"Basta ver el reflejo de tus ojos en los míos,
como se lleva el frío, para entender
que el corazón no miente,
que afortunadamente...
me haces bien."

Me haces bien - Jorge Drexler

"Te vi, yo no buscaba a nadie y te vi. "

Dice una canción, y es justamente eso lo que me pasó con Ethan. No buscaba a nadie, y lo vi. No buscaba nada, y me encontré con el movimiento de su mundo.

Pienso que tal vez las mejores personas llegan así, de sorpresa, de la nada, porque sí, porque todo y ya.

Cuando Ethan se cruzó por mi camino, traía conmigo un corazón dormido, y un cuerpo pesado de tanto cargar con alguien que no era.

A los pocos días de nuestro encuentro, ese corazón dormido se despertó, dió un salto y llenó mi cuerpo de muchas revoluciones positivas. Las cuales me siguen acompañando hasta el día de hoy.

Nos enamoramos demasiado rápido, y sentimos mucho en muy poco tiempo. Pero ya se sabe, no se trata de tiempo, sino de calidad, y de química.

Voy de su mano, y a la vez, ambos vamos entrelazados a la intensidad que sigue entre nosotros. Nos acompaña, nos abraza, y nos hace sentir más cuando creemos que no puede ser posible que pase.

Puedo decir con toda sinceridad, llevando una mano hacia mi pecho, hacia mi corazón, que hoy soy una mujer feliz y agradecida con el destino que me puso en su camino.

Las personas dicen que me ven bien, que nunca me habían visto así, y que eso les agrada mucho. Les basta ver mi sonrisa para aceptar y querer a Ethan, y eso es más que suficiente.

Me veo al espejo, y estoy con los que opinan de esa manera: me gusta verme así. Me siento hasta linda, y eso es algo que me pasa muy pocas veces cuando se trata de darme una devolución. Pero es la verdad, me siento linda, y todo por la sensación de enamoramiento que me transforma el rostro, y alegra mi cuerpo.

¡Qué lindos nos pone el amor cuando nos hace bien! ¿no? Y vaya que también se nota cuando nos hace mal. Pasar de verme delgada, con ojeras, y ojos hinchados de tanto haber llorado, a verme sonriendo, radiante y feliz, es un paso muy enorme en mi vida amorosa.

Por eso, y por todo: gracias, gracias, gracias querido destino por ponerme en su camino. Es que hasta tengo ganas de agradecerle a recursos humanos, por haberme dado el visto bueno para trabajar en la gasolinera, y agradecerle a Malcom por sólo presentarme a él como mi compañero. Tal parece que el destino se personificó en Malcom, y por eso hizo que Ethan me saludara, en señal de "¡Hey! mira, te presento a quien va a enamorarte en cuestión de días". Sólo que lo veo ahora, meses después de ese día.

"Y entregamos todo el corazón, y que pase lo que pase siempre los dos".

Dice otra canción, una que sentimos que nos identifica. Es de una banda de su estilo rockero, y una a la cual me he vuelto adicta, no puedo parar de escucharlos.

Pero ha pasado así, como dice la letra, entregamos todo nuestro corazón, sin saber lo que va a pasar más adelante, porque no importa eso, importa sentir que siempre estaremos los dos. Ojalá no nos abandone ese sentimiento.

"Recuerdo aquella vez que nos miramos, una historia se cerró de ambos lados".

Dice otro fragmento , y así fue, algo se cerró cuando nos conocimos. Pero también se abrió algo nuevo, un camino por recorrer, y una página en blanco que aún seguimos escribiendo.

Ethan se acerca a mí, sonriendo, cantando y bailando la canción que suena de fondo. Estamos en su casa, compartiendo algo juntos, aprovechando nuestra noche libre.

Su alegría, es la mía. Su sonrisa, es mi sonrisa. Y su te quiero, es mi te quiero mucho más.

Pero Ethan frunce el ceño cuando le digo que lo quiero mucho más de lo que él me quiere a mí.

—Mmm, lo dudo —dice.

—No lo dudes, es así.

—No, sé que no es así, Emma.

—¿Por qué tan seguro? —se ríe—. No, en serio, quiero escuchar tus razones.

—Bien. ¿Recuerdas lo que pasó el otro día en el trabajo?

—¿Más específicamente?

—Cuando estabas haciendo el conteo de cigarrillos, te hice reír y casi me dices algo, pero no lo has hecho.

Y entonces lo recuerdo... ese día, así como lo dijo, me hizo reír. Ahora no recuerdo bien qué dijo para generar una risa, pero si recuerdo lo que casi le digo.

"Te am..." eso, así, sin la o del final. Cuando eso pasó, Ethan insistió en saber que le iba a decir, pero me hice la tonta y seguí con lo mío.

—Casi me dices que me amas —continúa Ethan y asiento, se ríe, creo que mis mejillas se tornaron coloradas, porque siento que mi rostro arde.

—Eres un malvado, Ethan Cohen.

Se sigue riendo.

—Pero me ha gustado lo que casi se te escapa, ¿sabes? —lo miro a los ojos, brillan, me observan como si fuera algo único y especial. O al menos así me hace sentir, como si fuera única y especial.

—¿Ethan...?

—¿Emma? —repite con el mismo tono, sonriendo.

—¿Hay algo que me quieras decir?

Sonríe, ahora son sus mejillas las que se colorean.

—Sí, hay algo que quiero decirte. No hace falta que me respondas, sólo quiero decirlo.

—De acuerdo, te escucho.

Entrelaza sus manos con las mías, sigo enamorada de la sensación que emana esa unión.

La sonrisa no desaparece de su rostro, y sus ojos brillan aún más, si eso es posible. Mi corazón se siente nervioso, y más que nada ansioso de escuchar sus palabras.

Mi piel se eriza ante su mano que acaricia mi rostro, y su sonrisa termina siendo contagiosa en mi rostro. También sonrío, y la energía de esa mueca hace un paseo de pies a cabeza en mi cuerpo, para luego instalarse en cosquillas en mi estómago.

—Ni siquiera te estaba queriendo cuando llegaste —dice, sin dejar de sonreír—. Ya te estaba amando.

Oh por Dios.

Oh. Por. Dios. ¿Puedo tatuarme esas palabras? ¿En todo el cuerpo? Necesito que Ethan las repita para mí, más no lo hace. Pero no importa, no hace falta, su confesión sigue resonando en mi cabeza, se instala en mi corazón, y le hace sentir el cariño de esas palabras.

¿Puedo hacer una canción en base a eso? No sé cómo componer, pero por Ehan lo intento, en serio. Podría hacer las mejores rimas por y para él.

Tengo la necesidad de abrazarlo, así que lo hago, me lanzo hacia él, rompiendo la unión de nuestras manos, pero uniendo nuestros cuerpos en un abrazo.

"Nunca llegaré tan lejos para devolverte tanta paz, tanta melancolía, tanta pausa en mi vida".

Es lo que dice la banda favorita de Ethan, y así me siento. Puedo hacer más de una cosa a la vez, pero nada será suficiente para devolverle un poco de eso que me da, sin siquiera saber el revoltijo de emociones que genera en mí.

Me separo de él para mirarlo a los ojos, sigue sonriendo, o tal vez nunca dejó de hacerlo.

—Te amo —le digo, nos sonreímos y volvemos a abrazarnos para luego besarnos con el sabor de esta confesión.

Vaya... Hace tiempo no amo a un hombre. Pero se siente como si fuera la primera vez debido a todo lo que Ethan me genera. Así que sí, vamos por eso, esta es mi primera vez amando.

Mi corazón y yo hemos esperado por mucho tiempo poder decir te amo sin miedo, sin duda, y sin nada negativo que nos haga sentir que íbamos a salir lastimados.

Ahora mi corazón late tranquilo, con paz y alegría. Y yo sigo danzando al ritmo de este amor que tanto me ha dado en tan poco tiempo.

Con ese te amo, y con mi sí a su respuesta de si quiero ser su novia, hicimos de este 3 de enero algo bueno.

Muy bueno.

El último capítulo de la historia. Uno con canciones, amor, e intensidad. Siempre intensidad.

Espero que hayan disfrutado de este último capítulo. Enseguida subo el epílogo, y los agradecimientos por haberme leído.

https://youtu.be/Xd7dXXPmI18