Empezar un libro nunca ha sido fácil, mucho menos para alguien que aprendió lo que era un sustantivo hace días, pero supongo que el mejor momento para comenzar esto es en octubre del dos mil dieciséis, cuando aún era una chica de diecisiete años que estudiaba último año de la secundaria en Northern High School, un prestigioso centro de Seattle. Como acostumbraba pasar los lunes mi primera hora era química, asignatura que odio por su inutilidad manifiesta pero que a la vez amo por mi compañero de laboratorio: Jackson Ryder.

Para esta parte si me pondré poética pues describir físicamente a Jackson es una combinación de adjetivos en grado superlativo que hacen aportes a cada jodido idioma de este mundo. Él es... WOW. Quizás algo cliché y trillado, pero es que no soy escritora y la verdad mi interés está más en los números que en las letras. Pero a lo que iba:

Comencemos por ese increíble cabello azabache y los ojos que son una combinación plomiza de todas las tonalidades de grises rodeados por largas y tupidas pestañas oscurísimas, una nariz recta y estrecha con el puente bajo y una boca... lo que daría por probar esa boca que parece esculpida por los ángeles y que siempre luce rosada y húmeda, seguramente una boca así se vería femenina en otro rostro, pero en el de Jackson, justo en el de él con su mandíbula cuadrada y esa leve barba de unos cuantos días que siempre mantiene no luce femenina en lo absoluto. Luego está su piel, increíblemente pálida y cremosa, su cuerpo delgado pero con musculatura propia de un jugador de fútbol y esa voz profunda y ronca que derrite con solo un “hola, mundo” además, algo que he notado es que él no vocaliza a la hora de hablar lo que hace que su voz suene unos decibelios por debajo de lo que debería y que se escuche increíblemente ronca y sexy, quizás lo hace a propósito.

Ese bombón está justo ahora a mi lado, yo no soy la chica más invisible del mundo, de hecho se puede decir que soy bastante atractiva y popular, pero con Jackson y contra Breana —su novia— no tengo absolutamente nada que hacer, tampoco es que lo haya intentado, quiero decir, Jackson cerca mío tiene el mismo efecto que el basilisco de Harry Potter: me paraliza, de una rara manera, luego mi corazón comienza a latir de forma desenfrenada y el temblor de mis piernas bien podría confundir a alguien haciéndole pensar que estoy teniendo un ataque epiléptico, así de grande es el efecto de ese chico sobre mi.

Mi nuevo Google Pixel vibra sobre la mesa de laboratorio, así que ignoro lo que sea que dice Zulema —alias la Rottermaier— para leer el mensaje de ese angel salvador que desvió mi atención de sus aburridas explicaciones.

C BFF
Veo mal o Jackson Ryder está
a tu lado y tú aún no has colapsado?

Despego la vista de la pantalla para ver a Cymbeline, mi mejor amiga, a través de la ventana que da al patio haciendo señas obscenas hacia Jackson. Contengo la risa y tecleo rápidamente.

Rose
Quizás solo lo estoy superando

C BFF
Y Christian Grey es virgen

Niego con mi cabeza y le hago una seña que ella parece no entender pero que desvía la atención de Jackson de Zulema hacia mi. La gloria de Dios me acaba de tocar.

— ¿Todo bien? —pregunta en un susurro.

Yo le sonrío, siento mis manos comenzar a sudar, simplemente asiento y él devuelve su atención al frente, entonces vuelvo a escribirle a Cymbeline.

Rose
Que haces fuera de clases?

Presiono enviar y miro a la ventana, pero ella ya no está ahí. No es cosa rara que Cymbeline se salte clases, de hecho, su asistencia a clases es tan baja que ni idea de cómo consigue aprobar. Dejo el teléfono nuevamente en la esquina de la mesa maldiciendo y considerando la opción de pedir permiso de ir al baño para desaparecer cuando la respuesta de Cymbeline llega.

C BFF
Liam ;-)

¿Liam? Supongo que ya se cansó de Ezra y pasó al siguiente, seguramente ahora se esté manoseando bajo las gradas con el wide receiver de los White Wolves —nuestro equipo de fútbol—. Amo a mi mejor amiga, pero he de decir que no tiene una buena reputación y no podía ser de otra manera cuando ha pasado por absolutamente todo el equipo de fútbol, sí, incluyendo también al quarterback, Jackson. En su defensa diré que yo solo fui capaz de decirle lo que sentía por él cuando llegó a mi casa toda emocionada porque se había acostado con él, como que recoger los pedacitos de mi corazón y que mi mejor amiga no lo notara fue difícil y ahí comenzó todo el vómito verbal en que le conté. Al menos Jackson es el único con quién no ha repetido, seguro él cree que es porque Breana y Cymbeline son primas, pero a C no podría darle más igual su parentesco con la capitana de Las Nórdicas —como se autodenominan las animadoras.

Mi teléfono vuelve a vibrar en mi mano con un nuevo mensaje haciendo que deje de pensar en lo que sea que estén haciendo Cymbeline y Liam y que luego ella me contará de manera muy detallada para enfocarme en la pantalla.

Señor Ardiente <3
Aún con vida inteligente?

Creo que este es el momento en que podría sufrir un infarto de miocardio o como quiera que se llame eso, pero es que ¡AHHH!

Ok, Rose, respira, recoge tu dignidad y respondele.

¿Por qué en Youtube no hay tutoriales para enseñarte a respirar? Seguro tendrían un montón de views. Bien, primero inhalo por la nariz, luego exhalo por la boca. Muy bien. Ahora levanto la cabeza y fijo mis ojos azules en esa perfección de hombre moldeada por los ángeles y luego muevo la boca para evocar sonidos.

Lo haces bien, perra.

— ¿Desde cuándo tú me escribes por WhatsApp? —cuestiono en un susurro para no alertar a la Rottermaier de mi absoluta falta de interés por su clase.

— Desde que me conviene —responde él de la misma forma haciéndome fruncir el ceño.

Aparentemente mi confusión le causa gracia porque me sonríe.

¡¡¡Jackson Ryder acaba de sonreírme!!!

¿Alguien más escucha la música celestial o ya enloquecí?

»Estás tan perdida en tus pensamientos que ni siquiera te enteraste que vino el profesor de física y pidió que hiciéramos parejas para la próxima clase.

— Oh.

¿A donde se fue la vida inteligente que me habitaba?

— ¿Quieres ser mi pareja en física?

En física, en la cama, en la vida, en todo lo que tú quieras.

Sí a todo menos al divorcio.

— Está bien —es mi respuesta sin embargo.

Jackson asiente y vuelve a centrar su atención en la clase, entonces todo el aire que ni me había dado cuenta que estaba conteniendo sale de mis pulmones.

Para mi suerte el timbre suena solo cinco minutos después y, como no es raro, soy la primera en salir del salón.

En el pasillo Maia y Stella se unen a mí. Maia, Stella, Cymbeline y yo somos como el super escuadrón, solo que pues tengo un poquito más de afinidad con Cymbeline sabe Dios porqué. Lo bueno de tener esta clase de amistad con alguien es que, con tan solo verte la cara saben que algo anda mal, literalmente. Stella es la primera en notarlo, como no podía ser de otra manera, esa pelirroja es la persona más observadora del universo, muchas veces podría parecer que no se entera de nada, toda callada en el fondo del salón, pero la realidad es que los ojos verdes de Stella nunca recesan y no me refiero a lo típico del resto, Stella sencillamente siempre lo nota todo y cuando digo todo es TODO. Ella fue la primera persona en saber de mi gusto-enamoramiento por Jackson.

— No estoy bien —respondo a Stella—, necesito saltarme la próxima clase y relajarme.

Sin decir nada más comienzo a caminar hacia el patio exterior de la escuela, en el camino escucho como Maia llama a Cymbeline y luego las cuatro nos encontramos en un punto ciego.

— Más vale que sea bueno —es lo que dice mi mejor amiga sacando un paquete de cigarros del bolsillo de su chaqueta.

