una excepción"

Oh, casi que no me lo esperaba, el mujeriego que no se enamora de nadie, coge con cualquiera pero no comparte la cama porque es demasiado personal. Como si poner su pene dentro de otra persona no lo fuera...

Y además me quiere vender el cuento de que conmigo es diferente, Dios, la calle que le falta a este chico para poder hacerme creer algo como eso...

Laura – en línea

¿Dormir? No, por ahora no está en mis planes.

—Buenos días —me sobresalta la voz de Lean a mis espaldas— ¿Ya te vas?

—Sí, tengo que pasar por casa antes del colegio.

—Dame un minuto para cambiarme y te acompaño, que esta es la peor hora.

Le diría que siga durmiendo, pero en realidad tiene razón. A esta hora, todos los que salen en la noche están pasados de alcohol, y de otras sustancias. No importa el día que sea, las adicciones no tienen calendario, y justo antes del amanecer es cuando el barrio está más peligroso.

La mayoría de los chicos que andan en esos pasos me conocen desde chica, me respetan, como a todas las chicas de acá, porque esos son los códigos, además de que muchos son amigos de mi hermano. Pero me ha pasado de vivir situaciones incómodas, porque a veces están tan pasados que ni se dan cuenta de que están hablando conmigo.

Lo espero cinco minutos y está listo, Lean no es de hablar mucho, sinceramente siempre agradezco eso, y más por las mañanas. Caminamos en silencio, uso la capucha de mi sudadera y llevo las manos en los bolsillos, la mañana está muy fría y tengo el cabello mojado.

—No le digas a Elai —me pide cuando casi estamos llegando a mi casa—. Sé que te gustan los jueguitos y que le gustas, pero no quiero estar involucrado porque trabajo para él.

—No le rindo cuentas a nadie, tú lo sabes bien.

—Lo sé, no digo que le tengas que explicar nada, pero sé que serías capaz de decirle solo por molestarlo. Ya me odia lo suficiente, no quiero tenerlo en contra también.

No pensaba decirle a Elai, pero de igual forma esta conversación está llamando mucho mi atención.

—Entonces, si sabes que le gusto a Elai y no quieres tener problemas con él, ¿Por qué te acuestas conmigo?

—Porque a mí también me gustas, y no tiene por qué enterarse.

Sincero, me agrada, solo por eso se ganó mi silencio.

—No le diré nada, tranquilo.

—A Iván tampoco, ni a Santiago, porque le dirá a Iván —pide, y luego piensa por un momento antes de completar—: Mejor no le digas a nadie, así me evito todos los problemas.

—Al final dormir conmigo es más peligroso que nadar con tiburones... —me burlo deteniéndome justo en la puerta de mi casa.

No es como si yo planeara decirle a alguien, si mi hermano supiera que he tenido sexo con más de uno de sus amigos habría grandes problemas, los códigos de hombres dan asco, pero tampoco es mi intención romper sus frágiles amistades.

—Hay riesgos que uno está dispuesto a correr por encontrar a la sirenita.

Bueno, hablando de apodos ridículos, entre bella durmiente y sirenita ni idea cuál es peor. No sé qué me vieron de princesa estos dos pero me da bastante vergüenza ajena.

—Yo jamás dejaría mis piernas por un hombre, así que no busques tanto que te vas a ahogar.

Una sonrisita irónica como despedida y me adentro en mi casa con la mente en el super desayuno que me voy a comer antes del colegio.

Sin dudas un día bastante plano, me dormí en tres clases, no salí a los recesos porque estaba cansada, y me fui una hora antes saltándome la clase de Geografía para poder dormir un rato la siesta antes de ir a la academia.

—¿Mala noche? —pregunta Elai señalando mis ojeras en cuanto nos cruzamos en la entrada de la academia.

—Muy buena, por eso no dormí mucho.

Rueda los ojos como si en realidad no me creyera, y cambia el tema de inmediato.

—Mañana comenzamos las grabaciones, así que esta noche te recomiendo dormirte temprano.

Me encojo de hombros con desinterés y abro la puerta para entrar. Hace frío afuera, pero apenas entramos el calorcito es evidente. Me presiono las manos en las mejillas intentando quitarme el frio que traigo en el rostro, pero mis manos están igual de heladas.

—Aquí tienes el guion, trata de aprenderte al menos las dos primeras páginas para mañana —continúa al ver que obtuvo respuesta de mi parte.

Tomo la carpeta entre mis manos, el título aparece en la primera hoja.

—¿Lluvia con sol? —pregunto con curiosidad— ¿No era un romance entre el día y la noche?

—Léelo —responde con simpleza—, y déjale esta copia a Aimée, tengo que ir a clase.

Me da otra carpeta igual a la anterior y se despide con una caricia en mi mejilla helada.

—¿Qué pasa conmigo? —pregunta la chica que acaba de sumarse a la conversación.

Elai le sonríe con mucha confianza, le deja un beso en la mejilla y se vuelve a alejar.

—Laurita te explica, Diosa. Estoy llegando tarde, te veo en el receso y me invitas un jugo.

Elai nos deja solas, me quedé un poco sacada de onda por la escena anterior y Aimée no tarda en notarlo.

—No pasa nada raro, no te preocupes.

—¿De qué hablas? —pregunto haciéndome la desentendida.

—Me invitó algo el primer día y lo rechacé, así que de ahora en más siempre debo pagar yo. Pero en plan de amigos, no hay ni un poquito de onda.

Me encojo de hombros y le doy su guion.

—No sé por qué me lo explicas, no me importa de todas formas.

—Ajá... —murmura en tono burlón— Tengo códigos, Lau. Él es para ti, ni siquiera está en mi campo de visión...

Sé que está siendo sincera, al menos ella da esa sensación de que siempre lo es. Sin embargo no quiero hablar de eso con ella, me cuesta mucho hablar sobre mí con los demás.

—Eso es porque tu campo de visión está completamente ocupado por Santi, y tú eres chica de un solo hombre.

—Sí, cuando me enamoro sí, pero a él recién lo conozco y me da la sensación de que guarda algunos secretos...

Insegura, le va a costar un mundo confiar en Santiago si Martina sigue dando vueltas, así que yo misma me voy a ocupar de quitarla del medio.

—Tengo una idea... —murmuro observando a nuestro objetivo en la distancia mientras habla con sus amigas.

—¿Para qué? —dice con sus ojos perdidos en el guion que acaba de robarme de entre las manos.

—Cuando Martina intente acercarse a ti le seguirás la corriente.

—¿Y qué gano con eso? Cuanta más atención le prestamos más involucrada está, mejor ignorarla.

—¡Ay, no! —protesto cerrando la carpeta para que me ponga atención— Sumisa no, nada de "la vida se hará cargo", si se meten con nosotros se la devolvemos, la vida no se hace cargo de una mierda.

Ella se ríe negando con la cabeza y vuelve a abrir la carpeta señalando una de las páginas.

—Mira, en esta escena nos besamos.

—Sí, sí, luego si quieres la ensayamos, ahora préstame atención.

—Te estoy prestando atención, Lau. Es que por lo general la mayoría de las personas me valen mierda, y en este momento Martina entra en ese grupo. Si me hace algo que me provoque tal vez reaccione, mientras tanto pensemos en qué ponernos para la fiesta.

Resoplo mostrando mi descontento con su falta de sed de drama, pero finalmente acepto. Conociendo a Martina no tardará ni media hora en hacer algo que la provoque, sobre todo teniendo en cuenta que no había visto a Santi babear por una chica de este modo en mucho tiempo.

—Solo tengo dos vestidos, así que no será una decisión muy complicada —digo restándole importancia.

Nunca le presté mucha atención a la ropa, mi armario se basa en sudaderas grandes que uso como vestido, de las cuales la mitad se las robé a mi hermano. Y luego tengo algunos jeans y camisetas; mi mamá no me compra ropa jamás, y mi papá solo cuando recuerda que hace mucho no cumple su rol de padre.

—Puedes ir a mi casa y te presto lo que quieras —ofrece con simpleza—, o también podemos ir de compras, aunque no luces como una chica que ame ir de compras.

Suelto una carcajada y asiento.

—Me has leído bien... —murmuro soltando otra risita— Y no creo que puedas prestarme algo tampoco, tienes un estilo muy inocente y no tenemos la misma talla.

Ella es evidentemente mas alta que yo, y como dos tallas menos.

—Me quedaron muchos vestidos de la época de las fiestas de quinceaños de mis compañeras de colegio, la mayoría ni siquiera los usé porque mi mamá los compraba y no eran mi estilo sino el suyo.

—Madres... —murmuro comprendiendo perfectamente lo que dice— Está bien, iré a tu casa entonces, nos preparamos juntas para la fiesta a la que sí estarás invitada, y de la que aceptarás la invitación muy encantada.

—No te rindes... —murmura con una sonrisa, mira la hora en su teléfono y guarda el guion en su bolso— Me voy a clase, si llego temprano me puedo sentar mas cerca del profesor que su club de fans.

Yo también me debo ir a clase, así que le lanzo un beso por el pasillo y camino en la dirección contraria quitándome los abrigos mientras camino para ir ahorrando tiempo.

Mi celular suena, y para variar el nombre de Elai aparece en la pantalla. Esta vez está enviando un video que demora mucho en descargarse porque mi plan de datos es una porquería.

Me siento en una banca en el pasillo de atrás del teatro, mis compañeras entran por la puerta principal y aquí me puedo cambiar tranquila, me quito los pantalones que traía sobre las mallas y me dispongo a cambiarme los zapatos. En cuanto termino de cambiarme por completo el video ya se ha descargado.

Son las escenas que grabó ayer, mientras me espiaba en el teatro. Es muy bueno en lo que hace, la música, los cambios de tempo acompañando cada uno de mis movimientos, los zooms y los planos, todo es perfecto, transmite más de lo que podría imaginar.

La piel se me eriza, y me estoy viendo a mí misma.

—¿Te gustó? —pregunta en mi oído viniendo desde atrás.

—Mucho —asumo sin despegar mis ojos del teléfono.

Hay que ser honesta, esto es un cuento mucho mas creativo que el de "solo quiero compartir mi cama si es contigo". Este sí suma puntos, el chico sabe explotar bien su talento para ganar chicas.

—Tú me inspiras —murmura otra vez, llevando sus manos suavemente a mi cintura y pegando mi cuerpo al suyo desde atrás—. Artísticamente hablando, y también en otro sentido.

—¿En qué otro sentido? —cuestiono cerrando los ojos y sintiendo su respiración en mi cuello.

—Hay muchas cosas que me gustaría hacer contigo...

—Mjmmm... —balbuceo y ladeo levemente la cabeza para dejarle el camino libre— ¿Como cuáles?

—Besarte... tocarte... morderte...

No soy capaz de decir nada que pudiera romper el clima tan sexual que se ha generado en este sucio pasillo, la tensión nos hará estallar en cualquier instante si no pasa algo de una vez.

—Creo que me saltaré la primera e iré directo a la segunda... —asegura llevando su mano lentamente debajo de la falda rosa que dijo que no le gustaba, y en un sexy susurro pregunta—: ¿Puedo?

—Puedes... —asiento en respuesta.

Mete su mano dentro de mi ropa con mucha lentitud, no sé si está fría o es que yo estoy muy caliente pero el contraste es muy placentero. No es bruto, ni torpe, tiene claro a dónde va y llega sin problemas.

Usa dos de sus dedos para tocar el punto justo, recuesto la cabeza hacia atrás levantando la mirada para verle el rostro, serio, la boca ligeramente abierta y observándome con mucha atención para ver mi cambio de expresión en cuanto presiona tan suavemente que se me voltean los ojos.

Escucho su risita sexy en mi oído, tengo que hacer silencio así que me muerdo el labio para contener lo que quiere salir, pero de igual forma no puedo evitar que mi respiración se acelere obligándome a soltar algún suspiro que él parece disfrutar.

—Necesito que me esperes... —susurra en mi oído, no tengo idea de a qué se refiere porque no deja de mover sus dedos y mis neuronas no se pueden conectar— Yo también tengo muchas ganas de ti, solo... espera...

Acelera el ritmo de sus dedos y ni siquiera sé dónde estoy parada, ni lo que me está pidiendo, ni por qué, solo sé que si se detiene justo ahora lo voy a matar.

Para mi suerte no lo hace, presiona un poquito más manteniendo el ritmo y haciendo estallar todo dentro de mí. Las piernas se me aflojan, él mantiene firme su agarre en mi cintura para mantener nuestros cuerpos unidos.

—¿Me esperarás? —insiste.

—Sí —intento responder, pero más bien sale como un gemido suave.

Me cuesta abrir los ojos, y me veo obligada a apartar su mano porque no pensaba detenerse. Eso estuvo demasiado bien, siendo sincera mis expectativas estaban bastante bajas, los mujeriegos nunca lo hacen bien.

En cuanto salgo de mi trance recién me doy cuenta de que acaba de tocarme aquí, en medio de un pasillo y cualquiera pudo vernos. Lo mas preocupante es que en realidad no me importa.

Al final lo sucio no era exactamente el pasillo, éramos nosotros.

No dice mas nada, acabo de decir que esperaré por vaya uno a saber qué, no tengo idea de lo que quiso decir ni me interesa. Me da un beso suavecito en el cuello y saca sus dedos de mí para ir a clase.

Eso sí fue inspirador, creo que hoy por fin me saldrá el maldito salto de mariposa.

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Hola Pollitos 🐣 

Bienvenidos a los nuevos lectores♥ 

Creo que estos dos van a prender fuego todo antes de que nos demos cuenta 🔥

Actualización en la madrugada, seguro duermen, si lo lees en la mañana buenos días, espero que el capítulo te haga comenzar bien el día. 

Los amo♥

Besos, mil besitos 💋

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