Capítulo 25.
Yo confío mucho en tu enseñanza,
Vos confía, confía en mi aprendizaje.
Y si para nuestro amor,
no encuentro un buen adjetivo,
es por que te amo mucho, mucho más...
del te amo que te digo.
Princesa - Las pastillas del abuelo.
Encontré un amor para mí,
sólo entrégate y sígueme.
Perfect - Ed Sheeran.
Definitivamente Marge es la mejor. Tal como le prometí, pasé con más tiempo a visitarla, y con eso, también conocí a Robert, el padre de Ethan.
Pude notar la relación tensa y distante entre ellos. Aún no entiendo los motivos, y por supuesto, no puedo presionar el tema hasta que Ethan crea que pueda decírmelo.
Más allá de eso, Robert también está siendo bueno conmigo. Más no se compara con Marge, y sus actitudes, no sólo simpáticas, sino que amorosas. Me hace sentir querida, como si llevara un largo tiempo en contacto conmigo, y sólo nos vimos dos veces.
Mia no está en la casa debido a que se encuentra trabajando, en el cine. Pero si está Fred, su hermano, el más chico de la familia.
Ethan me habló de la maravillosa relación que tiene con sus hermanos, me ha dicho que son muy unidos, y que todo lo hacen juntos. Me encanta eso, más cuando lo corrobore en el bar con Mia, y ahora con Fred. Se nota lo mucho que se quieren, y eso es algo lindo de ver.
Con mis hermanos tengo un buen trato, y los amo, pero no se compara mi relación a la que Ethan tiene con los suyos, es mucho mejor. Quiero que la relación con los míos sea igual de bonita, con este gran grado de hermandad.
Durante la cena, me siento tan cómoda que tengo muchas ganas de repetir el momento una y otra vez, o deseo que nunca acabe. Pero Fred se va a trabajar, y los padres de Ethan se van a dormir, luego de haber compartido un café con nosotros.
Al quedarnos solos, como si no tuviéramos experiencia en esto, no sabemos ni que hacer ni que decir. Así que sólo nos sale reír, por los nervios, o por los tontos que nos sentimos.
Hasta que Ethan propone ir a su habitación, y una vez allí, pone música para amortiguar un poco el silencio. Y mientras se va a la cocina en busca de algo para beber, observo con detalle cada rincón de su habitación, la cual es compartida con Fred.
Las paredes son blancas, y llevan como decoración algunos póster de sus bandas favoritas. Y, al escuchar el mismo estilo de música, y al compartir el gusto por las mismas bandas, en la pared no hay ninguna mala combinación.
Las sábanas de Ethan son azules, mientras que las de su hermano son verdes. Hay una computadora, y en el mueble de la misma, hay libros y algunos CDs.
Ethan vuelve a entrar, con una botella de agua en una mano, y dos vasos de vidrio en la otra. Los deja sobre su mesa de noche, y se sienta a mi lado.
—Puedes ponerte cómoda —me dice.
—No se diga más —contesto, y entre risas, me quito las zapatillas. Y cuando subo los pies a la cama, Ethan se acuesta y me llama para que me acomode a su lado.
Le sonrió, y lo hago. Apoyo mi cabeza sobre su pecho, justo donde puedo sentir los latidos de su corazón. Subo mi pierna izquierda sobre las suyas, buscando más de mi comodidad. Cosa que, por suerte, no le genera incomodidad.
Ethan me acaricia la pierna con las puntas de sus dedos, provocando que una electricidad se pasee por mi cuerpo, deseando más, mucho más. Sin embargo, no voy en busca de eso. Me quedo quieta, disfrutando del momento, de sus caricias, y de la canción de fondo. Una que, ni bien termina, Ethan la vuelve a reproducir, y cuando termina por segunda vez, la vuelve a repetir.
Pienso que con eso algo me quiere decir, o que en silencio me la dedica, no lo sé. Al menos es lo que percibo en las repeticiones y en sus susurros al cantar. Sea lo que sea que esté pasando, me hace sentir especial de mil maneras posibles, y hasta imposibles, de las nunca vistas en el mundo.
Son tantas las cosas que Ethan me está haciendo sentir, en tan poco tiempo, que me lleva a preguntar qué voy a sentir cuando haya pasado un plazo más largo. Ah si, ya estoy pensando en cosas futuras, y lo hago de manera tranquila, sin sentir que es demasiado. Porque considero que no lo es. Pienso más bien, que es demasiada la ilusión que siento, demasiada la esperanza, demasiada la intensidad. Y eso puede ir en contra de cualquier otra cosa que me quiera echar hacia atrás.
Ethan me da la seguridad de mi sentir, y eso es algo increíble debido a que es la primera vez que algo así me pasa. La primera vez, quise con muchas alertas de por medio, con mucha intranquilidad. La segunda vez, quise si, pero como quien quiere a un amigo. Y ahora, que es mi tercera vez queriendo a un hombre, me siento con la firmeza de poder seguir hacia adelante, sin ver si debajo de mis pies hay un camino seguro, porque sé que lo es, confío en eso. Y es así como debemos querer, y amar, con esta seguridad, con esta tranquilidad. Dios, espero que esta sensación me acompañe por mucho tiempo.
—Estás muy callada y eso me preocupa —dice Ethan.
Levanto mi cabeza de su pecho, apoyo mi codo sobre el colchón, y lo miro.
—Pienso en lo mucho que te quiero.
Una sonrisa hermosa se plasma en su rostro. Quiero besarla, me la quiero tatuar en mi cuerpo, en mi corazón.
—Oh, vaya... —dice sonriendo—. Yo también te quiero, y mucho más de lo que crees, y hasta digo.
Beso su sonrisa, y vuelvo a acomodarme en su pecho.
—¿Puedes poner la canción que has repetido?
Se ríe.
—¿No te ha molestado?
—No, me gusta.
—A mi también me gusta. Creo que nunca le presté tanta atención a la letra, hasta hoy.
Y con eso, vuelve a reproducirla, vuelvo a escuchar los latidos de su corazón. Y si antes de todo esto, estaba bailando al ritmo de la música más cursi, ahora estoy flotando al ritmo de esta letra.
El amor... el amor. Ojalá fuera así de bonito siempre, para todos. Pero bueno, sabemos que también trae golpes y caídas. Algunos golpes duelen más que otros, dejando unas heridas que no se pueden sanar, mientras que otras tal vez si.
Aunque bueno, mejor no pensar en esas cosas, ¿no? Si algo de eso va a pasar, veré como me, y nos toca. Por ahora, y en este momento, disfruto de esto, de sus caricias, de la canción, y del mundo en silencio.
—¿Y si escuchamos algo de tu estilo? —pregunta y propone, apagando la canción.
—Mmm..., poco tiene que ver con el tuyo.
—¿Y eso qué? —coje su móvil y se dirige a YouTube—. Ed Sheeran, ¿no? —asiente y sonríe. Y sin dudarlo, clickea Perfect y la melodía llega a nosotros.
—Oh, amo esta canción.
—La he escuchado, y me gusta.
Pongo mis ojos en él, y se encoge de hombros.
—¿En serio?
—Si, vi que compartiste algo de la letra en tu facebook, y quise escucharla. Me gusta lo que dice.
Sonrío, me devuelve la sonrisa y nos quedamos en silencio, escuchando a Ed Sheeran.
Y tal como pasó con la anterior canción, ni bien termina, la vuelve a reproducir. Y no me molesta para nada, no sólo porque amo con locura a Ed, sino y más que nada, por ver como Ethan la disfruta, aún cuando el género tiene poco que ver con su estilo rockero.
Hoy me voy a dormir con una sonrisa en el rostro, y una hermosa sensación en el corazón, en cada parte de mi cuerpo. Uf... ojalá todas mis noches terminaran así.
Les dejo las canciones que Ethan y Emma escucharon❤ Ojalá estén disfrutando mucho de esta historia muy, pero muy especial para mi. No veo la hora de llegar al epílogo para dejarlo todo ahí. No falta nada, esta semana terminamos esta historia❤
https://youtu.be/JsMrJ2Em4b8
Princesa - Las pastillas del abuelo.
https://youtu.be/nRhSPp5CWos
Perfect - Ed Sheeran.
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