Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

6 Amarillo


 —No

Responde tajante alejándose al escritorio desde donde saca un cigarrillo que finalmente tira al suelo al no poder encenderlo. Sus manos están temblando, parece más una mentira que cualquier cosa.

—Evan, ¿Quién eres tú? ¿Por qué te comportas como un niño? —Preocupada me acerqué, pero él levantó una mano y cortó el acercamiento.

—Mira Megan, no te pido que me creas de una vez porque es casi una locura. Pero si te pido que me creas porque si quisiera mentirte podría tomarte como lo hace Roberto.

Arquee una ceja y al poner mis manos sobre mi cadera aseguré:

—Sé quién es Roberto, lo conozco hace años. Conozco cada parte de su piel y por supuesto sé que no me ha mentido, es solo un tío con un mal matrimonio que buscó una salida, y me presté para ser la salida.

— ¿Y yo soy un aparecido que te dijo que le gustabas? ¿Eso es?

Evan alza ambas cejas y vuelve a tomar un cigarrillo ahora logrando encenderlo.

—Déjame decirte algo Megan. —Se acerca a mi boca y me tira el humo en la cara. Casi me asfixia, soy asmática— Si para ti es más atractivo ser la segunda que un tipo que aparece y te ofrece ser la primera, debes de revisarte los engranajes.

— ¿Disculpa? —Pregunté descolocada.

Evan usó su dedo índice para tocar su cien derecha y trato hacerme entender lo que era obvio.

—No estoy loca Evan, el loco eres tú que crees que una mujer te va a creer eso que me dijiste anoche. Eres un niño.

—Como si los niños no pudieran amar. —Comentó con una risa sarcástica— Megan, haz lo que quieras por hoy.

Aquello me dejó a un más colgada que antes. Parece bastante objetivo para estar enfadado.

— ¿Cómo? Oye yo vengo a trabajar, no a perder el tiempo.

—Por eso, tómate el día, no quiero ver tu cara aquí hoy porque me vas a partir en dos si te veo de nuevo con Roberto.

—Que facilidad tienes para decir lo que piensas o sientes, casi parece que no te enseñaron a tener tacto.

—Me enseñaron a ser humano, —Termino de decir para acercarse a la puerta y abrirla— Nora, quiero que le digas a la señorita plaza cuál es su rol aquí, y que desde mañana comienza. —Ordena a su secretaria que rápidamente asiente y toma una carpeta azul— Que tengas buen día.

Me retuerso como un gusano. Me joroba que el enojo lo controle tan fríamente, sus celos son tan estúpidos, ¡Es un niño!

Ofuscada tomo la carpeta y me marcho para ver que hago con mi existencia el día de hoy. Afortunadamente mientras bajo en el ascensor me encuentro con mi hermana Lilian que sonríe particularmente hoy.

— ¡Mira enana! ¡Sí has venido! —Me abraza y yo también.

— ¿Cómo estás?

—Yo bien, la que no está bien es la esposa de Roberto, adivina, ayer la vi caminar al archivador central con el jefazo nuevo, varios de los telefonistas la han visto cn la falda hasta el cuello ¡Y ni te cuento lo que hacían! Fue un show que todos comentamos y que llegó a oídos de Roberto.

Las palabras de la gitana vuelven a aparecer en mi cabeza y comienzo a vislumbrar cual será mi perdición.

—Ya veo...

Por alguna extraña razón me revuelve el estómago que Evan haya incursionado con aquella mujer, no es honesto como él dice, y tampoco es como si fuera algo mío, pero él pintaba de colores algo que está demasiado gris.

— ¿Y qué dijo Roberto?

—Estaba feliz de tener una excusa para separarse, lo hará. Hoy llega el abogado se rumorea.

No podía creer aquello, Roberto varias veces lo decía y no lo hacía. Lilian y yo descendimos del ascensor con su carrito de limpieza y ella prosigue:

—Esta noche deberíamos salir —Dice animada— hay noche de chicas a eso de las dos de la madrugada, podríamos ir simplemente a mirar.

— ¿Estará Luis?

Luis es el streapper del cual me hice amiga cuando una de mis amigas se casó, Luis nos ofreció más show por menos dinero, es bastante serio en su vida cotidiana, pero casi no lo reconoces cuando baila para las mujeres en el escenario, es un tipo que no se anda con rodeos, tiene su vida ordenada de tal forma que hoy por hoy, ya posee dos apartamentos y una parcela de agrado en Puerto Montt.

—Probablemente.

— ¿A dónde van sin mí? —Pregunta Olivia que aparece desde las sombras del carrito.

— ¿Qué te crees Morticia hoy? —Pregunto animada.

— ¿No estás feliz?

—¿Porqué debería estarlo? —Pregunto extrañada.

— ¡Tu cara y la del jefazo está en todos los periódicos! Hay como un millón de videos de ustedes bailando Thriller, tienen más de tres millones de reacciones, ¡Son el viral de hoy!

Los colores se me suben a la cara cuando Lilian me escanea.

Miro al televisor que Olivia señala, en los matinales están pasando el video y comentándolo, además de eso por si fuera poco, me enseña cuantas personas han decidido unirse a la causa gracias a la forma que tuvimos de protestar ayer. "Tuvo" recalco.

—No me lo creo... —Digo anonadada.

— ¡Créelo!¿Qué fue lo que pasó entre ustedes después? Porque Rubén los grabó corriendo con la multitud de la mano. —Pregunta Olivia acercando su hombro al mío— No dejas ni uno Meg, ya déjanos comer a los pobres.

—Hermana, ¿En qué te estás metiendo?, ¿No sabes que él se irá pronto?

—Claro que lo sé, no me creas tan imbécil. Le he dicho que no.

Ambas se miran y luego me miran a mí.

— ¿A qué le has dicho que no? —Pregunta Olivia alzando una ceja.

—Me estaba pidiendo que anduviéramos porque dizque le gustaba, pero no creo, es un crío.

— ¿¡Qué!? —Gritaron al unísono.

— ¿Ya acabaron de hablar de mí o aun espero otros tres minutos más?

La voz de Evan tras de mí me hace estremecer. ¿Por qué siempre tiene que aparecer como alma en pena? ¡Me parte en tres con su actitud!

—No, aun me queda contarles que has sido un poco crío al verme con Roberto esta mañana.

Lilian me toma por el brazo rápidamente.

—Perdónela, esta desequilibrada, no está hablando enserio, ¿No es cierto Meg?

Me zafo con toda la cabezonería que soy y aseguro:

—Es cierto, tiró un lindo ramo de girasoles a la basura. ¿Para qué desearía un hombre tan celoso a mí lado? Posiblemente me traerá más de un dolor de cabeza.

Mi plan es llevarlo hasta su última estación, pienso sabotearlo para saber qué tan enserio va, si en el camino se cansa es que no es para mí. Sonrío, él me mira inamovible, pasea su mirada por mis hombros y chasque la lengua.

— ¿Por qué no te abrigas? Hace bastante frío hoy. Te vas a enfermar.

De pronto Evan se cubre la nariz con su antebrazo y estornuda. Hasta ahora logro ver cómo es que se ha resfriado. Pongo mi mano en su frente y compruebo que tiene algo de fiebre.

—Deberías ir a descansar —Le digo preocupada.

—Sí jefe, debe de descansar, yo me llevo a esta loca a casa si me lo permite —Dice Lilian que es tan chupa miembro de los jefes. Yo ruedo los ojos.

—Tengan buen día señoritas. —Vuelve a estornudar y pasando sin despedirse de mí se aleja.

— ¿¡Estás enferma te falta sexo o tienes hambre!? —Grita escandalizada Lilian— ¡Es el jefe! ¡Te desviste con la mirada y tú le traes un rosario! ¡Dios perdónala que no sabe lo que hace! —Dice mirando al techo.

—Girasoles... que romántico... dicen que quien te regala girasoles es porque estará contigo siempre, tal como el girasol sigue al sol de día. —Olivia junta sus manos como una niña y pestañea rápidamente— deberías darle una oportunidad, le vi mirarte y no parece que quiera solo comerte de nuevo.

—Tengo cosas que resolver aun, no puedo decir que no. —Afirmo y me despido de ambas.

A la hora de almuerzo llego al Motel en que yo y Roberto varias veces nos reunimos antes.

Lo espero en la habitación de siempre tematizada con el antiguo Egipto mientras escucho algo de música.

—Perdona —Dice entrando todo mojado— La lluvia me ha pillado de nuevo.

—Descuida, no llevo mucho aquí. —Me levanto y sujeto su abrigo para colgarlo— ¿Cómo está eso de que hoy llega el abogado para los trámites de divorcio?

Roberto se sacude su cabello un poco y toma aire.

—Hace un rato hablé con él, me comenta que puedo hacer efectiva mi posición de divorciado en cuanto ella firme los papeles. Hablé también con Jessica, está dispuesta a dejarlos, le gusta el recién llegado y piensa entrar en terreno serio con él. Así que muy probablemente sea un hombre libre muy pronto.

Sus ojos están mirándome con cierta esperanza, y no niego que eso me crea expectativas con él. Él si vive aquí, de él si conozco su vida, y sobre todo, tiene más edad que yo. No es que rechacé a los niños, pero es que Evan es muy... infantil...

De tomar una decisión la tomaría ahora, no tengo que pensar mucho más.

Me recosté y Roberto lo hizo a mi lado, ambos nos miramos al espejo del techo, es como si ya no hubiese nada que decirnos, nos conocemos enteros.

Sin nada más que decir nos desvestimos y terminamos enrollados en algo que acabo dos horas después.

Por la noche me preparo para salir con mi hermana y Olivia, estoy lista para ver a Luis, hace tiempo que no lo veo, y es un buen amigo.

Lilian me llama y dice que ya está abajo esperándome. Desesperada agarro mi cartera y salgo, para cuando me doy cuenta que no tomé nada para abrigarme ya es muy tarde, vamos en el taxi.

— ¡Oh demonios! El tema es que cada vez que salgo termino toda enferma por que no me abrigo.

—Te calientas allá. —Sugiere Olivia que hoy trae su cabello rizado.

— ¿Por qué te arreglaste tanto? ¿A quién esperas? —Pregunto extrañada.

—Una cosita de por ahí. —Dice con una sonrisa sugerente. Yo me río y Lilian se hace un cierre sobre su boca.

Al llegar a la disco nos vamos directo a la barra.

—Una ronda de agua ardiente —Pido al barman que pone tres vasitos y los llena de una.

Los bebemos hasta el fondo, pedimos otra y otra más. ¡La borrachera nos queda bien!

El Dj pone "Yo tomo vino y cerveza" de "Amar azul" Y yo sacudo el cabello como loca seguidas de Lilian y Olivia que se van conmigo a la pista. Bailamos entre las tres, estamos prendidas, estamos borrachas. ¡Que viva la curadera entre semana!

Nos abrazamos por los hombros y saltamos a riesgo de que una teta se nos escape por entre los escotes, no nos importa. Mientras grito, pienso en Evan, en su cuerpo definido, en sus brazos fuertes y en ese culito que apreté esa noche. Me pega fuerte la canción, lo pienso, me pone de cabeza, ¡Oh demonios lo deseo! ¡Oh demonios!

— ¡Yoooo, tomo vino y cerveza! ¡Pisco y ron! —Aquí en chile, todos gritamos un agregado a esta canción, yo lo hago mientras lloró, lloro no sé por qué, pero lloro. Lilian y todos los que estamos en la disco gritamos el agregado y cantamos a todo pulmón— ¡Paaara olvidarme de ella! ¡Maraca culiá! ¡Tooooomo y me pongo loco! ¡Hasta los cocos!

De pronto un tipo me agarra por atrás y me jala, no lo conozco, me está paseando sus manos por el cuerpo, Lilian y Olivia se han perdido entre la multitud, no las veo, en realidad veo todo borroso.

— ¡Suéltame hijo de tu puta maire'! —Grito.

—Si es un bailecito no má. —Me dice el maldito.

Cuando pienso que la he cagado y que seré violada (Porque es una realidad. Las mujeres sufrimos todo tipo de acoso más frecuente que en los hombres) Otro tipo me tira a un lado y golpea en la nariz al que antes me ha tomado. Lo empuja nuevamente y lo tira a la barra haciendo que todos los tragos se cayeran.

La música se para, todos se paran y ven cómo es que este payaso de circo golpea al otro.

— ¡Evan! —Grito cuando logro unir la visión con el lóbulo occipital de mi cerebro.

Evan termina pateándolo y me jala hasta la intemperie donde el aire me pega fuerte y me mareo.

— ¿No te dije que eras libre por ayer?

— ¿Cómo dijo? —Digo mareada.

— ¡Que ya son más de las doce de la madrugada y es otro día! ¿¡Quién es el niño ahora!? ¡Pudo haberte hecho quizá qué! ¡Si no vengo no la cuentas!

Evan se pasa las manos por el cabello nervioso. Sus manos están rojas, sus nudillos pelados a causa de los golpes. Y sus mejillas y nariz granate. Está resfriado aun. Se cubre con su bufanda la nariz y enfadado me guía hasta su deportivo encerrándome en él.

Me pone el cinturón de seguridad y se pone a conducir con los ojos algo achinados, le deben de pesar. Estornuda repetidas veces.

—E...Evan... —Murmuro, pero él niega— Lo siento...

—Tienes que dejar de hacer estupideces, recuerda que vales mucho Megan, no eres un papel usado.

—Es que... Roberto...

—Roberto es un tonto que te va a utilizar cada vez que quiera, y si tú se lo permites la tonta serás tú.

—Yo...

—Deja de hablar estás pasada a trago y me da rabia.

Dejo de hablar, parece muy enojado y enfermo. Trato de armonizar este momento al poner la radio, pero salta el coro de "Tomo para olvidarte De Amar Azul" y Evan frunce el ceño como hasta por el pecho. No puede estar más enojado, o eso creo cuando es él quien le pega con la palma a la radio y la apaga.

Trago el sabor de mi boca y me mantengo en silencio.

Él me lleva a su apartamento que está en Manquehue todo por aquí está bien puesto. Así que como siempre somos los pobres los que pateamos piedras y no vemos flores en las plazas. Arqueo las cejas y me cruzo de brazos. El frío está aquí aun dentro del deportivo, la lluvia no cesa.

Evan se estaciona y apaga el motor. Se baja y no me abre, yo me bajo como puedo para no caerme y lo sigo hasta el ascensor. Él no me mira, solo aprieta el piso 20. Me parece mentira que le hayan conseguido un departamento a nada de llegar al hotel, este crío tiene que ser bastante influyente.

Al llegar el abre dejando ver un departamento ordenado, aunque la Play 5 está conectada al Led. El juego esta en pausa.

—No me digas que estabas jugando. —Digo con risa.

—Cualquier cosa es más decente que caerse de borracho y cantar absurdos. Ve a bañarte.

—No estamos en el trabajo para que me des órdenes.

Evan me mira y cerrando la puerta me toma de la mano. No me mira en absoluto nada que no sea los ojos. Me desviste y abre el agua caliente, juega con la fría y logra obtener la temperatura adecuada.

No me habla, pero me está tallando el culo con la esponja y luego me pasa el jabón por todo el pecho. Me siento avergonzada pero muy excitada, tiene que ser el alcohol. Lo abrazo con mis brazos enjabonados y él se quita para pasarme la regadera.

Tras bañarme me pasa una toalla, una bata y sus pantuflas.

—Te espero en la cocina.

No logro decodificar de qué va este hombre. Me ha bañado y no se ha calentado ni un grado. Probablemente ya está con fiebre o le da cólera que otro me toque. Yo me río al espejo y me clavo las pantuflas que me quedan grandes.

Al llegar a la cocina él me entrega una caja con un moño azul eléctrico.

Yo, algo más equilibrada la abro y descubro un hermoso abrigo Amarillo de mi talla con una pequeña nota: "Para que no pases frío"

Aquello me enterneció. Pero él no se movió, me extendió un sobre del cual saqué unos pasajes.

—Los ganamos anoche en el café. Irás conmigo a las Torres del paine. Te vas a quedar conmigo, y te vas a convencer de que soy yo el que debes de elegir, me darás una oportunidad Megan.

Él se acerca lentamente a mí y tomando mis hombros deja que la bata se caiga lentamente por mi cuerpo.

De voladas me sube entre sus manos para llevarme hasta su habitación. Aquí me tira a su cama con fuerza y se termina desmayando frente a mí.

— ¿¡Evan!?

Está ardiendo en fiebre. Y yo que lo he hecho salir a toda costa de su apartamento y peor me tuvo que bañar. Preocupada le pongo una almohada en su cabeza y me vuelvo a poner la bata.

Corro a las ventanas y las abro, le pongo varios pañitos mojados en la frente y en la ingle. Me detengo un momento, es primera vez que se lo veo del tamaño normal, no está erecto y me sigue sorprendiendo su porte. ¡Mira que crío más dotado!

Megan concéntrate. Me digo y procuro estar cerca de él todo el tiempo.

Él no despierta, pero debe ser todo el esfuerzo que ha realizado en ir por mí. Su pulso está bien. Me siento muy culpable...

Me levanto y voy a la cocina otra vez. Ya son las cuatro de la madrugada y él no despierta, tengo miedo, la he cagado. Me paseo ahora nuevamente por su habitación y veo en su mesita de noche una fotografía. Es él con... Frunzo el ceño.

Seguramente Evan es más que un tipo irlandés que ha venido a conocerme, pero él no quiere decirme nada, tendría que investigar por mi cuenta si quiero aceptar el darle una oportunidad.

—D...Dove... —Está hablando mientras sueña— Contés...tame... No seas así... si te amo tanto... ¿Por qué no m..me perdonas?

Me recuesto en su cama. No tiene caso escuchar aquello. Es obvio que Evan no dirá nada consciente. Ya mañana le preguntaría otra vez, por ahora debía dejarlo descansar y descansar yo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro