Cuando Frisk despertó, no había nadie alrededor, estaba desatada, era el momento perfecto para escapar.
Frisk se levantó del suelo, le dolía todo el cuerpo, se levantó un poco el suéter, bajó la mirada y allí estaba, claramente:Sans, ese nombre estaba escrito en su piel, y no sólo en su piel, sino también en su memoria.
Frisk siempre tenía la esperanza de que todo fuera un sueño, pero no lo era nunca, todo lo que había pasado era real y dolía.

Al menos él no la violó, aunque lo intentó no lo hizo,  Frisk se preguntaba porque no lo hizo... él tal vez... era un buen monstruo, no, Frisk no quería creer en alguien de nuevo, si le fallaban de nuevo no lo soportaría, pero hablando en serio, Frisk era muy idiota, asi que en cualquier momento caería de nuevo, confiaría de nuevo y saldría herida de nuevo,  no era novedad.

-Al menos no me hizo daño, me pregunto porque...bueno, no fue agradable, pero...debo irme.

Frisk se dirigió a la puerta de esa habitación, cuando estaba apunto de girar la perilla, la puerta se abrió... era Sans cubierto de...¿sangre?, al parecer era suya...

-¡¿Pero que carajos crees que haces?!...¡agh,mierda!...-Fue lo último que dijo antes de caer al suelo desmayado, había perdido mucha sangre, Frisk lo recordó...la noche anterior ella se estaba desangrando, entonces... ¿cómo?, ella tenía una cicatriz, pero la herida no estaba infectada ni nada, era extraño...

Sans estaba cubierto de moretones y sangre, Frisk no pudo evitar reaccionar, esa chica de verdad era extraña, ella se agachó para verlo, lo pusó boca arriba y pasó su mano por su cabeza, él tenía un gesto de dolor...

-Pobre... ¿quién te hizo esto?...-Frisk estaba muy preocupada, tomó un trapo de una mesa que había por allí, luego tomó un poco de nieve de la fachada de la casa, era una casa extraña, Frisk no sabía si se le podía llamar así, era como una habitación, pero con una puerta hacia afuera, ¿un puesto de vigilancia?, tal vez era algo así. Mojó el trapo, con la nieve derretida y limpió cada una de las heridas de Sans, cuando terminó lo arrastró hasta el sofá que había en esa habitación, lo recostó y esperó a que despierte, no tenía otra cosa que hacer al fin y al cabo.