
7-Lágrimas...
Emma seguía sin terminar de creerse lo que acababa de escuchar. ¿A Tn le quedaban dos semanas de vida o como mucho tres?, no, aquello no le podía estar pasando. Se quiso abofetear, quería despertar de aquella horrible pesadilla. Las lágrimas no dejaban de emerger de sus ojos y caer por sus mejillas hasta caer al suelo. El corazón iba latiendo lentamente, le dolía el pecho y sentía que estaba pasando por un ataque de ansiedad. La garganta era un nudo que apretujaba fuertemente y tenía dificultades para respirar.
Armándose de valor entró en la habitación de golpe.
—¡No puedes estar hablando en serio!—gritó ella llorando.
Tras unos pocos segundos abrió los ojos, el médico de Tn estaba hablando con un hombre mayor. El anciano en cuestión tenía mal aspecto, pero debía de tener al menos más de 90 años perfectamente.
—¿Eh?—se quedó perpleja—¿dónde está Tn?.
—Señorita Myers...¿qué está haciendo aquí?
—Pues...estaba por ver a Tn
—Tn fue trasladado de habitación, se encuentra en la 15-A, en la planta superior.
Emma pidió perdón, salió de la habitación, recogió las cosas y subió. Aún no podía terminar de creer todo lo que había sucedido. Se secó las lágrimas y nada más subir se fue al baño a lavarse la cara pues necesitaba refrescarse. Mientras se limpiaba el rostro, su corazón volvía a latir con suma normalidad. Respiraba una y otra vez para terminar de calmarse pues necesitaba recobrar un poco de aliento, no quería que Tn le viera con aquel gesto.
Una vez que pudo terminar de arreglarse, salió y caminó hasta la habitación. Abrió lentamente la puerta y vio a Tn sentado en el borde de la cama. Estaba distraído, mirando a la ventana, o mejor dicho, el paisaje que mostraba. Cerró la puerta.
Escuchó al chico suspirar.
—Supongo que ya es hora de tomar mi medicación—comentó sin mirarla—Elvira, llegas...pronto...—dijo lentamente al verla allí parada.
—Hola—casi se le saltan las lágrimas al verlo.
—Emma...—esbozó una sonrisa—¿estás aquí?.
Ella se acercó tras dejar la cesta y los chocolates en la cama y le dio un abrazo. El chico lo recibió de buen agrado. El abrazo duró al menos tres minutos, no dijeron nada, estaban muy bien así. Él no podía creerlo, sentía ganas de llorar.
—Te...te...te he echado de menos—dijo un poco ruborizado.
La joven se apartó y le miró con una pequeña sonrisa. Estaba ruborizada y no sabía que decir, estaba muda. Tragó saliva y al cruzar sus miradas, ambos rieron felices con lágrimas en los ojos.
—He venido para invitarte a un picnic—dijo finalmente—quería darte una pequeña sorpresa.
—¿Seguro que no está envenenada?—preguntó mirando con desconfianza—además, si lo has hecho tú...seguramente sea peor que el veneno.
Emma infló las mejillas mientras trataba de golpearlo antes de volver a reír, había echado en falta esa clase de bromas, ese lado bromista de Tn. Elvira llegó pronto, saludó a la joven y estuvo con Tn para su medicación. Luego, les dio el permiso para salir afuera.
Sentado en la silla de ruedas, fue hasta el lugar donde había hecho ella el picnic con Jenna y compañía, colocó las cosas sobre la tela y ayudó un poco al chico a sentarse. El día era perfecto, bajo la sombra de un árbol y la temperatura adecuada.
—Gracias—dijo al recibir su comida—todo tiene muy buena pinta.
—No es nada—sonreía, todavía estaba nerviosa por la situación.
Ambos charlaron alegremente, disfrutando de todo, olvidando por esos momentos todos los males que pudieran tener. El verlo sonreír de esa manera la tenía enamorada. Realmente su corazón latía con mucha fuerza cuando estaba con él.
—Tn—dijo ella—¿qué tal estás?, ya sabes...
—Bien, las pruebas están saliendo muy bien. Pronto empezaré a caminar por mi cuenta sin ayuda de las muletas. Aunque poco a poco, no quiero caerme de nuevo.
Él le preguntó por el trabajo, al principio contaba pequeñas cosas pero luego ella estaba con una sonrisa, emocionada y contando anécdotas del rodaje. Realmente estaba muy contenta de poder trabajar. Escuchaba todo atentamente, con una sonrisa.
—Tengo ganas de ver la segunda temporada—comentó él—la reina de los chismes en acción.
—Tonto, pero si...hay sorpresas, no puedo contarte nada de nada. Y aunque pudiera, tampoco lo haría—le sacó la lengua de manera infantil.
—Espero que Miércoles te apuñale—dijo firme y serio antes de reírse.
—¡I-Idiota!—se puso a pegarle de broma cuando ambos cayeron, Emma sobre él.
Se miraron, estaban muy cerca el uno del otro, podían sentir la respiración del otro. Ninguno despegaba la mirada, era como hipnótico, Tn acercó la mano para quitar un pequeño trozo de hierba de su cabello. Luego acarició su mejilla, lo hizo de manera lenta y suave, sentía el tacto de su piel y a la joven no le molestaba en absoluto.
—Tn...
—Emma...
Ambos podían escuchar el latido de sus corazones. En ese momento, sintieron unas gotas en sus caras, miraron arriba y vieron que empezaba a llover.
Enseguida recogieron todo y Emma usó todas sus fuerzas para empujar la silla de ruedas hasta el interior del hospital. Lo llevó a la habitación y enseguida tomó unas toallas para secarse los dos. Respiraron aliviados al verse refugiados allí. La ventana fue cerrada y el chico se secaba el pelo mientras sonreía, se lo había pasado muy bien.
—Lamento que se haya estropeado el día—dijo acercándose a él.
—No te disculpes, ha sido un día maravilloso...y te lo debo a ti
—Anda...no seas tonto.
Emma se terminó de secar y se puso frente a la ventana, contemplaba el agua caer. Ahora era como aquel día en el hospital que vieron los dos llover. Miró a Tn y le dijo que a pesar de la lluvia, también se lo había pasado muy bien.
Tn la tomó de la mano y la acercó hasta él. Ella dejándose llevar sin comprender nada, se vio sentada sobre su regazo.
—¿Qué ocurre Tn?—preguntó ella.
El chico la acercó todavía más y ante la sorpresa de Emma, acercó el rostro de ella hasta el suyo donde le dio un pequeño beso. La actriz cerró los ojos al cabo de unos pocos segundos, rodeando con sus brazos el cuerpo de él. Ambos se besaron un poco de manera dulce, con el único ruido del agua en aquella blanca y silenciosa habitación.
No podía terminar de creerlo, pensaba que estaba soñando, pero que Tn acariciara su rostro era una muestra de que no. Emma empezó a llorar ante la sorpresa de él.
—Perdón—dijo separándose al verla llorar—no sabía que era tan malo besando.
Ella soltó una leve carcajada.
—Idiota—se sonrieron antes de volver a besarse—pero...echaba de menos esa clase de bromas por tu parte.
En ese momento, Emma ya no lloraba de tristeza como antes...sino todo lo contrario...eran lágrimas de completa felicidad.
Estaban teniendo un momento de alegría, paz y felicidad.
Continuará...
Espero que les haya gustado.
Un saludo :)
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