♦ Capítulo 17 ♦
Felicidad
Robert.
Los exámenes fueron extensos, me hicieron hasta algunos que no pensé que existían es como si se tratara de un cargo de alto riesgo y no era tan así. El promedio que manejaba mi carrera era de riesgo moderado, no sé porque tantas precauciones, pero bueno cada quien manda en lo suyo ¿o no? Luego de salir de casi tres horas entre «exámenes laborales», quedé con Marta para tomarnos un café en el centro comercial cercano a su casa.
—Hola Robert, ¿cómo estás? —Tenía una cara de felicidad que no podía con ella y sabía que Juan era el causante de esa felicidad, en ese momento me sentí muy contento por ella, era mi mejor amiga, siempre me ha acompañado, apoyado y era tan buena persona que se merecía todo lo bueno que le estaba pasando en ese momento.
—Hola Marta, muy bien. Tú estás muy bien por lo que veo, no puedes dejar de sonreír pareces la loca de las risas, sonriente sin razón aparente para el resto del mundo. —Bromee un poco y eso provocó que mi amiga soltara una estruendosa carcajada.
—No seas payaso, además quien habla de felicidad si tú tampoco puedes dejar de mostrar tu hermosa dentadura ¿crees qué no me he dado cuenta? Por lo menos sabes la razón de mi felicidad, yo no sé la tuya cuéntame.
—¡Vaya! ¿Se me nota mucho? —Dije un poco apenado, no sabía que traía cara de idiota todo el rato.
—No que va, para nada se nota —dijo riendo sobre exaltando al mesero que llegaba en ese momento a tomarnos la orden.
—Disculpe joven, mi amiga está un poco loca —esta vez me dirigí al mesero, un joven de no más de 20 años según su apariencia, el solo asintió, nos tomó la orden y se marchó.
—Loca tu abuela menso. —Mi amiga se veía en apariencia ofendida, pero eso no le duro mucho porque inmediatamente se echó a reír nuevamente.
—Oye con mi abuela no te metas —me defendí—. Bueno, ¿te cuento las nuevas noticias o no?
—Claro, es lo que estoy esperando. Pero espera, si se trata de que volviste con Eric te mato oíste.
—Ya tenías que nombrarlo, ni me acordaba de su existencia. —Mi amiga me vio con duda, pero era cierto no había pensado con Eric en todo el día, cosa que me sorprendió en ese momento pero no quise pensarlo mucho—. Se trata de una buena noticia realmente, he conseguido trabajo en la empresa que me recomendó Juan, que por cierto con toda la emoción ni le he agradecido.
—¡Wao! Que felicidad Ro, te felicito de verdad además es una de las mejores empresas del país y en la que muchos sueñan trabajar, de las de mejor paga —bueno alguien más nombrando el pago, ¿acaso me veía con un avaricioso hambriento de dinero o qué?— Por agradecerle a Juan ya lo harás cuando lo veas, no te preocupes. ¿Cuándo paso todo? Quiero detalles.
—Bueno gracias, sé que te hace feliz esto tanto como a mí. Bueno me llamaron esta mañana, luego esta tarde tuve los exámenes médicos que por cierto fueron miles y mañana debo ir a firmar contrato, no sé si empiezo mañana porque la secretaria solo me dijo eso y nada más, estaré en periodo de prueba por tres meses si logro un buen desempeño paso a cargo fijo.
—Que impresionante, de verdad te felicito. —Dicho esto mi amiga se levantó y me regalo un fuerte abrazo.
Luego de eso, llegó nuestra orden tomamos nuestros cafés, comimos unas galletas y empezamos a hablar de cosas. Marta quiso saber que había pasado con mi ex pero le pedí que no habláramos del tema, solo le dije que le había pedido que me dejara en paz y eso fue suficiente, me brindo una sonrisa de satisfacción y orgullo, al parecer estaba haciendo algo bien ya que las personas que más me importaban me estaban demostrando que se sentían orgulloso de mi, eso me hacía muy feliz. Acompañé a Marta a su casa y luego me fui a la mía no sin antes pasar por el observatorio y estar alrededor de media hora.
Matthew
Me encuentro con mi novio y me siento incomodo, como si no quisiera estar aquí, es que no he dejado de pensar en Robert, no está respondiendo mis mensajes; aunque la última vez que hablamos creo que entendió y escucho mis explicaciones desde ese momento casi ni hablamos, le he escrito un par de veces y ni siquiera ha abierto los mensajes, no me gusta pensar que sigue enojado y que ayudé a su ex con intención de dañarlo ya que lo aprecio mucho.
Mi amor nota mi extraño mi comportamiento, me reclama y trato de enfocarme un poco más en él pero es en vano, en varias ocasiones me quedo ausente, mi cuerpo está en esta habitación con él pero mi mente vuela a varios metros de acá. Me hizo una pregunta que no escuché por estar perdido en mis pensamientos, esa fue la gota que derramó el vaso se enojó y se marchó, no sin antes decirme.
—Cuando quieras estar conmigo de verdad me avisas, si tanto te interesa algo más me hubieras evitado este mal momento. —Sin darme chance de responder cerró la puesta tras de sí y no pude alcanzarlo, cuando salí a la calle ya estaba tomando un taxi.
Intente llamarlo pero al primer timbre la rechazo y luego inmediatamente me enviaba al buzón, había hecho mal al no estar totalmente con él o por lo menos explicarle la situación, ya que no tiene ni idea de lo que hice, ni mucho menos lo que paso posteriormente a eso. Mi amor era alguien difícil, de los que no expresan mucho sus sentimientos y de los que cuando se enojan resulta muy difícil ponerlos contento, a pesar de todo lo que había pasado seguía pensando en mi amigo, es que en parte tenía que darle tiempo a mi querido novio a que se calmara y decidiera tomar mis llamadas o contestar mis mensajes no tengo otra opción, debía ser paciente con respecto a ese tema.
Intenté llamar a mi amigo pero tenía su teléfono apagado, pensé que tal vez estaba por fuera y se había queda sin batería. Ahora me encontraba solo en casa, mis padres y mis hermanos estaban visitando a mis tíos en otra ciudad, no llegarían hasta mañana. Pude zafarme argumentando que tenía que trabajar, aun cuando era cierto bien podía pedir permiso si solo sería un día, pero me quedé para «pasar más tiempo a solas con mi amor».
Se me ocurrió una loca idea, pero si mi amigo estaba enojado conmigo esto iba a hacer que me disculpara o eso espero realmente, conocía sus gustos y su extremada sensibilidad le voy a mandar una carta escrita a mano, cuando le llegue se a morir.
Para la persona más especial que he conocido en este último tiempo.
En este momento me encuentro sudando más de lo que creía podía hacerlo, hace mucho no hago esto o mejor dicho casi nunca he mandado cartas de este tipo. Sé que he cometido un gran error, pero lo hice sin mala intención y desconociendo la verdad, pequé de inocente, pensé en que sería bueno para ti y que te haría muy feliz la sorpresa.
Debí preguntarte lo sé, pero se trataba de una «sorpresa» no quise arruinarla, sabes lo mucho que me importa, vi en este chico sentimientos hacia ti que pensé que te los merecías y que ya era hora que fueras feliz. Discúlpame por favor, no puedo estar tranquilo si no me perdonas de verdad he estado escribiéndote pero no recibo respuestas, te he llamado y tu celular me da al buzón, te he pensado casi todo el día desde que hablamos la última vez.
No quiero perderte Robert, sabes lo importante que eres para mí, tú lo sabes. Por favor no permitas que una persona que te ha hecho tanto daño y que me engañó y utilizó para llegar a ti nos separe, no quiero eso, eres de las personas más especiales que tengo en mi vida y tu amistad es muy valiosa para mí.
Te necesito en mi vida, haces que vuelva a creer en lo bueno del mundo, que las ilusiones que creía perdida vuelvan y tengan sentido, me das valor para mostrarme como soy y sacar mis sentimientos sin miedos, me haces creer en mí, en ti, gracias a ti puedo ver hermosura y luz donde antes solo veía oscuridad y soledad, haces que la perspectiva de la vida sea más positiva y llena de esperanza.
Me haces ser mejor persona, me haces ser y mostrar mi verdadero yo, por favor no te vayas, no me dejes te necesito.
Luego de escribir la carta, la releí varias veces la escribí realmente con el corazón y lo que en ella había plasmado era lo que sentía pero no estaba seguro en enviarla, llevaba un tiempo diciéndole a mi amigo que no se ilusionara conmigo, que tenía pareja y que la amaba —cosa que era cierta—. Pero con lo que había escrito en la carta quizá se prestaba para malos entendidos y confusiones, eso que tanto había evitado, pero más que eso en este momento me importaba recuperar a mi amigo, lo necesitaba de vuelta, lo extrañaba y estar con él, hablar con él me hacía muy bien.
Sin pensarlo más, solo busqué un sobre y guarde la carta, solo le puse destinatario no podía ponerle remitente ya que no sabía quién podría recibirla en su casa y no quería causar más problemas, cuando la leyera sabría que era yo quien la enviaba, nada más que él conocía la firma de mis cartas y el amor que compartíamos por las estrellas.
Quería ir al observatorio pero me arrepentí, pensé que la próxima vez que fuera a ese lugar sería con Robert, si el decidía no perdonarme entonces no iría nunca más aunque eso me dolía muchísimo. Guardé la carta para enviarla temprano.
Me senté nuevamente en el escritorio esta vez con la intención de hacer una nueva carta, pero esta vez para mi amor. Para mi sorpresa no pude escribir nada en la hoja, quise pensar en que la «inspiración» ya se había agotado, pero en el fondo sabía que era porque mi amor no apreciaría tanto el gesto de una carta a mano como mi amigo lo haría y eso provocó que no me saliera nada para decirle. Por lo que intenté llamarlo un par de veces más, no tuve éxito así que solo le dejé un par de mensajes que esperaba respondiera lo antes posible.
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