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Converse

La pizza ya casi se acababa. ¿Quién diría que estos chicos comieran más que un grupo de cerdos? La que más me gustó fue la de champiñones, con su delicioso pan crujiente y su salsa que me hacía agua la boca, sin mencionar el queso derritiéndose.

Les ahorrare el sufrir. No bese a Alee. Levante mi cabeza lo más que pude y técnicamente beso mi mentón. Los muchachos quedaron decepcionados, pero nos dejaron tranquilos después de eso. O bueno, más o menos. La guerra de cotufas, la pelea por la pizza, y la batalla de las bebidas termino de darme más facha de vagabunda.

¡El amor no se fuerza, señores! ¡Entiéndanlo de una vez!

Quiero confesar que tampoco sabía de qué iba la película. Entre las risas de los muchachos, los intentos de evitar que estos me empujaran a Alee y la batalla a muerte por la pizza se me fue prestarle atención a la película; lo único que sabía es que el árbol era importante y el grupo de rojo quería destruirlo. Qué vergüenza me daba preguntarles. Lo sé, después de todo lo que paso la confianza debería ser más alta ¿pero que les puedo decir? Así soy yo.

Todos estábamos tirados en el piso, junto a varias cotufas y pequeños charcos de refresco. Jáscar recostó su cabeza en mis piernas, no les mentiré, su cabello daban ganas de acariciarlo todo el día, era súper alborotado pero suave.

Nueva droga: El cabello de Jáscar.

Alee estaba a mi derecha, justo entre Andrea y yo. No estaba entendiendo nada de nada, ¿se comparten acaso? ¿Son novios de a rato? ¿Se besan cuando quieren? Parece Adivina quién.

Cada cierto tiempo Jáscar frotaba su mejilla con mis piernas con la excusa de que "estaban suavecitas" y cada que lo hacía recibía un fuerte jalón de pelo por parte de Alee.

- No te quitare a tu chica, amigo. Tranquilo, yo entiendo que la Bella es tuya.

- No soy la chica de nadie. - dije clavando mis ojos en su nuca.

El enderezo su cuerpo quedando frente a mí.

- Oh, Jáscar, que ojos tan grandes tienes...

- Son para verte mejor...

- Jáscar, que sonrisa tan grande tienes...

- Pero no es más hermosa que la tuya...

Ok, mejillas tórnense rojas. Mi sonrisa igual se figuró.

- De acuerdo, basta Romeo- dijo Alee, poniendo su mano en la cara de su amigo e impulsándolo lejos de mí.

- Estos celos te hacen daño, te enloquecen. - cantó Jáscar la canción de Vicente Fernández, Estos Celos, pero a su versión. - acéptalo, hermano. Soy mejor partido. Solo mira estos brackets.- sonrió ampliamente- Los brackets enamoran. Las sonrisas sin metal pasaron de moda. Y-Y les puedes cambiar el color de las ligar... Y recibes la señal del televisor... ¡Y-Y son lindos! He llegado a la conclusión de que tienes miedo de mí

- ¿Miedo de ti?

- Si, porque si un día me convierto en zombie seré uno muy letal debido a mis brackets. ¿Te imaginas un zombie con brackets? ¿Joder, sabes el daño que hará? Los otros zombies le temerán.

- Rayos... Me descubriste... Tienes razón, Jáscar. Justo era eso.

- Era de suponerse. Al igual que Andrea temes de mis brackets.

- A mí no me metan en sus cosas- dijo ella levantando sus manos en forma de rendición. 

Se miraron unos segundos mas y luego él volvió a acostarse en mis piernas. Parecía un gatito; un gatito de cabello ondulado. Mire mis zapatos, y golpee las putas una contra otra. Eran unos converse trises algos desgastados. 

Alee sacó su celular, y lo miró un instante, seguido escribió unas cosas allí y lo puso sobre sus piernas. No quería parecer muy obvia y que se diera cuenta de que observaba sus movimientos así que use mi visión periférica, en la cual un borroso Alee solo miraba las explosiones del televisor. 

Mi bolsillo vibro. Fue leve pero lo sentí. Era mi teléfono. Un mensaje de Alee. 

Wow... como están tan lejos deben mandarse mensajes.

Shhhhh 

*Alee*

- Lindos zapatos

¿ES EN SERIO?

- Gracias

- ¿Puedes pedir un vaso con agua?

- ¿Estas jugando?

- Por favor

*fin del chat*

Estoy loca. 

- Tengo sed, quiero agua. 

Cielos, toda una actriz

Alee se levanto rápido, y me indico que lo siguiera. Jáscar se aferró un poco más a mi pierna y después de empujarlo entre risas me dejó ir. Andrea me guiño el ojo y después sonrió. Seguí a Alee por el pasillo y lo único que se podía escuchar era como Jáscar se quejaba de haber perdido la almohada perfecta. 

- Oye... ¿que sucede?

No dijo nada sino hasta llegar a la cocina. 

- Es que- sonrió- ellos están locos. Muy locos, y yo debía salvarte. 

- ¿Salvarme de que? ¿De que Jáscar dejara un hundimiento con la forma de su cabeza en mis piernas?

- Exacto. 

Me recosté sobre el mesón de granito y lo observe confundida. El tomo un lugar al lado de mi. Mi corazón se acelero un poco, porque aunque el espacio era amplio, la distancia entre el y yo no existía. 

Hora de tomar el control de la situación, beibi

Malo, corazón, malo. Te has ganado una roceadita por decir palabras como "beibi"

Apártate monja, llegue yo. 

Dan.... ¡help me!

- Me gustó mucho que hayas aceptado venir, en serio que si. Como se nota que tu cuerpo aguanta bastante. 

- Solo vine por las galletas, recuerda.

- ¿Solo por las galletas? 

Inclinó su cabeza.

- Eso... - continuó- Me deprime. Ay, Bella - pasó su brazo tras mis hombros. - Veamos si puedo cambiar eso. Daniela.... En verdad lamento todo esto; no esperaba que ellos se portaran asi contigo, fue gracioso, pero me imagino que has de sentirte incómoda. Digo, conoces mis sentimientos hacia ti y ellos lo dejaron mas claro...

- ay no, no, no, no. Momento cursi modo on. No ahora por favor.

- .... Y es por eso que uso zapatos rosados. Pero bueno, el punto es que lamento todo esto.

- Alee yo.... Este.... Pues, la verdad es que yo, siento vergüenza desde ayer... Dije cosas estúpidas y la verdad estar cerca tuyo me hace sentir incómoda. - sonreí- literal, las piernas me tiemblan - comencé a reír nerviosa- y es horrible, porque cuando hablas a veces me pierdo y es patético.

- ¿Patético? Patético es que cuando estoy cerca tuyo me siento un idiota. En serio! Por favor! Me porto idiota.

- Por Lo menos a ti no Se te salen palabras de más.

- ¿No me salen? Por favor, cuando estoy contigo habló de más! Trató de impresionarte.

- Y me impresionas, pero a veces tengo que controlar la emoción.

- ¿Y cuando me golpeaste con la puerta? Te lo juro que quería era matarte. En serio dolió. Pero tu cara de preocupación me causó más risa. Te disculpabas mucho.

- ¡Oye! Ya te dije que lo sentía....

No se como paso pero estaba rodeada por sus brazos y mis manos acariciaban su cabello. Sonreíamos. Y estábamos demasiado cerca, riéndonos de nuestras desgracias.

- ¡Te puedo asegurar que NO lo sentiste!

Una tormenta de mariposas estaba en mi estómago.

- Te dije que no te besaría, Bella... Hasta que tu lo hicieras.... Pero esta es demasiada presión. En serio quiero hacerlo. Quiero pero dije que no lo haría. Es una tortura. Tenerte cerca y no poder hace nada.

- ¿Conciencia? ¿Corazón? ¿Alguien?

Vale verga la vida

Acerque más mi cuerpo hacia el suyo y presione con delicadeza mis labios contro los suyos. Sólo por unos pocos segundos. Casi como un delicado roce.

-Oh no...- dijo Alee

Baje la mirada separando nuestros labios para poder tomar una bocanada de aire. Pero el tomo mi mentón y alzó mis vista para tener de frente esos ojos emocionados. Sonrió y rozando levemente su pulgar con mis labios dijo:

- Lo lamento, pero lo desee por mucho tiempo, y sólo esperaba una mínima oportunidad, sólo una.

Dicho eso volvió a besarme, sin prisa, lento y dulce.

Houston tenemos un problema

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