VasosVille
- Eres la peor amiga del mundo, mírala como esta...
- Gonzalo.... Ya... ella está grande, puede tomar sus propias decisiones.
- ¡Pero mírala como esta, es un desastre! ¡¿Dónde estabas metida?!
- Ese no es asunto tuyo, ahora deja de gritarme y trae un poco de agua.
Mis parpados pesaban, y tras medio visualizar mi entorno di un quejido. Mi boca estaba seca y mi cuerpo reposaba en una cama.
- ¿Daniela? - escuche decir a Lu. Maldita zorra, me había dejado sola toda la fiesta, toma nota cuando pueda mover un musculo la ahorcare.
Nota para después: Matar a Lu. Listo.
Trate de levantarme pero una mano se puso en mi hombro y me devolvio a mi original posición. Idiota, ¡Si yo quiero pararme de la cama lo hago y punto! Volví a levantarme pero esta vez un chico se sentó a mi lado y tomando de vuelta mi hombro me impulso al colchón.
- Vamos, Bella, no me hagas atarte a la cama.
Vaya, vaya, vaya... La Mancha. Lo mire un rato sin decir nada, ¿Qué era lo que acababa de pasar? Mi cabeza zumbaba, y lo único que podía observar eran los ojos marrones de él.
- Eres una mala mancha, el peor José y el Alee más idiota que he conocido.
- Pero tengo unos ojos encantadoras y ni hablar de mi hermosa sonrisa. - dijo levantando un par de cabellos que caían en mi cara.
- Eres un idiota. Te odio, estaba bajo los efectos del alcohol así que no cuenta.
- ¿Cómo fue que dijiste?- dijo rascando su cabello- ¡Ah, sí! "No hay nadie quien sea más sincero que un borracho" y tu mi vida, estabas bien borracha. Pero tranquila, eso ahora no es importante, que alegría que ya hayas despertado.
Me había quedado sin palabras. ¿Pero, cómo pensar con esa horrible presión que sentía en mi cabeza? Alguien por favor sea tan amable de pasarme una pistola, me volare los sesos.
¿Quieres callarte? ¡AHHHHGGG mi habitación es un completo desastre! ¿Qué es esta cosa viscosa en las paredes? Eres un caos Daniela, mira lo que le has hecho a mi lindo cuarto. ¡Tiraste mis posters de bandas de chicos y modelos de Calvin Klein y mira mis expedientes! ¡Los rompisteis todos! ¡Me tomara horas arreglar todo esto!
- Shhhh, No grites... Como duele :'(
¡Esta tarde vamos a Alcohólicos Anónimos a inscribirte!
- ¡Déjame!
- Daniela... ¿Oye ya estas mejor?- dijo Lu.
- Te matare, cuando duermas, con una cuchara de plástico. No preguntes cómo, solo lo hare.
Lo sé... Enojada soy un una máquina feroz que no tiene compasión.
- Está bien. Me tenías preocupada, y tus ronquidos mamita... Necesitas revisarte eso.
- ¡¿Ronquidos?! ¡¿Me escucharon?! ¡Ay qué pena! ¡No, no, no! - me queje- ¡Mi cabezaaa!
- Ya déjala... No roncas...- continuo Alee- ...mucho.
Sonrojada a mil, tome un vaso de agua que me había tendido Gonzalo quien se había mantenido reservado durante todo ese rato. Alee lo miro un largo rato y luego se volvió hacia mí.
- ¿Me puedo levantar? Es que no quiero volver a intentarlo y que me vuelvas a lanzar hacia atrás y conociéndome derramar todo el vaso de agua sobre mí.
- Eso no me molestaría- intervino Gonzalo- Estarías muy mojada y esa camisa es blanca, se volvería transparente. ¿De qué color es tu sostén?- dijo levantando una ceja y una sonrisa ladeada.
- ¿Quieres dejarla tranquila? Gracias. - dijo firme Alee. Fuego en el cuarto, traigan el extintor, por favor. - Si, puedes levantarte, Bella.
- Gracias.
Con cuidado me senté en la cama, mis pies tuvieron contacto con el frio piso y pude ver mejor la habitación. Paredes de un color como gris claro del cual colgaban un par de guitarras, había un mueble y un par de mesas en las cuales se amontonaban cientos de camisas, libros, y lo que parecía una ciudad de vasos y tazas. Di un largo sorbo al vaso de agua pensando en que pronto tendrían un nuevo habitante en VasosVille. Tal vez algún día... Sea el presidente.
- Dormiste por mucho tiempo...
No puede ser. Tosí fuerte, me había ahogado con el agua y el pobre de Mancha/José/Alee había sido víctima del aspersor que hacía llamar boca. Sus ojos se cerraron lo más que pudieron y con lentitud su mano limpio su rostro.
- Toda una princesa... - dijo Gonzalo.
- Lu... ¿Qué hora es?
- ¡HORA DE AVENTURA!
- Alguien golpéela. Con posible hemorragia, gracias.
- Son las... - saco su móvil- dos y media.
- Oh... no fue tanto, Lu, llévame a mi casa, ya deberíamos estar allá. Padre debe estar preocupado. - dije tomando mis zapatos.
Ellos por su parte se vieron entre todos.
- De la tarde. - continuo Alee.
Mi cuerpo se tensó, deje los Zapatos donde estaban y mirando a todos solo podía pensar en una cosa.
¿Crees que nos mudemos al convento en Santa Elena o el de Costa de la Cruz?
- Conociéndolo iremos al de Santa Elena, casi nadie va a ese lugar, y mientras más aislado mejor.
Qué bueno que ya estés preparada psicológicamente para esto.
- Estoy muerta... Lu, te dejo mi moneda de la suerte. Gonzalo, apenas te conozco pero te quiero que conserves mi colección de polvo. Mancha... - levante mi dedo medio - para ti.
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