Solo un camino
Max aún no podía lograr salir de esa oscuridad y sentía que lo devoraba a cada instante.
Aún no entendía cómo había pasado eso, era un ángel lo que habían invocado no...esto.
Mientras tanto en la tierra, Jake continuaba en el suelo tratando de recuperar energías pero sabía que ya todo había acabado y más para él.
—Por favor Dios, ayúdanos.
—Su dios no los protegerá —dijo el ángel.
—¡Entonces llévame a mi! — gritó a todo pulmón.
Con tranquilidad y sin apuro el ángel, se acercó al agonizante Jake y en cuclillas se puso a su nivel.
—El ya eligió su camino.
— ¿Qué significa? —Preguntó desconcertado Jake.
—El ritual solo te lleva a un lugar. No existe el camino de Dios en el. Una vez realizado, no hay vuelta atrás.
En ese momento, Jake recordó una frase de la Biblia. No era muy creyente pero su abuelo si y no había dudado en enseñarle cada versículo de ella.
"Nadie puede servir a dos señores, pues menospreciará a uno y amará al otro, o querrá mucho a uno y despreciará al otro. No se puede servir a la vez a Dios y a las riquezas." Mateo 6:24
Todo encajaba a la perfección con su amigo. Pero aún había algo que no entendía, conocía lo suficientemente bien a Max para saber que él jamás hubiera elegido el lado oscuro de la fuerza.
Lamentablemente todo se fue desvaneciendo para él, el cuchillo que aún permanecía clavado en su cuerpo había hecho muy bien su trabajo. Una muerte lenta había sido su final, solo esperaba que Max siguiera con vida en algún lugar.
De repente, el ángel se alejó del cuerpo sin vida y arqueó el cuerpo de su huésped y de inmediato dio paso al alma errante de Max.
El grito ensordecedor que invadió la habitación anunciaba su llegada.
De inmediato todo se calmó y Max cayó de rodillas al suelo. Había observado todo lo sucedido con Jake y el torrente de lágrimas que resbalaban por sus mejillas eran la evidencia de su impotencia y dolor por no poder ayudar a la única persona que siempre lo había apoyado.
Sin emitir palabra alguna, se fue acercando al cuerpo de su amigo, con cuidado paso su brazo derecho por la espalda de Jake y luego su otro brazo por debajo de las rodillas de este. Suavemente lo fue levantado.
Con cuidado de no causarle más daño del ya tenía, comenzó bajar por las escaleras con su amigo en brazos. No sabía a dónde iría pero ese lugar ya no le pertenecía y tampoco a Jake.
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