PROLOGO
-No nos conocemos, de hecho desde que te conocí he recibido tanta información desconcertante de tu parte que más de una vez me cuestioné la veracidad de ellas, si no fuera que he vivido cada momento revelador a tu lado sería muy difícil creerlas- soltó antes de lanzar un suspiro y acomodar su cabello.
»-A decir verdad, han sido momentos duros para mí y no puedo imaginar ni ponerme en tus zapatos en ningún momento, pero, no tienes por qué seguir con todo esto sola, no quiero dejarte sola, déjame ayudarte, déjame estar a tu lado y salir de toda esta locura juntos-
-Jona, no hay nada que me guste más en este momento que la idea de tenerte a mi lado...-
-Pero no podrá ser posible- sentenció mi padre entrando en la habitación.
-¿Papá?- dije confundida.
-¿Señor?- continuó Jona imitando mi gesto.
-Lo siento por ambos pero no será posible Miranda, iniciaremos de cero, nos iremos de aquí, buscaré la manera de sacar a Iris de esa institución, tu abuela nos ayudará pero debemos irnos de aquí-
-Papá... yo...-
-Lo siento hija, pero está decidido, no me arriesgaré a perderte a ti también, cuando te den el alta nos iremos-
-¿Dónde?- habló firme Jona tomando mi mano.
-No te corresponde saber, no me arriesgaré a que Alba sepa por un descuido donde hallarnos- sentenció.
-No puede hacer esto- masculló presionando su puño Jona.
-Está hecho muchacho, lo mejor para ti es alejarte de nosotros, ya te lo ha dicho demasiadas veces mi hija, mejor obedece- finalizó cerrando la puerta tras de sí.
Un silencio sepulcral llenó la habitación tras lo dicho por mi padre, ambos viendo fijamente la puerta por donde mi padre se había retirado, Jona en ningún momento dejó de presionar mi mano, no quería soltarme ni yo soltarlo.
-No me rendiré, podrá llevarte todo lo lejos que quiera Miranda- dijo rompiendo el silencio.
-Jona...-
-No- dijo callándome con su dedo en mis labios.
Nos quedamos viendo el uno al otro en silencio, no sabía que significaba aquello pero quería decirle que lo que comenzaba a sentir por él era tan grande y cálido que me asustaba y comenzaba a ser tan real que dolía, pero no pude y creo que él tampoco podía decir mucho y dejamos que el silencio sea testigo de nuestras promesas silenciosas.
-Voy a volver a ti, sea como sea, así te lleven al fin del mundo, voy a llegar a ti Miranda-
Y sé que lo hará, sólo queda esperar y mantenerme viva hasta que regrese a mí.
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