Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Llamada 99

Reconocía esta sensación, estos sentimientos negativos que lo rodeaban y lo consumía con avidez, una soledad desoladora, un ardor intenso en su garganta que dolía al tragar, un miedo palpable que aceleraba su ritmo cardíaco hasta consumirlo por completo.

—... Podrías explicarme qué ha pasado aquí.—pregunto Mikey suavemente, y con su teléfono extendido frente al campo visual del azabache. Y en dicha pantalla se visualizaba una imagen adjuntada en el chat de Kazutora.

Sí, definitivamente, esta clase de sensación lo había pasado antes. Entonces, ¿Por qué lo sentía tan diferente?

Takemichi Hanagaki era consciente que el pensar demasiado no siempre resultaba beneficioso, porque su mente se llenaba de interrogantes y recuerdos imborrables.

—Takemitchy, ¿Él te besó?

Obligándose a buscar la raíz del problema, el azabache fue capaz de enfocarse en este lugar, mirar con detenimiento aquellos ojos ónix tan preciados para él, y con ello recordarse a sí mismo que su presente no es como lo fue anteriormente, aquel que sofocaba las crueles ilusiones junto a las esperanzas imposibles de cumplir.

Takemichi se volvió a preguntar si esto era su culpa, y una voz minúscula en su interior le gritó lo contrario.

Una lágrima silenciosa recorrió su mejilla izquierda y sus labios agrietados formaron una débil sonrisa sin razón aparente. Luego las manos de Mikey sostuvieron su rostro al mismo tiempo que limpiaba con su pulgar las lágrimas traicioneras que comenzaron a surgir cuál río en sus mofletes calientes, y sin perder tiempo, suavemente repetía "Todo estará bien", "No estoy molesto" y "Takemitchy no hizo nada malo" una y otra vez hasta que pudieran llegar al cansado y ansioso corazón de Takemichi.

Dulce y exquisita voz que aún mantenía su melodía sobre la tristeza, rebosante de la calidez que lo caracterizaba. Mikey es el ancla que lo mantenía estable y otorgaba cierta tranquilidad a su mente inquieta, siempre con la intención de estar allí mismo, a su lado.

El momento en que su estado emocional tuvo una recaída nunca lo olvidaría, porque de solo sentirse cansado lo hacía sentir culpable, como si su propia mente le recordara constantemente que en su vida no puede existir nada bueno, porque de una u otra forma lo terminaría por arruinar.

Por otro lado, la situación actual era bastante irónica, tan fácil que era simplemente responder "Sí, él me besó" pero el verdadero problema era la explicación de que no actuó para evitarlo, y sumado a esto, contarle el porqué no le contó... Takemichi se sintió horrible.

Y luego, un siseo lo regreso a la realidad, lejos del amargo recuerdo.

—A-Ah, ¡lo siento Mikey-kun! ¿Te duele demasiado?

—Sí.

El azabache no supo qué decir después de aquella respuesta, permaneció apacible al mismo tiempo que observaba el rostro herido e inalterable de Mikey. Takemichi coloco la última curita en su pómulo levemente rojizo, y después de asegurarse que todas las heridas hayan sido atendidas y curadas por él, el azabache se alejó un poco del contrario y jugueteo por un tiempo con sus manos con sumo nerviosismo.

El ambiente que los rodeaba a ambos continuo en silencio por un buen rato, ambos metidos en sus pensamientos, y Takemichi al ver que Mikey no estaba dispuesto a ser el primero en hablar tomó el coraje de hacerlo él mismo.

Un suave suspiro ansioso brotó de sus labios, y sin quererlo del todo, logró que aquella mirada ónix se enfocara en él. Trago saliva al obtener toda la atención de Mikey.

—Lo siento, Mikey-kun...—murmuro Takemichi con un pequeño nudo en su garganta.—siento no habértelo dicho antes. Quiero que sepas que lo último que quería era que te enteraras de lo sucedido por alguien más en vez de escucharlo por mi propia boca.

Una pausa, y Takemichi tomo aire antes de continuar.

—Kazutora me dijo que quería enseñarme algo, me llevó a ese lugar y me besó.

El silencio fue la única respuesta que recibió y cuando Takemichi estaba a punto de volverse a disculpar, los dedos del contrario se posaron en sus labios.

—Takemitchy, ¿Por qué no me lo dijiste antes? —pregunto Mikey después de haber alejado su mano del contrario, sintiéndose un poco confuso y triste.

—Porque... no lo rechacé.

Mikey lo miró con los ojos abiertos.

—¿Tú querías...?

—¡No, no quería!

—¿Entonces, qué pasó?

—Es que, yo... —Takemichi frunció los labios y bajo la mirada nuevamente al suelo, como si fuera lo más interesante del mundo.—No supe como reaccionar, me quedé congelado y no le dije nada... y deje que se fuera sin que yo hiciera algo al respecto ¡Soy un imbécil! ¡Pude haber hecho alguna mierda! ¡Gritar, empujarlo, maldecirle, pero no hice absolutamente nada!

Cuando las manos de Takemichi estaban en su cabeza, a unos segundos de jalarse las hebras azabaches, Mikey inmediatamente alcanzó ambas muñecas y las bajo a la altura de su pecho.

—Oi, oi, Takemitchy. No te llames imbécil.

—Si lo soy.

—Que no.

—Que sí... ¡Auch!

Mikey pellizco las mejillas carmesí del azabache. Y Takemichi hizo un mohín adolorido.

—A todo esto... ¿Es por eso que no me lo contaste?

Takemichi, sobándose aún las mejillas que fueron anteriormente jaladas y pellizcadas, asintió desanimado como si hubiese cometido el peor de los pecados.

Mikey soltó un gran suspiro.

—Por amor a Dios Takemitchy, todo esto no fue tu culpa.

—¡Pero-!

—Escúchame, ¿recuerdas la vez que te conté que mi hermano mayor me regaló un avión de juguete en mi décimo cumpleaños?

El azabache parpadeo por unos instantes intentando recordar aquella anécdota entre tantas que Mikey le ha contado sobre su querido hermano mayor, Shinichiro Sano, y no mucho tiempo después asintió con duda. Mikey sonrío, y aquella sonrisa, además de ser hermosa ante los ojos de Takemichi, transmitía cierta melancolía.

—Pues, a los días después de mi cumpleaños, tuve un accidente por causa de ese juguete ¿Irónico, no? —Takemichi abrió mucho los ojos, sorprendido. Mikey continuo.—Por estar jugando con el avión cerca de las escaleras, me resbalé y caí. Me fracturé el brazo izquierdo y tuve una leve conmoción cerebral debido al golpe... Hubo un gran revuelo en mi familia, y mi hermano no dejaba de culparse a sí mismo por mi condición.

—¿C-conmoción cerebral...? —pregunto Takemichi sin aliento, de solo imaginar a Mikey en aquella situación le dolió en el alma.

—Sí, pero no fue nada grave.—Mikey sonrió suavemente, pero con un nuevo significado, siendo esta más grande y sincera.—No te preocupes cariño, estoy bien ahora, eso fue hace mucho tiempo después de todo.

Takemichi asintió confiando plenamente en las palabras de Mikey, regresándole el gesto e incitándole a continuar.

—En fin. Takemitchy, cariño, ¿Tú crees que Shin-nii tiene la culpa de lo que me sucedió?

—N-no... el avión fue un regalo de cumpleaños de Shinichiro-kun para Mikey-kun, y no fue su culpa que la situación se escapara de sus manos...

—¡Exacto! —exclamó Mikey repentinamente sobresaltando a Takemichi.—No puedes culparlo a él por no tener siempre el control de cualquier situación; así mismo como no puedes culparte a ti por no tener la mejor reacción a cualquier situación, y mucho menos si no lo ves venir.

Los orbes azulados de Takemichi brillaron en reconocimiento, y una pequeña sonrisa se situó en su expresión antes decaída para así desviar su atención al cielo estrellado que se encontraba encima de sus cabezas, desde hace mucho tiempo había transcurrido el crepúsculo en aquel parque en el que se encontraban y de cierta forma el leve sonido de las ranas y los grillos cerca del estanque lograba traerle cierta paz que no sentía desde hace semanas.

Luego de permanecer otro rato más otorgándose compañía mutua, miro de reojo el perfil de Mikey, quien estaba también observando la luminosidad de las estrellas.

Mikey-kun siempre encuentra las palabras adecuadas para calmar mi mente inquieta, así es él, y así lo amo.

—Takemitchy.

—Si, Mikey-kun.

—Sé que la gran mayoría de veces me veo muy optimista e infantil a pesar de los problemas que pasan a mi alrededor, y a veces pareciera que nada me afecta realmente... Pero, siempre trato de recuperarme rápidamente ¿Sabes? Estoy acostumbrado confrontar mis propios problemas sin que nadie lo sepa, debo mejorar ese aspecto de mí ahora más que nunca, porque ahora no estoy solo, — Mikey volteo su cabeza hacia Takemichi, y ambas miradas, azulada y oscura, conectaron.— y gracias a ti, ya no me siento tan solo como antes.

Takemichi no sabía que decir, pero no hizo faltar responder porque su rostro fue más rápido y un sonrojo pintando su linda expresión avergonzada se manifestó, y Mikey se sintió dichoso ante la vista, pero no se sintió totalmente satisfecho.

Después de haber soltado un leve suspiro de sus finos labios, el azabache más bajo simplemente se echó hacia atrás, dejándose caer en el suelo lleno de tierra y pasto del lugar para así después comenzar a patalear en el aire intentando descargar su molestia anteriormente contenida en vano.

Por otro lado, Takemichi observaba totalmente confundido a un Mikey con las mejillas infladas y el ceño fruncido, el mismo chico que estaba mirando el cielo como si le hubiera ofendido de alguna manera.

—¿Mikey-kun...?

—Sigo molesto.

—¿Eh?

—No me malinterpretes, mi molestia no es contigo...—respondió Mikey sin despegar su mirada de las estrellas, y si más se podía, su ceño fruncido se profundizó aún más.—sino con el bastardo de Kazutora.

—Oh, si...

—Siento que esa paliza que le di no fue suficiente para calmar mi ira ¿Debería de volver para darle otra?

—Mikey-kun, no.

Mikey soltó una risa amarga, negando con la cabeza.

—Tranquilo, no lo haré, pero eso no quiere decir que no tenga ganas de patearle el trasero.

—¿Otra vez?

—Sí, otra vez.

—Bueno, ¿Qué tal si probamos algo para apaciguar la molestia?

—¿Qué quieres decir?

—Pues, es una técnica que he oído por ahí... —murmuro Takemichi inseguro, pero ahora que logro ver a Mikey interesado en el tema que él empezó, no podía retroceder ahora.—Me la enseñó una amiga de la infancia, y me ha ayudado demasiado en el pasado.

—Suena divertido, ¿Qué debo hacer? —pregunto Mikey al mismo tiempo que se levantaba de su antigua posición para así sentarse nuevamente al lado de Takemichi.

Takemichi no pudo evitar quedarse mirando a Mikey por un momento, preguntándose si era justo tener a esta persona maravillosa a su lado. Pero, dicho pensamiento, así mismo como llegó, se fue, dándole entrada completa a un sentimiento extraño en su corazón.

Después de toda la paciencia que has tenido conmigo, haciéndome sentir seguro y amado... ¿Por qué no pude ser honesto contigo desde el principio?

La mano de Takemichi termino en la mejilla de Mikey, acariciando la piel anteriormente tersa y recorriendo suavemente con su pulgar en la zona raspada, apreciando con sus cándidos ojos azules cada detalle del rostro contrario.

¿Por qué me dio tanto miedo pensar que podrías odiarme?

—Neh, Takemitchy.

—¿Mmm?

—¿Esta es la técnica que decías querer enseñarme? Porque creo que me está gustando.—tarareo Mikey con entusiasmo, disfrutando de las caricias otorgadas por la mano de su amado y Takemichi en respuesta sonrío con cariño.

—No, Mikey-kun, lo siento, me distraje un poco.

¡No seas tan patético Takemichi!

Takemichi se acomodó en su sitio, con los ánimos renovados.

La felicidad de Mikey-kun es mi prioridad.

—Primero, quiero que respires hondo y cierra los ojos mientras te concentras en tu respiración. Así.— explicó el azabache con una sonrisa al mismo tiempo que hacía una breve demostración.— Te toca a ti.

Mikey asintió para así cerrar los ojos y respirar hondo, tomando una larga respiración, contenerla por unos segundos antes de soltarlo con suma lentitud, y en todo momento Takemichi no despegó su mirada de Mikey quien repitió el ejercicio de respiración unas cuantas veces más.

—Ahora, abre los ojos y dime cinco cosas que puedes ver.

El de orbes oscuros miro tranquilamente a su alrededor, sin saber que decir primero, pero luego de pensarlo un poco decidió hacerlo al azar.

—Veo el cielo y las estrellas... que de hecho son demasiadas, el estanque, una rana y... ¿Mis pies? ¿Eso cuenta? —Takemichi asintió efusivamente.— ¿Y ahora qué?

—Uhh... Sigue respirando, ¿Está bien? Ahora quiero que me digas cuatro cosas que puedes sentir.

Mikey extendió levemente ambas manos hacia sus costados e inclinó un poco la cabeza dubitativo.

—Puedo sentir el pasto... —Movió los pies suavemente, percibiendo la comodidad que le daba su preferido calzado.—mis sandalias, el viento contra mi cara y... —lentamente, su mano se deslizó hasta llegar a la de Takemichi para así después entrelazarla con la suya.— tu mano.

El suave calor que cubría las mejillas de Takemichi se intensificaron un poco, dejándole sin aliento.

—E-esta b-bien, dime tres cosas que puedes escuchar.

—Los insectos, las ranas y a ti.

—¿D-dos cosas que puedes o-oler?

El azabache más bajo respondió con un suave tarareo, y luego de mencionar distraídamente que podía oler fácilmente la tierra mojada por el estanque, paso a impulsarse sobre su muñeca izquierda, jalar con su otra mano el abrigo del ojiazul y sumergir su nariz en las hebras azabaches del contrario.

—¿Eso es vainilla?

—¿Q-qué?

—Tu champú huele a vainilla Takemitchy~

Takemichi no sabía dónde esconderse de la vergüenza. Decidió ignorar el comentario y terminar con lo que sea que estaban haciendo.

—A-ahora, algo que puedas saborear...

Un suave sonrojo se situó en las anteriormente pálidas mejillas de Mikey, quien luego de sonreír coquetamente, tomó a Takemichi del mentón y lo besó.

El sentimiento burbujeante y cálido que se sitúa tanto en su corazón como en su estómago fue tan fugaz como satisfactoria y después de percibir el contacto ajeno se alejaba fue capaz de observar una vista enriquecedora. La sonrisa de Mikey podría ser la mayor maravilla de su mundo, y aunque el pensamiento de Takemichi haya sido filtrado fuera de su mente, la vergüenza puede valer la pena si hace que aquella sonrisa permanezca viva en su ser amado.

—Takemitchy, ¿Eres feliz?

—La felicidad de Mikey-kun es mi felicidad. —respondió inmediatamente Takemichi con una sonrisa amplía en su rostro.

Mikey ahora se inclinó para besar y acunar el rostro de Takemichi. Y con un suave suspiro, se recostó en el hombro de su pareja.

—Me alegra que ambos pensemos lo mismo.




Ya llegando a este punto, me siento sentimental de cierta forma por el pronto final de esta aventura. Este capítulo pasó por cuatro versiones diferentes(la razón del porqué tardé dos meses cuando empecé el borrador en febrero, sorru), todas con diferentes sentimientos y eventos pero con el mismo fin, y al final el que salió a la luz fue la tercera versión y me siento tan feliz y satisfecha por el resultado.

Y, de verdad, jamás estaré lo suficientemente agradecida por el amor que le tienen a la historia, pero bueno, mejor dejar las lágrimas para la próxima actualización que se viene junto a nuestra última llamada ;-; ♥ 


Pdst: un saludito y abrazo enorme a DianaAngelina632 y hola_123y por sus comentarios en el capítulo anterior ~

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro