22
Era muy imposible no darle tantas vueltas a lo que dijo Jungkook. Había agradecido el que olvidara sobre la discusión que tuvo con su hermana, pero la forma en la que habló y lo que dijo, me dió en qué pensar.
Hoy era una mañana diferente a las anteriores, estábamos en el comedor, esperando el desayuno, que amablemente -sarcasmo- Jin se ofreció a hacer.
Me encontraba al lado del chico Jeon y era otra razón por la que los demás se encontraran felices. Fue que luego de darle una pequeña mirada a cada uno, sentí cómo mi mano se había golpeado con otra, debajo de la mesa. Con disimulo y de la manera más lenta posible para disfrutar de su tacto, entrelacé nuestros dedos, sintiendo también mis mejillas arder.
Minutos después, Jin había terminado de cocinar, siendo obligación porque mamá dijo, ayudarle con los platos. Ah, lo que menos quería era deshacerme del agarre.
Ya engullendo la deliciosa comida, se tenía que hacer presente el maldito timbre
-Paso
Genial. Fui la única que no habló.
-¡Eso no es justo!. ¡Estaba comiendo!
-Nosotros también
Rodé los ojos para levantarme de mala manera, observando cómo se llevaban el alimento a la boca. Debería de golpear a la persona que interrumpió.
Al abrir la puerta, fue una grandiosa sorpresa el no encontrarme con nadie, agh, bromas de mal gusto a esta hora de la mañana. Dejé de maldecir al sentir algo peludo caminar entre mis pies, reconociéndolo al instante que ladró y pedía cariño.
Salí de una vez por todas para encarar a aquella persona, que señales de vida no daba en ningún lado de la acera. Tomé al can, encaminándome al basurero más cercano; el del vecino. Y tuve que hacerlo con la certeza de que nadie estuviera viendo como para luego echarme la culpa de dañar cosas ajenas.
Le di una patada.
-Venía en son de paz- dijo alzando las manos
-¿No pudiste quedarte parado hasta que abriera?
Se encogió de hombros- Quería recordar cuando pasaba a recogerte
-Mejor dicho cuando me espiabas, decías que simplemente ibas pasando y amablemente te ofrecías a escoltarme
-Pensé que no sabías sobre eso
-Me gustaba que lo hicieras
Esbozó una amplia sonrisa que le hacía ver sus encías.
-¿Entonces qué?,¿nos vamos?
Estaba dudando, por Jungkook al darse cuenta que nuestro recorrido fue invadido por alguien más. Aún así, volví a casa, diciéndole que no se moviera.
En el comedor no había ni una alma más que la de Jin, quién recogía los platos sucios. Vaya, tenían que tragarse también lo mío.
-¿Y Jungkook?
-Está arriba, no creo que se sienta tan bien, salió corriendo directo al baño a penas término
Tuve que acortar los escalones subiendo de dos en dos para poder llegar lo antes posible. Estaba en la habitación de los chicos, joder, ya estaba odiando verlo de tal forma, observando hacia la pared.
Llegando frente suyo, divisé una mueca.
-No podré ir y estar contigo y Hoseok
-Eso no importa, tienes que descansar
Al tocar sus mejillas, también me daban ganas de quedarme a su lado.
-Lo haré
Estuve a punto de besarlo de no ser porque llegó su hermana, pidiendo permiso para poder charlar. Di una última mirada antes de pasar por mis cosas, todavía con las inmensas ganas de no pasar por aquella puerta y quedarme.
Ahí seguía Yoongi, mirando con desinterés su teléfono.
Segundos después ya empezábamos nuestro recorrido, sintiendo como aquel disgusto y enojo que me provocaba al pedirme que hablaríamos, se convirtiera en comodidad y alegría.
-Se siente raro y a la vez bien, el que ya no vengas detrás de mi
Simplemente me dedicó una sonrisa, encontrándolo un poco perdido a lo que estaba pasando en estos instantes. No decidí preguntar, temiendo por la respuesta que fuera a darme. Agh, tenía que tener mi mente despejaba por lo que restaba del día si no quería lidiar con un dolor de cabeza.
A punto de pasar la calle, cuando un o una idiota, estaba teniendo la brillante idea de dejarnos tendidos en el pavimento. Sin pensarlo más tiempo, sin importar la cantidad de gente que anduviera de aquí para allá, golpeé con mi puño el capó. Además que logró que mi humor se fuera de neutro a estar un tanto enojada.
Y tenía que quitarme esa emoción, hablando seriamente con la persona ahí dentro.
Vaya, no se equivocó para nada.
-¿Que tenemos aquí?
-Una estúpida qué tal vez ni tenga licencia
Yoongi ya había hecho acto de presencia, situándose a mí lado.
-Yoongi
Rodé mis ojos ante el tono que ocupó.
-¿Por qué sigues mal gastando tu tiempo con ella?
-No te sientas la chica más deseada en todo el universo
-¿Quieres que te recuerde esa vez en tu cama?
Estaba retandolo.
-Será mejor irnos
-Sé que lo disfrutaste tanto como yo, la manera en como gemi...
Antes de que terminara con la palabra, ya me encontraba del otro lado de la calle, no haciendo caso a los llamados de mi ahora amigo.
Debería de ganarme el premio a la más idiota.
Por fin llegué a mi destino. Mi aura no era para nada relacionada a pensamientos bonitos, y es que las miradas curiosas de algunos, todavía por los pasillos esperando a su profesor o a que el timbre sonara, se me era un poco difícil mostrar por lo menos una pequeña sonrisa. ¿Qué quieren?, este es el rostro que siempre he tenido.
Mi caminata terminó en los asientos del fondo. Quería estar sola por lo que restaba la primera parte del día y así fue. Minutos después había llegado Hoseok, con su interrogatorio del porqué no estaba en mi lugar favorito, claro, este no se hizo audible, ya que mejor optó por quedarse donde siempre.
-Buenos días clase
Créame, no tienen nada de buenos.
(...)
En el comedor, fui directamente a la mesa del final, teniendo en mente darme unos golpes en lugar de comer hasta quedar inconsciente.
Mi amigo se sentó lo más silencioso que ha estado en todos estos años conociéndolo, no fue hasta que estaba a punto de ahogarse con el agua, que logré reír.
-Creí que estabas enojada conmigo
-Aunque eso pasara, termino perdonándote
-¿Trajiste mi suéter?
-El receso es para comer
-Lo sabía
-Me lo voy a quedar, así puedo tenerte cerca cuando quiera. Te recuerdo que rechazaste mis propuestas
-Estuvimos en una cama,¿qué más quieres?
-Que de verdad pase algo entre nosotros dos
-Pidele eso a Kook
La charla no se fue más allá de preguntar por él y al decirle sobre su cita con Kim Taehyung.
Las demás clases pasaron, aburridas, como cada maldito día del año anterior, del anterior y del anterior. Además pude contactarme con Jin, obteniendo respuesta de cómo seguía el chico Jeon, dejándome extrañada al escucharlo para nada convencido.
Lo había notado el día de ayer extraño, luego de haber hecho las compras con mamá, su actitud no era la misma.
Estaba muy cansada como para caminar hasta a casa, así que, le pedí de buena manera que me cargara. No era mentira el que sentía pesado mi cuerpo. Medio dormida, gruñía la veces que me colocaba bien en su espalda, provocando que mi mentón se golpeara en su cabeza, obvia señal para que me bajara y aferrarme más, era obvia señal que eso no sucedería
El teléfono sonando, estaba arruinando mis planes.
Bajándome y cerciorándome el que hubiera una banca para poder descansar, pude ver el nombre Jin, en grande.
-Entonces, ¿aquí termina todo?
-¿De qué estás hablando?
-Es posible que venga en vacaciones
-De verdad, estaba muy emocionado
Le había nombrado tres veces, y en ninguna contesto.
-Yo igual, tanto que no pensé en que esto pasaría
-¿Lo sabías desde el principio?
-Lo mismo pasó cuando papá nos dejó
Ese suspiro dejaba mucho que decir.
-¿No se puede hacer nada?
-Los boletos ya están
-¿Por qué no lo impediste? - dijo Tae
-Trate de hacerlo muchas veces, no dió resultado
Ese silencio que se formó, me decía que lo siguiente a decir o preguntar por cualquiera de ellos, me dejaría realmente mal
- ¿Qué pasará con Seohyun?
-Ni siquiera logré despedirme. ¿Es estúpido pensar en que duraría para siempre?
-No tardará en llegar, salió hace como cinco minutos
-Quisiera regresar el tiempo y que nada de esto esté pasando
Otra voz se hizo presente, al igual que el tono de haber colgado. Quise tirar lo más lejos posible el dispositivo en mis manos, como si eso arreglara el que estaba a punto de irse, y por lo que se ve, lejos de aquí.
No.
No iba a empezar a llorar sin parar y decir que todo tenía un punto y final. Sin avisar, tomé la mano de Hoseok, sin darle lugar a que hablara. Ya nos habíamos tropezado más de una vez, nos pasamos un semáforo en verde, nos pasamos llevando un basurero, el cual no me importó dejarlo tirado. Dios, pasé empujando a una niña y su helado cayó.
A unas cuántas cuadras de casa, mis pies ya dolían y aún así, seguía. Podía divisar a un taxi, una chica cerrando el baúl, entrando, el auto arrancando. El chico que me gustaba se estaba yendo.
Lo único que logré hacer fue apoyar mis manos en mis rodillas, recuperando la respiración. Sentí una mano tocar mi hombro y preguntar si estaba bien. Podría bromear sobre el asco que era en actividades físicas, nada salía de mi boca.
-Estoy bien, no te preocupes, mañana te veo y te doy tu suéter
Estando a escasos centímetros de la puerta, giré un poco, pensando en que vendría, de la misma manera en la que llegué hasta aquí, abrazarnos y decir que no se irá. Eso solo pasaba en películas.
Mi semblante cambió al abrir, dando una mejor sonrisa a quienes se encontraran en el sofá. Llegué a mi habitación, tirando mi mochila, importándome nada si rompía algo por la brusquedad que ejercí. Cerré con seguro, no podía contener más las lágrimas.
Estaba siendo lo más silencioso posible. El silencio estaba siendo reemplazado al sorber mi nariz, tiempo después, por unos toques. De seguro era Jin.
-Seohyun - no dije nada- Hyunnie
¿Qué quería decirme?. ¿Que fue un accidente marcar mi número o era su intención?, habían sido preguntas que aparecieron cortamente.
Sabía que no serviría de nada el haber restregando mi cara con agua y pasar mis manos hechas puños; me inspeccionaba, mientras mantenía mi cabeza ladeada para no hacer contacto visual.
-¿A dónde vas?
-Saldré por unas horas, no te preocupes, regresaré
-¿A dónde?
El segundo plan era esquivarlo, ni funcionó.
-Voy a casa de Hoseok, a hacer un trabajo -no se convencía
-Está bien, ¿a qué horas regresaras?
-No lo sé
Suspiró rendido- Ten cuidado
Asentí, huyendo discretamente de su persona y de los pares de ojos en la sala.
Hobi♥️:
No vengas a mi casa
¿Por qué?
Solo no vengas
¿Estás bien?
QUE NO VENGAS, NO SE TE OCURRA VISITARME
Metí las manos en los bolsillos del pantalón, dejando que mis pies llevaran su propio rumbo. Observaba las hojas caer de algunos árboles.
Mi corazón se oprimió al darme cuenta que al único lado que lograba ir, era el parque, aún si fueron pocas ocasiones que habíamos venido. De nuevo, volví a dejarme caer en el asiento más cercano, llevando mi cabello hacia atrás.
¿Qué sería de mi ahorita?. Podría estar en casa de Hoseok, sin saber sobre la existencia de Jeon Jungkook, ese Jeon Jungkook que tenía unos hermosos ojos y sonrisa, sin tener sentimientos hacia él. Rápido mi mente proyectó cada momento, provocando que mis ojos se cerraran, tratando de guardar cada mínima cosa suya, como un recuerdo. Bonito y doloroso recuerdo.
-¿Por qué estas llorando?
Un niño a mi lado, específicamente, el niño que pateó a Hoseok aquella vez.
-Me caí por ahí
-Los adultos no lloran por cosas como esas - hizo una pausa- Lloran por razones diferentes
-Siempre he sido una llorona
-¿Me dirás que te pasa en verdad?
Parecía que el adolescente era él.
Una diminuta sonrisa fue lo que pude esbozar.
-¿Te cuento un secreto? -asentí- Lloré mucho al enterarme que la niña que molestaba, ya no estudiaría conmigo
-¿Le contaste a tu mamá? - negó
-No quería preocuparla
-Yo me enamoré de alguien a quien traté muy mal
Si, estaba más que segura, que lo que sentía se volvió fuerte al sentir su calidez al abrazarme ayer, sintiendo ese lugar conocido.
Pude sentir sus ojitos encima.
-Él también se ha ido
-¿El anciano? - vaya, pensé que no me reconocería
-Es mi mejor amigo
-¿El conejo?- asentí- Ah, no me agradó para nada el otro chico. Por cierto, me llamo Jinho, es un placer- extendió su pequeña mano
-Seohyun, mucho gusto pequeño
-No soy pequeño- infló sus cachetes y se cruzó de brazos- Lo que pasa es que tu eres muy grande
-Dieciocho años es mucho para ti
-Algún día seré muy grande, más grande que tú
-Sigue soñando
Su mamá ya lo había llamado.
-Bueno, ya me voy, fue un placer hablar contigo eh, adiós
Al dejar de cerciorarme que llegara sano y salvo hacia su progenitora, otra persona estaba en frente, siendo tímido.
Estuve a punto de largarme, de no ser que tenía que dejar de huir, si quería que todo estuviera bien entre los dos, sin problemas. Contó, sin muchos detalles, lo que había pasado en realidad.
Lo abracé fuerte, pidiendo perdón por actuar antes de escuchar.
-Lo siento, en verdad lo siento. Joder, ese chico era perfecto para ti
Me había dejado confundida.
-¿Te digo algo más y no te enojas
Asentí aún con mi ceño fruncido.
-Hablo en serio, no quiero andar de nuevo detrás tuyo
-Habla
-Si pasé por ti, fue porque él me lo pidió. Me lo encontré el día de ayer, en la plaza. Dijo que no quería que te llegara tanto la noticia
-Por Dios, Yoongi. Sea como sea, me duele, maldición, duele mucho
-¿Qué quieres hacer?
-¿Morir es una opción?
Sonrió, jalandome para que corriera, detrás suyo a punto de tropezar con mis pies.
Nunca había entrado a este parque, por lo que no sabía qué quería mostrarme. No era nada parecido dónde anteriormente nos encontrábamos, había más árboles y a penas un camino señalado.
-Tranquila, no te voy a violar si eso es lo que piensas
A decir algo iba, al darme cuenta de la cancha de baloncesto que yacía, en medio de lo que parecía ser un bosque. Él se adelantó, buscando no sé qué cosa de entre los arbustos.
Era un balón, que conocía a la perfección.
-No puedo creer que todavía lo tengas
-Te voy a patear el trasero. ¿Qué dices?, ¿como en los viejos tiempos?
-Como en los viejos tiempos
Un partido amistoso comenzó. Solía dejarme ganar, por más que dijera lo contrario.
Jugamos largos minutos hasta caer rendidos, bueno, había sido la primera en hacerlo. Se situó a mí par, atrayéndome con su brazo sobre mis hombros.
-¿Qué piensas sobre una revancha?
-Hyun, acabamos de acabar, por favor ten piedad de mí, estoy cansado. He perdido mí destreza
-¿Tenías? - me dió un codazo- Vamos Yoongi, también eres holgazán
Como yo.
-Mentira
-¿Si?, entonces levántate
Ejercí tal acción, esperando a que hiciera lo mismo. Cosa que no pasó.
Luego de eso, fuimos por un helado, vagando entre los recuerdos que fueron parte de nuestra historia, riéndonos por algunos u obtener mi mirada matadora al mencionar algo que me desagradaba.
Proseguimos con ir a comer hamburguesas. Ir a un arcade. Todo eso hasta que se hizo de noche.
Tendría que regresar aún si no había una hora estipulada, como le había dicho a Jin, sin embargo, sabía que todos estarían con el alma en la boca, esperando a que apareciera, y diciendo que la supuesta ida a la casa de mi mejor amigo, era solo para no alertarlos en que cometería una estupidez.
-Me divertí mucho Min, hace tiempo que necesitaba esto
-Lo que necesitas es otra cosa
Me detuve frente suyo, reprochandole que hubiera tocado el tema.
¿A quién engañaba?, podría encontrarme haciendo diferentes cosas, pero de vez en cuando, aparecía él, con una sonrisa, riendo. Justo como ahorita.
¿Meses?.¿Días?.¿Semanas?.¿Años?.¿Cuánto tendría que pasar para sentir sus ojos sobre los míos, o sus labios, sus lindos y exquisitos labios?.
-¿Tú no estabas en casa de Hoseok?
Jimin había llegado de algún lugar.
-Yo- pasó su vista hacia Yoongi y este se quedó inmóvil
-No importa, no diré nada
Sin verme, entró a casa. Había actuado tan extraño... así como Yoongi, perdido en algún espacio. No fue que obtuve su atención hasta que chasqueé los dedos muy cerca de su cara.
-¿Qué te pasó?
-No sé, creo que tanta belleza- movió su cabeza varias veces- Es decir, ya me voy
Solté una risita al solo pensar en que Jimin, había captado toda su atención.
Antes de entrar, volví a pensar el que estaría detrás de mí. Saludé rápido a los que estaban a mi alcance, siendo tres chico, atentos a lo que pasaba en televisión.
Tan solo un paso en aquellas cuatro paredes, mi conciencia se remordió; había tratado mal a Jung Hoseok.
-¿Hola?
-Perdón, perdón, perdón, perdón. En verdad, perdón, soy un asco como mejor amiga
-Oye, no tienes la culpa de nada
Tal vez mi cuerpo estaba decidido a dejarme seca por toda la vida.
-Claro que si. ¡Has de estar odiandome!
-Para nada. Te quiero y porque te quiero, necesito saber cómo estás. Vamos, dime qué pasó
-Ya no está
Guardó silencio.
-¿De qué hablas?
-Él se fue
-¿Qué?
-Que nunca dejaré de repetir que fui una estúpida al tratarlo como lo hice. Hobi, se fue, se fue
-Te lo dije, te dije que vendrías llorando
-Lo sé, joder. Lo perdí
-Nunca, eso tenlo por seguro
Esa voz.
Dejé a un lado el teléfono, observando detenidamente que no se tratara de una alucinación, porque era muy probable el que estuviera soñando despierta.
Estaba apoyado en la puerta.
Me iba acercando poco a poco, esperando en que al estar cerca, desapareciera por completo. Mi mano se situó en su mejilla, si lo era, la puta madre, era cien porciento real.
Por poco nos caíamos al haberme tirado encima, pasando mis brazos a su espalda, sintiendo ese agradable calor
-Pensé que te habías ido
-Yo pensé que no volvería a verte
-No quiero separarme de ti. Nunca
-Yo tampoco
Era como esas palabras que esperaba para atacar sus labios, una simple presión, como si estuviera cometiendo algo indebido.
En cambio él, se alejó. No me quejaba, me estaba dando una muy linda vista. Entonces decidí hacer un puchero, ganandome pequeños besitos.
Ah, seguía la llamada.
-A la próxima asegúrense que no sea un soltero quién los escucha
-Mi culpa por no colgar
-Si van a hacer cochinadas, asegúrense tener protección
-¿Sabes?, es hora de que vaya a dormir, deberías de hacer lo mismo
-Está bien. Que disfruten
Nos dimos una mirada más, para luego dirigirnos a la cama.
Abrazados, deleitándome con su loción y al sentir sus caricias en mi cabello y brazo. En un movimiento, aún unidos, quedé arriba, con mi mentón apoyado en su pecho, el cual bajaba y subía lentamente.
Sentía que en cualquier momento terminaría dormida, por más que quisiera seguirlo admirando. Sentí un último beso en mi frente.
Esperaba que estuviéramos juntos, si fuera posible, para siempre.
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