- ¿Y no te ha hablado?

- No - respondí, ¿qué le pasaba? Se estaba comportando como un inmaduro - Sólo desapareció. ¡Pero! ¡¿El cree que puede jugar así?! ¡No, mi amor! ¡Ese estúpido no sabe quién soy ni cuáles son mis límites!

Tome un sorbo de mi malteada de chocolate y tomando a Axel del brazo lo jale más adentro del local. El piso de cuadros y el sentido aire de cafetería de los 50'c se respiraba, varios cuadros de latas (?) Se hacían lucir en las paredes y la enorme barra de color negro estaba casi llena.

- Pero, miren quienes están aquí - escuchamos decir a Tiana, la mesera del Apple Pie- Mi parejita favorita. No me digan que vienen a causar revuelo como siempre.

Detuvimos nuestro paso para mirarla y nos acercamos a la barra. Axel como siempre le guiño un dedo y pasando su brazo por mis hombros para abrazarme dijo:

- Como se nota que nos conoces....

- Ay niño, no quiero problema hoy -dijo ella en un casi tono de súplica.- Su ultimo desastre fue con chocolate, y déjame decirte que no fue fácil limpiarlo. Yo no tengo problema en que lo hagan... pero, por lo menos limpien lo que ensucien. Es mi trabajo lo sé, pero ustedes entiendes. No me den extra

Pobre Tiana, siempre que veníamos alguien resultaba de alguna forma en problemas, o en llamas, o... Con un batido encima, siempre.

-Tranquila, no haremos nada de eso, ¿de acuerdo? - dije con una sonrisa en mi rostro.

- Esta bien.... - dijo rindiéndose ante nosotros- ¿Y quién es la víctima esta vez?

Mire a Axel y el buscando por el lugar detuvo su mirada en una oculta mesa del fondo. No había nadie.

- No puedo dar detalles. -me tomo presuroso y jalándome hasta esa mesa nos sentamos. - Quédate quieta, y finge que ríes de algo gracioso que dije. Se coqueta. Esta perra está loca.

¿Cómo es que siempre terminamos envueltas en problemas por culpa de tus amistades, Dan?

- Sólo terminemos con esto, ¿sí?

Me acerqué un poco más a él y tomando su brazo, arreglaba mi cabello castaño oscuro y me reía tímidamente. El por otra parte me miraba muy profundamente, sus ojos chocaban con los míos. Esos ojos azules en los cuales podía ver mi reflejo con suma claridad. El me abrazó por los hombros y siguió el espectáculo. Me mostro su hermosa hilera de dientes y me guiño el ojo. Se acercó hasta mi oído, como a modo de secreto.

- ¿Ves a la chica de morado? - dijo casi como un susurro.

Con disimulo pasee mi vista por el salón. No la veía. ¿A cuál chica se refería?

Si serás..... ¡Mera ciega! ¡Así llegaremos lejos, Daniela! ¡Sigue así!

- Se mueve.... Se mueve... -dijo entre dientes.

Y allí la vi, una rubia demasiado salía del mundo Barbie. Minifalda blanca, tacones morados, y camisa de tirantes morados. Sabía que mi amigo le gustaban las típicas rubias pero.... ¿Ella? ¿En serio?

-Salí por un tiempo con ella... -siguió hablando.

- Que superficial.

- No te creas, tenían unas tremendas t...

- ¡Ya, ya!- Lo corte. - Obvia los detalles. ¿Qué quieres que haga?

- Se coqueta. Linda. Sexy.

- ¿Que te hizo? ¡O! ¿Qué le hiciste?

- Ella se tiró a medio equipo de fútbol, y tuvo el descaro de mandarme fotos. Para después venir a disculparse. -dijo con tranquilidad.

- ¿Eran novios?

- Tengo toda una vida que no conoces, primor.

- Ya lo creo...

La rubia se movió por el local hasta un puesto muy conveniente para nosotros. La podíamos observar a la perfección.

- A las 2. ¿Ves al chico que coquetea con Tiana? Es su nuevo novio.

Moví mi vista y lo visualice, un hico alto, con cabello castaño, y tés clara. Músculo, jugador de fútbol, seguro. Traía unos jeans ajustados y una chamarra de cuadros negros. Muy apuesto, a decir verdad. Me molesto la forma en la que le hablaba a la camarera, él se le acercaba y cuando tenía la oportunidad rozaba su mano con la de ella. Mientras la rubia sólo retocaba parte de su maquillaje.

¿Por qué tanto maquillaje? ¡Cielos! Si yo con un labial y algo de polvo me siento rara.

- ¿Cómo sabías que estarían aquí? - dijo confundida.

- Fácil, Dan. Según una encuesta realizada, los niveles de azúcar que trae este lugar, la ubicación geográfica, el trayecto y sobre todo el hecho de que siempre viene a por lo menos tirarse fotos y que los vean me lo dijo.

Esta vez sí me reí de verdad. Su comentario si me había hecho gracia. Ni risa, fue lo suficientemente sonora, para captar la atención de la Barbie que nos miraba confundida. Sus rojos labios formaron una sonrisa y con pasos lentos se fue acercando hasta nosotros.

- ¡Mierda! ¡Ax! ¡¿Qué hacemos?! - dije entre dientes.

- Yo....

- ¡Axel!

Lo mire, él estaba tieso, el pánico lo había tomado, ¡¿Axel Gregorio London Fraiz se había paralizado?!

¡Ahora de ser sexy y coqueta!

No puedo creer que este apuntó de hacer esto....

Mire de reojo a la rubia y acariciando a Axel del brazo me pegue un poco más y con mi otra mano libre acaricie su mejilla y labios, captando su atención. Estaba muy peligrosamente cerca, le sonreí. Y él no podía dejar de mirarme de esa manera tan tentativa. Sople sobre sus labios y acercándolos lentamente me presione con delicadeza sobre los suyos. Mordí con picardía sus labios, y abrí un poco mis ojos para ver como la rubia había detenido su paso y nos miraba anonadada. Axel me siguió el beso, con rapidez movió su mano hasta mi cintura para atraerme más y presionar con fuerzas sus labios.

Estaba besándolo. Estaba besando a mi amigo, a Axel.

Se sentía... Bien... Cuando ya casi me quedaba sin aire me despegue de él. Sus ojos estaban desorientados y una pequeña sonrisa se dibujó. La rubia seguía allí. ¿Que tanto nos veía? Tenía que sacarnos de allí. Pero no sin antes dejar a la rubia plástica más ojiplatica.

Me volví a acercar y le nuestros labios volvieron a chocar pero esta vez por unos breves segundos.

- ¿Nos vamos? – dije en Tono seductor.

Lo tome de la mano y él me tomó de la cintura, ¿Qué rayos había pasado? Cuando tuve a la rubia cerca le par por el lado y le sople en el rostro, la muy pobre todavía no reaccionaba. Siguió viendo a la mesa ya vacía.

Salimos lentamente del local, sabía que todos nos estaban observando. Así que lo volvimos a hacer. Lo detuve en el portal del lugar y acercándolo con delicadeza a mí, acaricie mi pierna con la suya y viéndome provocativa buscaba con ferocidad su boca, pero me detuve a pocos centímetros y volviéndome a la rubia le guiñe el ojo.

¡¿QUÉ?!

¡ZORRA!

- ¡NADA DE ESO! SE FUE LA RUBIA! ¡Y el salió con su dignidad en alto!

-Dan.... - dijo el suavemente. - Whou....

- Silencio. Nos vamos.

Lo tome y rápidamente nos alejamos de ese lugar.

(Mensaje de Alee)

- Sólo amigos, ¿no? Déjame decirte que ese beso se vio muy real, Daniela.