Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

♦ Capítulo 19 ♦

Celebración

Robert

Luego de haber pasado otro momento lleno de sentimientos al lado de mis padres, cuando me disponía a dormir un rato para estar descansado para la noche, mi madre me detiene y me entrega un sobre. La miro un poco confundido y lo único que pasa por mi cabeza es que me está regalando dinero

—¡Mamá! No necesito dinero, tengo ahorros prefiero que tomes eso y te des tus gustos o salgas a cenar con papá o lo que sea, con mis ahorros me basta y además ahora voy a ganar muy bien recuérdalo.

—Que tierno eres hijo —mi madre ríe y estoy sin entender el motivo—. ¿Crees qué te voy a dar dinero? ¿Hace cuánto no te doy dinero, por qué te daría ahora?

—Bueno tienes razón, pero ¿qué es este sobre entonces? —Hasta ese momento volteo el sobre y está marcado pero solo con el destinatario, es decir con mi nombre—. ¿Quién envía esto?

—No sé, a lo mejor un amor secreto que tienes. No lo marcaron, cosa más rara y por lo que pude tocar es una carta, ¡pensé que ustedes ya no usaban cartas en estos tiempos modernos!

—Bueno ya ves mamá, de todos modos no sabemos si es una carta y agradezco que no la hayas abierto. —Conocía a mi madre cuando algo le causaba curiosidad no paraba hasta aclarar sus dudad, me sorprende que no haya intentado abrirla—. Bueno me voy a dormir.

—¿No la vas a abrir? ­ —Me pregunta, sé que lo único que quiere es comprobar si es una carta y saber quién me la envía.

—Sí mamá, en mi cuarto —mi madre me intenta pegar y la evado sonriendo, provocando que también sonría y se dé por vencida, así no cuestiona más solo se acomoda en el sofá y prende el televisor.

Es extraño, no tengo nadie quien me envié cartas, no he conocido a nadie últimamente y de las personas que conozco no percibo ver a ninguna escribiendo una carta y depositándola en un sobre, además de tomarse la molestia de mandarla por correspondencia. Mi mente me traiciona y pienso en Eric, ¿sería capaz de hacer algo qué el mismo ha dicho que detesta solo para molestar mi vida? La ansiedad me mata, pero no me atrevo a abrir el sobre ante esa posibilidad que he pensado reciente, no quiero que me pongo a pensar cosas sin sentido no vale le pena, aun así tomo fuerzas y después de diez minutos contemplando el sobre decido abrirlo.

Al leer la carta —si resulto ser una carta— me doy cuenta que es de Matt, no puedo negar que me ha conmovido este gesto «desesperado» tal vez podría decirse, piensa que estoy enojado con él y no es así. Si bien no he contestado sus mensajes no es porque esté molesto, entiendo que fue una «victima» de mi amado ex, solo no le he respondido porque me he dedicado a disfrutar de las buenas noticias y sabía que si hablaba con él iba a sacar el tema en algún momento, las llamadas no se las hubiese rechazado solo contó con la fortuna que mi celular estuviera apagado.

Ahora, me parece una ternura mi amigo; por suerte aclaró que no quiere perder mi amistad porque si no de tonto me ilusiono aun sabiendo que tiene pareja. —No me odien soy un tonto lo sé— no sé si responderle ahora por mensaje, sería un poco descortés frente al detalle de escribir una carta a puño y letra, ¿será qué lo llamo?

No quise pensarlo mucho y decidí llamarlo, no demoró mucho en responder.

—¡Hola! ­—Pude percibir emoción en su voz al contestar y sonreí por dentro ante aquella idea.

—¡Hola Matt! ¿Cómo estás?

—Muy bien, gracias. ¿Sigues enojado?

—No estoy enojado contigo, desde ese día que hablamos estamos bien. Entendí la situación y no tengo nada que reprocharte, solo que he estado ocupado y además he estado concentrado en las ultimas buenas noticias que he estado recibiendo.

—¡Oh! Me alegra escuchar eso, pero cuéntame ¿qué buenas noticias?

—Bueno, te voy a resumir ya tengo empleo, pero te cuento bien por la noche. ¿Quieres salir de rumba hoy conmigo y unos amigos? La mayoría por no decir todos son heteros así que no tienes que preocuparte. —Sí, mi amigo a pesar de ser gay era un tanto machista, pensaba que si juntaba con mucho gay en público, ya todo el mundo iba a saber que a él también le gustaban los chicos.

—No me preocupa eso —sabe que miente, por la forma en que pronuncia esas palabras—. Bueno dale, acepto voy contigo.

—No estás obligado, no es que si no vas no te voy a hablar —río sin control.

—Si quiero ir, solo que me voy a sentir en el lugar equivocado con tantas personas extrañas para mí.

—No te preocupes, también habrán personas extrañas para mí y aun así iré, es una buena oportunidad para conocer nuevas personas no seas amargado.

—Está bien iré, trataré de llevar a alguien conmigo para compartir el sentimiento, no te digo que iré con mi amor porque seguro no podrá por el trabajo y si pudiera tampoco iría.

—Bueno, si es lo que deseas está bien. Por ahora te dejo, quiero dormir un poco, me levante súper temprano, no dormí mucho y además quiero descansar para la noche.

—Dale, me escribes en el momento que vayas a comenzar a cambiarte para yo hacerlo también y nos tenemos que ir juntos, no pienso llegar solo.

—Está bien, hasta luego.

Luego de colgar con Matt, recordé que habíapensado en invitar a mis nuevos compañeros de trabajo y para no tener queenviar mensajes independientes cree un grupo —pensándolo bien, es como unafalta de respeto ingresar a una persona a un grupo sin su consentimiento, totalno creo que se molesten y si lo hacen pues solo deben salir­—. En el grupoincluí a Katherine, Ángela, Alex y a nuestros tres asistentes era importanteque se sintieran cómodos y en confianza, que nos vean como lo que somostrabajadores iguales que ellos. El mensaje era sencillo y relajado, comocualquier invitación de fin de semana entre amigos, bueno aproveche para pedirdisculpas por el atrevimiento.

—Hola chicos, ¿cómoestán? Disculpen el atrevimiento que me he tomado al crear este grupo eincluirlos, pero quería saber si les gustaría ir de rumba esta noche, tómenlocomo una celebración por nuestros nuevos empleos y además una oportunidad deintegrarnos, conocernos y crear confianza entre nosotros. Espero puedanaceptar, si no se sienten cómodo en este grupo pueden salirse sinresentimientos.

Habían pasado diez minutos y ninguno había contestado, por lo que revisé ni habían leído aun el mensaje por lo que decidí dormir, así en noche tengo fuerzas y ganas suficientes para salir.

Horas más tarde ya estaba despierto, pero me sentía más cansado que cuando me acosté y con mucha pereza y ganas de seguir durmiendo por muchas horas más. Y lo habría hecho de no ser por una llamada entrante de Marta.

—Hola —sueno con voz de ser de ultratumba.

—Oye, ¿estabas durmiendo? No lo puedo creer —se escuchaba enojada y no sabía la razón.

—Sí, ¿desde cuándo es pecado dormir? —Pregunto un poco desconcertado.

—Son las nueve de la noche, ¿a qué hora pensabas salir? Se supone que íbamos primero a comer y en eso demoramos bastante. —No logro asimilar, que dormí tanto tiempo.

—Bueno disculpa, no había visto la hora y olvidé poner alarma solo que pensé que despertaría mucho antes. Si quieres vayan a comer ustedes, yo como algo de camino allá y listo.

—Bueno, como sea pero llegas o te mataré y no estoy jugando.

Reviso mi celular y tengo muchos mensajes decido responder primero los de mis nuevos compañeros, nuevamente me tengo que disculpar por no haberles respondido antes. Les explico la situación, por suerte todos aceptaron la invitación y estaban agradecidos, acordamos la hora y punto de encuentro e hice lo mismo con Matt.

Antes de entrar a la ducha, veo la reciente carta enviada por mi amigo y una sonrisa se dibuja en mi rostro. Al probar el agua trato que este muy fría para que me despierte totalmente y de este modo tener toda la energía para lo que se viene. Demoro bajo el agua más de lo que había presupuestado y me toca correr a cambiarme y estar listo para salir.

Mi recorrido consistía en ir por Matt a su casa, luego pasar por Ángela y ya el resto nos encontrábamos en la zona de bares justo en la plaza central y como es tan grande, pues nos veríamos en BigMaster. Cuando llegué a casa de mi amigo, verlo salir no pude evitar notar lo hermoso que se veía: llevaba camisa blanca, encima de la camisa traía un suéter de un tono rojo y encima una chaqueta abierta, jeans negros y zapatos entre clásicos y deportivos, más deportivos de color negro y gris, acompañado de un gorro del mismo color rojizo del suéter, se veía hermoso o yo lo veía así.

Nos saludamos e íbamos hablando en todo el camino rumbo a buscar a mi compañera, por suerte no sacó ningún tema desagradable a colación, mi compañera hermosa y espontanea como era congenió muy bien con Matt y pronto nos encontrábamos en una fluida conversación sobre lugares a los que habíamos viajado o nos gustaría viajar, tema que nos fascinaba. El recorrido hasta la plaza fue corto o quizá lo sentimos así por tan amena conversación.

Ya todos los demás se encontraban en el punto, todos lucían muy bien tanto que me hacían sentir que no me había vestido tan bien como ellos. Katherine se veía distinta —bueno solo la había visto con el uniforme de la empresa—. Ahora lucía, su cabello suelto era muy brillante, traía un buzo con magas hasta por encima de sus codos, una falda de un morado degradado debajo unas medias del mismo degradado de la falda, unas botas deportivas y una bufanda vino tinto. Por otro lado Alex, se había hecho un corte cabello se veía más joven que esta mañana en la empresa, llevaba un suéter blanco y encima una chaqueta beige abierta, pantalón ajustado de un beige más claro, cinturón marrón y zapatos marrones, se le veía una barba arreglada que le daba un toque entre juvenil y una persona mayor, se veía hermoso.

Me había embobado viendo a mi nuevo compañero y no noté en que momento llegó Marta, cuando siento que me da un pellizco, volteo a reclamar y me quedo en silencio, no quería que sacara el tema de que llegaba tarde y que no fui a comer por andar durmiendo. Nos saludamos, saludé y agradecí a Juan porque tenía mucho que ver en el motivo de celebración del día de hoy, me sorprendió cuando vi a más de ocho personas acompañando a Marta y a su novio, entre los acompañantes estaba Carlos —de nuevo con esa cara y actitud de persona tímida­— lo saludé y volteé a ver a Matt, que en ese momento se encontraba con el ceño fruncido.

En total éramos 17 personas, Dios mío de donde salió tanta gente y lo peor la mayoría nos desconocíamos entre sí. Pero para eso estábamos ahí, para conocernos, entramos a una disco que a Marta y a mí nos encantaba, entramos sin preguntar si los demás estaban de acuerdo con el sitio, cuando los demás ingresaron Marta y yo estábamos en la mitad de la pista bailando, es que la música en este lugar es contagiosa y solo te hace querer bailar. Los demás fueron por lugares donde sentarse y a empezar a pedir el trago que empezaríamos a tomar toda la noche.

Matt, al principio se veía incomodo —como la mayoría creo— pero poco a poco se fue integrando y en un momento todos estábamos haciendo un circulo donde por parejas entrabamos a la mitad y hacíamos un pequeño show de baile.

Fue una gran noche, a mi punto de vista todos congeniaron con todos e incluso Carlos se mostró más extrovertido y alegre después de unos tragos encima, bailamos y tomamos hasta que la disco dio el aviso de la hora de cierre. Al regresar todos se fueron en grupos, dependiendo el lugar de donde vivían, yo regresé con Matt, Ángela y con Alex quien resultó vivir cerca a mi casa, pero que no había venido con nosotros porque pasa el día donde sus abuelos y solo va a su casa a dormir. El recorrido terminaba en casa de Alex, así que supo donde vivía, esperó a que estuviese dentro y se marchó.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro