Capítulo 6
La lluvia comenzaba a disminuir, después de un rato manejando, llegaron hasta la zona de departamentos donde Deuteros vive, pero Degel seguía dormido en el hombro del moreno.
Estacionó el auto y apagó el motor, después posó su mirada en el rostro de su compañero mientras lo observaba dormir, verlo de esa manera le daba tranquilidad.
Acercó sus dedos para poder acariciar su sedoso cabello verde, admitía que tenerlo así era una sensación que jamás había experimentado. Después se recriminó a si mismo la manera en la que comenzaba a ver a Degel, rápidamente bajó su mano y trato de mirar para otro lado.
Su compañero comenzaba a despertar, abrió lentamente los ojos y se llevó la gran impresión de ver que se quedo dormido en el hombro de su compañero.
-Yo... Perdón me quedé dormido, espero que no sea una molestia para ti- Pidió disculpas muy apenado.
-Degel, vamos adentro además... Estás muy mojado y lo mejor es que te metas a bañar de una vez- Contestó Deuteros mientras tomaba las llaves del auto y sacaba la bolsa con las cosas que compró en la tienda.
El joven asintió y salió del auto para poder seguir los pasos del moreno.
Deuteros se detuvo en la puerta y sacó sus llaves para abrir, pero como la chapa ya estaba muy desgastada demoró algunos minutos para intentar abrir.
Entre algunos golpes a la puerta y a la manija e intentar girar sin éxito, el último movimiento hizo que la puerta abriera sin problemas. Después de abrir completamente e iluminar el pasillo le permitió la entrada a su compañero de cabellos verdes.
-Muchas gracias, espero no importunar con mi presencia aquí- Contestó Degel mientras observaba cada detalle de ese departamento. Para vivir solo, tenía todo en perfecto orden.
Justo en esos momentos se le vino la nostalgia con Kardia, ya que desde que él llego a vivir con él, tuvo que hacerse cargo de la casa, era un perfecto desastre... Más cuando se enojaba su pareja, tenía la mala costumbre de aventar todo lo que tenía a la mano y jamás juntar.
-No es una molestia, además espero que no te incomode. Como verás mi casa no es el mismo nivel como en donde vives... Degel, vamos a mi habitación, necesitas darte una ducha- El moreno lo guió hasta su habitación, igual de sencilla como lo demás, sin embargo a Degel no le importaba la situación actual de Deuteros, agradecido estaba por que hoy no lo ha dejado solo y además tuvo la molestia de brindarle atención.
-Descuida Deuteros, no me incomoda en lo absoluto, soy yo el que está eternamente agradecido contigo- Respondió mientras observaba como sacaba algunas prendas de su closet.
-Ten, espero que esto pueda servirte para que puedas ponerte- Le entregó algunas prendas cómodas junto con una toalla de baño.
-Gracias Deuteros- Sonrió y comenzó a caminar hasta el baño.
El gemelo menor se quedó pensativo, Degel era la persona más dulce con la que se ha topado en la vida, sin embargo se sentía atrapado, sin salida... Comenzar a sentir algo por él, cuando su corazón le pertenece a alguien más. Sacudió su cabeza para despejar esos pensamientos de su mente y mejor se retiró a su cocina, mientras comenzaría a preparar un té para que Degel pueda tomárselo y evitar que se enferme.
A los quince minutos salió de la ducha y se vistió, aunque admitía que la ropa de su compañero le quedaba grande. No le quedó de otra más que exprimir la suya y preguntarle a Deuteros donde la podía lavar.
Cuando caminó a lo que suponía que era su cocina, pudo observarlo como preparaba dos tazas de té y tomaba algunas frutas de las que tenía ahí y comenzaba a preparar unos bonitos arreglos con ello, pero los colocaba en un plato.
Con pasos sigilosos, se acercó hasta su compañero y se le ocurrió la loca idea de cubrirle los ojos con sus manos.
Deuteros estaba tan sumido en sus pensamientos que de pronto sintió unas manos frías privándole de la vista- ¿Degel?- Preguntó nervioso, jamás había tenido tanto acercamiento con alguien así desde hace mucho tiempo.
-Perdón Deuteros no pude evitar hacer eso-
-Descuida no es na...- No terminó de hablar, porqué después de que se giró para poder ver a su compañero, no pudo evitar ponerse más nervioso, admitía que se veía encantador con esa camisa azul que tanto le gustaba. Después se recriminó a si mismo en sus pensamientos y se dio la vuelta para poder tratar de controlarse.
-Síentate Degel- Ordenó.
Degel tomó asiento en una de las sillas que estaban cerca de la ventana, no pudo evitar levantarse y observar el paisaje de la noche donde se podía ver la luz de la Ciudad aunque la neblina comenzara a descender.
-Tienes una hermosa vista Deuteros, estás a unos pasos de los límites de la Ciudad. Sin la luz artificial de los edificios me imagino que has de tener una gran vista de las estrellas y las constelaciones, a pesar que hace rato cayó una fuerte lluvia, amo este paisaje- Respondió Degel mientras recargaba su cabeza en la ventana para seguir admirando más ese lugar que estaba a unos cuantos pasos de naturaleza.
-Te gusta observar el cielo?- Preguntó con curiosidad, mientras colocaba las tazas en la mesa.
-Sí- Dio un suspiro- No tienes la menor idea de como anhelo alguna noche poder acampar, un buen café y disfrutar de un hermoso manto con infinitas estrellas, poder observar las constelaciones... Mirar algún día una lluvia de estrellas, simplemente sería hermoso-
-¿Pero porqué no lo haces ó que te detiene?- Preguntó mientras se acercaba a él.
Degel desvió la mirada para poder ver de frente a Deuteros y le respondió- Kardia... A él no le gusta todo esto y cuando se lo pedí me dijo que buscara hacer otras cosas de provecho- Contesto un poco desanimado.
-¿Sabes Degel? Casi no suelo tener pláticas con las personas pero... Te prometo que cuando pase la época de lluvia te invitaré a pasar una noche así como quieres- Respondió Deuteros sin pensarlo, simplemente le nació por si solo aquellas palabras.
-¿De verdad?... Te lo agradezco Deuteros- Degel caminó nuevamente hasta su silla y le sonrió al heleno.
-Ten, come algo de fruta por favor- Le entregó un plato con fruta, pero no era un coctel simple, Deuteros se había dado el tiempo de arreglar la fruta de manera que se viera más llamativa.
-Deuteros esto te quedó lindo...Gracias- Degel tomó el tenedor y comenzó a tomar la fruta de ese plato, algunas fresas habían sido cortadas en forma de flor.
El heleno asintió y tomó algunas galletas para poder estar un rato con Degel en la mesa.
El tiempo pasó rápido, que se les fué todo en charla sobre trabajo y un poco de la vida de cada uno de ellos.
Ambos levantaron las cosas de la mesa y recogieron todo, después el gemelo menor le pidió a Degel que lo siguiera a su habitación.
Cuando estuvieron adentro, Deuteros comenzó a sacar algunas frazadas de su clóset.
-Degel quédate en la cama, aquí hay algunas frazadas por si tienes frío- Contestó mientras le entregaba las frazadas.
-¿Donde dormirás?- Preguntó.
-No te preocupes, me iré al sillón- Deuteros estaba por darse la vuelta cuando Degel lo detuvo del brazo.
-¡Espera!-
-¿Qué sucede?-
-Puedo irme al sillón, no quiero ser una molestia... Esta es tu cama- Señaló.
-No Degel eres mi invitado y quiero que duermas aquí, no te preocupes-
-Tu cama es amplia, mejor nos quedamos aquí mismo, no es justo que duermas en otro lugar- Respondió un poco apenado.
-Pero...-
-Por favor- Insistió.
A Deuteros no le quedó de otra más que aceptar, después de todo esta ocasión dormiría con alguien. Comenzó a preparar la cama y ambos se acostaron alejados uno del otro.
-Buenas noches Deuteros-
-Descansa Degel- Contestó el moreno mientras apagaba la luz de su lámpara de noche, sería una noche incómoda, pero todo por aceptar la idea de Degel, no se negó...
-¿Qué me está pasando?- Se preguntó a si mismo mientras cerraba los ojos...
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