@-Annamnanskndnanan-  Gracias!

—Entonces, ¿No vas a quedarte esta noche?

—Mi turno comienza en una hora amor, tengo que irme. Solo quiero asegurarme de que estés a salvo de rufianes y peligros.

—¿Cuidando mi virtud? —ironiza.

—Sí. He lanzado mi Especto Patronus, he dejado un dragón al frente, los cocodrilos están cerca de las puertas, hay tres campos de cerca electrificada, créeme Cap, estás a salvo.

—Necesito entender de qué hablas.

—Tenemos que ver la saga completa mi amor.

Han tenido una excelente semana, han paseado, Harry finalmente ha visto "El señor de los anillos" y no pudo estar más ruborizado cuando entendió por qué Louis lo comparó con un elfo.

Sin embargo; los turnos por las noches de ambos no les han permitido dormir juntos y aunque han sido apenas siete días, se extrañan demasiado.

Es difícil ser la cuchara pequeña cuando se es la única cuchara.

Louis sonríe cuando mira a su novio hacia el lado derecho de la cama, ha dejado el espacio suficiente para un invitado, tal vez alguien furiosamente atractivo y protector, alguien con las palabras sucias que tanto le gustan a Harry pero las manos más suaves para acariciarlo.

El castañito entrecierra los ojitos para ver mejor, al lado de Harry, en el extremo de la cama por debajo de las sábanas se esconde un zapato.

Sí, un zapato... de Louis.

Harry hace un pucherito y Louis muere de ternura cuando lo ve, se acerca a su rostro y le regala una caricia con su nariz, convirtiéndolo en un besito esquimal.

—No quiero que te vayas.

—Bonito, no quiero irme pero debo trabajar.

—Quédate, te mantendré.

—¡Si! —eleva sus manos al cielo como señal de victoria —Mi sueño siempre fue tener un Sugar Daddy que me deje sus uñas marcadas por toda la espalda, que me ponga las manos en el cuello y... ¡Qué ganas de que me muerdas una pompi! ¡¿Tienes las esposas?!

La carcajada de Harry es monumental con las tremendas imágenes que su cerebro fabrica pero no se rinde.

—Por favor, cumpliré tus deseos de esa lencería de la que hablamos, quizás ya la tengo...

—No hagas esto amor, —suplica con un tono de cachorro— gano por comisión, mientras más viandas es mejor la paga. Debo irme.

—¿No te gustaría descubrir de qué color es el encaje?

—Tiene que ser rojo, —declara serio— es mi color favorito. Dime que compraste rojo, por favor.

Harry se ríe pero no responde, en su lugar lo atrae y juega a besarlo pero no lo hace, solo lo tienta con la sensualidad de una pantera.

—Mañana, si me dejas, puedo invadir tu casa.

—Invádeme la casa, la vida, el cuerpo...

Louis sonríe igual que un maestro orgulloso de los avances de su alumno, sin embargo; no resiste y junta sus labios, el beso es fuerte, duro y empieza a crear grandes sacudidas en el cuerpo del otro.

—Éste —dice con petulancia —es un beso de "segundo piso"

—¿Por qué? —pregunta con inocencia el oficial.

—Porque lo que se hace arriba, se siente abajo.

—¡Tomlinson!

—Te voy a dejar un regalito para que no me extrañes.

—¿Una foto?

—Casi, pero mejor, Echa un vistazo —le extiende una copia de su trasero, literalmente Louis aprovechó la fotocopiadora de la estación y el regalito para su novio está plasmado en papel y tinta —disfrútalo amor!

—¡¿Qué?! ¡Tomlinson cuándo, cómo, ¡¿Dónde?!

—Es rasca huele —murmura y sus cejas suben y bajan, lo que desata una carcajada descontrolada del oficial.

...

Louis permanece unos minutos más con su novio en brazos y la duda le está carcomiendo, ¿Por qué Harry tiene un zapato suyo escondido?

Él ya tiene sus zapatos bien colocados en sus pies, de manera que esto no es para evitar que se vaya.

Sabe que Harry es sensible, y aunque bromean y juegan mucho, hay lugares en la mente de su novio que todavía no conoce, de manera que podría ser un terreno dinamitado.

Permanecen un rato más y el reloj avanza, Louis desliza su mano por la espalda del policía y éste se sube poco a poco más sobre el castañito hasta quedar a la altura de sus latidos.

—Mi hermana me llamó —dice después de luchar con sus pensamientos por varios minutos.

—¿Y qué tal estuvo eso para ti?

—Ella me dijo que...mi madre estará en la ciudad un par de días. No sé si quiera verme.

—¿Y tú amor? ¿Quieres verla? ¿Eso te haría sentir bien?

—No lo sé. No nos hemos visto desde hace tres años. Siento muchas cosas con solo pensarlo.

—Hay cosas de las que no hemos hablado Cap, y podemos hacerlo eventualmente, no es necesario ahora. —Harry asiente pero no hay palabras así que Louis continúa —¿Quieres hablarme de esto? Si no quieres, está bien. Que seamos pareja no significa que debas compartir hasta el último de tus pensamientos conmigo, pero quiero que sepas que siempre estoy dispuesto a escucharte.

—Sí —resuelve— por favor.

Su garganta se apretará en los siguientes minutos y Harry lo sabe, pero intenta mantener su voz tan clara como sea posible, hablar de su relación con su madre es un tema delicado, una herida que no cierra y si debe hurgar en ella; por lo menos quiere asegurarse que tiene un buen pañuelo, Louis en este caso.

—Mamá es especial, cuando conoció a papá ella era demasiado joven y él... le hizo mucho daño. Tuvo que casarse porque estaba embarazada de mí y ésa fue la primera vez que arruiné su vida.

Hay un esfuerzo mayor por tragar en seco porque el nudo que siente, está formado de palabras que se ha tragado por años, porque Harry entiende que no tenía caso gritarlas cuando nadie llegaría a rescatarlo.

Y ahora aquí está, con su mundo entero dispuesto a abrazar cada pedazo roto del pasado.

—El tiempo junto a papá fue malo y cuando finalmente ella se fue, tuvo que llevarme.

Hay un par de minutos de silencio, Louis no interrumpe, es el tiempo de Harry y él solo espera, y las caricias en su espalda no se detienen ni por un instante.

—Un poco después conoció a su nuevo esposo y él tampoco me quería, mamá me dejaba fuera de la casa por las noches para que él estuviera bien mientras yo moría de frío, hambre y miedo. Terminó por abandonarla y ella me culpó, ésa fue la segunda vez que lo arruiné todo.

Nadie lo sabe, porque nunca lo dijo pero; a medida que crecía Harry entendía que algo estaba mal con él, realmente se sentía como el rey Midas; arruinando todo lo que tocara.

Entonces sus noches se hicieron más largas, sus heridas se hicieron más profundas, lo más triste fue que sus sonrisas desaparecieron y nadie lo notó.

—Yo era un niño ¿sabes? Cuando la escuché, ella dijo que estaba tan arrepentida de mí, tan avergonzada, ella dijo que yo era carga, inútil e inservible.

Exhala, y a simple vista pareciera que es solo aire lo que sale de su boca, pero en realidad son años de dolor en silencio, de culpas y miedos arraigados en sus entrañas. Es como un veneno tóxico que lo ha consumido lentamente.

—Nunca fui bueno, no importa cuánto me esforzara, nada era suficiente. Pensé que no podría decepcionarla más pero lo hice. Así que, en cuanto pude, me fui de casa.

—No recuerdo una sola noche en que no me fuera a la cama sin llorar. De niño tenía miedo, pensaba en monstruos debajo de mi cama. Creía que saldrían y me llevarían, y nadie podría ayudarme así que necesitaba algo que me retuviera en este mundo ...usé lo único que tenía —Harry revela el zapato que ha mantenido bajo sus sábanas —pensé que cuando ellos aparecieran y me arrastraran, yo me aferraría a ésto y ellos no me podrían llevar —sonríe con tristeza y Louis sabe que las lágrimas que todavía no caen contienen demasiado dolor y se acumulan enredando todo lo que han tejido en su alma —Sé que suena estúpido pero solo era un niño asustado buscando algo de protección.

—No lo es amor, eres el hombre más valiente y fuerte que conozco.

Harry no responde a eso, ni agradece porque no lo cree, a pesar de que sabe que Louis no es un mentiroso. El ojiazul lo aprieta un poco más, teme que su corazón delate cuán afectado está y él necesita contener a Harry, ser un soporte fuerte donde él se pueda apoyar.

—Con el tiempo entendí que los monstruos no estaban debajo de mi cama, sino dentro de mi cabeza.

—Pero ahora estoy aquí mi amor, tú ya no estás solo, déjame luchar contra ellos. Yo puedo pelear, quiero hacerlo.

—¿Lo harías Louis? —Harry lo observa y se encuentra reflejado en sus ojos azules y es hermoso —No quiero llorar, eso me hace débil y estúpido.

—Pero cómo no vas a llorar, si hasta el cielo llora a veces y no se disculpa. —toma sus mejillas y sus pulgares acarician la piel de su rostro —Amor, solo tú sabes cuánto te duele esto, tienes todo el derecho de llorar tanto como lo necesites.

—¿No me consideras débil?

—No, jamás. Has soportado tanto peso que es necesario que descanses del vuelo amor, tus alas están cansadas amor. Llorar es símbolo de carácter y fuerza, de resistencia. ¡Eres un puto guerrero!

—A ti te he mostrado mis fantasmas...¿Quieres huir?

—Nunca, cada vez me gustas más.

Cuando se encuentran sus miradas, el universo de cada uno reposa dentro de sus ojos y por una fracción de segundo, la vida es buena.

—Y encima de todo, estás buenísimo. Si así te quiero comer, imagínate con un tatuaje. ¡No,no,no! No saldrías vivo de la habitación cariño.

La confesión de su primer y único tatuaje está deslizándose por su garganta pero espera que las próximas ocasiones sea Louis quien lo descubra.

Sus palabras surten el efecto esperado porque hay una sonrisa en el rostro de Harry. Detrás se liberan por fin algunas lágrimas pero esa libertad que goza para dejarlas salir crea una manta, tan dulce como sus mejillas.

Y es Louis mismo quien se convierte en ese abrigo para cuando el mundo se enfríe, Harry tenga un refugio a donde ir.

—Cap, algunas personas no tienen lo suficiente para amar, —dice, después de unos minutos —se necesita de mucho coraje para amar pero eso no tiene nada que ver contigo, tiene todo que ver con ellos. Lamento que ella te haya hecho creer que no valías, lamento que le creyeras. Tú eres la persona más increíble, no importa que no seas fan de Potter, —decide— algún defecto tendrías que tener cariño.

Hay un par de hoyuelos dibujas en sus mejillas y el color rojito vuelve a pasear en su rostro.

—Voy a soñar contigo, siempre sueño contigo, hasta que mañana cuando yo despierte estés aquí, realmente conmigo— sus palabras suenan dulce y hay tan solo una pizca de dolor amargo por la sensación de saber que el castañito se va.

Louis lo aprieta y lentamente lleva su mano hasta el zapato que yace a un lado, lo toma con cuidado y sin apartar la vista del oficial, lo deja en el suelo.

—Ya no lo necesitas amor, nunca más porque me quedo contigo.

—P-pero... ¿Qué pasa con tu trabajo?

—¡A la mierda el trabajo! Tú eres más importante. Hoy vamos a aprender a volar con las alas remendadas.

—Louis...

—Me quedo Harry. Y puedes apretar mi mano cuando sientas miedo porque no dejaré que nadie te aparte de mí.

—No te merezco. Perdón si no soy suficiente para ti, es que nunca lo he sido para nadie.

—Nos merecemos, Harry —Louis se endereza para que el oficial lo mire —Grábate esto: Tú eres más que suficiente, tu sola existencia es motivo suficiente para la felicidad. No hay nadie como tú, eres un buen hombre al que le pasaron cosas malas pero no más. Nunca debiste acostumbrarte a lo malo, porque mereces que el universo conspire a tu favor para que todas las bendiciones lleguen a tu vida.

—No, definitivamente no te quiero Tomlinson —el rostro de Louis es ahora el que se ruboriza porque la frase, aunque lleva pausa, tiene el mejor final —Yo te amo.

Ha esperado por escuchar esas palabras, sabía que el sentimiento es mutuo pero escucharle a Harry decirlas, lo elevan por encima de sus expectativas. La declaración se impregna a ambos hemisferios de su cerebro y en cada célula de cuerpo ha recibido el mismo mensaje: "Te amo".

La respuesta llega en forma de un frenesí entre sus bocas y la noche pinta para ser una buena.

—Me siento como un príncipe, un maldito hombre con suerte ¡Joder! Algo muy bueno debí haber hecho en mi vida pasada para tenerte hoy así.

—¿Suerte? Deberías comprar un billete de lotería entonces —responde el policía.

—¡A la mierda el premio gordo... yo quiero que me toques tú!

La carcajada se escucha por todo el departamento, las risas quedan atrapadas entre las paredes y las endorfinas se libera dentro de Harry cuando siente las manos del castañito luchando contra su pijama.

Se quedan despiertos hasta el amanecer compartiendo una sola cama, diciéndole al otro cosas que nunca dirían en voz alta a alguien más.

—Dime algo, cualquier cosa. Amo tu voz.

—¿Sabías que tienes una lengua?

—Eso es obvio tonto!

—¿No te gustaría tener otra? Aquí, por ejempl... —las palabras se ahogaron cuando su boca se asentó sobre su cuello y Louis descendió hasta encontrar el elixir de la eterna felicidad.

La noche se compone de sonidos y susurros, las paredes guardan los ecos de la felicidad porque quizá, ellas saben que pronto deberán reproducirlas en ausencia de la época dorada.

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"Una estrella no necesita permiso para brillar ¿Qué estás esperando entonces? Brilla cariño y que sea tu luz la que ilumine al puto mundo!

¿Pañuelos?

¿Me odian?

Hoy conocimos la historia de Harry. Todo es ficción, por eso los nombres de las mamás fueron cambiados, pero la fic la escribo porque estoy segura que hay personitas que me leen que podrían tener alguna similitud, y quiero que sepan que no son nada de los adjetivos malos con que los han calificado.

Si tú no te sientes amadx por quien se supone que debería (padres) esto es para ti: brillas y brillas muy bonito!

Besos.

¿Alguien nunca ha tenido dedicatoria y quisiera una?

MAKI<3