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Capítulo 44 "Louciérnaga"

ADVERTENCIA: Antes de leer el siguiente capítulo quiero recalcar que esto es ficción, si el tema es sensible por favor omite esta parte y espera al próximo capítulo, prometí que es una historia soft y poco drama pero esta es la historia del personaje llamado Louis, nada tiene que ver con la vida real y por ello los nombres se sustituyeron. Evita dejar hate. Esto es para los que como este Louis perdieron a su primer amor: "Sigue brillando, no te apagues nunca".


Lavida es como el mar, bello, inmenso y trágico. Y así como en el océano; en lavida existen días de calma abundante en los que la marea no sube y hay una sensación relajante, otros días en cambio; las olas sacuden y golpean hasta hundirte.

Louis es consciente del día que es, su mente por muy dispersa que esté no lo olvidaría jamás. El día está comenzando, los primeros rayos del sol comienzan a invadir su habitación y él siente el corazón rebosante de mil emociones encontrándose y estrellándose, quizá de esa explosión surgen las constelaciones que se dibujan en su piel.

Mira a su novio durmiendo, en la calidez de su cama, abrigado por el cuerpo menudo que le brinda confort. Pero es momento de abandonar el abrigo del policía y quitar la pausa que mantiene su dolor dormido para dejar que corra por sus venas.

Toma su teléfono para ir hacia la ventana del pasillo, pero antes de salir de la recámara voltea para asegurarse de que Harry sigue dormido.

La ventana está ubicada en el pasillo del séptimo piso, es un espacio que permite observar el cielo y ver los colores que se desprenden del sol y atraviesan las nubes, es todo un espectáculo porque el día lo amerita.

Hay un giro nostálgico en el mismo cielo, tal vez porque la tristeza ha pintado este día con colores que Louis no distingue y el único color que reconoce es el de la melancolía.

Se acerca a la ventana y cierra sus ojos, inhala fuerte y sostiene el aire por unos segundos antes de abrirlos. Lo hace de manera lenta, como dando tiempo al tiempo para que todo se acomode.

Sus ojos azules observan el majestuoso cielo y sonríe, es una sonrisa que todavía no puede catalogarse fácilmente.

Toma su teléfono y su dedo va directo a la tecla 1, es el mismo número desde hace años, no ha cambiado; no se apaga nunca porque él llama en cualquier momento que lo necesita, con la seguridad de que estará encendido.

Suena una, dos, tres veces, hasta que la llamada entra directo al buzón y entonces escucha su voz.

Es ella, Joyce; su madre.

El mensaje es; términos generales simple, pero al mismo tiempo no lo es. Son menos de veinte palabras y sin embargo son suficientes para que la memoria auditiva de Louis lo guarde en cada parte de su cerebro y se arraigue en cada espacio de sus recuerdos, los mismos que llevará hasta el último momento.

Su tono es alegre, con esa chispa que caracteriza a las buenas personas, a las mágicas, a las irremplazables.

—Hola mamá, hoy es el día...me desperté temprano y salí de la cama antes de que Harry despierte. Sí, tengo un brazo roto pero,— sonríe un poco— ¿sabes qué? ¡Gané! ¿Tú lo viste cierto? No hice trampa, soy muy rápido. Harry se enojó un poco pero estamos bien, estamos juntos y... te echo de menos, todos los días...

Hay un derroche de nostalgia que se asoma en cada palabra, como si cada una pesara en realidad más, y la voz simplemente se negara a salir fluida, es quizá el cúmulo de sentimientos que bordean en las cuerdas vocales y dificultan la legibilidad en su monólogo. Detrás de ellas se esconde el acero de una ausencia que todavía se extraña.

—¿Louis? —la voz de Harry lo sorprende, está justo detrás de él y Louis no sabe en qué momento llegó pero está aquí, con su pijama a juego y la duda pintada en su rostro— ¿Qué haces aquí?

—Hola amor...—su rostro se alza para regalar una sonrisa tímida que por esta ocasión no llega a sus ojitos —vuelve a la cama, solo estoy llamando a mamá.

—¡Oh! Déjame saludarla —responde con entusiasmo, antes de que Louis tenga oportunidad de reaccionar, Harry tiene el móvil en su mano y lo lleva a su oreja. —¿Hola? Soy Harry, ¿hola? ¿hola?...

Hay exactamente sesenta segundos en el tiempo que se congelan y se vuelven eternos, sesenta segundos en los que la mente de Harry vuela por escenarios inimaginables, los mismos sesenta segundos en los que la mente de Louis solo permanece quieta.

—¿Louis? ¿Por qué... ¿me colgó?

Louis sonríe con una tristeza inmensa, demasiado roto para intentar ocultarlo más.

—No, no te colgó amor.

—¿Entonces qué pasa? No entiendo, ¿Por qué no puedo escucharla? ¿No le agrado? ¡¿Me odia?! ¿Es por lo que pasó con nosotros y mi familia? ¿Es eso?

—No, no mi amor. Ven —Louis le toma de la mano y lo coloca cerca de la ventana y él se posiciona detrás del policía, apoya su rostro en el hombro ajeno y cruza su brazo libre sobre el estómago de Harry.

—Explícame, yo solo quiero conocerla, hablar con ella y decirle que crió un hijo maravilloso.

—Entonces díselo...

—¿Cómo? —la confusión llega antes de comprender lo que está pasando —cortaste la llamada...

—Mira el cielo Harry, ¿Ves esas nubes de allí? Observa los rayos del sol...ahí está mamá.

El alma se le cae a los pies cuando Louis pronuncia aquello, el peso del dolor que ha estado cargando solo se asientan en su cuerpo como una bofetada y su pecho saborea un estremecimiento brutal. Es un escenario crudo y dramático, un hilo amargo de hiel pura lo que corre desde su garganta y atasca sus palabras.

—Louis...—Harry quiso girar dentro del brazo del castañito para mirarlo, pero él no lo permitió.

—¡Mira cuán hermosa luce mamá hoy! —con su mano libre señala hacia el cielo, donde un rayo de sol se proyecta y enseguida regresa a la cintura del policía.

—Lou...mi amor, tu mamá... ¿está allí?

—Sí, mamá se mudó al cielo porque este mundo era poco para ella, —sonríe por fuera mientras por dentro se está cayendo en pedazos —un día como hoy, hace dos años mamá obtuvo sus alas, siempre fue un ángel, pero hasta entonces fue oficial.

Harry desenrosca el brazo de su novio que descansa sobre su cuerpo y gira para encararlo. Le toma de las mejillas, sus ojos verdes están inundados, cada lágrima es amarga y dolorosa en extremo por él, por este hombre que carga el peso del mundo sobre sus hombros y vive como si no doliera.

—Te has estado ahogando lentamente y yo...no me di cuenta ¡Dios! Louis, he estado sumido en mí y nunca, nunca lo vi...estuvo siempre allí, delante de mí pero no lo vi ¡Jesús! ¿qué clase de hombre soy? perdóname.

—No, —intenta calmar, no hay reclamo en absoluto por su parte ya que él mismo eligió esto— yo no te lo dije antes, no encontré el valor para enfrentar en voz alta el hecho de que ya no está aquí.

—Pero tuve que haberlo visto, tendría que estar atento, pero no lo hice...

—¿Cómo podrías ver algo que yo me empeñé en ocultar? No hablar de ello es como fingir que no pasó, esa esa la razón de por qué nunca lo menciono. Porque nunca te preparas para esto, para no abrazarla más. Yo no me preparé, jamás lo estaría así que preferí lidiar con esto a mi manera.

—Por eso siempre estás sonriendo y bromeando, es por eso que no lo vi, no lo sabía. No pude ver que solo estabas luchando con ésto.

—El dolor de cada persona es único, la forma en que los enfrentamos también es único Cap, hay algunas cosas que funcionan como un sanador y te permite lidiar con esto y está bien, yo elegí la vida y la risa. Mi madre siempre dijo que un día sin sonreír era un día perdido...no he perdido ni uno solo desde ella se fue, vivo cada día por los dos.

Aquello era verdad, Louis había desarrollado una defensa contra el dolor, él comenzó a sonreír aunque no tuviera ganas, para evitar la lástima en los demás. Por eso era tan difícil reconocer lo que sucedía en su interior, porque era bueno construyendo defensas que lo mantuvieran con los pies en el suelo, aunque el corazón estuviera puesto en el cielo.

—Lo que tienes es un corazón de oro, eso tienes aquí —Harry señala su pecho y su dedo tiembla al igual que todo su cuerpo, con los espasmos del descubrimiento más inesperado que ha hecho— los que saben dicen que, el oro es el único que permanece intacto aún cuando todo se pudre. Y tú has pasado por tanto Louis y sin embargo, sigues siendo el puto sol,—tiene una de esas sonrisas rotas que dejan escapar un poco de dolor en cada lado, pero se las arregla para continuar —con esa sonrisa que me resuelve la vida, con esa luz que nunca se apaga ¿Cómo haces para seguir brillando?

Hay tantas lágrimas mezcladas entre ambos, algunas son de orgullo, otras son de dolor pero más allá de esto, hay lágrimas de un lazo que se fortalece en apoyo y respeto por su pareja, es como un nudo que enlaza sus cuerdas haciéndolos más irrompibles y a ellos más fuertes.

—Es que ella merece un homenaje a través de mi vida —resuelve Louis— No voy a defraudarla.

—Jamás lo harías, eres un hombre tan increíble ¿Cómo podrías defraudarla si eres perfecto?

Louis limpia las lágrimas de Harry y le sonríe mientras deja correr las propias. Lo gira de nuevo para seguir observando el cielo y contarle un poco más acerca de ella, su primer amor, la primera persona que lo amó y que él amó.

—Hay días en que siento que ya no puedo pero entonces pienso en ella, en nuestros recuerdos felices y, si ella no se rindió nunca, yo tampoco.

—Tienes tanto amor Louis, que me sorprende, tu estatura nunca te hará justicia, el mismo cielo no puede ser tu límite.

—Yo se lo decía siempre, cada día le dije cuánto la amaba, no hay deudas y sin embargo el tiempo no fue suficiente.

—Pero se lo dices ahora, y estoy seguro que te escucha.

—¿Sabes cuál fue nuestro último recuerdo juntos? —Harry niega— Ella padeció un tipo de Alzheimer agresivo, era muy joven pero pasó. Una tarde mientras la visitaba, me miró por varios minutos y luego me acarició el rostro, entonces sonrió y dijo: "Brillas tanto, tanto, tanto que todos te miran mi preciosa luciérnaga". Yo pensé que me había confundido porque eso sucedía mucho, ya no me reconocía y yo solo sonreí y la abracé, entonces ella me susurró: "Sé que eres tú amor, mi Lou, nunca te apagues mi niño, nunca te apagues mi preciosa Louciérnaga"...esa fue la última vez que me reconoció. Nunca más volvió a llamarme por mi nombre, y juro que he guardado su recuerdo en lo profundo de mi alma.

Hay un vuelco en el corazón de Harry que rompe la tristeza escondida en sus ojos, es el momento exacto en que su amor se reanuda y sabe que estaría dispuesto a recibir una granada por Louis si fuese necesario.

Louis lo mira todavía con ese amor que no cesa y su sonrisa se vuelve un calmante para su delirio.

—No quiero que sufras —determina Harry, da la vuelta para encontrarse de nuevo frente a él y se lanza a su regazo, aprieta tan fuerte que algunos de sus pedazos rotos se unen otra vez. Hay un mar de lágrimas deslizándose y el corazón creciendo de amor por este hombre, no, no es lástima; es amor y admiración y el deseo ferviente de protegerlo —nunca más Louis.

—El dolor es parte de la vida cariño, tenemos que vivir cada emoción y celebrar todo. Incluso si es dolor porque eso nos recuerda que estamos vivos, la vida es un riesgo, ¿pero sabes qué? Lo vale, mamá lo decía siempre.

—Harry no quiere soltarlo, no quiere salir de su escondite pero lo hace y busca su mirada, hay un brillo genuino cada vez que habla de ella y eso brillo no lo puede opacar ni el dolor, ni el sufrimiento ni la muerte.

—¿Es por eso que tienes un tatuaje de una luciérnaga?

—Sí, no necesito esto para recordarla porque la tengo tatuada en mi alma, pero esto me recuerda la imagen que ella tenía de mí y es mi pequeño secreto.

Harry comprende, hay muchas maneras de marcar la vida de alguien, Joyce lo había hecho con amor y devoción y Louis lo devolvía con el mismo voltaje de amor, marcando en su vida, en su mente y en su piel cada enseñanza.

—¿Puedo preguntar qué pasa con las llamadas?

—Lo hago todos los días, —confiesa—sí. Escucho su voz en el contestador y es como si la tuviera a mi lado, su voz no solo se queda en mis oídos no, recorre cada espacio de mi cerebro hasta mi corazón, corre por mis venas como un abrazo que me recuerda que está conmigo y que el amor no se acaba, que ella y yo tenemos nuestro propio infinito de amor.

Es la honesta fragilidad lo que lo convierte en fortaleza, es el coraje lo que han forjado a este hombre, es el amor lo que le hizo no apagarse aun cuando todo su mundo se cayó en pedazos. Demasiado dolor para un solo hombre.

—¿Me dejarías escucharla?

Louis no reacciona por dos segundos, esta petición de Harry es algo que no esperaba pero lo aprecia porque no suena forzado, él realmente quiere conocerla de la manera que Louis la ha presentado.

Su respuesta llega una fracción de segundo después cuando extiende la mano y le entrega su celular. Harry lo toma, marca la tecla 1 y espera.

Sonríe y llora al mismo tiempo pero se las arregla para hablar.

—Hola, soy Harry el novio de Louis y su futuro esposo. Es un honor conocerla y quiero felicitarla por el increíble hijo que crió, Louis es un gran hombre, el mejor que he conocido, es amable, respetuoso— enfatiza—, caballeroso y estoy profundamente enamorado de él y quiero que sepa que voy a cuidarlo, usted no tiene que preocuparse porque yo lo cuidaré, porque lo amo. Sí —sonríe un poco— sé que se lastimó el codo pero es que es un niño grande, sin embargo me aseguraré de que no suceda de nuevo...Gracias Joyce por haber traído al mundo al mejor hombre, le prometo que es amado y respetado y así será hasta el final, puede estar tranquila; lo hizo bien...un beso hasta el cielo.

—Te lo dije má...—dice Louis cuando ha recuperado el móvil y sonríe de nuevo — Harry es el indicado.

El mundo se vuelve un mejor lugar después de eso, ellos se abrazan y lloran y ríen porque se están haciendo fuertes, se han consumido en el dolor y en la tristeza separados que es momento de unir sus alegrías así como sus manos y correr el tramo que les queda por delante. Juntos.

Es verdad, en medio de ausencias y sufrimiento es cuando la vida se valora y uno recuerda que también es bella, todo depende del enfoque.

Aquel dolor en el pecho de Louis que pedía a gritos silenciosos que parara, ha menguado y de este día triste sale una nueva luz que crea alivio y una compañía que se ha vuelto constante, porque después de tantas desilusiones, la vida les ha recompensado con alguien que no fallará, que no se alejará, alguien que se queda y se queda para siempre.


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"Amor es tocar el mundo interno del otro y no romper nada".

Dudé muchísimo en subir esta parte, aún lo dudo y aún puedo eliminarlo. Mi única intención, lo dije desde la dedicatoria de la historia (vayan a releer y déjenme allá un mensajito de amor si este capítulo les gusta), es abrazar a quienes perdieron a su primer amor, para efectos de esta historia el primer amor de los personajes son sus padres. Y para ustedes que lidian con el dolor de la ausencia: No se rindan, hay gente en el cielo a quien poner orgullosos.

Ojalá esto sea como un homenaje, juro que no busco ofender a nadie.

Gracias por el amor a esta fic y a mí. 50K no lo creo!

Estoy intentando extender por lo menos un poquito más la historia.

Besos.

MAKI<3

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