— Jackson —respondo aceptando el cigarro que ella me pasa junto al clipper.

Normalmente no soy de fumar, que quede constancia de eso, sé lo feo que se ve en mujeres pero es que simplemente no puedo evitarlo, en ocasiones como estas en las que me veo acorralada por los sentimientos que tengo por Jackson y que definitivamente no son correspondidos. Y como si el universo estuviera empeñado en recordármelo, a lo lejos puedo ver el encuentro de Jackson y Breana y créanme cuando digo que el beso de esos dos no es para nada inocente, si tuviera que clasificarlo entraría en el +21 y he de admitir que si me ha puesto un poco —bastante— celosa... celosa y caliente. Mierda yo quiero que alguien me bese así.

Como ya se habrán podido dar cuenta yo no soy la típica protagonista de libro que se enamora del bad boy, en lo absoluto soy esa, digamos que soy una chica normal de diecisiete años a la que le gusta salir, emborracharse, fumar de vez en cuando y los chicos, alguien que como todos en el mundo ha tenido sexo con quién no debería y que tuvo un crush bastante fuerte con Ian Somerhalder. Ahora, que todo eso queda bastante disimulado por el hecho de que la falda de mi uniforme está por donde debe y los botones de mi camisa no parecen que van a explotar en cualquier momento por lo ajustado de la prenda —quizás también por la notable ausencia de pecho—, además, de que no soy tampoco de esas chicas que hacen un drama cuando se les rompe una uña, mi cabello rubio tiene varias puntas abiertas y tampoco es que use maquillaje de carnaval para venir al instituto —como Cymbeline—, en realidad solo me aplico glossier y listo.

— ¿Qué pasó con Jackson ahora? —cuestiona Maia, sé que está harta de mi enamoramiento, pero ¡oye! Te aseguro que yo estoy mucho más harta de estos absurdos sentimientos que cualquier otra persona, después de todo, soy yo la del enamoramiento unilateral.

— Me altera con su presencia, eso pasa.

Creo que Cymbeline suspira y me quita el cigarro para darle una profunda calada. Después de varios segundos de silencio mi mejor amiga expulsa el humo y fija sus ojos cafés en mi.

— Mañana hay fiesta en casa de Drew, Liam quiere que vaya con él, por eso ustedes vendrán conmigo.

— Pensaba que ibas a decir algo interesante, Cymbeline, no eso —habla Stella.

— Aparentemente se les olvida quien es el mejor amigo de Drew.

— Chris, sigo sin entender —responde Maia, aunque yo creo que ya voy viendo por dónde va C con lo de la fiesta.

— Ni de coña —me sobresalto.

— R no puedes amarlo en secreto por siempre —dice ella cruzándose de brazos.

— ¿Alguien puede explicarme? —cuestiona Stella.

— Chris es el hermano de Zane y Zane...

— Es el mejor amigo de Jackson —completa C—, por tanto, Jackson estará en esa fiesta.

— Y Breana también estará —recuerdo.

— Si no está ocupada lamiéndole el culo a Scarlett ya me encargaré yo de ella —asegura mi mejor amiga sonriendo—, la cosa es que mañana nosotras vamos a ir a esa fiesta y tú, Rose, vas a hablar con Jackson, se van a perder, van a coger la borrachera de su vida y te lo vas a tirar, antes de que te salgan telarañas allá abajo, ¿entendido?

Ni siquiera sé qué clase de espíritu maligno se apodera de mi ser cuando sonrío y respondo:

— Entendido.

***
Hola bichitos, ¿como están? Ya sé que dije que no iba a subir esta historia hasta que no estuviera completa y aún no lo está, pero es que necesito su cariño 😭
Se me vienen dos semanas bastante cargadas en la uni y encima acabo de ver la noticia de por qué mi actor favorito se retiró de Hollywood y por muy lindo que fue su motivo rompe mi corazón, necesito cariño.

Os quiero.

Bichi-besos 😚🐞❤️

Voten y comenten 😉

Bea S.