Capítulo 19
El almuerzo fue todo lo lindo y agradable que podía ser, Namjoon se mantuvo silencioso.
Los demás incluso llegaron a preguntar si algo le pasaba y creo que tiene que ver con lo pasado antes de salir del departamento.
El no tiene por qué pagar por las cosas que hizo alguien más. Así que cuando mi hermano fue a dormir y su amigo también fue a su cuarto decidí tocar para hablar con él.
No quería decirle pero al menos le explicaría como me siento.
-¿Podemos hablar?- dije apenas me dio el pase a su cuarto.
-Claro, ¿qué pasa?- este dejó su computadora de lado para llevar su vista a la mía. Entonces no hablé, las palabras no se organizaban en mi cabeza, era como si estuviera bloqueada. Este se puso de pie y dio dos pasos hacia mí los cuales me hizo retroceder, temblaba. -¿Pasó algo allá Seona?, es eso. Alguien te dañó.- no respondí. -¿Acoso?- me detallaba con la mirada -¿Te tocó?- parecía verdaderamente preocupado. -Mírame- mi vista se encontraba en mis pies no pudiendo verlo, sentía vergüenza por tratarlo indiferente.
-Lo siento
-No no no no, no te disculpes- lo veía batallar por no acercarse. -¿Tu hermano sabe?- negué -Debes decirle Seo- repetí mi acción -¿Porque?
-No.. quiero que... el- volví a negar cuando las palabras se atoraron en mi garganta.
Sentí su cuerpo envolverme y los espasmos de temblor se intensificaron. Mis manos estaban frías y mis lágrimas querían desbordarse. -Soy yo- dijo mientras paseaba una de sus manos por mi espalda. -Soy yo- volvió a repetir.
Sentí mi cuerpo relajarse minutos después y como este me guiaba a su cama y tomábamos asiento uno al lado del otro sin este dejar de abrazarme de forma reconfortante. -¿Como.. lo supiste?- este se había ido por el tema que me aquejaba directamente.
-Con tantos años en lo que hago puedo notar los comportamientos. No te sientas mal por alejarme, si es lo mejor para ti puedes hacerlo. Solo quiero saber por qué.
Le conté, me sinceré con él y le pedí no decirle a mi hermano, a nadie. Estaba avergonzada.
Pasó horas reconfortándome en las que me sentía exhausta y le pedía que me dejara retirarme a mi cuarto para que este descansara, se negó.
Sus brazos siempre estuvieron en mis hombros o acariciaban mi cabeza, me hacía sentir bien.
No supe cuando caí dormida pero cuando desperté ya era de noche. Estaba en la cama de este y lo veía guardar todo en una pequeña maleta, llevaba su uniforme de trabajo.
-Hola- saludó -¿Te sientes mejor?- realicé un leve asentimiento de cabeza. -Vuelve a dormir se deseas, JHope vendrá mañana y hay comida en el horno por si tienes hambre.
-SeokJin
-Se fue más temprano, debía resolver algo en la iglesia a la que pertenece.
-Gracias por entender
-No debes agradecer- me miraba fijamente. -Sería lindo encontrarte aquí cuando llegue del trabajo, pero si no te sientes cómoda lo entiendo.
-A aquí te refieres a aquí en la cama o a aquí en la casa.
-Aquí en mi cama, es que hace frío a fuera.
-Ohh, ya entiendo. Para guardarla caliente- asistió en respuesta mientras reía.
-Qué duermas bien.
-Qué sea tranquilo el trabajo.
-Gracias.
Traté de dormir nuevamente pero ya estaba algo descansada así que me puse de pie para ir a la cocina. El pasillo estaba oscuro así que caminaba con lentitud hasta lograr encender las luces.
Cuando al fin lo conseguí me dirigí a la cocina, me sentía observada, cada tanto volteaba y no había nada, estaba sola pero aún así sentía que alguien estaba mirándome.
Dejé la cena y corrí al cuarto muerta de miedo, mis manos temblaban y mis pies querían flaquear, cuando al fin toqué la cama lo hice de un salto y me tiré las sábanas por encima.
Solo escuchaba mi respiración agitada y mi corazón palpitando con tal fuerza que parecía que saldría de mi pecho.
Cuando al fin me calmé escuché una puerta cerrar, era la entrada, pisadas leves que a medida de los segundos pasaban se hacían más fuertes, como si se acercara.
Mi cuerpo no reaccionaba y cuando lo hizo me metí bajo la cama con lo primero que encontré, creo que era un trofeo.
La puerta se abrió con una lentitud enloquecedora y tuve que cubrir mi boca para no emitir algún sonido, mala hora para haber dejado mi teléfono en mi cuarto.
Unas botas negras llegaron a mi campo de visión, nuevamente mi cuerpo no respondía.
Comencé a sollozar con desesperación hasta que estas se acercaron, estaba perdida, este sería mi fin.
El edredón fue levantado y grité con fuerza.
-¡Seo! ¡Seo! Soy yo. Soy yo- era Namjoon -Mírame, estás a salvo.
Tenía el trofeo anclado a mi pecho en busca de protección y torrentes de lágrimas caían por mi rostro.
No se como me sacó de ahí o en que momento pero este me envolvía entre sus brazos mientras estábamos sentados en la cama.
-¿Estas mejor?- asentí mientras limpiaba mis últimas lágrimas. -Vamos a tu cuarto para que tomes algunas cosas, iras a la estación conmigo.
Asentí sin mucho ánimo porque entendía que no lograría dormir luego de esto, tampoco quería estar sola.
Me levanté de su regazo y tomé su mano para hacerlo acompañarme. -¿Porque regresaste?
-Olvidé mi celular- lo mostró frente a mí mientras entrábamos. Luego coloqué en un bolso algo de ropa interior, mi cepillo y celular.
-¿Estas lista?
-Vamos- este tomó mis cosas y emprendimos camino, caminaba a su lado mientras miraba a tras en busca de la mirada que sentía sobre mi.
Quería que el Nam de esta historia fuera un bad boy pero es que no puedo imaginar a mi hombre así, sorry 🤭 Seguirá siendo una masita
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