Llamada 92
A Takemichi no le cabe duda de que Hanemiya Kazutora es bueno en lo que hace. Demasiado bueno, más de lo que se hubiera imaginado.
Después de todo, durante el concierto, el azabache no pudo despegar su mirada azulada de las manos hábiles del violinista sobre el instrumento al compás de la gran orquesta que lo acompañaba. El movimiento del arco podía ser tan pausado como rápido, su expresión y figura durante la siguiente hora permanecieron apacibles, y la melodía fue grandiosa, tanto así que no pudo evitar derramar una que otra lágrima. El espectáculo fue conmovedor.
Takemichi no tenía mucho conocimiento sobre la música clásica; sin embargo, lo que sí podía asegurar con seguridad era que la presencia de Kazutora robaba más de una mirada antes, durante y después de comenzar a tocar.
Las emociones que percibió durante la siguiente hora eran difíciles de explicar, y Takemichi esperaba poder asistir a la siguiente presentación si era posible. Pero, ¿Ese chico no sigue siendo el ex de su pareja? ¿Cómo debería actuar de ahora en adelante?
Quizás, por el bien de él, es mejor dejar de pensar en eso.
—Neh, neh Takemitchy~
Sí. Debe de dejar de pensar en eso.
—¿Takemitchy?
—¿Eh?
—¿Está todo bien?
Takemichi parpadeo como única reacción, y cuando tenía la intención de responder adecuadamente, Mikey invadió su espacio personal y junto sus frentes. Los latidos del azabache golpeaban insistentemente en su pecho al percibir el cálido tacto de las manos de su novio en su hombro y nuca, el sentimiento familiar le recordó una vez más el porque Mikey lo traía locamente enamorado.
Mikey se separo con una sonrisa que denotaba alivio.
—Aparentemente estas bien, no hay fiebre. —Mikey se tomo una pausa antes de proseguir.—Aunque si te sientes mal podemos irnos. Te acompañare a tu casa.
—¡A-Ah! ¡Para nada! Me siento bien Mikey-kun.—Takemichi negó efusivamente mientras movía sus manos al mismo movimiento de su cabeza.
—¿Estás seguro?
—Totalmente.
—Bueno... Si tú lo dices.
El azabache no pudo contener una sonrisa amplia al visualizar la preocupación en la mirada oscura de su pareja. Mikey infló las mejillas al interpretar el gesto enternecido de Takemichi, para así colgarse cual koala en sus hombros en protesta al mismo tiempo que ocultaba su rostro en el hueco entre el hombro y el cuello del contrario, deleitándose con el aroma natural de su novio. Al azabache mas bajo no le gustaba ser considerado adorable por nadie, pero si era Takemichi quien se lo decía, no haría mucho berrinche.
Había pasado un tiempo desde que se había anunciado un breve descanso para que el público pudiera estirarse un poco y degustar de los aperitivos que el servicio incluía. Justo en ese momento Mikey y Takemichi se encontraban en el lobby del teatro nacional de Shinjuku.
—Oi, búsquense un hotel.
Mikey levanto por un breve segundo la mirada, y al ver de reojo a Baji mirándolos con fastidio, nuevamente regreso a su Takerefugio.
—No es culpa de Takemitchy y mía que Chifuyu te tenga en abstinencia — murmuro Mikey con tranquilidad.
—¿¡Ah!? ¿Qué has dicho pequeño demonio?— exclamo Baji mientras una vena se acentuaba en su frente.
—Dije que...
—¡Maldición, Mikey! ¡Te pateare el culo!
—Si la imbecilidad te queda.
—¡Mikey-kun!
El pelinegro se acercó a zancadas hacia ambos azabaches. Baji fruncía el ceño al mismo tiempo que una sonrisa salvaje se mostraba en su expresión, y sus intenciones claras de querer golpear a cierto chico de estatura baja cada vez eran mas obvias. Pero, justo cuando estaba por juntar sus puños y tronar sus nudillos, una mano ajena se posó en su hombro izquierdo, aplacando de inmediato el temperamento fuerte de Baji.
—Baji-san... No es momento para mostrar otro espectáculo además del que le corresponde a Kazutora-kun.
—Tks. Como sea.
Los orbes verdosos de Matsuno Chifuyu, tranquilos y amables, cruzaron inmediatamente con los orbes azulados de Takemichi y mostro una sonrisa apenada por la actitud de su pareja. El azabache comprendió el mensaje sutil y negó suavemente en respuesta. La sonrisa pequeña de Matsuno se amplió más regresando el gesto, como un acuerdo silencioso de que sus respectivas parejas eran un caso perdido, e inmediatamente le otorgo unas fuertes toques amorosos en la espalda ancha de Baji incitándole a caminar con él.
Pero antes de siquiera avanzar, esta vez Chifuyu centró su atención en Mikey.
—Hanemiya-kun me envió un mensaje hace un momento. Quiere vernos antes de que termine el descanso... ¿Vienes?
Mikey como única respuesta asintió juguetonamente, y sin que Takemichi pudiera prepararse adecuadamente, fue arrastrado junto al grupo para dirigirse a quien sabe dónde.
Durante el trayecto el de hebras alborotadas simplemente se limitó a seguirles el paso mientras miraba uno que otro trabajador o asistente técnico en la marcha, de igual manera no tuvo suficiente tiempo para distraerse demasiado, ya que tanto Mikey como Baji mantenían una conversación animada que de vez en cuando Chifuyu intervenía para reírse de ambos sin dejar de lado su evidente sarcasmo. El tema de conversación sobre si el cielo era científicamente azul o si era una ilusión óptica que los extraterrestres quieren implantarnos hizo que Takemichi se preguntara quien de los tres se ganaba el título del idiota del año, pero él no era quien para discutirlo, también termino interesado en las teorías descabelladas del dúo amante de los gatos.
Cuando finalmente creyó que podría dar su humilde opinión sobre si realmente eran vigilados por la NASA por medio de las cámaras de sus respectivos celulares, una persona nueva apareció a sus espaldas y atrapó en sus brazos a Mikey, dejando en blanco a Takemichi.
—¡Chicos! ¡Qué bueno que vinieron!
—¿¡Qué diablos!? ¿Acaso en el extranjero no te enseñaron sobre el espacio personal? ¡Suéltame, Kazutora! —expresó Mikey con una irritabilidad nada habitual en su voz. Kazutora en respuesta lo soltó rápidamente, se alejó dos pasos de él mientras levantaba ambas manos en son de paz. La sonrisa burlona del chico no le hizo nada de gracia.— Que molestia en el culo.
—También es agradable verte por aquí, Mikey.— comento Kazutora sin verse afectado por el humor del contrario. Sus orbes amarillos se desviaron a los demás parsimoniosamente, su sonrisa de perlas nunca abandonó su expresión traviesa. — ¿Qué tal les pareció hasta ahora la música? Espero que los haya impresionado aunque sea un poco.
—Nada fuera de lo común Tora. Eres increíble y todo lo demás bla, bla, bla. Saltémonos la introducción, ¿Tienes otros tipos de bocadillos en tu camerino? Los del lobby son un asco.
—¡Baji-san!
—¿Qué?
La carcajada del chico de cabellera larga con mechones amarillos, recogido elegantemente a la altura de la nuca en un chongo y con algunas hebras rebeldes a los costados de su rostro, resonó momentáneamente en el ambiente con diversión e ironía disimulada. Vestía un traje de gala sin corbata y Takemichi lo observo detenidamente sin tener ninguna intensión de hacerse notar todavía, preguntándose si este era realmente Hanemiya Kazutora, en el escenario era completamente diferente a lo que estaba viendo justo ahora.
Bastante desconcertante.
—Nunca cambias Keisuke —Kazutora se limpio una lágrima imaginaria en su ojo derecho.— Pero tienes razón, los míos son importados desde Europa.
—No comas delante de los pobres, hijo de puta.
—Esta bien, esta bien. Lo haré, pero antes de seguir, ¿Quién es él? —pregunto Kazutora al mismo tiempo que señalaba tranquilamente a Takemichi, quien al sentirse expuesto no pudo evitar inquietarse levemente.— No sabía que traerían a alguien más con ustedes.
Takemichi trago saliva ante la posibilidad de dar una mala impresión sin haber comenzado. Pero antes de sabotearse a sí mismo gracias a su característica cobardía, respiro hondo y cruzo su mirada azulada inmediatamente con la amarilla de Kazutora, con suma determinación a presentarse correctamente.
Después de todo, no iba a decepcionar a Mikey.
—Ah, soy Hanagaki Takemichi, soy...
Un peso repentino tras su espalda hizo que soltara una exclamación de sorpresa. Dejándolo sin aliento.
—¡Mi novio! —exclamo Mikey eufóricamente, abrazando a Takemichi por los hombros mientras frotaba cariñosamente su mejilla con la contraria.— ¡Mi lindo y adorable novio! ¡Ese es mi Takemitchy!
Sin mas preámbulo, el silencio hizo acto de presencia en el lugar, y mientras que Kazutora se encontraba parpadeando sin respuesta debido a su propia estupefacción, Takemichi quería que la tierra lo tragara.
¿Era Takemichi o el aura de Mikey se volvió más deslumbrante que antes? No lo sabía, pero lo que si estaba seguro era que los brazos fuertes de su pareja pronto lo terminaría asfixiando si no decía algo al respecto.
Hanagaki Takemichi, 26 años. Hora y lugar de muerte, a las veinte horas en el teatro nacional de Shinjuku; Motivo de muerte, vergüenza excesiva.
maratón 1/4
¡Hola, hola, hola! Y estamos de vuelta con una actualización de la historia más amada de mi perfil~ Gracias por su paciencia, y como recompensa les traje un maratón de cuatro capítulos que estaré publicando hoy mismo.
Además, este maratón es un regalo de cumpleaños súper hiper mega especial para una amiga muy querida para mí, ¡Sí, hablo de VickyDMonkey ! ¡Feliz cumpleaños atrasado bonita! Y espero disfrutes tanto de los siguientes capítulos como yo me divertí escribiéndolos. Te mando un abrazo de oso polar, muack.
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