03: why is chaeyoung here?
La azabache entró y frunció su ceño cuando vió a su amiga rubia y a su amiga castaña reír en su intento de sala. ¿Qué estaba pasando?
──¿Hola?
──¡Ah, Tzuyu, hola! ──Chaeyoung saludó, viendo a su mejor amiga sentarse frente a ella casi dudosa ── Ayer unnie fue a llevarme algo que olvidé aquí y de paso, cuando tú dormías, fuimos a cenar, ¡es tan linda persona!
Tzuyu frunció más su ceño, apoyándose en su pierna.
──Pero... esas cosas del vampiro...
──¡Olvida eso! Resulta que a Sana también le gusta el Camren, y de paso, ¡el Norminah! No sabía que era tan cool ──como si fuera algo obvio, la menor comenzó a bailar al mismo tiempo que comenzó a ver a sus mayores.
──Ah, ¿Pero, no recuerdas eso del vampiro?
──Tzuyu, Sana me transformó en uno ──la mayor rió, mostrando los dientes.
──Ya entiendo, ayer Sana te devolvió ese cuaderno que se te olvidó ahí, fue el cuaderno del Camren, ¿Verdad? Se hicieron amigas por eso, no lo esperé ──las dos vampiras comenzaron a reír al mismo tiempo que la azabache las veía confundida, abultando sus labios.
──Tienes razón, fue por eso, Tzu, hice la cena, ¿Quieres ir a cambiarte para que cenemos las tres? ──asintió la nombrada, levantándose mientras se quitaba su camisa e iba a su cuarto, haciendo a Sana relamer sus labios al ver su espalda ──. Te dije que lo más gracioso de admitir que era una chupasangre es que Tzuyu es idiota, siempre encontrará una excusa para no creer.
──Tzuyu siempre ha sido así de idiota ──Chaeyoung relamió sus labios ──, la conozco desde que somos niñas.
──Hace tiempo que solo veo gente crecer ──admite triste.
Vivir tanto, ¿Para qué? Hasta hace años entendió el verdadero significado de la monotonía, la soledad y el saber que todas tus amistades iban a morir, por eso Sana se hizo alguien solitaria y no se encariñaba con nadie, hasta que llegó Tzuyu. Frunció sus labios y se levantó, prendiendo el sartén para calentar la comida. Chaeyoung tuvo que retirarse, así que sólo quedaron ellas dos, solo ellas dos.
Sana veía la flama calentar la comida a través del metal, y recordó cómo llegó hasta eso. Automáticamente. Antes tenia que hacerse una fogata y tenerla prendida para seguir cocinando. Aunque tal vez eso era lo bueno de vivir por mucho tiempo. Ella ya había visto y vivido eso y lo recordaba, tal vez por eso siempre tenía calificaciones excelentes.
Probó de su comida, sonriendo, y volteó para ver a una Tzuyu con un rosario y un crucifijo, asustándola. Un crucifijo. Los ojos de Sana se abrieron a medida que sentía debilitarse, llamando la atención de la menor.
──¿Te sientes bien?
──¡Sí perfecta, mejor que nunca! ¿Qué es eso y por qué está aqui?
──Ah, olvidé que eres atea, mi mami me dió esto, hoy fui a visitarla, dijo que tenía que colgarlo en la pared si queria nuestro hogar bendecido ──tragó saliva, viendo la imagen del hombre crucificado con un gesto de dolor.
──¿Lo harás?
Tzuyu alzó sus hombros.
──Tal vez solo los ponga cuando ella venga, no quiero incomodarte ──Sana asintió, sentándose en la barrita para ocultar su debilidad. Sonrió al recordar que la mamá iba cada venida de Cristo solo para llevar comida.
──¿Y cada cuándo vendrá?
──Los viernes ──casi se cae, y abrió sus ojos.
──Que pena que los viernes yo no estoy presente.
──Oh, ella dijo que quería verte y agradecerte por cuidar bien de mí y darte una bendición ──palideció aún más, y Tzuyu juró que su amiga se veía transparente ── ¿No estás enferma?
──¡Qué belleza una bendición me encantan las bendiciones fijate que quiero una bendición ya! ¡Que me bendiga la vida y la vagina! ──la menor abrió sus ojos, asustando a Sana, y luego la miró.
──¿A tu vagina?
──¡Mi pegatina!
──¿Tu pegatina?
──¡Mi vagina de Jesús Sunbaenim! ──Tzuyu volvió a mirarla raro── ¡Pegatina, tengo una pegatina de Jesús Sunbaenim!
──¿Dónde?
──En una página ──Tragó saliva después de decir dos veces una frase que tenía involucrado "Vagina" y "Jesús."
──¿Qué es esa página?
──Mi pagina de religión.
──No llevamos religión ──entrecerró sus ojos, y la mayor sonrió incómoda.
──Soy católica en secreto.
──¿Estás segura que te sientes bien?
──¡Sí, anda, come, yo tengo que ir a alabar a Jesús Sunbaenim! ──se fue a su cuarto aplaudiendo ──Alabaré, alabaré, alabaré, alabaré a mi señor.
Y Tzuyu solo dejó su crucifijo por ahí, y agarró un plato para servirse.
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