quince.
El día de hoy era igual al de ayer, Jimin estaba en una huelga en contra de su esposo en donde no llevaría ni una pizca de comida a su boca, podía sobrevivir a base de agua hasta que su cuerpo deje este plano astral. Todos los pensamientos en la cabeza de Jimin eran tan negativos que era imposible que no pensara en terminar su vida para abandonar el lado de Jungkook.
Prefería morir antes de vivir con el hombre que le había comprado.
No tenía motivaciones, no tenía una familia o un amor por el cual seguir, siguió lamentándose pero en su balcón, tomando un poco de sol pues sus manos estaban congeladas.
Vio a lo lejos como un carruaje se acercaba, su frágil corazón le hizo creer que era su padre quien venía a su rescate pues se había enterado de todo. Con la mentira implantada en su cabeza sonrío y salió de su habitación, corrió por las escaleras para salir y recibir a su padre, ingrata su cabeza. La decepción fue grande, hundido en una gran depresión vio a dos mujeres bajar del coche, Jungkook las esperaba a ambas.
Debido a la falta de comida en su sistema y de los movimientos bruscos al salir de su habitación, Jimin vio borroso, todo su mundo se puso de cabeza, literalmente.
Los malos hábitos adquiridos por su protesta le cobraron factura, se había desmayado frente a las visitas y Jungkook.
Antes de perder la conciencia escucho un fuerte 'Jimin'.
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Al abrir los ojos lo primero que vio fue el rostro de su esposo, tenía una expresión preocupada, como lo vio de cerca pudo notar las ojeras debajo de sus redondos ojos y el azul que envolvía el iris de aquellos.
"Al fin despertaste." Dijo en un tono suave, queriendo acariciar sus cabellos pero retractandose al instante. "Me tienes muy preocupado."
"¿A si?" Pregunto sarcásticamente, rodando los ojos.
"Sí, Jimin. No puedes estar sin comer, ya son días y si pasa el medio día serán tres, mira lo que pasó, te desmayaste."
"Pues quería morirme." Dijo mirándole a los ojos, sabiendo como le lastimaba.
Jungkook suspiro, agachó la mirada y frotó sus ojos. "Por favor, basta, tu no eres el único que sufre ahora."
"Pues yo no te veo sufrir." Mintió, se le notaba en todo, hasta en su forma de hablar, sabía que Jungkook sangraba por dentro pero no le importaba, es más, se alegraba. "Soy yo el único el que perdió todo y ahora está encerrado como prisionero."
"No estás encerrado, puedes salir al jardín, pasear por la laguna-"
"¿Y me puedo ir?"
Hubo silencio, la respuesta era no.
Jungkook sabía que hacía mal, debió de dejar a Jimin en cuanto se enteró de la existencia del otro, pero no, al ser herido en orgullo se encapicho y después de todo, había comprado a Jimin y era justo que se quedará a su lado, aunque lo odiase.
Le habían vendido a Jimin y el mismo omega se había vendido, ¿por qué no ejercer su derecho de propiedad?
"Tienes que comer." Cambio de tema.
"No."
"Te hicieron un guisado de pollo, como te gusta, también una sopa con verduras y papa, esta delicioso, así que por favor hazme el favor de poner de tu parte."
"Ya te dije que no comeré."
Jimin se había vuelto un experto en colmar la paciencia de Jungkook, con su actitud de 'no me importa' hacia que la bilis del alfa hirviese acidamente.
"Te vas a enfermar y a quien culpar tu padre será a mi, deja de darle tantos problemas a ese pobre hombre, no creo que necesite el problema de un hijo que entró en huelga de hambre porque no le dejé irse con su amante." Dijo con enojo.
Cada intercambio de palabras se volvía peor que el primero, siempre lograban doblegar al otro con sus palabras pues de cierta forma conocían cómo, no era difícil después de todo.
Jimin tomo el plato de sopa y comenzó a comer.
"¿Vas a quedarte a mirarme?"
"Sí, hasta que termines todo."
Jimin rodó los ojos pero no dijo nada más, solo se dedicó a llenar su estómago de aquella tan rica comida mientras Jungkook lo observaba detenidamente.
Al ver al omega existiendo le entraron las ganas de llorar, porque aunque haya tanto odio y dolor en su corazón aún perduran y se destacaba el gran amor que sentía por Jimin, lo amaba mucho. Quería tomar su mano y besar sus nudillos, quería acariciar los golpes que se había hecho al desmayarse y besar los moretones, quería darle de comer mientras de mantenía en silencio a su lado.
No pudo más, quería quedarse a vigilar que Jimin comiera todo pero los pedazos de su corazón partiéndose en miles de trozos le punzaron en las costillas. Se levantó de la cama y se fue de la habitación.
No aguantaba el rechazo de Jimin, no soportaba saber que lo odiaba.
Tal vez... debería dejarlo ir.
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"
¿Tu esposo está bien?"
"Ah, si, ya despertó y está almorzando." Dijo. "Pero por favor, tomen asiento."
"Gracias, Kook." La alfa sonrío. "Que grata sorpresa me lleve al escuchar que te habías vuelto un millonario de un día para otro, ¿quien diría que el gran Jeon Jungkook apenas podía llegar a fin de mes?"
"No te burles, los tiempos son duros para los pobres." Rió.
"Ah, no solo eres un hacendado millonario, sino que eres ya todo un señor casado y por lo que pude ver, tu omega es precioso." Sonrío guiñandole el ojo. "Ya me imagino lo bonitos que seran sus hijos."
Jungkook solo sonrío en una mueca, aquello no pasaría, sabía muy bien eso, nunca podría tener la familia que tanto había deseado porque su matrimonio era una farsa.
"Pero ya, dejemos de hablar de mi, mejor cuéntame sobre ti Soojin y por favor, no seas grosera, presenta a tu acompañante." Sonrío señalando a la beta que había acompañado a su prima en el viaje.
"Es mi mejor amiga, Ahn Minhee." Presento Soojin.
La beta se veía muy tímida, con una sonrisa y las mejillas coloradas tomo la mano que Jungkook le ofrecía, al estrechar sus manos el colorete de sus mejillas aumento.
"Me acompaño porque no tiene nada mejor que hacer." Bromeo riendo.
"Oye, eso no es cierto." Susurró.
"¿Y cuanto tiempo quieren quedarse?" Pregunto Jungkook sirviendo un poco de té para sus invitadas y él.
"Hasta que nos eches a patadas." Dijo Soojin.
"Hasta lo que usted nos lo permita, señor Jeon." Dijo Minhee.
Jungkook alcanzó las tazas de té a su prima y a su amiga, se sentó frente a ellas como buen anfitrión riendo del chiste de su prima.
"Puedes tutearme, Minhee." Alcanzo a decir. "Y pueden quedarse cuanto quieran."
"¿Sí? tal vez eso lo tengamos que consultar con el omega de la casa." Dijo Soojin dándole un sorbo a su té.
"A él no le importará." Dijo Jungkook.
"No digas eso." Soojin le reprendió con el ceño fruncido. "No puedes pasar por sobre lo que tu esposo quiera."
"Es que en serio, no le importará, nada de lo que tenga que ver con la hacienda o la casa le importa." En su tono de voz se le notaba decaído, su prima lo reconoció rápidamente.
"¿Todo está bien con tu esposo?" Pregunto con un tono bajo, dejando su té en la mesita de enfrente para así estar más cerca de su primo.
"Cambiemos de tema, puedo mostrarles las habitaciones y así ustedes eligen la que más les guste, ¿les parece?" Se levantó del sofá dejando su taza en la mesa.
Las dos mujeres le siguieron para hacer lo que había ofrecido, subiendo al segundo piso Soojin y Minhee escogían las habitaciones donde se alojarian en su estadía.
El ruido que se hacía en el pasillo era notable, Jimin había acabado con los dos platos de comida y al oír el ruido de tacones cerca se levantó de su cama como buen curioso, abrió la puerta para ver qué pasaba y con la imagen que se encontra causó un cierto sentimiento en él.
Lo primero que vio fue la sonrisa de Jungkook, desde el día de su boda no la había visto, esa sonrisa era dirigida a una mujer de cabellos rubios y piel blanca, que habrá sido lo que les había hecho reír pero compartían la mirada y la sonrisa.
"¿Ustedes quiénes son?" Pregunto llamando la atención de las dos mujeres y su esposo quién no dudó dos segundos en ir a su lado.
"¿Te encuentras mejor? ¿Por que mejor no te quedas en cama? Puedes volver a desmayarte." Dijo Jungkook.
"Estoy bien." Dijo. "¿Quienes son las visitas?"
"Jimin, te presento a mi prima Soo Soojin." Presento, la alfa tomo la mano del omega y la estrecho. "Y a Ahn Minhee, la mejor amiga de mi prima." La beta y el omega estrecharon las manos, la beta le sonreía a Jimin mientras lo hacía. "Y se van a quedar por un tiempo, vienen de visita."
Jimin no dijo nada, solo asintió y sonrío.
"Al fin puedo conocer a tu esposo." Dijo Soojin. "Eres muy lindo, espero que te encuentres mejor, seguro te hizo mal el cambio de temperatura ¿no?, como eres citadino..."
"Ah, si, fue eso." Sonrío planamente. "Bueno, yo los dejo, quiero descansar, fue un gusto Soojin y Minhee, espero que tengan una buena estadía." Sin más se dio la vuelta y cerró la puerta, el seguro de esta sonó en todo el pasillo.
Jungkook suspiro.
Siguió mostrándoles las habitaciones hasta que ambas eligieron, sería bueno tener a su prima en la hacienda pues ella le daría un buen ambiente a aquella casona que parecía vivir en telarañas desde su llegada con Jimin.
"¿Y ya tienes todo bien acomodado en la hacienda?" Pregunto Soojin.
"Algo así, hace poco renuncio mi administrador, pero le pedí a un amigo que me recomendara a otro y ese otro ya viene en camino, con su llegada todo estará en orden." Dijo sin saber nada.
Pues aquel hombre que venía como su administrador había sido herido de muerte, tirado en el mismo camino que Eunwoo.
El administrador que venía era solo un disfraz que tenía por debajo a aquel hombre quiso huir con su esposo el día de su boda. Quien pondría todo de cabeza en aquella casa llena de telarañas.
Holi Holi, el domingo haré una mini maratón de 3 caps :3
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