21
Parecía como si al mundo le gustaba que faltara a clases. Puesto que otra vez, la gripe hizo de las suyas para mantenerme en la cama de Hoseok.
Por un lado servía, porque aunque sentía la necesidad de ver a Jungkook, todavía necesitaba tiempo para reflexionar, aún si no tenía la culpa de nada, iba a ser difícil decirle que no al momento en que pidiera regresar a casa. Claro, si me hubiera encontrado en buenas condiciones.
Ahora estaba como una estúpida hablando con mi propio reflejo en el espejo, creando un buen argumento para no joder las cosas. Sé que pedí muchas veces tener una vida emocionante, me estaba arrepintiendo de ello, pues sentía como si en cualquier momento podía fallecer, no es agradable que te suelten secretos así como así.
Sin embargo, había tenido algo de culpa; no dejé que explicara bien las cosas y me dejé llevar por el enojo, tanto con Min Yoongi y con mamá. Entonces me lo merecía. Ah, Hoseok dijo que quería darme una cachetada por eso que le había dicho la noche anterior.
Salimos de casa. Estaba haciendo mucho frío, así que llevaba puesto un suéter prestado de la persona a mi lado, que casi me llegaba a las rodillas, por lo que me ponía a pensar el porqué de que le gusten las prendas grandes, para suprimir los nervios que igualmente me mataban.
Y las agallas que iba reuniendo en todo el camino, se fueron a penas y coloqué un pie en el jardín, dudando en si tocar el timbre- aún teniendo la llave-o salir corriendo de regreso al hogar de los Jung.
-¿Por qué tantas dudas?, solo entra
-¿Y si vuelvo mañana? - lo miré, rodó los ojos
-No y no malinterpetes, es porque te estás robando a mi madre y si no fuera porque papá anda en asuntos de trabajo, harías lo mismo- reí - Hasta aquí llegué. Te pasaré mis apuntes al salir
Traté dar mis mejores ojitos de cachorro para hacerlo quedar, agh, lo necesitaba a mí lado. Se limitó a negar y se despidió, mostrando su espalda y sus pasos firmes.
Respira, uno, dos. Tu puedes.
Entré, no había nadie. Me hacía la idea de que estarían en la mesa, desayunando y esperando a verme, preocupándome al instante pensando en que este día no habría ido a estudiar Jungkook. Estaba lejos de estar en lo correcto, no había señales de ninguno cerca.
Poniéndome el pie de las escaleras dudé de nuevo. De verdad, nunca había tenido tantas dudas en todos estos años. Por lo que, respirando profundamente y asintiendo, subí lento hasta llegar a mi habitación, dónde se encontraba mamá con su mirada fija en el suelo.
Se percató de mi presencia, levantándose y dándome un gran abrazo, mientras repetía que sentía lo que hizo. Iba a dejar que dijera todo lo que, digo yo, ha estado recordando. Caminaba de un lado a otro, contando el pequeño plan para que el chico Jeon y yo, tuviéramos una linda amistad, dejándome con la boca abierta al saber que habían sido amigas antes que siquiera nacieramos, siendo que en poco tiempo de conocerse, perder toda conexión
Explicó también la otra razón por la que huí de casa, odié a aquellas que se hicieron llamar sus amigas, distanciándose en el momento que supieron sobre su embarazo. ¿Solamente porque no se había casado?, Dios, si las tuviera en frente, dejaría en segundo plano los modales que aún tenía.
-En verdad lo siento mucho, si no lo hacía
-No hubiera accedido a ser su amiga - la interrumpí
Porque es desagradable que planeen algo por ti.
Asintió- Aunque...
Esa mirada me dijo de todo. Suspiré.
Las disculpas quedaron en el olvido, en el segundo que ya había adoptado la típica pose que hacía Jin al querer saber detalles de lo que ha pasado estando con el chico pelinegro. Y se me hizo raro el que no le hubiera ido con el chisme de todo lo que provocaba el que nos encontraramos juntos.
Nada se me escapó. ¿Cómo?, porque al recordar que Jeon Jungkook es la persona que no quería y terminé queriendo, sacudía mi mundo de sobremanera.
Volvió a apretujarme entre sus brazos al terminar, ah, un beso sonoro en la mejilla, los extrañaba.
Me dirigí a la otra habitación, encontrándome con jóvenes como si ya no le encontraran un sentido el vivir. Al verme, no les importó ser cuidadosos al llegar a mí y abrazarme, quedando en el medio de todos, como si no me hubieran visto en un largo año.
-Me están asfixiando
Jin fue el único que quedó, pidiendo igual perdón al no decirme algo que sabía, desde el día en que ocurrió el accidente, una de sus causas por la cuál se atrevió a gritarme.
Mis expresiones mostraban disgusto al tener a Kim repartiendo besos por mis mejillas y frente. Me pidieron explicaciones de a qué lugar fui a allanar para tener un suéter que no era mío, recordando que nunca volviera a hacerlo, agh, preguntan muchas cosas.
El timbre se hizo presente, dejándonos inmóviles, sabiendo- menos la chica castaña - la persona allá afuera. Antes de bajar, sentí el agarre en mi muñeca, clara señal que estaba preocupado ante mi repentino cambio de opinión.
-Sé lo que hago
Me dejó ir.
Al abrir la puerta, me encontré con su espalda. Giró, deteniendo su mirada en mis ojos y dándole lugar a su boca para empezar con las mismas palabras que días anteriores pronunciaba. Pasé de largo, haciéndole una seña con mi cabeza para que me siguiera.
Sentí su mano después de los pocos metros que había avanzado.
Llegamos al parque.
-¿Estás bien?
-Lo estoy completamente
-¿Segura? - su tono fue dulce - ¿No me has confundido?
-No, estoy segura que estoy con un estúpido caminando de la mano
-Yo...
-No digas nada, ya sé lo que en realidad pasó- suspiré- Lo supe por Hyuna
Dejó un un poco abierta la boca- En verdad, perdón
-Tu perdoname a mí, me comporté como una estúpida. Me dejé llevar por lo que vi
Se implantó un gran silencio, en la pequeña banca.
-Yo...
-No creo que sea buena idea
-Lo entiendo, quería saber si funcionaba- soltó una risita- Sé que lo quieres, no haré nada por separarlos
-Gracias por entender, sé que es difícil
-Un poco
-Al iguak que hay más personas que quieren ser novio o novia de Min Yoongi
-Aunque no lo creas, no lo hay- lo miré- Esperaré para volverme a enamorar y no volver a cagarla
Fue mi turno de reír.
-Creo que esto es todo lo que tenía que pasar
-Si, ya es tiempo que vuelvas a casa
Lo decía como si hubiéramos pasado tantas horas sentados conversando.
Mientras me ponía en marcha, mi ceño se frunció; ¿hasta aquí terminaba?, ¿íbamos a ser simplemente conocidos después de esto?. Alguna vez lo amé, si. Me rompió el corazón, si. Acabo de perdonarlo, si. Sin embargo, mantenía su lugar en la lista de personas que apreciaba, siempre lo estuvo, aún cuando no quería saber nada de él.
Giré, dándome cuenta que seguía ahí, esta vez de pie y con sus manos en los bolsillos del pantalón, sonriéndome, de manera en que sus ojos mantenían el aspecto gatuno. No lo dudé mucho y ya me encontraba corriendo para pasar mis brazos por detrás de su espalda, sintiendo los suyos hacer lo mismo.
-Seamos amigos
-Nunca dije que no
Ah, Min Yoongi, odiaba por veces su sentido del humor.
Me separé dándole un pequeño golpe en su pecho, quedando confundida al instante por su actitud seria. ¿Por qué?. Quería desaparecer. Que la tierra me tragara. O que alguna bala impactara en mi. Pero no me arrepentía de haber hecho las pases con el pelimenta.
Precisamente Jungkook se encontraba frente a nosotros, e intimidándome un poco, al ver su lengua golpear su mejilla interna. Procedió a irse.
Lo llamé miles de veces, obteniendo solamente...nada. Decidí dejar de hacerlo, al haber perdido el ritmo de su caminata. Con tan solo pensar que su ilusión de que algo hubiera entre los dos, se vino abajo, me sentía como la mismísima mierda. Al igual que culpable, había sido un pequeño gesto, que lo había presenciado la persona que gusta de mí.
Además de preguntarme qué hacía aquí, siendo que las clases no estaban cerca de terminar por el día de hoy. Lo dejé en el olvido, al verlo subir, sin dar una mirada o saludo a los que estaban sentados en el sofá
Sonreí al verlo en mi habitación, sentado, observando a la pared. Decidí colocar mis manos sobre sus ojos, teniendo la esperanza en que las tomaría para acercarme a su cuerpo y, de alguna manera u otra, besarme. Estaba muy equivocada; las quitó.
-Tengo algo que decirte
No renegó para nada.
Joder, solo a mí se me ocurría salir corriendo cuando quieren explicar el desenlace de las cosas.
¿Había dicho que amaba sus ojos?. Me miraba atento y aunque me pusiera nerviosa, trataba de mantenerla en ellos, tragandome las ganas de juntar nuestros labios, como recompensa a cuarenta y ocho horas sin verlo.
-Yo
Fue lo único que dije y ya estaba siendo abrazada.
No quería soltarlo nunca. Lo había extrañado mucho.
-Pensé que...
-Sería muy egoísta si hubiera hecho eso- seguíamos con el brazo - Te extrañé
-Yo igual
-Tenía miedo de que te pasara algo
-Hoseok sabe cuidarme
Reímos. Sumergidos en nuestra burbuja, que quería y nunca fuera explotada por intrusos, llamándome para hacerles favores o lo que quisieran.
Pasamos más tiempo así.
Dicen que todo lo bueno tiene un fin. Kim Seokjin, alias, arruina momentos, había hecho su aparición.
Ey, Jungkook, quédate a mi lado sin importar qué.
-¿Algo que deba saber?, ¿algún suceso de importancia?
-Estuvimos a solas en el gimnasio
-Espera un momento. ¿Dices que...?
(...)
Desearía tener un botón de apagado para Jin.
-¿Qué dirías si se te declara?
-No te lo voy a decir, imaginate que me arrepienta
-¿Arrepentirte?. Si babeas por él, ¿cómo vas a decir que no?. Hyunnie, quiero sobrinos.
-Alto ahí Cupido, apenas sabemos que nos gustamos
-Quiero que sean gemelos
-Para empezar, yo no creo que tenga hijos. Además ¿gemelos?, ¿cómo los voy a diferenciar?
-Está bien, está bien, que sean mellizos, también tendrán a un excelente tío que cuidara de ellos
-Tampoco mellizos
-Entonces serán gemelas- ¿en serio? - Una cosa es gemelos y otra es gemelas, es muy distinto
-Será lo mismo de que no los o las podré distinguir
Tuve que sacarlo al verlo pensar tan serio, sabiendo que estaba planeando nuestra vida. Y no se callaba por más que lo empujaba a la salida.
Tocaron la puerta.
-Te digo que todavía no quiero ser madre, menos de gemelos
-Está bien, pero yo quería ya ser papá
¿Podría dejar de avergonzarme?
-Ya lo estaba preparando todo, pensaremos bien los nombres, les pintaremos el cabello para saber quién es quién
-Pensé que eras Jin
-Yo no soy hermoso si eso es lo que quieres decir
-Tu eres perfecto
¡Basta!. Me pondría a llorar, de lo traviesas que estaban siendo mis mejillas al dejar a la vista lo sonrojadas que se encontraban.
Traté de esconder mi cara, detrás de mis palmas, intento fallido, porque se movía de un lado a otro rápidamente. Pude sentir mi fin, al no poder escapar. Escasos centímetros. Malditos escasos centímetros que no pudieron en su contra. Se deshizo del inservible muro.
A penas y eso sucedió, sus labios hicieron una mínima presión en mi frente, al igual que mis pómulos, nariz y... mierda, hazlo ya. No obstante, quería retrasar un poco ese momento, para poder apreciar de más cada parte de su rostro, era algo insaciable.
-Dilo otra vez
-Perfecto
Cerré los ojos al sentir su respiración chocar con la mía, combinada con su cálido aliento. Una de su mano llegó hasta mi nuca, provocando un escalofrío y que me acercara más.
Y, ¡santo cielo!. Si sus labios eran el mismísimo pecado, no me importaría cometerlo.
Hice un pequeño puchero al sentirlo lejos, sin mirar todavía. Dejaba besitos. Y al diablo con la compostura, tenía que besarlo de forma que le hiciera saber lo mal que me tenían.
Me quedaría así los segundos, minutos, horas.
Para finalizar, volví a abrazarlo, encaminandonos hasta el pie de la cama y sentarnos. Acariciaba mi cabello y lo besaba. Ah, también amaba sus besos.
-¿Sabias sobre ese plan? - asintió
-Mamá me lo dijo un día antes de mudarnos, obvio que pensaba no tener contacto contigo, pero me obligó a saludarte
-Desde ese entonces pensé que eras raro
-No quería hablarte
-Pensábamos igual
-La primera vez que vine, estaba actuando el querer ser tu amigo
-Hablabas mucho y decías no ser conversador
-No quería ser tu amigo
Soltó una risa. Había una gran redundancia en sus respuestas en diferente manera.
-Tengo miedo- hizo una pausa- De que todo esto se acabe algún día
Podía sentir que había esbozado una sonrisa triste.
También lo tenía.
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