¿Qué rays tenían esos tragos? Apenas levantaba mi cuerpo de la cama era imposible contener las ganas de vomitar. Todos habían salido del cuarto y como pue había empezado a ponerme los zapatos. Qué suerte que no me habían cambiado de ropa; porque qué raro cuando hacen eso. Es solo una excusa que usan para ver el cuerpo y por más que sea siempre es lo mismo ella pregunta: "¿Tú me quitaste la ropa?" y el obviamente respondería: "Pues claro... Esa que llevabas estaba hecha un desastre" si aja, un desastre, y me la creí. Lo que si era un desastre eran mis zapatos, tenían algo pegajoso en las suelas, y sin contar todos los pisotones que se podían notar. Mire VasosVille por un momento y me di cuenta que mi pequeño vaso, ese del cual antes había tomado ahora formaba parte de la población.

- Algún día serás presidente - susurre.

Ya te volviste loca...

- Conciencia... no recuerdo mucho... ¿Qué paso?

¿Qué te hace pensar que yo sé? ¿Se te olvida que rompiste todos los expedientes? Aquí nada más he podido arreglar el expediente de conocidos y el del movimiento pero los otros... están hechos girones... Necesito más tiempo y más cinta adhesiva.

- Lo siento...

Ya pues... aquí está Corazón de Melón ayudándome con algunos expedientes... Tu termina de alistarte mí que tu progenitor debe estar echando humo.

Ve tranquila, Dan... Yo me ocupare de todo.

- ¿Y mi teléfono?

Frontera norte con VasosVille.

- Gracias :3

Mis pasos eran lentos, sabía que apenas tomara el teléfono las llamadas que encontraría serían más de mil. Respire profundo y lo tome. Para mi sorpresa estaba apagado, no tenía batería. Que novedad, un teléfono de este siglo que su batería no dura más de un día. No sabría decir si esto era bueno o malo. Por una parte es bueno porque no me darían el regaño por teléfono, pero lo malo es que apenas llegara seria en vivo y en directo. Salí de la habitación y todos estaban allí, esperan, afuera de la misma.

- Todavía se caminar sola, tranquilícense - dije. - Po cierto... ¿Dónde estoy?

- Seguimos en casa de Gonzalo. - respondió Lu.

- ¡Menuda obra de arte! - grito Gonzalo apuntando hacia mi cuello - Es de mis mejores morados, princesa. Y solo para ti, de nada. - rio muy fuerte.

¿Convento? Preparen mi tumba, o mejor me queman. ¿Un chupón? ¿En serio?

¡Lo tengo! Anoche a las 100 horas bailabas con El Conde Gonzalo de Transilvania. Expediente nº 854.972 terminado.

Lo mire fijamente y luego toque con la palma de mi mano mi cuello. Es mi fin. Y no hay marcha atrás.

- Llego un día después y con un chupete en el cuello... Mi padre me va a descuartizar, y a ti también Lu. Todo esto es tú culpa.

- ¿A mí?

- ¡Sí! ¡Le dije que estaba contigo! - sentencie - ¡Te buscara y luego quemara!

- Maquillaje. Eso servirá para tapar esa "obra de arte"

- ¿En verdad crees que eso funcione? - intervino Alee.

- ¿Por qué sigues aquí? ¿Sabes que es bien tarde?

- El príncipe azul no ha querido irse desde que te desmayaste. - hablo Gonzalo con fastidio. - Tuve que darle hasta almuerzo.

No poida creerlo... ¿En serio se habría quedado? Eso fue un gran gesto.

Pregunta por una tal "Andrea"

- ¿Y quién es esa?

¡Nadie!

Corazón.... Te pondré una cinta en la boca. Solo pregunta. Todavía estoy reescribiendo pero es alguien importante ya que la nombras varias veces con el príncipe azul.

- ¿Y Andrea? - pregunté.

Nadie dijo nada. Gonzalo se aclaró su garganta y apoyando su mano en el hombro de Alee dijo:

- Príncipe azul, te toca. Yo... creo que me iré a alistar el carro con Lu. -la tomo de la mano siguieron por el pasillo giraron a la izquierda y los perdí de vista.

Solo quedábamos Alee y yo. Perfecto.

- Esto es ridículo...

Te enviare una foto, conseguí una medio borrosa para que la recuerdes *enviando foto*

- *recibiendo foto*... Wou...

- ¿Y Andrea? - volví a insistir. - Habla.

- No lo sé. La deje en la fiesta, no sé dónde está.

- Y... ¿Quién es ella?

- Solo una amiga...

Y yo una deidad. *enviando foto*

- *recibiendo foto*

- Ese beso se vio real.

- Ese beso no significo nada. Solo la estaba ayudando en algo...

- Me imagino...

- Es la verdad. "Ya te di na explicación que es verdadera, así que ya, esa es la verdad"

- Ya Daniela, sal de ese cuerpo.

La mire sorprendida, sonreí un poco y tomándolo de los hombros hice camino por donde se habían ido los chicos.

¿Le vas a creer?

- No soy estúpida. Obvio no.

Solo... Actúa natural.

La casa seguía hecha un desastre, bazos por todos lados, papeles, pedazos de cosas, charcos por todos lados y lo que parecía una bola viscosa pegada en el techo. Gonzalo también estará muerto. ¿Y sus padres? A lo mejor estarán de viaje o algo así. Que envidia el mío se va de viaje y solo me quedo viendo un maratón de La playa azul. Mire a Alee por un momento hasta que este se dio cuenta de eso e igual me observo.

- ¿Sucede algo? - pregunto

- La verdad sí.

- ¿Y qué es?

- Se supone que eres mi príncipe azul, como dijo Gonzalo, entonces ¿Por qué no me has cargado para atravesar esta grotesca sala? ¿Quieres que termine de ensuciar mis zapatos acaso? ¡¿Qué clase de principie eres?!

El dio una gran carcajada, detallo la sal y luego a mí.

- ¿En serio?

- Eres el peor príncipe. - dicho esto me encamine entre la sala pero apenas di un paso unas manos me tomaron; una por las piernas y otra en mi espalda.

- Soy el mejor príncipe que vas a conocer, Bella.

Con facilidad pude ver como el chico me cargaba por toda la sala esquivando todo saco asqueroso de porquería desconocida. ¿Qué rayos paso ayer? ¿Reventón? Reí divertida y el me siguió. Sus manos me sostenían firme y cuando llegamos al umbral de la puerta principal me bajo. Inclino su cabeza un poco y extendiendo su mano dijo:

- ¿Y mi paga?

- Eres un príncipe no debes recibir nada a cambio.

- ¿Tú quieres ser mi princesa, Bella?

Espera... Vamo a calmarnos.