Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 2.


Es el día, es hoy. Hoy empiezo a trabajar y gracias a mi nerviosismo estoy llegando temprano.

¡Una hora y media temprano! Demasiado exagerada con mi apuro, y como si eso no fuera poco, tengo ojeras y la humedad no ayudó a mi cabello.

Tuve tiempo de arreglarme, de ocultar las manchas oscuras debajo de mis ojos, pero no, me apuré y aquí estoy, en la esquina frente a la gasolinera, despeinada y con cara de dormida.

Pienso en caminar por los alrededores, hacer tiempo con el paseo. Pero soy torpe, y cuando eres torpe y no conoces la zona, lo mejor es no pasear. Soy capaz de perderme.

Así que respiro profundo y estudio mi lugar de trabajo. Es una zona de mucho movimiento gracias a la avenida principal, por lo que los autos entran y salen dándole tan sólo pocos segundos de respiro a los chicos que se encargan de cargar combustible, y hacer otras tareas.

Me detengo a observar todo lo que hacen, y deseo para mis adentros que mi puesto de trabajo no sea estar afuera. No sólo porque no me veo haciendo todo lo que ellos hacen, sino también, porque me asustaron con los videos en la capacitación. No quiero explotar ni hacer explotar la gasolinera.

"Son casos aislados, no necesariamente les puede pasar a ustedes. Si hacen las cosas bien, no tienen porque preocuparse" nos dijeron en la capacitación a otros chicos y a mí, mientras nos mostraban a un hombre prendiéndose fuego.

Cuando de ser torpe como yo se trata, esos casos no son para nada aislados.

Mi corazón se acelera de tan sólo pensar en mi pequeño cuerpo prendiéndose fuego. No gracias, quiero seguir viviendo.

En cambio, estar en el minimercado, parece ser más tranquilo. O al menos eso veo desde la distancia, y con mi miopía en el medio.

Allí, los empleados preparan café, venden cigarrillos, cocinan y mantienen el orden y la limpieza. Sí, más tranquilo es y no hubo feos vídeos sobre el sector. Al menos nadie se prendió fuego.

Respiro profundo una dos veces, me armo de valor y cruzo la calle. No sé con quién tengo que hablar, o a dónde me tengo que dirigir, así que decido pedir ayuda a las empleadas del minimercado.

—¿En qué te puedo ayudar? —me pregunta una de ellas, la rubia, sonriendo amable. Leo su nombre en el pequeño cartel que lleva en su camiseta de mangas cortas: Phoebe.

Su compañera, de cabello oscuro y más adulta, me observa desde atrás.

—Sí, esto... soy la nueva empleada.

—¡Oh, hola! —me saluda la mujer de cabello oscuro, de nombre Lauren— Sabíamos que empezaba una chica nueva hoy, pero... —observa la pantalla del ordenador y sonríe— ¿No es un poco temprano?

Me río.

—Lo es, pero antes de dar vueltas por ahí, donde no conozco, prefiero entrar y conocer dónde voy a trabajar.

—Buen punto —interviene Phoebe— Ven, te llevaré con Dexter, nuestro encargado.

Sale detrás del mostrador y la sigo. Salimos a la calle y subimos una escalera, en el camino me cuenta que ella también es nueva, y que me quede tranquila que el lugar es bueno y tranquilo.

Entramos a un pequeño pasillo donde están los vestuarios, el baño público y lo que parece ser una oficina, allí es donde Phoebe llama a la puerta y tras la aprobación masculina, entramos.

Cuando el tal Dexter me ve detrás de Phoebe, se pone de pie y sonríe. Es un hombre joven, no debe pasar los treinta años.

—Ella es la nueva empleada —me presenta y me mira— ¿Tu nombre?

—Emma.

—¿Qué tal Emma? Me llamo Dexter y soy uno de los encargados—estrecha su mano, extremadamente blanca, con la mía— Has llegado bastante temprano —dice Dexter y podría revolear los ojos, pero al ser la nueva, no puedo— ¿Quieres ponerte el uniforme primero? Así luego hablamos mejor y recorremos la gasolinera para que la vayas conociendo.

—Bien, de acuerdo.

Sonrío y Phoebe me entrega la llave del vestuario de mujeres, para luego dirigirse a sus actividades. Al entrar, vuelvo a cerrar con llave y me siento en el banco que hay junto a los lockers.

Saco el móvil y le escribo a Max, le digo que estoy bien, que ya me encuentro en el trabajo, y le aviso que hablamos cuando salga.

Aprovecho también para responderle los mensajes a mis amigas que me desean buena suerte. Luego de todo eso, guardo el móvil en la mochila y saco el vestuario.

No es del todo de mi agrado, pero es lo que debo usar sin queja alguna. Se trata de un pantalón gris claro, con una camiseta sin mangas roja, la cual lleva el logo de la gasolinera y el nombre para que te identifiquen. También debo usar una gorra de béisbol roja con el mismo ya reconocido logo, y unos zapato negros de seguridad, un tanto incómodos, pero tal vez con el tiempo me acostumbre.

Me acomodo el cabello castaño, lo mejor que puedo, y lo ato en una coleta alta para luego ponerme la gorra.

Le doy una última mirada al espejo, suspiro y salgo al pasillo. No hay tiempo o ganas para maquillarme un poco y ocultar mi cansancio tras no haber dormido como corresponde.

Al encontrarme nuevamente con Dexter, me habla sobre la gasolinera, su trabajo, personal, y toda la información necesaria para que me vaya adaptando.

—Hoy podrás salir una hora antes, por haber llegado temprano. Pero mañana ya tienes que venir a horario.

—Sí, lo sé —me río.

Alguien entra a la oficina, y se trata de otro hombre vistiendo cómo Dexter.

—Supe que llegó la chica nueva —me mira y noto que es más grande, en edad, que Dexter— Hola Emma, soy Malcom, el encargado de la tarde.

Nos estrechamos la mano, y me dispongo a hablar otro rato con ellos, donde me preguntan cosas personales para conocerme más. La conversación llega a su final cuando el horario de Dexter termina, así que ahora me quedo con Malcom, quien me va a hacer un tour por la gasolinera.

—Bien, por empezar aquí es la sala de descanso, donde se turnan para comer y demás —abre una puerta gris que pasé por alto antes. Allí hay una mesa larga blanca, junto a sillas verdes, una nevera, un televisor y una cafetera.

Mientras me explica sobre los carteles que hay en las paredes, donde cuentan cómo ser un buen empleado, entra una mujer alta, de cabello negro y de gafas. Sus manos se encuentran ocupadas por su bolso, su chamarra y un vaso de Starbucks.

—Ey, hola —me dice— Emma —lee mi nombre en el cartel— Soy Lorie, tu jefa —se ríe.

Y ante tan sólo esa aclaración creo que ya comienzo a sudar.

Hablamos un poco, muy poco de hecho, ya que tiene que hacer otra cosa antes de irse a su casa, así que quedamos en hablar mejor mañana.

Me resulta una mujer intimidante, pero creo que sólo la veo así por el cargo que lleva.

Al salir de la sala de descanso, bajamos las escaleras y me guía brevemente por los surtidores, me enseña el mecanismo de cargar combustible, entre otras cosas necesarias de cada auto, y la forma de cobro. Todo muy lindo, pero yo sigo deseando no terminar en este puesto.

Luego me lleva hasta el punto de encuentro, el cual se encuentra ubicado en una esquina. Allí los empleados se reúnen de ser necesario tras suceder algo grave en la gasolinera.

<<Ojalá no sea necesario venir hasta aquí>> Pienso. Y creo que debo dejar de pensar en cosas trágicas antes de desmayarme por las películas que me armo en la mente.

Volvemos hablando sobre otras cosas necesarias a saber del trabajo, y nos paramos cerca de los surtidores. El cambio de turno ya empezó, así que ahora hay dos chicos distintos encargándose de los autos, y otras dos personas en el minimercado.

Observo los movimientos, las actividades de cada uno, y paso un poco por alto las cosas repetitivas que me dice Malcom. Está mal, lo sé, pero ya entendí muchas de las cosas que me está repitiendo.

—Bueno, ahora podemos pasar al minimercado —me dice, pero cuando estamos por dirigirnos hacia allí, se frena— ¡Ey! Ethan, ven a conocer a tu nueva compañera —le dice a un chico que acaba de bajar las escaleras.

Raro. No me presentó con ninguno de mis compañeros de turno, pero con él sí.

Ethan se acerca a donde estamos, sonriendo con confianza, por lo que estudio cada uno de sus movimientos.

—Hola, soy Ethan, mucho gusto —estrecha su mano con la mía, y sus ojos marrones se posan en los míos, vuelve a sonreír y separamos nuestras manos— ¿Vas a estar con nosotros? —pregunta y se acomoda la gorra sobre su cabello oscuro y corto.

—Aún no lo sé.

Es mejor responder eso antes de decir <<¡Ojalá que no!>> en frente de Malcom.

—Bueno, si terminas con nosotros, vas a estar con los mejores —sonríe nuevamente con confianza, y se aleja para darle inicio a sus actividades.

Malcom me dice algo que no logro escuchar, pero como avanzó hacía el minimercado, lo sigo.

Y ahora sí, puedo conocer a mis otros compañeros y no sólo quedarme con la presentación de Ethan.

Conozco a Chelsea y Kyle, quienes se presentan amablemente y se dividen para mostrarme las distintas tareas que realizan.

Y mientras acomodo los cigarrillos, e intento aprenderme los nombres de cada uno de los venenos (porque lo son al fin y al cabo) me dicen que mi lugar de trabajo es éste, en el minimercado, que más adelante paso a cargar combustible y demás.

Espero que el "más adelante" tarde mucho en llegar.


¡Hola! 

Y apareció él nomás, Ethan (mi Ethan ❤) y su presencia va a traer muchos, pero muchos cambios. No veo la hora de que sepan sobre todo eso.

Emma, claramente, pone a flor de piel muchas cosas personales, así que espero que sean leídas con respeto. Y sino bueno, no sean muy crueles jajaja.

Ésta historia, de alguna manera, nos acerca mucho más aún y creo que dejamos de ser autor- lector para pasar a ser amiga- amiga/o ❤

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro