Después de unos minutos, mi corazón reaccionó y pude, por lo menos, mencionar unas palabras...

-De-debo ir... ya habéis leído la no-nota...-Logré pronunciar.

-No. No, Lizzie... no podemos... yo...-Dijo Mich con una lágrima ya cayéndole de sus ojos.

-Estaré bien. No os preocupéis por mí. Tra-tranquilos...-Traté de calmarlos. Me alejé de ellos intentando no romper a llorar delante suyo. Entonces, llorando, me fui corriendo hasta que pude estar lo suficiente lejos de mi grupo. De repente, me entró sed. Divisé una casa a lo lejos. Estaría a 12 millas de aquí. Un infierno hasta llegar. Miré en mi bolsito a ver si había agua. Nada. Seguía teniendo muchísima sed. ¿Qué podía hacer? ¿iba a la casa, o directamente a la Terminal? No sabía que hacer. Pero pensé. <<Carol es lo primero>>. Después de reflexionar sobre ello, me vino a la cabeza la sed y me olvidé de ella. Tenía que buscar agua y también salvar a Carol.

Por un momento, me acordé de que Carol me dió un silbato que usaría para avisarla si pasaba algo. ¡Lo usaría para salvarla! Pero... Claro... ¿de qué mierda me serviría silbar con el silbato? Si ni siquiera tenía un plan...

Me fui hasta la terminal. Tuve suerte, ya que la casa que había divisado antes, pasaba antes que la terminal y las dos seguían un mismo camino. Es decir, estaban en la misma recta. Así que me sería muy fácil. Primero, recorrería las 12 millas e iría a la casa, buscaría agua, y seguiría recto hacía la terminal. Estaría chupado. Eso pensé yo.

Caminé hacia allí, nunca dejando las vías. Una niña, con un traje de "ardilla", y, por si fuera poco, un bolsito.

De repente, las vías, las que había ido siguiendo hasta ahora, las que me habían servido de guía, se pararon. Suerte, que para eso ya estaba en el pie de una colina, la que me llevaría a la casa esperada.

Seguí caminando. Cada paso que daba, más sufría, más cansancio invadía mi cuerpo. Me pesaban las piernas. Caí rendida en la cima de la colina por fin.

Pero, había un problema: walkers invadían el terreno, Toda la casa estaba llena de ellos. Esos seres de mierda, podridos, estaban destrozando mi única oportunidad. No me rendí. Me llené de fuerza, corage y valentía y... entonces... me los cargué a todos. Con mi... ¿Rifle? bueno, si... con mi rifle. Me lo dio mi tío. Me los cargué. Entonces, busqué agua. Y para mi suerte... ¡Oh, diós! ¡Gracias!

Encontré un garrafa entera de agua. Pero como era muy pesada y grande, me la repartí en 6 botellitas pequeñas de tamaño mediano, y las metí en el bolsito.

Me dirigí a la terminal. Esta vez, con mi kigurumi de pikachu, mi daga, mi bolsito y mi rifle.

Estuve a punto de partir cuando, a lo lejos, vi un camión. Se escuchaba música dubstep que salía del interior de este.

Entonces me acerqué.

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