Capítulo 1
Mi vida siempre ha girado en torno a las letras, me gustaría ser escritor y amo plasmar mis sentimientos en aquellos escritos...
Actualmente vivo con Kardia es mi pareja, pero de pronto ha cambiado todo.
Siento que después de tener la ingeniosa idea de vivir juntos no ha sido una buena decisión, es decir, no todo es lo que parece... Quizá tengan razón... Nunca conoces completamente a las personas.
Todo lo que empezó como una bonita relación, poco a poco termina, es una monotonía donde el amor se ha vuelto una costumbre.
Los primeros meses fueron buenos, todo era amor y caricias, pero nuestros momentos juntos ahora se ha vuelto algo cotidiano.
Mis escritos han sido un fracaso porqué a mi vida le falta inspiración. Siento que me falta esa chispa en mi vida para poder escribir los mejores poemas que reflejen mi sentir...
Justo en estos momentos estoy en mi recámara con mi inseparable lapicero en la mano y algunas hojas en blanco donde apenas lo único que llevo escrito es la fecha.
¿Ingenioso no?
De esa parte no puedo pasar; por qué simplemente no me nace algo hermoso que escribir y al menos en mi vida no he tenido un momento donde pueda sentirme amado.
Mis pensamientos fueron interrumpidos por la llegada de Kardia:
- Aquí estás Degel... Pensé que estarías en la cocina esperando mi llegada para cenar- Contestó Kardia entrando a la recámara y dejando su maleta en la cama.
- Sabes que necesito escribir... La cena está lista - Respondí sin quitar de la vista a mis hojas.
- ¿Cuando será el día que dejes esos libros por un momento?- Cuestionó molesto, porque en realidad siempre era el mismo discurso de estos últimos días.
Siempre se quejaba que me la pasaba leyendo, que era un aburrido, incluso decía que de esta manera me moriría de hambre, cosas sin sentido. Si se supone que es mi pareja... ¿Porqué no apoya lo que hago?
Pero... Solo sigo mis principios y hago lo que me gusta, tal parece que a él no le interesa lo que adoro hacer.
Entonces... ¿Que caso tiene tenerlo como pareja?
- Es lo que me gusta Kardia, así me conociste y así me aceptaste, no veo el porqué te molesta - Respondí con seriedad.
- Eso, que contigo no se puede hacer nada. Conmigo no quieres salir porque según tú te aburres en las fiestas de mis compañeros, todos me dicen que eres muy cortante y muy frío. A donde quiera que vayas solo estás distante ya sea leyendo o escribiendo - Bufó molesto mientras se quitaba la corbata del cuello y la aventaba a la cama.
- Así me conociste Kardia, no voy a cambiar por un capricho tuyo. Si no te gusta y ese es el problema mejor me largo de aquí - Tomé mis hojas y salí de la recámara, lo que menos quería era discutir por lo mismo. Kardia no se inmutó en detenerme, solo escuché que comenzó a tirar las cosas de la habitación pero no quise regresar, caminé hasta el pequeño zótano de la casa de Kardia y preferí quedarme ahí. Quizá lo mejor sea pensar bien las cosas antes de cometer una locura.
El reloj marcaba justamente la media noche y seguía sentado en una vieja silla, por más que trataba de escribir ninguna idea se me venía a la mente, terminé por arrugar las hojas y aventarlas lo más lejos que pude.
- Quizá Kardia tiene razón... ¿Y si esto no es lo mío?- Pensé mientras me sentaba en el suelo y abracé mis piernas, algunas lágrimas recorrían mi rostro desmotivado por todo los malos momentos que he pasado.
Comencé a recordar aquél día que nos conocimos.
Flashback:
Aquella ocasión no se me olvida, estaba en un parque escribiendo. Un chico de cabellos azules corría pero no se percató que yo estaba sentado en esa pequeña barda donde se dividía un jardín con el paso peatonal.
Justo al momento de caer, sin querer me dio un empujón y caí en la jardinera.
-Oh disculpa, por eso joven- El chico de cabellos azules me ayudó rápidamente a levantarme, sin embargo mis lentes se quebraron.
-¡Oh no, mis lentes!- Respondí mirando aquella mala suerte que tenía.
-Esto fue mi culpa, estaba jugando con aquellos niños y necesitaba alcanzar la pelota, pero jamás me dí cuenta que estabas aquí sentado, te los pagaré... Después te todo fué mi culpa... Mi nombre es Kardia.
- Mi nombre es Degel, ahora si me disculpas tengo que irme, mis hojas terminaron rotas, mis lentes están quebrados y mi ropa se ensució - Contesté mirando mi camisa blanca favorita, se había arruinado.
Kardia se acercó más para observarme mejor y comenzó a quitar las hojas de las plantas que tenía en mi cabello.
-Tienes unos ojos hermosos... Mira lamento lo que pasó, ¿Te parece si puedo verte aquí mañana a la misma hora para compensar esto?
-Lo que menos quiero son más problemas.
-No claro que no lo son, por favor quiero verte aquí mañana, sino tendré que buscarte por cielo, mar y tierra- Respondió Kardia sin dejar de perderse en mi mirada.
Este tipo si que está loco, apenas y lo conozco y ya quiere buscarme con cualquier pretexto, vaya día... Por qué se me ocurrió venir aquí a escribir.
Solté un suspiro- De acuerdo, pero me gusta la puntualidad, así que te veo a las dos de la tarde aquí mismo- Me di la vuelta y comencé a caminar, rumbo al pequeño departamento donde estoy viviendo.
Soy de un lugar hermoso al que llaman Blue Graad llegué a Grecia por una oferta de trabajo en una editorial. Mi labor es revisar detenidamente los escritos, corregir aquellas faltas de ortografía y darle formato al texto. Cuando el trabajo está hecho se aprueba y comienzan a imprimir los ejemplares.
Por esa razón sueño con escribir, sin embargo no encuentro aquella chispa que encienda mis sentimientos y exprese lo más profundo de mis sentimientos.
Al día siguiente esperé a Kardia como habíamos quedado, llegó veinte minutos tarde pero cumplió. Me compró nuevos lentes y me invitó comer.
Así nos fuimos conociendo, después pasamos a una relación más formal, pero desde que me invitó a vivir con él, todo ha cambiado, al principio llegaba temprano para que pudieramos disfrutar nuestras cenas juntos, sin mencionar las noches sintiendo su calor.
Ahora cada vez llega más tarde y son pocas las veces que ambos estamos juntos.
Fin flasback.
-Por más que trato de ser comprensible con Kardia, hay algo que no encaja entre ambos, somos tan diferentes que trato de poner de mi parte, pero... Parece que a él no le importa. Se enoja cuando me ve con los libros, pero que puedo hacer si eso me gusta. Es como si yo le tratara de quitar el gusto de las manzanas a Kardia, quizá solamente así me entendería- Pensó Degel mientras salía de aquél lugar para irse a la habitación, esperaba que Kardia ya estuviera más calmado, sus discusiones podrían tardarse años, debido a los arrebatos de Kardia y a la suma tranquilidad de Degel...
Cuando llegó, notó que su pareja estaba durmiendo, sin mencionar las cosas rotas que dejó tiradas en el suelo.
-Ni modo... A recoger esto mañana- Degel se acostó del otro lado del colchón y se durmió, esta vida ya no le extrañaba tanto, se había vuelto una costumbre para ambos.
Al día siguiente se despertó, pero Kardia ya no estaba. Muchas veces ya no pasaba a despedirse de su pareja. Degel se levantó de la cama y comenzó a recoger todo lo que Kardia había tirado, porque ni la delicadeza tuvo de levantar todo lo que tiró.
La recámara ahora lucía en perfecto orden, tomó su ropa y entró al baño para poder ducharse antes de irse a trabajar.
Después que salió, se arregló y bajó a la cocina para poder tomar un ligero desayuno antes de irse.
🔥❄🔥❄🔥❄🔥❄🔥❄🔥❄🔥❄🔥❄
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro