♦ Capítulo 16 ♦
Buenas noticias
Robert.
No puedo permitir que el pasado me siga lastimando, si ya perdoné a Eric no me debe afectar lo que el haga o deje de hacer, no importa si lo veo o no, si llega con alguien o solo. Necesito relajarme un poco y olvidar todo esto que está pasando, no quiero llamar a Marta mucho menos a Matt, no quiero que me vean así tan débil y piensen justo eso, que soy demasiado frágil. Necesito estar solo, pensar que voy a hacer con esta situación, porque si algo sé de Eric es que no se da por vencido muy rápidamente, menos cuando es rechazado eso lastima demasiado su ego.
No puedo irme de viaje en este momento, tampoco quiero salir huyendo; estoy en mi casa, en mi lugar, no le debo nada a nadie así que acá me quedo.
Me dirijo en este momento al observatorio, aun no es de noche que es cuando me gusta visitar este lugar; pero necesito estar solo y por fortuna para mí, es el lugar menos visitado en esta ciudad. Al llegar me encuentro con una pareja que se sobresalta al verme allí, al parecer también pensaban que era un lugar poco visitado; me disculpo pero ellos solo ríen y me invitan a sentarme a su lado —ya lo sé, es una situación atípica y muy extraña—. Pero acepto, no quiero que piensen que soy engreído o una mala persona.
Nos presentamos, sus nombres eran Ana y Miguel. En poco tiempo me cuentan su historia, algunas anécdotas que les hacen recordar buenos momentos de sus vidas, algunas vividas juntos y otras individualmente. Llevan casados nueve años, me sorprendió porque son muy jóvenes, no supe sus edades pero no creo que pasaran de los 30 ninguno de los dos, no pueden tener hijos por un problema de Ana y por ello se la pasan viajando cada vez que tienen vacaciones de sus respectivos trabajos, estaban por cumplir su décimo aniversario de casado e iban a realizar un viaje a México, país de origen de la familia de Miguel, estaban en el mirador porque era allí donde se conocieron.
Una tarde Miguel estaba en el negocio de sus padres, una gran florería. Se encontraba acomodando algunos ramos cuando por el cristal vio una joven correr, notó que iba llorando y se dirigía a un camino poco transitado (el camino al observatorio), decidió seguirla, no logró alcanzarla hasta cuando ya estaba en el lugar, no la encontraba pero cuando la halló estaba llorando. Ana relata el susto tremendo que tuvo al ver a Miguel justo en este lugar, pero luego de que él le explicara se tranquilizó incluso le contó el motivo de su llanto y es que ese día había perdido a su única familia, a sus padres, quienes tuvieron un accidente en auto.
Desde entonces se hicieron amigos y seis meses después de eso en este mismo lugar Ana le dijo a Miguel que quería ser su novia, el hombre aún se ríe con algo de vergüenza al recordar ese hecho, si, él era muy tímido y no se atrevía a proponerle noviazgo a Ana. Se asombró cuando ello lo hizo pero sin dudarlo la acepto, luego un año más tarde se casaron, dicen ser muy felices y la verdad se les nota en sus rostros.
Luego de contarme su historia de amor y varias de sus anécdotas quisieron saber un poco de mí, no les conté mucho en realidad pero si les conté que me gustaban los chicos, que me encontraba ilusionado con un amigo y estaba desecho por el regreso de mi ex, quien me había lastimado como nadie. Ellos escucharon atentamente, cuan padres escuchan un problema de su hijo, fue raro porque como dije son muy jóvenes y parecían casi de mi edad. Al final, solo me dijeron que no tenía por qué temer a mostrar mi verdadero ser, que era hermoso tal cual era y que si no intentaba expresar lo que sentía quien iba a resultar lastimado era yo, que no me preocupara por las desilusiones amorosas que esas se superan, que el amor llega cuando no lo buscamos, que a veces nos hacemos ilusiones con personas por el simple hecho de no estar solos y eso lo confundimos con amor, pero el amor es más que una simple ilusión.
Aquellas palabras taladraron mi cabeza, no solo sabía que tenían razón en todo lo que me habían dicho; sino que era justo lo que había hecho en algunas ocasiones, ilusionarme con alguien solo para no estar solo o para olvidarme de alguien, para olvidar mis problemas y otras razones que en verdad no tienen ningún sentido.
Ana y Miguel una vez fue llegando la noche y oscureciendo el lugar se marcharon, no sin antes dejarme un gran abrazo —el cual necesitaba en ese momento— decirme que me cuidara y no estuviese tan tarde en el observatorio, que por ser solitario puede llegar a hacer peligroso, les agradecí su tiempo, sus palabras y hasta su preocupación hacia mí aunque no me conocieran de nada. Es que sin duda, nos cruzamos con las personas correctas en los momentos justos y siento que aquella pareja fue puesta por Dios en ese momento para calmar mis pensamientos, ver las cosas desde una perspectiva diferente, tranquila y también como un medio para desahogarme un poco ya que no soy de contar mis problemas a las personas más cercanas, porque siento que es como contagiar de todo lo malo que llevo por dentro a alguien más sin merecerlo.
Me quedé un par de horas más o eso creo y es que estando en este lugar pierdo la noción del tiempo es tranquilo, muy hermoso en las noches. En noches llenas de estrellas como la de hoy es maravilloso pasar el tiempo aquí, puedes observar y sentir todas esas luces brillantes cerca de ti, incluso te transmiten una paz —o al menos a mí me llenan de paz—. Es tranquilizante, esperanzador e inspirador, te hace pensar que todo es posible y sobre todo te hace querer soñar en que puedes brillar como una de esas estrellas o más.
Cuando llegué a casa estaba más tranquilo, incluso había olvidado todos los problemas que pasaban por mi mente. Tomé la cena que mi madre había guardado en el microondas, la calenté un poco y me puse a buscar una serie que me hiciera pasar el resto del tiempo sin pensar en nada, hasta que llegará el sueño aunque no tardaría en quedar rendido ya que me había venido caminando desde el observatorio, disfrutaba caminar luego de observar noche tan hermosas, me hace pensar que hago parte de ese cielo hermoso y que me muevo en el.
Al día siguiente me despierta el sonido del móvil, aun medio dormido pude notar que no era la alarmar sino una llamada entrante, al mirar la sorpresa de ver el numero me hizo despertar de golpe, era de la empresa en la cual me había presentado ayer, mire la hora antes de contestar y eran casi las once de la mañana me sobresalte y conteste ante que colgara la llamada.
—¡Hola, buenos días! —Intente sonar más despierto y un poco serio, no quería que se dieran cuenta por mi voz que aún estaba durmiendo y que era un vago.
—¡Buenos días! Por favor con el señor Robert. —La voz del otro lado de la línea era tan suave que no dude en recordar a la recepcionista que me atendió.
—Si con él.
—Señor Robert, espero se encuentre muy bien el motivo de esta llamada es informarle que usted ha sido seleccionado para ocupar una de las tres vacante disponibles en arquitectura. Le estaré enviando a su correo, una dirección con una orden de los exámenes médicos que deberá realizarse y mañana presentarse a las 7:30 a.m. para firma del contrato, estará en un periodo de prueba de 3 meses, dependiendo su desempeño para a contrato fijo con la compañía.
—¡Oh! Muchísimas gracias señorita, claro estaré puntual en ambos casos, nuevamente muchas gracias de verdad.
—Con todo el gusto, felicidades por su nuevo empleo. Feliz día.
—Que amable, gracias. Feliz día para usted también.
No podía despertar de mejor manera, es una gran noticia. Luego de una búsqueda sin resultados, por fin tengo una oportunidad de demostrar lo que sé y hacer lo que amo y en una de las mejores empresas del país, no puedo pedir nada más.
Rápidamente salgo gritando de mi habitación, buscando a mis padres. Mi madre al verme me ve con cara de susto, pero al notar mi sonrisa se relaja y sonríe aun si saber el motivo de mi felicidad, me recuerda que mi papá está en el trabajo y sin más le digo que he conseguido empleo, ella me abraza, me felicita y me comienza a bombardear de preguntas.
—¿Dónde? ¿Cuándo?
—Mamá pues hoy —digo con un poco de burla y ella me regaña levemente.
—Ya lo sé, pero has presentado tantas entrevista lo que pregunto es en cual de todas te escogieron.
—En la que presenté ayer por la tarde, me acaban de llamar, más tarde debo ir a hacerme unos exámenes médicos y mañana ir a firmar contrato, estaré en prueba por un periodo y luego puedo pasar a contratación fija.
—¡Felicidades! Te lo mereces hijo eres un gran hijo, fuiste un gran estudiante, eres una gran persona y te mereces que te pasen cosas buenas yo sabía que todo iba a mejorar —mi madre dijo todo esto entre lágrimas, lo que provocó que yo también llorara.
—No llores mam que esto es para festejar no para llorar. —Dije secándome las lágrimas que ya tenía en el rostro.
—Lo sé, estoy llorando de felicidad. A propósito no sabía que habías presentado entrevista ayer, ¿dónde aplicaste?
—Lo sé, las últimas entrevistas que he realizado no se las comenté para no ilusionarlos y luego no quedar seleccionado así que por eso no sabías nada. —Era cierto, había sido tan frustrante ir a cientos de entrevistas y no ser elegido, al momento de decirle mis padres aunque ellos lo quisieran disimular se ponían triste, desilusionados con cada rechazo, por lo que decidí evitar comentarle todas las entrevistas a las que iba.
—Bueno dime ya en cual fuiste seleccionado.
—En la empresa, Architecture Solutions.
—¿En serio? Que impresionante, es de las mejores y de las que mejor paga que emoción hijo.
—Lo sé mamá, también estoy muy emocionado, feliz y nervioso.
—No te preocupes corazón, eres el indicado para ese puesto eres el mejor y por eso te eligieron.
—Gracias ma. —Debo reconocer que eran las palabras justas para ese momento, me calme y asimile la situación.
Luego de la emoción, desayuné con mi madre en la cocina hablando de cómo debía ir vestido —cosas de madres lo sé—, como iba a cambiar mi vida de ahora en adelante, como debía esforzarme para demostrar que me merecía el puesto y que iba a lograr muchas cosas. En medio de la conversación llegó mi padre a almorzar, le contamos la noticia y fue un momento de nuevas emociones, ahora llorábamos los tres, terminamos abrazados en medio de la cocina y pude notar en sus ojos un brillo especial, ese brillo de orgullo que siempre mostraban cuando sacaba buenas notas en el colegio y en la universidad, ese brillo que me otorgaron el día de mi graduación cuando me dieron la mención de honor de mi promoción. Esa felicidad en sus rostros que quería ver de nuevo desde hacía un tiempo, me sentía muy feliz en ese momento y sé que ellos estaban feliz por mí.
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