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24

Si mi cara dolía era por la sonrisa que desde el día anterior no podía dejar de esbozar, eso solo lo lograba Jeon Jungkook.

Salí del baño luego de la corta ducha, aquella que había impedido que siguiera estando entre los brazos del chico pelinegro, sintiendo las caricias en mi cabello,ah, no dejemos pasar su besos.

Aún en mi ensoñación, paré en seco al recordar el que estaba con una simple toalla cubriendo mi cuerpo, sintiéndome nerviosa de repente, creando más de una escena dónde esta se cayera y entrar en una gran tensión. ¿Quién sabe?,podríamos hasta...hasta hacer cosas para adultos.

-Llegaremos tarde si - mierda

-¡Date la vuelta!

Lo hizo en menos de un segundo. Logré escucharlo suspirar. ¿Qué más podría pasar?, digo, el que ambos nos encontremos casi desnudos y en cualquier movimiento en falso, estarlo definitivamente.

-Necesito mi ropa

Ahora sí pensaba en que tener su ropa en mi habitación era una mala idea.

Agh, me ponía tan tonta, que no se me ocurrió volver al baño y esperar a que la sacara, para luego poder hacer lo mismo. Al hacerlo, saqué todo el aire retenido al ver cómo los músculos de su espalda estaban tensos.

Pude cambiarme tranquilamente luego de haber escuchado la puerta cerrarse.

Ese ambiente, quedó en el olvido, porque el chico se encontraba como si no estuvo a punto de verme envuelta en una simple tela. Agarramos las respectivas mochilas para irnos antes de perder más del valioso tiempo que poseemos por tener que estar antes que el portón se cierre.

Salimos, sin recibir un saludo o despedida de los chicos, parecían más felices con su comida. El cielo con algunas nubes yendo y viniendo, dejaba a la vista el sol, sintiendo mis brazos quemar un poco, aún siendo tan temprano.

-La parejita se reconcilió- oh, Jungkook rodó sus ojos- Juro que iba a hacer algo en cuánto viera que seguían sin dirigirse una palabra

-Como verás...

-Me alegro por ustedes, lo digo sinceramente

Ya estaba viendo a Yoongi como la segunda persona que corta los buenos momentos, puesto que al estarle sonriendo a mi, ahora, novio, tenía que interponerse enganchando un brazo en cada uno

Bueno, tampoco iba a gritarle por invadir nuestro espacio, porque estaba siendo divertido ver cómo aparentaba ser mi guardaespalda, siendo más bajo que el chico a su par. Y en todo el camino así fue, además de escucharlo alardear sobre la gran seguridad que me brindaba, según él.

-Puedo cuidarla

-Lo he hecho antes, deberías aprender a mi

-Sin ofender, lo hice de ti

-Esa vez pensé en golpearte

-Te di una paliza

-Te recuerdo que hice lo mismo

Lo dicen como si fuera tan gratificante el recuerdo.

-¿Por qué no dejan de discutir y me cuidan ambos?

-Imposible. Solo debes elegir uno

-Está bien, Jungkook, tu lo serás

-Hablaba de mi

Giré sobre mis talones, haciéndole entender que ya dejara su, nada agresiva, pelea verbal.

-¿Qué podrá hacer un flaquito como tú?

Tal vez iban a proceder a los golpes, dejando como resultado, que llegue a dar a un hospital por detenerlos en media calle, específicamente en un cruce peatonal. Eran como chiquillos, peleando por su juguete favorito.

En frente del colegio, la gente dirigía sus miradas hacia los tres. ¿Tenían que pretender rapear para el asunto que, supuestamente, estaban resolviendo?. No dudaba en que también se pusieran a bailar.

-Adiós~

Hizo un puchero, pasando sus ojos entre Jungkook y yo, después sonrió. Como despedida, golpeó de manera amistosa su hombro, echándose a correr pronto, sabiendo que se lo devolvería el doble o triple de fuerte. Dios, tenía complejo de boxeador y hasta el día de hoy, no lo había visto hacer ejercicio.

Sin más que esperar, nos adentramos al lugar. Siendo lo más lógico en el mundo, que nos lleváramos la mayor atención al estar con las manos unidas. Además de susurros.

Pudimos divisar a Hoseok, en frente del salón, estando muy atento en lo que sea que su teléfono tuviera. Esa atención se desvió poco, abriendo un poco su boca, al vernos. Claro, no estuviera tan sorprendido, si se hubiera dignado a visitarme, mandarme un mensaje o llamarme.

-¡Al fin son novios!.¡Tendrán hijos!

-Hoseok- le llamé

-¡Se casarán!

-Hoseok

-¡Primero se casarán y luego tendrán hijos!

-Hoseok

-¡Iré preparando los preparativos para la boda!, ¡seré después un gran tío!,¡les enseñaré muchas cosas!

-¡Hoseok! - Jungkook

Verlo tan feliz, me hacía pensar en que tenía algo más. Ni con Min había hecho tal cosa.

-¿Te sientes bien?

-Si, ¿por qué?. Solo estoy muy feliz por ustedes

Dejamos zanjada la conversación, decidiendo ir a nuestros lugares sin la necesidad que la maestra nos dijera. A penas lo hicimos, tres pares de ojos se pusieron sobre mi persona y charlando para ellas, seguro insultando.

Quién sabe y la chica pelirroja les habrá pedido que atenten mi vida. Y aunque fueran de su bando, el odio era más con ella.

La clase de lenguaje comenzó, dejándome aburrida al minuto cinco, anotando con flojera lo que creía interesante y sería útil, aún si no sabía en qué lo haría en mi vida.

Mi cabeza estaba decidida a no quedarse erguida, todavía estando apoyada en mi puño en la mesa del pupitre. Sin embargo, no cedería. No quería un llamado de atención de su parte.

Tuve que parar su explicación sobre no sé qué del teatro medieval, ganando que absolutamente todos, me miraran al ser señalada.

-¿Tenía alguna duda?

-¿Puedo ir al baño?

-¿Es urgente?

-Cosas de mujeres

Lavarme la cara.

-Está bien

Maldita pena la que pasé para poder salir. Mi recorrido a los baños fue lento, agradeciendo estar cerca de ellos.

El agua que salía del grifo, me estaba siendo de mucha ayuda, despabilandome por lo fría que se encontraba.

El ruido de la puerta de los cubículos abriéndose, me asustó, buscando por medio del espejo el causante de tal cosa. Ahí estaban las tres, de brazos cruzados, saltando las horas de estudio, nada fuera de lo normal.

-¿Hueles lo mismo que yo Jisoo?

-Si, Mi-Suk

Oh, si, excelente, matenme en un baño.

-Yo también ¿en dónde creen que estamos?, en tu casa no

-Mi casa huele a flores del campo

Alcé mis cejas sin poder creer que no me entendiera.

Mejor me apresuraba a irme. Tarde; me impedían el paso.

Juraba que si ellas no lanzaban el primer golpe, lo haría, no obstante, me temía a lo que fueran a hacerme y ser expulsada por causar problemas.

-Tengo que regresar a clases

Me escuché tan estúpida, de verdad

-¿Desde cuando te importan?

-En primera, desde siempre y en segunda, no soy igual a ustedes. ¿Entendieron o quieren dibujitos?

-No somos niñas de primaria

-Deberían serlo

Empezaré a rezar.

-Así nos dejas más fácil el trabajo. ¿Qué piensas, Jisoo?

-No es mala idea

-¿Ven a lo que me refiero?,no piensan antes de hacer las cosas - me incluyo - ¿Estarán felices suspendidas?

-Lo estaremos si te alejas de Jungkook

No sé de qué tipo se fumó antes de venir, no quiero saberlo.

-Escuchen, les daré el doble que les dió Hyuna para estar haciendo esto

-¿Nos estas chantajeando?

-No, estoy tratando de comprar unas putas, ¿no les cae?

-Te alejarás de él, es una afirmación

-De verdad están muy mal de la cabeza

A estas alturas la maestra estará pensando en que me habré escapado o que estoy vagando por ahí.

Lo siento, estuve a punto de ser golpeada, pero ya regresé. Era algo que no diría por más real que fuera.

-Harás lo que dijimos

-¿Cuánto les dio?, prometo darles el dinero cuando tenga lo suficiente, tampoco es droga lo que quiero

-¿Lo harás por las buenas o por las malas?

De nuevo estaba hablando Jisoo. Bueno, era la tercera que odiaba.

-Lo hablaremos después, díganle a Hyuna que también estará invitada a la charla

-¿Eres o te haces?

-Eso mismo te pregunto a ti

Ya, peguenme un tiro.

Se acercó, tan intimidante, no lo voy a negar, si lo era. El bendito lavamanos impidió que no quedara acorralada, bien, me estaba sirviendo de apoyo,ah, si también lo hiciera para no terminar golpeada, le daría las gracias y le daría un beso.

Odiaba no haber practicado algún deporte que incluyera reflejos. Mejor dicho, ningún deporte.

Me sorprendí mucho el lograr esquivar ese puñetazo, que dejaría un rasguño en una parte de mi cara y un color oscuro por no sé cuántos días. Aceleré mis pasos, esquivando a la tercera chica que en ningún momento habló.

Quince minutos estando fuera de clase, era básicamente para estar frente al director y viendo como anotaba en una hoja con mis datos, mi ausencia. La señora subida en una tarima, simplemente me reprendió con la mirada.

El momento de dar explicaciones llegó, al estar sin la presencia de un mayor, siendo que le habían pedido ayuda con algo.

-Por poco y no salgo viva de ahí- dije dándome la vuelta

-Pensamos que te habían sumergido la cabeza en el inodoro. Tenías que hacer tu testamento y dejarme a cargo de tu peluche de conejo

-Jungkook se quedaría con todo lo mío

Tenía que hablar.

-Quiero decir, mis cosas

-¿Tu ropa?

Si no me agradaba estar avergonzada por mi cuenta, menos por Hoseok.

-Alegrense que estoy viva y coleando

-Si te pasaba algo, no sabría que hacer sin ti

-Iugh, muy empalagosos

-Siguiendo con la explicación...

Nos sentamos correctamente.

Hobi♥️:

¿No estabas eufórico por nosotros?

Si, pero ya es otra cosa ver cómo derraman miel, tanta, que deberías ser una abeja

Quiero verte cuando seas pareja de Tae, serás así o peor


Al ver que no respondió, sabía que estaba teniendo un pequeño ataque en su corazón por el nombrado.

¿Cuánto apostamos a que lo haces?

Tu conejo de peluche 😉

Si quieres te regalo uno y asunto arreglado

¿Ni aunque sea alguna situación de vida o muerte, lo darías?

La cuestión es que, a ti no 😉

Al guardar el teléfono, me dispuse a mirar la pizarra.

(...)

Me estaba estresando la gran fila en la cafetería por comprar algo y saciar el hambre, que tenía desde la segunda hora de todo el día.

Eso se fue a la mierda, al ver cómo cierta personas se llevaron medio lugar. Genial, era la única esperando su turno.

Llegué con un lindo humor a la mesa con los chicos, con el estómago rugiendo. Cruzándome de brazos, miré a lo lejos donde se encontraban las responsables de dejarme sin nada que degustar.

Mi-Suk parecía ser la nueva reina, hablando de ella, llevaba ese trozo de pastel, ese maldito trozo que mi mente se imaginó en mis manos. Me miraba haciendo eso, riendo y al rato, ahogándose.

-Eso es estúpida, ahógate

Auch, si duele golpear la mesa.

-¿Y tu comida?

-¿No la ves?, es ramen a la invisible, está delicioso, ¿quiéres probar?

El chico a mi par, abrió de más sus ojos, seguido de deslizar su plato en mi dirección y acercarse más. Negué, porque aún si me moría de hambre, no podía quitarle su comida.

-Me enojo si no abres la boca

¿Es posible ver a alguien adorable hablando seriamente?.

-¿Por qué no fuifte a mi cafa?

-Día de estar con mamá

-¿Cuántof díaf de eftar con tu mamá son?

-No es mi culpa que ella los invente. ¿Mi suéter?

Tenía que encontrar una buena excusa, que no causara su enojo, no vuelva a preguntar por él y será mío por lo que restaba de mi,estupenda, vida.

-Se tiñó de rosado

Por un momento dejó de masticar, quedando inmóvil, con sus cachetes como si fueran a explotar. No duró tanto tiempo; ya estaba tragando y soltando una pequeña risa.

-Es más creíble el que lo hubieras perdido, ya que, olvidas las cosas

-Es más creíble a que tú mamá te tenga como chicle a su lado

-¿Seguirán discutiendo?

Ah, Jeon Jungkook, tus ojos son tan hermosos, no me cansaré de decirlo.

-Mentirosa

Le tiré una servilleta sucia antes de seguir.

(...)

Si hacemos una lista, poniéndole como título,"personas que odian a Seohyun", era obvio que se encontraba Hyuna, con su grupito, de seguro sus familias también. No dudaba en que llegaran diciéndole a sus mamis y papis, que me odiaban cada día más.

Este día... realmente, estaba siendo un asco, por no decía había. De seguro y seguían con sus bromas, divertidas para ellas. Podía ir y decir sobre sus comportamientos, claro, si eso no hacía que estuviera igual de castigada.

Mi cabello, fue el blanco para una porción de pastel, un delicioso pastel que pudo haber comido, si llegaba minutos antes y no quedarme sin nada. Y como si no fue suficiente, su licuado fue a mi ropa.

-Huele a chocolate

-Descuida, encontré un nuevo shampoo para usar

-Tienes una gran mancha

-Es un nuevo diseño, voy a ser modista,de eso estoy segura

Hoseok parpadeó, tantas veces, dándome a entender que no creyera que me mantuviera positiva,aunque lo era pocas veces.

Siempre han sido, son y serán unas idiotas.

Llegamos a casa, en un silencio tan matador, que ni con estar tarareando, decían algo. Mi amigo se fue,igual sin decir algo.

Rápido me quité los zapatos y lancé la mochila a cualquier lugar, el olor a comida ya estaba haciendo efecto, muy, muy grande. Últimamente comíamos juntos, porque si, el almuerzo en el colegio, no llenaba y los Kim, se anotaban en todo aquello que incluía comer.

-¿Por qué estás así?

-Es un diseño llamado: come y no preguntes nada

-Tu cabello luce horrible

-Encontré el ingrediente perfecto para que crezca hermoso

Bueno, mi lado sarcástico, tenía que aparecer si o si.

-¿Estás bien?

Lo estaba. Solo que tu interrogatorio, me puso de mal humor, de nuevo.

-¿Por qué no lo estaría?

Se dieron una corta mirada para después seguir con lo suyo

¿Qué mejor manera de distraer mi mente, que viendo al chico pelinegro a mí par?. Viendo animadamente los fideos en sus palillos, además de darse cuenta que lo observaba.

Maldita sea, su sonrisa, su hermosa, perfecta, adorable sonrisa.

-Tienes algo aquí

Señaló una de sus comisuras. Y como toda persona normal, señalaba el lado incorrecto que él mostraba.

Al ver que fallé, acercó su pulgar, pasándolo de la forma más lenta. Quizá solo por quitar rastro de comida o quizá para darme una señal que tenía que besarlo, total, me dijera directa e indirectamente, lo hago.

Anotado en la nueva lista llamada: cosas que vuelven loca a Seohyun.

-Mejor besense de una vez y así mandar la tensión muy lejos

-Lo dices como si te incomoda- bufé - Como si tú no hicieras lo mismo con Nam

-Oye no estamos comiéndonos frente a ustedes

No se si reírme por su expresión.

-Bien, iremos arriba para tener un tiempo a solas y si escuchan ruidos en el baño, no se les ocurra averiguar qué es

Literal, me llevé a rastras a Jungkook.

De todos modos, necesitaba que alguien me ayudara a quitar lo demás del pastel. Todo porque los lavamanos solo hacían más incómodo el asunto, de por sí, sentía que lo que tenía en la cabeza, era otra cosa.

Al estar ya dentro, lo acorralé en la puerta.

Siempre me había quejado de mi altura, está vez no lo hacía. Sus labios se formaron en una línea recta y sus ojos se movían, buscando algún punto. Hasta que tragó duro. Vaya mierda.

-Pensé q-que

-Es broma

Me alejé. Actuar como si no me hubiera afectado, estaba fallando; me sentía avergonzada y sabía que por el calor que sentía, estaba demasiado roja.

Se sentía tan bien sentir sus dedos acariciar, al igual que ver su reflejo, mostrándose tan concentrado con lo que hacía y sonreír unas cuantas veces. Quería darme vuelta y besarlo, pero sabía que no iba a ser un simple beso y terminaríamos haciendo un desastre, más al ver el bote del shampoo abierto.

Al momento de secarlo, él lo hizo, pasando la toalla por mi cara, quitarla para verme y hacer caras graciosas.

Se instaló un gran silencio. Ahora quiero escucharlo por una hora, dos minutos y un segundo. No, mejor por el resto de mi vida.

-Así que, este es el famoso conejo del que tanto hablan

Lo tenía en sus manos.

-Ah, si - desvíe la mirada

-Dime la razón por la que lo quieres

Y sentí que volvía al pasado, dónde mamá me preguntaba el porqué que siempre lo llevara a todos lados y lo tratara de la forma más cariñosa. Así como otras niñas quieren a sus muñecas, yo quería a mi peluche.

La razón...me daba vergüenza decirla.

-Es lindo

-¿Por qué?

Se acostó en la cama, inspeccionando y dándole vueltas. Creo que se está divirtiendo por la gran pena que tengo.

-Sus orejas son esponjosas

Le hice compañía.

-Entonces,¿por qué piensas que soy lindo?

Lo miré con mi boca un poco abierta, incrédula a que siguiera con, para nada problemático, juego, para ponerme nerviosa.

-¿Por mis orejas?

Oh no. No.

-¿Por mis ojos?

Necesito una regla para medir cuántos centímetros hay entre los dos.

-¿Por mi boca al hacer pucheros y sonreír?

Hizo uno, acercándose más hasta sentir su respiración.

-Vamos dilo

Que hablara malditamente adorable empeoraba lo calmado que mi corazón se encontraba.

-¿O tengo que hacer algo para que hables?

Hasta se apoyó con su brazo, manteniendo esa actitud de diversión. Me estaba devolviendo lo de minutos atrás.

Todo se fue al carajo, cuando su vista se intercalaba en mis ojos y mi boca, peor al haber pasado su lengua por sus labios. Fue un minúsculo movimiento,en el que por fin podía sentir esa delgadez. No duró mucho, porque se había separado.

Acarició mi mejilla y volvió a besarme, esta vez con un poco de rapidez, como si fuera a desaparecer y era lo que más quería.

-Estoy esperando mi respuesta

En serio, este chico me volvía loca.

-¡Hyunnie!

No puede ser.

-¿Qué?

-Ah. Pensábamos que estaban muertos, ya sabes, no quiero pasar largos años en cárcel por unos cadáveres

-¡Me tienes que estar jodiendo!

Le tiré el objeto más cercano; la lámpara de la mesa de noche.

-¡Kim Seokjin!

-¡Si van a hacer algo, recuerden usar protección!

Iba a salir detrás suyo, para siquiera enrollar en su cuello papel higiénico, sin embargo, Jungkook jaló mi mano, provocando que mi cara diera directo a su pecho y abrazarme al instante.

-Dejame irlo a matar por los dos

-Mejor quédate así

-Está bien, será nada más un golpe

-Quédate así

Dejaba besos en mi cabeza, siendo la mejor sensación.

-Tenemos tarea

Al recordar salí de mi escondite, observándo su cara llena de confusión.

-Ella puede esperar. Es mejor besarnos. ¿Qué dices?

Le di un besito.

-Oye, no seas tacaña

-Me acabas de hablar feo

-Perdón~. Perdón, perdón, perdón. ¿Cómo puedo enmendar mi error?

Joder, cualquier día voy a morir por su ternura.

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