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Capítulo 12

¿De verdad había despertado Degel?
Deuteros no lo podía creer, cuando recibió la llamada por parte de Fluorite dejó todo lo que estaba haciendo en la editorial para llegar lo más pronto posible al hospital.

Para su buena suerte Unity y Seraphina iban entrando, no dudó en compartir su felicidad con ellos, corrió abrazarlos a ambos.

-¿Deuteros estás bien?- Preguntó Unity mirando con preocupación al moreno, en todo este tiempo pudieron conocerlo más a fondo y sabían perfectamente que él no suele ser ese tipo de personas que les gusta andar derrochando amor y abrazos con el prójimo.

-Degel ha despertado, me lo comunicó la señorita Fluorite... De hecho voy para allá- Respondió el gemelo menor con una gran sonrisa, una que jamás habían visto en él.

-Te ves muy animado Deuteros, el hecho que Degel haya despertado te mantiene así, con una felicidad que no podré describir tan fácil... Ten- Seraphina sacó un estuche de su bolso de mano y se lo entregó a Deuteros.

-¿Y esto que es?- Preguntó recibiendo el estuche y lo observaba mejor.

-Son los lentes de Degel, sus ojos lo necesitan. Supe que terminaron rotos cuando me entregaron sus pertenencias en el hospital las veces que yo lo cuidé. Ese día cuando los saqué estaban en muy mal estado y decidí que lo mejor sería mandarlos arreglar- Contestó la señorita de cabellos plateados con una sonrisa.

-Muchas gracias señorita Seraphina- Respondió mientras los recibía.

-Deuteros no te presiono pero deberías irte ya al hospital con Degel- Unity se acercó para darle unas palmadas al moreno.

El gemelo menor sonrió y les agradeció nuevamente, tomó su suéter y salió corriendo de la Editorial. No se llevó su auto porque primero necesitaba ver que pasaba con Degel y sobre todo si pronto lo darían de alta.

Corría como un niño pequeño, feliz por alguna sorpresa y él se sentía así, varios meses sin poder verlo despierto, pero hoy era el gran día.

En el camino decidió pasar a comprar un café muy cargado, no quería que Degel lo viera de esa manera: cansado, con ojeras sin poder dormir las horas que deben ser y sobre todo con una mirada muy apagada.

Nuevamente siguió corriendo hasta llegar al hospital. Lo primero que llegó hacer es ir con la señorita que atendía en la recepción.

-Por favor dígame que mi paciente ya despertó  por favor dígamelo- Preguntó ansioso recargándose en el escritorio dando algunos saltitos.

La señorita que estaba en la recepción al verlo de esa manera comenzó a alejarse de él lentamente tratando de entender porqué estaba así, pero después recordó que era el mismo chico que cada semana entraba con un ramo de flores listas para dejárselas al paciente de cabellos verdes.

-¡Ah joven Deuteros, disculpe pero no lo pude reconocer así... Se ve muy animado- Respondió la señorita un poco más aliviada y se acercó al moreno- En efecto, su paciente ya despertó puede pasar con el médico para que pueda darle más detalles-

-¿De verdad? Muchas gracias señorita- Deuteros sonrió, extrañamente sonrió... Algo que no era muy común en él. Ser un poco alegre con la gente que lo rodeaba.

Tomó el camino que ya se sabía a la perfección, pasando por los largos pasillos, las salas de espera, subiendo el elevador, hasta que por fin llegó al piso donde se encontraba su querido Ruso.
Fué recibido por el médico quien lo llevó hasta la habitación mientras le daba todos los detalles de Degel.

-¡Señor Deuteros! Que gusto verlo aquí tan pronto- Saludó Fluorite levantándose de la silla, estaba sentada a lado de Degel mientras tenía una plática amena con él.

-Hola Fluorite...- Saludó a la chica y después se acercó hasta la camilla mirando con suma ternura al ruso.

-Bueno yo me paso a retirar, me dio gusto verlo despierto señor Degel. Adiós señor Deuteros- Fluorite salió dejandolos solos, sabia muy en el fondo que realmente necesitaban un poco de  privacidad.

-En unos minutos regreso señor Deuteros, para darle el informe más detallado para su paciente... Con permiso- El doctor salió de ese cuarto cerrando la puerta quedando solamente ellos dos.

-Deuteros- Susurró Degel tratando de levantar su mano.

-Degel, no hagas esfuerzo... Recién despertaste, necesitas descansar para asimilar todo lo que pasa a tu alrededor- El moreno se acercó más al ruso mientras le quitaba algunos mechones que tenía en su rostro.

-Pero... Yo... Siempre los pude escuchar- Respondió con una voz tenue, se veía un poco más pálido y desmejorado pero el brillo  característico de sus ojos violeta era cada vez más destellante.

-¿Siempre nos escuchaste?- Preguntó con un poco de nervios, porque si era así la situación esto quería decir que Degel podía escuchar a la perfección cada palabra que provenía de sus más profundos sentimientos.

-Si, a la señorita Fluorite, a Seraphina, a Unity... Incluso a ti Deuteros- Cuando salió este nombre de sus labios sonrió mirando al moreno con ternura.

-¿Entonces siempre escuchaste todo lo que decía de tí?- Preguntó mientras tomaba su mano derecha de Degel y entrelazaba sus dedos con los contrarios.

-Si, de hecho era consciente de todo lo que pasaba al mi alrededor, siempre estuviste cuidándome y te lo agradezco- Respondió Degel muy animando pero después su semblante cambió, algo que fué  notado rápidamente por el moreno.

-¿Que tienes Degel?- Preguntó al verlo con la mirada triste.

-Que... He despertado pero mis piernas no responden- Cerró los ojos tratando de evitar la mirada de Deuteros.

-Degel... No me importaría en lo absoluto cuidarte para siempre, yo... A decir verdad...- Deuteros  trataba de decirle lo que siente por él, aunque se lo haya revelado cuando estaba inconsciente no era la misma situación, porqué el ruso ahora estaba despierto y los nervios comenzaban a traicionarlo.

-Deuteros no quiero ser una carga para ti, yo creo que hiciste mucho por mi... Así no sirvo para nadie- Contestó desanimado, no podría caminar como lo hacía antes.

-¡Degel, jamás digas eso... No me importa pasar cualquier obstáculo a tu lado!- Deuteros se acercó más a Degel, tomó con ambas manos su rostro y comenzó a limpiar las lágrimas que comenzaban a brotar de sus ojos- ¡Te necesito Degel, sin tí... No sé que sería de mi vida, eres la calma que quiero en mi corazón, eres mi todo... Porqué... Te amo- Al fin Deuteros sintió un gran alivio por dentro después de expresar sus sentimientos, sin romper el contacto con el ruso, quien después de aquellas palabras se quedó sin poder responder.

-¡Deuteros!- Sonrió ante tan bellas palabras- Tu eres esa luz que necesitaba mi vida, después de conocerte pude volver a sonreír... Tus sentimientos por mí, también son correspondidos-

El gemelo menor abrazó con más fuerza a Degel, pero esta ocasión jamás lo dejaría solo, sería su amigo, su amante, su confidente... Incluso su sombra, pero siempre para él...

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Buenas madrugadas mis querid@s lectoras les comparto otro capítulo más de esta historia que cada vez me anima a tener un Deuteros en mi vida 😍😍😍 siempre se me ha hecho un personaje tierno que trata de esconder sus más profundos sentimientos por ser el demonio que quiere llegar a ser, pero es una alma muy noble 🥰🥰

Kardia se dará  cuenta que Degel está vivo 😱😱😱.

Los quiero 🧡🧡🧡

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