Capítulo 5
Pov Namjoon
Hoy era mi primer día como Sargento en el turno diurno y aquello me generaba mucha emoción.
Seo parecía algo decaída aún pero estoy seguro de que pronto verá lo que yo veo. Estoy muy emocionado por lo que nos depara el futuro que tengo planeado para ambos.
Al fin lograré la vida normal que siempre quise. Cuando coloqué mi mano en la manija del auto una llamada entrante me hizo mirar mi teléfono.
Aquel nombre cual identifico como un " ." me hizo tensar completamente, decidí no responder. Aquello siempre me pone de mal humor.
-No tenían que hacer esto- estaban todos alineados mientras me dedicaban un saludo, aquello me causó gracia.
-Park SeoJoon señor- saludó y puse mis ojos en blanco
-Park BoGum, equipo médico señor
-Déjense de bromas- aquella cabellera castaña se movió de entre la fila. -Ya nos conoces a todos. Bienvenido al equipo diurno Sargento Kim, esperamos poder servirle bien. ¡A sus cosas!- gritó con ganas y los demás se perdieron -Te muestro tu nueva oficina- asentí y la seguí por el pasillo. -¿Te gusta?
-Es bonita. Espero no pasar mucho tiempo en ella, me gusta el trabajo de campo.
-Eso lo se, tienes un cuarto de descanso ahí- señaló la puerta de la esquina. -Si quieres compañía solo debes decirlo. Me gusta recordar los buenos tiempos.- aquello me hizo reír
-De hecho tengo pareja, estable- dije no pude evitar sonreír al recordarla.
-Um, deberías decirle eso a la aprendiz del nocturno, dejó un desayuno para ti en la cocina.
-Kim Seona- dije y asintió -Es ella.
-Vaya, la hija de Kim- asentí y salimos ambos de mi oficina, quería ver lo que me había preparado -¿No es raro?
-¿Que cosa?
-Eras como un hijo para él, y ahora estás con su hija.
-No lo es- llevé mi vista a ella -¿Qué pasó contigo y con Park? Pensaba que lo suyo iba enserio.
-La monogamia no es lo mío, ya lo sabes- dijo por último y la vi perderse a su oficina.
Negué para mi mismo y continué mi camino hasta la cocina es extraño ver el sol colarse por la ventana que acostumbro a ver solo de noche.
...
El largo turno había pasado factura en mí, curioso. Son las mismas horas que el nocturno y aún así me pareció interminable.
El turno diurno cuenta con 4 camiones y personal suficiente, por lo que no fue mucho lo que hice a pesar de que fui con ellos en más de una ocasión.
Decidí salir unas horas antes con intención de encontrarla en casa aún, quizás robarle un beso antes de que deba irse y agradecerle personalmente por el desayuno. Tenía claro que no podía hacer aquello cada vez que así lo deseara pero hoy decidí permitírmelo.
Toqué la puerta de su cuarto pero no respondió, apenas logré escuchar la ducha correr, decidí arriesgarme y entrar en este. Cuando lo hice planeaba ir con ella a la ducha pero esta ya había cerrado la llave y caminaba hasta el cuarto envuelta en una toalla. -Nam- era obvio que estaba sorprendida, pero algo que no pasó de ser percibido por mí fue el hecho de verla sonrojada como solo pasa cuando acaba de tener un orgasmo.
-¿Qué hacías?- la idea de ella masturbándose en la ducha me recorrió completo y se instaló justo en mi hombría. Deseé someterla muy duro contra la pared mientras le impedía obtener más placer que ese por no gastar sus orgasmos solo en mí. Pero tenía claro que no podía, debía alejar de mi todas esas ideas sucias y posesivas que llegaban a mi mente con apenas verla.
No podía
-Me daba una ducha- me acerqué a ella y tiré de la toalla, solo un poco.
-¿Solo eso?- negó -¿Te imaginaste que eran mis dedos que te follaban?- al verla enrojecer deseé amarrarla y follarla. -¿Porqué no te tumbas boca abajo y abres las piernas para que te limpie con mi lengua?- tiré de su toalla para dejarla desnuda frente a mí y no me resistí, acabé tirando de su mano y lanzándola sobre la cama. -Dije sobre tu pecho- pronuncié con severidad, deseaba tanto joderla hasta el descanso, usarla. Y aún a sabiendas de que debo controlarme con ella no logro someter mi verdadero yo.
Enterré mi cara en su trasero deleitándome del sabor de su humedad, se removió y gimió y aquello me hizo desear nalguearla y sostenerla para obligarla a no moverse. Dejarla a punto de su orgasmo y luego hacerla beber el mío. Bañarla con el. -¿Prefieres estos o los tuyos?- dejé a mi lengua descansar mientras mis dedos la tomaban.
-Los tuy... tuyos- mordía la almohada y recordé que su hermano estaba en el departamento. Me alejé y coloqué tranca en la puerta.
-¿Mi boca o mis dedos?
-Ambos.
-Que golosa eres- mordí mi labio cuando la necesidad de follarla me atravesó completo y la dureza en mi hombría amenazaba con romper la tela.
Liberé mi miembro y comencé a masturbarme mientras mi lengua y mis dedos tomaban partido en su palpitante intimidad, se restregaba contra mi boca y aquello era una total maravilla, sus jadeos amortiguados y su cuerpo tembloroso eran demasiado para mi cordura.
Acabó alrededor de mis dedos y tomé su orgasmo con mi boca, aquello me haría correrme con fuerza, lo sabía. Moví mi mano con más ganas y cuando estuve a punto me dejé ir sobre su coño húmedo y la cama y aquello se sintió de maravilla, no hay nada más sucio y placentero que ver a una mujer llena de tu semen, escurrirlo o tragarlo.
Mi teléfono vibro sobre la cama y aquel "." se dejó ver nuevamente, lo tomé y apagué. -¿Quién era?
-Nadie- sonreí -Debes bañarte otra vez, ¿te ayudo?
Nadie conoce al verdadero Namjoon de esta historia (inserte risa macabra)
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