Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

9 Abrázame

Me despierto con el brazo de Roberto sobre mi pecho, me abraza posesivamente aun durmiendo. Pero yo, pienso por enésima vez en el niño de cabello de circo, mi jefe. Miro el reloj que está en la mesita de noche, son las seis de la mañana y yo no he logrado dormir.

Pienso en todo lo que ocurrió ayer...

¿Por qué Evan me mintió? Lilian me lo dijo, él le había dicho a esa mujer bella que lo esperase lista. Esa mujer es Dove...

La única cosa que no me reprocho es que finalmente elegí qué camino tomar en mi vida. Saco mi mano de entre las sábanas y miro el anillo de oro que Roberto me ha dado anoche. Me ha pedido casarme justo cuando él se termine de separar, y yo he aceptado. Evan llegó demasiado tarde a mí vida, y sí, puede gustarme, pero no siento que deba quedarme allí. Él pertenece a otro mundo y yo a este.

Me levanto algo mareada, hemos tomado mucho la noche anterior. Recibo en mi teléfono celular una llamada de Rubén, no me ha dejado de marcar en toda la noche.

—Dime —Le digo algo adormilada aun.

— ¿Te quedaste con Roberto?

—Sí.

— ¿Por qué me haces esto? Soy tu amigo, te quiero Megan, pero también me gustaría que me escucharas, ese tío no te quiere.

—Si no me quisiera no me habría pedido matrimonio ayer.

— ¿Te estás escuchando? —Hubo un silencio incómodo— ese tío te habla de matrimonio y ni siquiera le han firmado los papeles. Aun estás a tiempo de darte la vuelta y decirle que no. —Repite Rubén.

—Rubén estoy cansada de verdad, de que la gente decida por mí mi vida. Dame una oportunidad de demostrar que puedo hacer las cosas bien.

— ¿Las cosas bien? Tu nuevo jefe estuvo aquí ayer en la protesta y además de dar show parecía que le saldría un cohete del trasero y volaría. ¿Qué le has hecho Megan? ¿Por qué sigues haciéndole esto a los hombres?

—Rubén, ¿Me sigues reprochando? —Subo el tono de la voz sin importarme nada.

—Eres una niña Megan, tienes treinta años y no sales de tu burbuja, ya no necesitas alguien que te ofrezca encamarte cada noche, necesitas alguien que te vea como su mujer, como una compañera y que te amé, ¿Sabes lo que eso? ¿Sabes amar?

—De seguro lo sé mejor que tú.

Termino colgando bastante herida por las palabras de Rubén. Sé que me equivoco cuando juego así, juego a enamorarme un día y no termino con aquello hasta que obtengo al hombre, después me canso, y vuelvo a Roberto. Yo sé que juego mal mi papel.

Me acerco al mini bar y saco una botella de Vodka. Comienzo a beberla del mismo envase, me asquea mi forma de ser, pero también me siento protegida aquí, Roberto me protege... sí, Roberto me protege.

Tomo y me seco los labios con el antebrazo, estoy pensando otra vez en mi padre. Lilian no lo sabe, nadie lo sabe. Oh nadie sabe que papá me hizo sentir la niña más infeliz del mundo cuando tenía trece.

Tiro la botella al suelo y me deslizo por la pared sujetando mi cabello. Me duele que me haya hecho eso.

—Megan —Roberto me ve y se acerca para pasarme una manta por la espalda— ¿Te duele algo? ¿Necesitas algo?

—No... no. Tengo que ir a trabajar. —Digo mirándolo como puedo— Tengo que disculparme con Jeymi por no haber asistido a la protesta de ayer.

Roberto tuerce el gesto y niega.

—Deberías ducharte antes de cualquier cosa, recogeré este desastre y haré desayuno. Relájate.

Me he ido a la ducha pensando en todo aquello que a un me duele. No logro obviar lo que ocurrió a mis trece años, tampoco logro decírselo a alguien, no creo que logre decirlo jamás.

Roberto me ha servido desayuno. Me mira por sobre la taza al beber y pone una de sus manos sobre la mía que está sobre mi muslo.

— ¿Hablarás con él?

— ¿Con Evan?

—Ah... le llamas Evan... no sabía que tan cercanos se habían vuelto. —Comenta Roberto sin ninguna gracia. No quiere hacer aspavientos pero si noto aquel veneno en su frase.

—Terminaré mi trabajo con él y me iré de Heaven, no quiero permanecer allí un día más... no quiero ver a tu esposa, y tampoco quiero

—No quieres ver a Evan. —Me corta— Pero, tampoco es que lo veas mucho más. El paquete se acaba la próxima semana y Heaven vuelve a ser la misma de antes, tú y yo podemos trabajar juntos y ser los esposos que seremos Megan.

— ¿Por qué no te molesta la presencia de Evan? —Pregunto algo cabizbaja.

—Porque es un chico que no comparte mí mismo interés por ti. Él ha venido a este país por trabajo, y simplemente ha buscado la forma de pasar el tiempo, lo ha conseguido. ¿O acaso te ha buscado?

Rubén me dijo que él si quería saber dónde estaba... pero tampoco fue a buscarme. Pienso en lo que Roberto dice, sigue hablando, sigue llenando mis oídos de cosas que no escucho.

Al llegar a Heaven él me toma la mano y se pasea sin miedo por el hall central. Yo miro mis tacones, no sé si siento vergüenza o demencia en este punto. Temo encontrarme con Evan, aunque el choque inminente vendrá, tendré que rendirle cuentas y creo que aquello será a lo que más le temo.

— ¡Roberto! —Grita la aun esposa plantándose delante de mis tacones.

Yo alzo la cara y ella me da una bofetada que no vi venir.

—Entonces era más que cierto, sigues con esta alcohólica de mierda. ¿No te da vergüenza?

— ¿A ti no te da vergüenza haberlo hecho en el archivador con el niñato ese? —Pregunta Roberto delante de todos. Juro que la bofetada no me ha dolido en absoluto, no siento esto. No siento a los espectadores. Tengo dolor en el alma, me siento pequeña ahora mismo.

—Ah... ahora veo. Es por eso que volviste con esta zorra. Que encima de todo fue contratada por él. ¿Te cabe alguna duda del sobrenombre? Por que tengo muchas cosas más que señalar de esta gata de quinta.

Jessica ha llamado a Olivia que, al verme me murmura "Perdóname Meg..."

Yo abro los ojos totalmente ida al ver lo que Olivia sacaba de su carrito de la basura. Se trataba de las cosas que había en mi casillero, entre esas cosas, las botellas de Ron añejo que bebía entre turnos, para que miento... a cada hora.

Roberto me mira y niega antes de decirle a su esposa:

—No tengo que señalar a Megan, es una adulta, ella sabe hasta dónde llegar. Ella siempre hizo bien su trabajo de todas formas, no la puedo reprochar por algo como eso.

—Roberto, será mejor que me marche... —Murmuro acobardada, no me alcanza la fuerza para alzar si quiera la voz.

—No, no te irás, quien tiene que irse es Jessica, quien ya no pertenece a este lugar.

Levanto la mirada de la de Roberto y miro a Jessica que me fulmina el anillo en mi dedo. Yo lo cubro con mi otra mano humillada.

Todos estamos en silencio, más los pasos fuertes de alguien acercándose, seguidos de pasos más cortos pero igual de firmes llaman nuestra atención. Me volteo, y Evan viene impoluto, aun cuando usa zapatillas de correr y un chándal, parece ser el hombre más atractivo de la tierra.

A su lado viene una niña con una pañoleta, aunque parece muy tierna, su mirada es igual que la de Evan en este momento. ¿Quién sería?

Evan se detiene frente a nosotros, espera que alguien hable, pero como nadie lo hace, es él quien rompe todo lo que queda:

—Se me ha olvidado algo en la oficina. Por hoy no estaré aquí asi que espero que los destinos turísticos estén listos para mañana, tengo todos los vuelos programados para los paquetes, sólo falta que Heaven acabe. —Dice esto viendo a Jessica, enseguida me mira a mí y sin un ápice de querer abrazarme señala— Quiero que tú y tu rostro se entiendan con Roberto, cuando termines de idearte la forma de unir ambos proyectos tu contrato acaba, por lo tanto me temo que esta será la última vez que me vea Plaza.

—Evan, te debo una disculpa... yo en verdad...

—Evan ... —Pronuncia él con ironía— Como jefe exijo que me hable como se debe. Usted es mi empleada no pinte pajaritos donde no los hay ya.

El corazón se me encoje, veo como todos chismosean a nuestro alrededor.

Él me hace a un lado y pasa al ascensor, se dirige a la oficina con la niña quien no deja de mirarme.

Miro a Roberto, él me analiza y yo mando al demonio esta postal. Corro al ascensor que está contiguo al que ha usado. Frenética presiono el botón, pero el ascensor no baja.

Subo entonces por las escaleras, varias veces me he doblado los tobillos con los tacones pero nada me duele, nada es más doloroso que ver a Evan tratarme así. Soy un cúmulo de indecisión.

Cuando llego a su oficina paso de Nora que me ha tratado de retener y entrando de golpe veo como Evan saca un portafolio. En ese instante me alza una ceja incrédulo y le pide a Nora que se marche.

Su forma de verme me está congelando, y la niña que no deja de verme me termina por cortar. Es demasiada tensión para mis piernas, rápidamente me sujeto de la pared y me apoyo en ella. No sé si sea el efecto del alcohol o el miedo que siento, pero mi voz no logra salir.

Evan

Megan me mira apoyada en la pared, yo la veo y siento como el corazón se me eclipsa. El anillo en uno de sus dedos es demasiado sugerente, es demasiado para mi maldita ilusión.

Consciente de que Dove está aquí, le señalo a Nora por el teléfono fijo que por favor lleve a Dove a la cafetería y le compre pastel del que ella escoja.

Mi hija sale algo desentendida, pero enseguida lo hace yo cierro con el seguro y me acerco a Megan.

Huelo en su respiración el aroma a alcohol y retrocedo.

—Te estás destruyendo. No te ha bastado con destruirme a mí, sino que lo haces también contigo...

Me alejo un poco más y sostengo mi corazón en el pecho, siento que se me va a escapar si sigo presenciándola. Aparto la mirada a otro lugar.

—Megan... soy un hombre que... que tiene un objetivo tan común, y es ser feliz. —Trago el nudo en mi garganta y no reprimo las lágrimas que caen sobre mi camiseta negra— Le he entregado mi amor a Dove, la madre de mi hija...

— ¿¡Tu hija!? —Megan se acerca temblorosa y toma mi rostro entre sus manos— ¿¡Por qué no me dijiste que ella era la madre de tu hija!? ¿Por qué no me dijiste que tienes una hija? ¿Por qué no me dijiste que ella es con quién sueñas? Esa foto en tu mesa de noche... yo pensé que esa mujer en la foto era tu pareja Evan, que por eso la abrazabas con tanta felicidad...

—Yo también pienso Megan —Tomo sus manos y las dejo caer a sus costados. No quiero sentir su piel en la mía— Esa foto es de la primera vez que supe que sería padre... es muy especial para mí.

—Yo lo siento Evan... lo siento

—No lo sientes Megan —Digo ahora viéndola de frente, mis ojos húmedos no permiten que una lágrima más se derrame— No lo sientes porque aun cuando has sido afortunada de poseer parte de mi confianza, de mi amor, y de lo que sea, como le llames tú. Eso, te lo has metido en el agujero del trasero y por si fuera poco, me lo has vomitado ayer por la noche cuando te veo sobre los labios del otro que no te trae ni un pañuelo por si necesitas llorar, y yo, como siempre soy el pechero en el que todos cuelgan sus penas. ¿No sientes que es injusto haberme enamorado así de fulminante de alguien que no ve más allá de su nariz?

Megan se deja caer en el sofá que hay frente a la estantería, está perdida, veo como es que en sus manos hay temblores esporádicos, y en sus ojos mucha contención.

—Dime algo Megan. —Digo ahora seriamente y aunque quiera, con la voz quebrada— ¿Alguna vez te has enamorado de alguien realmente, y si tu respuesta es sí, Por qué no has sido cuidadosa con mi corazón? Yo no te pido nada que no puedas darme, solo quería tu felicidad, y volver a verte desnuda, sí, desnuda —Afirmo yo cuando ella me mira— desnuda de pensamientos, de risas, de alma Megan, porque no hay nada más infinito y real que una mujer que no teme mostrar sus emociones. Eso, es lo que me cautivó de ti, y te aseguro nadie ha visto.

Megan sigue sin poder hablar, está a punto de decir algo cuando su boca vuelve a cerrarse. Yo resoplo y tomo el portafolio.

—Mi hija es la mujer de mi vida Megan. Y compartiré todo lo que me quedé con ella, y si tú no puedes ver el camino, ya no me pidas que sea yo quién te lo enseñe... mi mente y corazón están trabajando por alguien que me necesita.

—Evan no te vayas por favor.

Me detiene tomando mi mano. Mi sangre se vuelve un torrente desbocado, la corriente entre ella y yo es algo que no puedo obviar. Cierro los ojos con fuerza, y la oigo:

—Ayúdame Evan, quiero salir adelante... yo también estoy herida, he sido herida y no he logrado curarme. Tengo miedo de esto, de tener que decirte esto, porque te vas a ir si no lo hago. Evan, por favor, escúchame una vez más.

Yo abro los ojos con toda la fuerza de voluntad que me queda y me siento frente a ella en el sofá. Nos miramos en silencio, más la estancia se llena de la música de unos jóvenes cantantes de los que me había hecho fan en Irlanda, pero que aunque suene divertido, proceden de este país. "Los Vásquez" los acordes de "Ay mi amor" Comienzan a sonar, veo que Megan llora desconsolada, mi corazón comienza a derretirse, y sé que no podré soportar verla así por mucho más.

—Mi padre me ha hecho pasar por la pena más grande del mundo, me ha hecho participe de un horrible destino que no debía de conocer... ¡Oh dios no puedo con esto!

Yo trago nervioso, sus palabras son duras, son reales y comienzan a hacerme eco más que la música.

—Nadie lo sabe... nadie lo sabe... nadie debe de saberlo jamás... —Dice temblorosa mirando sus manos— Me ha hundido, me hundió cuando a un era una adolescente.

— ¿Qué... qué hizo? —Digo con temor a lo que escucharé.

—Me ha violado una sola vez... pero ha bastado, ha bastado para no olvidar jamás.

Ella rompe en llanto y mi respiración se agita. Tantas veces estuve en frente de este escenario en mi trabajo en Irlanda y hoy lo siento más que nunca personal. Me pongo de rodillas para abrazarla y no soltarla por un largo rato, estoy dispuesto a ayudarla si ella también está dispuesta a ayudarse.

—No llore más —Digo cerca de su oído— No voy a soltar a mi Megan. Solo quiero que ella entienda que soy papá, y que si tú quieres, puedes acompañarme, porque si sanas, te aseguro que estaré esperando por ti.

Megan me abraza más fuerte, en un suspiro, se han ido grandes espacios que nos han separado. Se han esfumado los espacios sin nombre. Hoy más que nunca le pongo nombre...

—Llámame amor, una vez más...

Murmuro. Y ella me dice...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro