Capítulo 10
Deuteros se encontraba platicando con Unity, necesitaba buscar una solución para poder ayudar a Degel después de que Kardia lo dejara solo.
Tenía un poco de sus ahorros para poder pagar los gastos que requerían del hospital pero no era suficiente cuando observó cada pago desglosado en la nota, si Degel no despertaba los gastos se elevarían más de la cuenta por todos los cuidados que necesitaba el ruso.
-Por favor señor Unity, puedo trabajarle aunque no me pague pero le pido de la manera más atenta que me ayude a cubrir los gastos del hospital con mi sueldo... Si es necesario le duplico el trabajo pero no quiero dejar a Degel solo- Rogó el moreno con la voz entrecortada, haría hasta lo imposible por seguir manteniendo con vida la ruso... Era su única esperanza y su motivo de vivir.
-Deuteros... Para nosotros como Editorial, Degel fué un excelente empleado y que bueno que tengas la convicción de querer ayudarlo después de que su pareja se fué sin decir adiós. Por fortuna nos hemos preocupado por el bienestar de nuestros empleados y del sueldo que reciben ustedes, se va una parte al seguro de gastos médicos. Degel lleva más tiempo trabajando con nosotros y podemos hacer uso de su seguro para que siga recibiendo la atención del hospital... Lo malo de esto es que seguirás cubriendo su lugar hasta que él despierte... - El dueño no terminó de hablar fué interrumpido por el moreno, quien gozaba de felicidad por lo que escuchaba.
-¡De eso no se preocupe!- Contestó muy animado- Seguiré trabajando del mismo modo para que a Degel no le falte ese seguro-
-¿Cuánto tiempo lleva así?- Preguntó la señorita Seraphina entrando a la oficina.
-Si no me equivoco lleva seis meses en ese estado- Respondió Unity.
-Entonces si Deuteros cubrirá más tiempo para el trabajo... Puedo ayudarlo a cuidar de Degel, en las tardes iré al hospital para observar los avances, así Deuteros podrá estar tranquilo sin la necesidad de estresarse por estar aquí y en el hospital- Contestó la señorita de cabellos plateados mientras posaba su mano derecha en el hombro de su hermano.
-De verdad que tu eres un ángel Seraphina, siempre con un cálido corazón para ayudar a los demás- Halagó su hermano regalándole una sonrisa.
-Si hacen eso, créanme que se los agradeceré eternamente- Respondió el moreno muy agradecido con aquellos hermanos de cabellos plateados, era un alivio que no estuviera solo en esto.
-Disculpen- Dijo Fluorite entrando a la oficina también- Pero si puedo ayudar en algo, yo también puedo ofrecerme para cuidar del señor Degel... Él ha sido muy buena persona con todos nosotros y lo justo es que todos lo ayudemos-
-Está bien, nos turnaremos un día irás tú y al siguiente iré yo- Respondió Seraphina con una sonrisa, no cabía duda que Degel tendría todo el apoyo por parte de todos, solo les quedaba esperar a que despertara.
Pasaron algunos meses más, el año pronto se cumpliría.
Deuteros se encontraba trabajando en su casa, era domingo y ese día lo aprovechaba para modificar su casa, comenzó a comprar más cosas y así estar listo cuando Degel despertara.
Se había dado el tiempo de acomodar todas sus pertenencias de las cajas que recogió con Sísifo y comenzó a comprar algunos muebles más entre ellos otro clóset para guardar las ropas del ruso.
Solo le quedaba esperar a que despertara, estaba más que decidido... se ganaría su corazón a como diera lugar.
Una semana más:
Aquella tarde en el hospital, se encontraba la señorita Seraphina cuidando de Degel, había llegado hace poco después de mandar a descansar a Deuteros, se había quedado toda la noche y la mañana velando por él.
La chica de cabellos plateados, tomó una silla y se sentó justamente a lado del ruso, admiraba la forma de ser de Deuteros... Siempre procuraba colocarle flores a lado de su camilla con la esperanza de que algún día despertara y apreciara la belleza de esos ramilletes con sus hermosos ojos violetas, añoraba que pronto lo hiciera.
-Deuteros es un amor... Ojalá pudieras despertar y vieras todo lo que hace por ti, ayer cepilló tu cabello para que se viera con brillo y perfectamente acomodado. Siempre se toma la molestia de velar por ti- Sonrió Seraphina, tocó con suavidad su rostro y terminó de acomodar aquellos mechones que aún quedaban en su rostro.
-Disculpe señorita Seraphina, pero la buscan en el área de donación- Entró una enfermera a la habitación donde se encontraba cuidando de Degel.
-Claro, en seguida voy... Muchas gracias- Le devolvió una sonrisa a la enfermera y nuevamente se acercó al ruso- Lamento dejarte unos momentos Degel, pero me ofrecí para donar sangre, muy pocas personas lo hacen pero es muy vital para salvar muchas vidas... No tardo- Surruró mientras caminaba a la salida, aunque el ruso se encontrara en ese estado, siempre procuraban hablarle como si estuviera despierto, quizá eso algún día lo ayudara a despertar... Tenían esa esperanza todos.
En su subconsciente, Degel se imaginaba todo lo que pasaba a su alrededor... Aunque estuviera en ese estado sin poder moverse, podía escuchar perfectamente todo lo que le decían.
Quería gritar a los cuatro vientos y decirle a todos que en realidad él podía escucharlos, sin embargo no tenía movimiento sobre su cuerpo, ni de su boca, mucho menos de sus ojos.
Sentía un sin fin de emociones, hace algunos meses atrás después de estar en la penumbra sin poder oír nada, comenzó a despertar su sentido del oído a la perfección. Escuchaba cada palabra dulce que Deuteros le decía.
Kardia nunca fué tan romántico ni tan detallista como aquél moreno que nunca lo ha dejado.
También recordaba las veces que la señorita Seraphina y Fluorite iba a cuidarlo, adoraba escuchar sus pláticas sobre las anécdotas de sus vidas, así como las veces que Unity también lo fué a visitar... Todos pidiendo lo mismo, que despertara de ese coma que lo apresaba entre la vida y la muerte.
Su convicción por despertar eran cada vez más, siempre trataba de mover aunque sea un dedo, pero no podía.
No se rendiría tan fácil, tiene que vencer a su mente y ordenarle algún movimiento para que notaran que estaba despierto...
Su fortaleza cada vez era más fuerte y lo logró... Pudo mover su dedo índice de la mano derecha, con mucho esfuerzo lo logró.
Ahora solo le quedaba seguir así y despertar, todos lo esperaban, en especial Deuteros y no se rendiría...
❄🔥❄🔥❄🔥❄🔥❄🔥❄🔥❄🔥❄🔥
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro