Dos días después estaba saliendo de la ducha y aun con la toalla anudada en mi cintura fui hasta la cocina con la intención de devorar una pizza que compré de camino a casa. En poco tiempo empezaban los parciales y a pesar de que debía estudiar aunque sea un poco, ese día en específico no tenía ánimos, me sentía supercansado, solo quería acostarme a dormir y no despertar hasta dos años después.
Tomé la caja con la pizza y caminé hasta el sillón de la sala, subí los pies en la mesita auxiliar y coloqué el manjar sobre mis piernas. Y aproveché para buscar mi celular entre los cojines, lo había dejado ahí la noche anterior y olvidé llevármelo cuando salí.
Tenía varios mensajes pendientes de mis amigos y de Moritz, pero los ignoré por completo cuando vi el de Lizar.
Mi sexy profesor de matemáticas:
Buongiorno, amore. Come stai? (Buenos días, cariño. ¿Cómo estás?)
Yo:
Buon pomeriggio :), Sei già in modalità italiana? (Buenas tardes :), ¿Ya andas en modo italiano?)
Respondí en el mismo idioma, sonriéndole a pantalla sin poder evitarlo. Lo vio casi al instante y respondió.
Mi sexy profesor de matemáticas:
Sono sempre in modalità italiana, solo che a volte dimentico che è la mia prima lingua e non la uso quanto dovrei. Come sei stato? Hai già mangiato? (Siempre estoy en modo Italiano, sólo que a veces olvido que está es mi primera lengua y no la utilizo tanto como debería. ¿Cómo has estado? ¿Ya comiste?).
Yo:
Dimentichi così tanto che non ti ho mai sentito parlare italiano, mi piacerebbe, immagino quanto suonerebbe sexy. (Lo olvidas tanto que nunca te he escuchado hablar en italiano, me gustaría hacerlo, imagino lo sexy que sonaría).
Non ho ancora mangiato, lo faccio e basta, ho una pizza che mi aspetta. (Todavía no he comido, justo lo haré, tengo una pizza esperándome).
Mi sexy profesor de matemáticas:
Non penso che sia sexy, ma possiamo verificarlo. (No creo que sea sexy, pero podemos comprobarlo).
Parliamo più tardi? Faccio una cosa, ricordati che non dovresti mangiare solo pizza, che non è salutare, ma comprare altri tipi di cibo e non solo spazzatura. (¿Hablamos luego? Voy a hacer algo, recuerda que no sólo debes comer pizza, eso no es saludable, compra otro tipo de comida y no solo chatarra).
Estaba a punto de responderle cuando el timbre sonó, miré la puerta extrañado, y con un suspiro me paré y fui a abrirla, sin saber con quién me iba a encontrar detrás de ella.
Allí se hallaba Moritz, con una gran sonrisa adornando su rostro.
—Lamento aparecer sin avisar —dijo, en modo de saludo—, pero tenía un rato libre y quise aprovechar para pasarlo contigo, además hay algo que quiero decirte.
—Claro, ven pasa —me eché a un lado, dejándole espacio suficiente para que pueda atravesar la puerta—. Estaba a punto de comer algo, ¿Quieres un poco? Es pizza.
—No, está bien, hoy desayuné un poco tarde y todavía no tengo hambre.
No dije nada al respecto y cerré la puerta a mis espaldas antes de seguirlo hasta la sala de estar. Me senté en el mismo lugar de antes y respondí el mensaje de Lizar, mientras Moritz se sentó a mi lado, entusiasmado me empezó a contar cosas de su trabajo y algunas trivialidades, comí en silencio, y solo hablaba si era estrictamente necesario.
No sé cómo, pero en algún momento Moritz empezó a acercarse más y más, al punto en el que solo estaba a centímetros de distancia.
—Amet —susurró mi nombre, volteé la cabeza y casi chocó con la de él que estaba tan cerca que sentía su respiración en mis labios—, debo decirte algo.
—Cuando llegaste me dijiste algo parecido, ¿Qué es? —pregunté yo, en cambio, con la curiosidad calando en mí.
—No sé cómo lo vayas a tomar, pero Amet yo…
Se alejó de repente cuando su celular empezó a sonar, lo sacó del bolsillo delantero de su pantalón con rapidez, frunció el ceño y por unos segundos se quedó mirando la pantalla, como si se encontrara en un estado de shock.
—¿Sí? —dijo, respondiendo la llamada. Su expresión cambió poco a poco por una de completo miedo. Colgó sin haber dicho nada más y me miró, con horror en sus ojos—. Lo siento Amet, pero me tendré que ir, hablamos luego.
—¿Pasó algo? —pregunté, levemente preocupado por su reacción.
—No te preocupes, no es nada que no se pueda solucionar, lamento irme así—. Explicó, un tanto agitado antes de ponerse de pie y dirigirse a la puerta.
Lo seguí y lo vi irse sin decir una palabra, ¿Qué le habrán dicho? Me pregunté contrariado. El miedo en sus ojos no era normal, y eso sin contar que incluso antes de contestar la llamada se veía un poco nervioso. Suspiro y vuelvo al mueble, allí recojo la caja vacía y la echo en el contenedor de basura, antes de irme hacia mi habitación a descansar un rato.
El sonido del timbre fue lo que me despertó horas más tarde, pues Asher encontró prudente ir a mi casa justamente cuando yo estaba durmiendo —aunque él no lo sabía—, pero aun así, no lo recibí con muchas ganas.
—Traje ramen, imagino que tienes hambre —exclamó, en el instante en que abrí la puerta.
—¿Qué te hace pensar que tengo hambre? —quise saber antes de permitirle el paso.
Se rio mientras negaba con la cabeza, yo solo suspiré y lo seguí hasta la cocina, donde se sentó en un taburete de la encimera.
—Siempre tienes hambre, Amet, eso es lo bueno, se te puede chantajear con un poco de comida.
—No sabes cuánto me ofenden tus palabras, y para que sepas no siempre tienes hambre.
Él solo me miró con la ceja alzada como si no creyera en mis palabras.
—¿Cuándo no tienes hambre?
—Después de acabar de comer —respondí, simple.
Me miró de manera fija por unos largos segundos, antes de pestañear, negar con la cabeza y voltear a destapar la bolsa con el ramen mientras soltaba un largo suspiro.
—¿Qué haces aquí? —pregunté, sentándome a su lado.
—¿No puedo visitar a mi mejor amigo?
—No.
—Tú no tienes ni voz ni voto, así que aguanta —colocó mi ración delante de mí y empezó a comerse la de él—. Vine para hablar algo importante.
—¿Brandon? —interrogué, agarrando los palillos.
—No idiota, sobre tú amando boxeador
—¿Descubriste algo? —mis palabras se escuchan distorsionadas y prácticamente ni se entendía por qué tenía comida en la boca, pero él se las ingenió para entender.
—Todavía no, pero he estado pensando mucho en algo.
—¿En qué?
—¿Y si él y Kira se conocieron?
—Nunca me lo había preguntado, aunque claro, pensándolo bien hay probabilidades, pero no sé.
—Es que, Amet, encontramos más de una pista que nos lleva hasta Italia una en especial a una de la casa del Don de esa organización, y si no me equivoco el único novio que le conocimos a Kira es el ahora es él, entonces hay una gran posibilidad de que The Captain sea del mismo círculo, sabes que yo no creo en las casualidades.
Sus palabras me dejaron pensando, porque aunque quiera o no, tenía algo de razón. Meses antes del suicidio de Kira, estábamos todos en Italia de vacaciones y descubrimos que se escapaba cada tanto con un chico, ella nunca nos quiso decir quién era, así que tuvimos que investigar nosotros mismos y seguirla sin que ella se dé cuenta. Era un joven italiano mayor que ella y que nosotros, yo lo había visto varias veces cuando su padre se reunía con el mío, o en una que otra gala o actividad de ricos que mi padre nos obligaba a ir como familia, así que sabía quién era. Más tarde, cuando la interrogamos y le dijimos que ya sabíamos nos obligó a quedarnos callados, e incluso, tras eso tuvimos que cubrirla varias veces para que no la descubrieran.
—¿Crees que el exnovio de mi hermana lo está ocultando? —pregunté, rompiendo el silencio.
—No lo sé, pero puede ser —removió el ramen por unos segundos con los palillos—. Sabes que la mafia italiana es reconocida en los últimos años por el boxeo clandestino, e incluso corría el rumor de que el hijo del antiguo jefe era uno de los partícipes —hizo una pausa, con una expresión pensativa—, además, ¿Recuerdas cuando la convencimos para que nos lleve con ella a uno de los lugares donde se escapaba?
El recuerdo llegó a mi mente, y sin poder evitarlo me reí, estábamos tan desesperados y curiosos de ir con ella que hicimos cualquier cosa para que nos lleve.
—Si lo recuerdo.
—Fue a unas peleas de boxeo clandestinas, incluso pensamos que era su pareja, cosa que nunca confirmamos porque solo lo vimos en el ring de lejos y luego cuando terminó ella nos dejó en la barra y fue a hacer algo, entonces la observamos esperar en la puerta de los camerinos por unos segundos, entonces él salió, la saludó con un abrazo y entraron juntos.
—Yo no recuerdo muy bien eso, Asher —murmuré mientras intentaba volver en el tiempo, pero mis recuerdos eran difusos y no recordaba ese momento en específico, aunque sí sé que nos dejó solos durante casi una hora completa—. Así que no sé muy bien de qué estaba hablando.
—Como no, estabas borracho, pero yo si lo hago, incluso, le pregunté a Brandon y él concuerda conmigo.
—¿Crees que ese tipo al que saludó Kira es The Captain?
—Creo que ese era el novio de Kira y también The Captain.
—Asher eso es…
—¿Estúpido? Quizás un poco, pero algo me dice que es así, aunque hay que comprobarlo, ya mandé a investigarlo.
—Está bien —dije, mientras intentaba procesar la información—, aunque a decir verdad, tienes algo de razón en tus palabras, aunque siento que es algo ilógico, pero nadie sabe.
Esa noche me fui a la cama pensando en mi hermana, las autoridades que ella tuvo que vivir eran mi nuevo tormento. Sin poder evitarlo me culpaba, porque sentía que pude haber hecho algo para evitarlo, aunque era consciente de que en el momento en el que pasó todo apenas éramos unos niños, pero a fin de cuentas Kira era mi hermana menor y mi deber era protegerla, cosa que no hice, y quizá por eso estaba a tres metros bajo tierra.
──────── ✧ ──────────
Jai chichis, ¿Cómo están?
Esta joven samaritana resucitó de entre los muertos y les trajo actualización para navidad, pido disculpas por mi desaparición, estoy haciendo lo posible por volver.
¿Que tal el capítulo?
Este es bastante importante para la trama, tiene información que vamos a necesitar para descubrir quien es The captain.
Besos.
Gracias por leer
~Lara
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro