ROUND [TWENTY TWO]
Faltaban diez minutos para las seis de la mañana cuando Thomas estaba afuera del gimnasio, aún estaba cerrado y aprovechó para tomarse un descanso antes de llamar. Había decidido correr durante todo el camino, desde su casa, hasta el edificio y ¡estaba muerto! Tomó un poco de aliento durante cinco minutos y después marcó el número de teléfono de Tony.
-¡Barnes! - murmuró Thomas – Ya estoy aquí, ¡ábreme la maldita puerta!
Como por arte de magia, la puerta se abrió y apareció Tony, llevando en sus manos el móvil.
-Te estoy abriendo – Respondió el hombre sin quitarse el teléfono del rostro – Puedes pasar.
Tommy rodó los ojos y se echó a reír, mientras colgaba y guardaba el celular en el bolsillo de su mochila. Tony lo miró y le dedicó una amplia sonrisa al verlo. ¡Estaba sudado! ¿Qué rayos había hecho antes?
-Por lo que veo, tú ya comenzaste con tu entrenamiento – Continuó Tony.
-Creo que está bien para comenzar, ¿no? – Exclamó el chico dejando sus cosas a un lado y quitándose la enorme sudadera.
-¡Es hora de comenzar! – Comentó Tony – Empezaremos con cosas básicas como tus movimientos y la coordinación.
Y así lo hicieron, comenzaron las rutinas de Tommy, con la ayuda de otro par de instructores. Thomas se imaginaba que iba a ser algo duro, pero no creyó que fuera algo tan pesado y agotador. Y eso que apenas era la primer sesión, ¡de cuatro! Aunque estaba consciente de los sacrificios y no debía flaquear, ¡era cuestión de acostumbrarse! Dentro de un par de semanas ya no resentiría el cansancio y estaría en una mejor forma. Tenía muchas ventajas a su favor, era joven, no bebía y mucho menos fumaba.
Tony observaba el entrenamiento, Tom era un tipo duro y muy aguerrido que tenía los pies bien plantados en el piso. A pesar de que estaba cansado, sus ojos no dejaban de transmitir el entusiasmo que sentía de hacer lo que le gustaba.
-¡Suficiente por ahora! – Murmuró Anthony – Nos veremos antes del almuerzo, Tommy – Sonrió.
Hannah apareció llevando unos vasos con un batido de frutas y proteína para que se recuperaran. A cada uno entregó un vaso y después tomó uno más grande y se lo tendió a Tommy.
-Sé que no te gusta la leche, pero... ¡este vaso es tuyo! – Sonrió la mujer – Tómatelo todo, bebé – Dijo y le dio un beso en la mejilla.
Tommy sonrió y movió la cabeza tomando el vaso y le dio un trago pequeño. Era leche con sabor a chocolate. ¡Ya no tenía tres años! Pero iba a tomárselo, ya que Tony lo miraba como un padre mira a su hijo cuando no quiere comer. El chico empujó el vaso y se lo bebió prácticamente sin despegar.
-¡Está bueno! – Dijo terminándolo todo – En realidad no sabe tan mal.
-Eso te hará bien – Comentó Tony.
Tommy miró su reloj, ¡tenía que ir a buscar al Diablo! Así que entró a las duchas antes de irse y se aseó rápidamente, después sacó unos jeans de su mochila, una camiseta, calcetines y un desodorante, se vistió y salió en búsqueda de Tony.
-¿Ya te vas, guapo? – Preguntó Barnes.
-Tengo que ir con el Diablo – murmuró - ¿No me acompañas? Creo que hoy tengo que firmar el contrato y entregarle mi alma.
-¡Claro! – Respondió Tony – Vamos, te ofrezco mi apoyo moral.
Tom asintió y juntos salieron del gimnasio y subieron a la camioneta de Anthony, quién se puso en marcha con dirección a las oficinas de Gustaf Engström. Mientras Tony conducía, Tom aprovechó para llamar a su casa, esperando que Claire le respondiera.
-¡Hola! ¿Tommy? – Respondió Claire del otro lado de la línea.
-Hola cielo – Exclamó el chico - ¿Ya te levantaste?
-Sí, estoy por irme a trabajar, ¿ya terminaste tu entrenamiento? – Preguntó la chica.
-Sí, pero vamos camino a la oficina de Gustaf Engström...
-¡Es muy temprano! ¿Seguro que te recibirá a esta hora? – Intervino Claire.
-De hecho, el Diablo pidió verme después de que terminara esta sesión, así que supongo que estará esperándome – Comentó Thomas – Y creo que llegaré a casa hasta la noche, ¡ya sabes lo que dijo Tony!
-Le pediré a Timmy que me lleve al gimnasio por la tarde – Respondió Claire – Por cierto, ¿qué va a pasar con tu trabajo?
-Ahhhh – Murmuró – Sobre eso, ¡pedí el día libre! Pero creo que mañana iré a presentar mi renuncia. Me duele, porque es un gran empleo y me gusta lo que hago, mi carrera también me llena. ¡Pero lógicamente no podré con todo!
-Te entiendo, mi amor – Dijo la joven – Pero recuerda que los grandes sacrificios tienen sus recompensas...
-¡Es verdad! Aún así estoy muy emocionado, ¿puedes creerlo? Es posible que hoy firme el contrato y comience mi promoción – se rió el chico.
-Yo también estoy muy emocionada por ti, Tommy – Murmuró Claire – Puedo notar el entusiasmo en tu voz. ¡Pero ya me contarás todo más tarde! ¿No es así? – Dijo la joven.
-¡Claro, linda! – Respondió Tommy – Yo lo haré, ¡te amo!
-Yo más, nene – Exclamó Claire y terminó con la llamada.
Tommy suspiró y guardó su móvil, mientras miraba la sonrisa en el rostro de Anthony.
-¿Qué? – Le preguntó a Barnes.
-¡Nada, nada! – Respondió el hombre concentrándose en el camino – Estamos por llegar a las oficinas de Engström Agency.
Tom levantó la mirada y pudo ver un edificio moderno y elegante, no era una construcción muy grande, pero sobresalía debido a que toda su fachada estaba cubierta por cristal y ostentaba el logo de la compañía. Barnes entró en el estacionamiento y junto a Thomas bajaron del auto para caminar hasta la entrada y hablar con el recepcionista.
-Mi nombre es Thomas Hardy – Dijo el chico – Necesito hablar con el señor Gustaf Engrström.
El hombre les sonrió y miró su computadora para revisar la base de datos. El nombre de Thomas Hardy aparecía ahí; era la primera cita del día, así que los hizo pasar, mientras los anunciaba con el señor Engström.
-¡Dile a Tom que me espere ahí, yo mismo iré a recibirlo! – Exclamó Gustaf cuando el recepcionista anunció la visita de Tommy.
El hombre salió de su oficina y en un dos por tres estaba ya en la recepción. Sonrió al contemplar a Tommy, sentado en la sala de espera, pero su sonrisa se borró al mirar a Anthony Barnes, quién acompañaba al muchacho.
-¡Gustaf! – Dijo Tony y se levantó a saludarlo.
-¿Cómo estás, hijo? – Preguntó el hombre y estrechó la mano del entrenador.
Tom se puso de pie para también estrechar la mano del Diablo que se acercaba a él. Gustaf apretó con fuerza la mano de Tommy y después lo abrazó.
-Tommy, muchacho, es un gusto verte – Exclamó con emoción – Ya tengo todo listo, vamos a mi oficina, por favor.
Los hombres entraron en la oficina de Gustaf, la cual estaba decorada de una manera sobria y un poco anticuada, dada la modernidad del edificio. Tenía algunos trofeos, pósters, documentos y en uno de los sillones se encontraba sentado un hombre que se puso de pie al verlos entrar.
-Él es August Jones – Dijo el Diablo – Mi abogado.
-Es un placer – Dijo Tommy y estrechó la mano del hombre.
-August estará aquí para resolver cualquier duda que tengas respecto al contrato, muchacho – Sonrió Gustaf – Pero veo que vienes con Tony, así que mejor asesor no podrás tener.
Todos tomaron asiento, mientras el abogado sacaba una carpeta de su portafolios y la presentó delante de Tommy, en ella se encontraba el contrato y el joven lo tomó para comenzar a leer. Era un contrato bastante interesante el cual le daba muchos privilegios. No le extrañaba que el Diablo hubiera decidido manejarlo de esa manera, posiblemente esperaba que renovara el contrato con él en un futuro. Tom leyó cada cláusula con mucho detenimiento e incluso llamó a Tony para que también lo leyera y le diera su punto de vista respecto a los beneficios que obtendría si firmaba.
-Seré sincero contigo, Tom. – exclamó Tony – Por primera vez leo algo justo y creo que deberías firmar. Eres una gran promesa y no te imagino desperdiciando tu fuerza y talento en otro lado. Creo que nadie más podría darte lo que Gustaf te está ofreciendo y lo digo con toda sinceridad.
-¡Voy a firmar, Tony! – respondió Hardy y suspiró - ¡Quiero hacerlo! En verdad quiero hacerlo, no sólo por mí también por Claire. Además tengo otras razones para entregar mi alma al Diablo.
-Pues entonces adelante, que yo te apoyaré y te aconsejaré. – dijo Barnes – Me agradas.
-Gracias. – añadió Tommy y se puso de pie para mirar al abogado y a Gustaf que se encontraban en un rincón del despacho fumando un cigarrillo - ¿Tienen una pluma con la cual pueda estampar mi firma en este documento? Olvidé la mía en casa.
Al escuchar esas palabras, el rostro del Diablo se iluminó. Fue como música para sus oídos e inmediatamente le entregó a Tom una pluma. El chico la tomó y firmó el contrato en cada página que el abogado le indicaba.
-Mi alma es suya, señor. – dijo el muchacho con un sonrisa en el rostro – Hágase su voluntad.
Todos soltaron una sonora carcajada y el abogado Jones se acercó al chico para darle algunos detalles con respecto al contrato. Tommy lo escuchó con atención y asentía a cada indicación del abogado. Minutos después el hombre se retiró despidiéndose de todos.
-Antes de ir a desayunar – dijo el Diablo y miró a Tommy – Quiero que conozcas a una persona que será parte fundamental de este equipo y por supuesto de tu carrera.
-¿De quién se trata, señor Engström? – preguntó Tom con curiosidad.
-Dime Gustaf, hijo o Diablo. – exclamó el hombre - ¡Cómo tú quieras! Estamos en confianza ahora. – dijo y continuó – Quiero que conozcas a Georgina Engström, mi hija. Ella será de ahora en adelante tu publicista y te asesorará, al igual que el abogado Jones.
-¡Perfecto! – sonrió Tommy – Será un gusto para mí conocerla.
Anthony Barnes cerró los ojos y pensó: "¡No Georgina Engström! Es la peor persona del mundo y tan pesada como su hermano Ronnie". Se dijo mirando fijamente a Tom quién lo observó con curiosidad. Sabía que algo estaba pasando por la mente de ese hombre, ¿pero qué sería? Tendría que preguntarle pero ya sería cuando estuvieran a solas. Los pensamientos de ambos hombres fueron interrumpidos cuando la puerta de la oficina de Gustaf se abrió y apareció una mujer rubia, elegante y muy guapa. Tommy la miró a detenidamente y se dio cuenta que era la hija de Gustaf.
-¡Buenos días! – saludó la mujer con voz melosa y entró en el lugar contoneando sus caderas. Se acercó a su padre y lo besó en ambas mejillas, después se dirigió a Barnes - ¡Hola Tony! – dijo con una sonrisa y besó al entrenador.
-Georgina – dijo el Diablo – Quiero que conozcas a nuestro futuro campeón, Thomas Hardy.
-Es un placer, señorita Engström. – saludó Tommy haciendo una pequeña reverencia.
-¿Así que tu eres el famoso Tommy Hardy? – exclamó Gina con visible deleite – Me dijeron que eras guapo, pero no imaginé que tanto. Es un placer. – dijo y se acercó para estrechar la mano de Tom y besarlo en las mejillas – Ahora somos un equipo, nene.
-Así parece – sonrió Thomas.
-Pues vamos los cuatro a desayunar – intervino Engström – Yo me muero de hambre – dijo tomando de la mano a su hija para salir de la oficina.
Tom y Tony los siguieron. Hardy no dejaba de ver a su entrenador, sus expresiones faciales no lo convencían del todo. La mayoría mostraban desagrado hacia la rubia, ¿qué podía haber de malo en ella? Parecía encantadora y muy amable, bueno, eso de momento. Pero ahora iba a trabajar con ella y haría todo lo posible porque hubiera armonía entre ambos. Cómo se había dicho, todos eran un equipo. El Diablo y su hija subieron al auto de este, mientras que Hardy y Barnes abordaron la camioneta del último y siguieron el deportivo del sueco.
-¡No puedo creer que Gina vaya a ser tu publicista! – explotó Tony – Pensé que iba a darte a Valery, su ex esposa. Pero no, ¡te tenía que tocar la loca!
-¿Qué hay de malo en Georgina! – preguntó Tommy – Me parece agradable, incluso creo que es hermosa.
-Es sólo la fachada – murmuró Barnes - ¿Conoces a Ronnie?
-Claro, es despreciable. – respondió Hardy.
-Pues Gina Engström es el doble de despreciable que Ronald – exclamó Anthony – Una vez que la conozcas a fondo, vas a llegar a pensar que Ronnie es más simpático.
-¡No mames! ¡Eso no puede ser cierto! – gritó Tom y comenzó a reírse a carcajadas – Eres un cabrón, me tienes envidia.
-¡No, no es envidia! – dijo el entrenador con una gran sonrisa – Pero ten cuidado con ese par de hermanos, suelen hacer una muy buena mancuerna cuando de maldades se trata. Es lo único que puedo decirte. No le des mucha confianza a la mujer y mantén tu relación sólo de trabajo. Ella va a intentar hacerse tu amiga y no es bueno, te lo digo por experiencia.
-De acuerdo y gracias. – exclamó el chico – Tu los conoces mejor que yo y haré caso a tus consejos.
-Te conviene hacerme caso – Dijo Tony deteniendo su auto – Por cierto, ya llegamos.
Bajaron del auto y se reunieron con el Diablo y su hija para disfrutar de un delicioso desayuno. Los cuatro charlaban animadamente y Tommy podía sentir las miradas de Gina, quién lo observaba detenidamente y con mucha insistencia. Hardy la ignoró momentáneamente y concentró su atención en Gustaf, quién llevaba la batuta de la conversación; parecía que el viejo le gustaba ser el centro del universo, ¡y a sus hijos también!
Luego de ese desayuno, Tony le hizo saber a Thomas que debían regresar al gimnasio, pues tenían que centrarse en su entrenamiento y continuar con las rutinas.
-Hazle caso a Barnes, hijo – Murmuró el hombre – Tu pelea será en tres meses y debes dar un espectáculo acorde a tu nivel. Te enfrentarás a un veterano, pero él ha sido cinco veces campeón.
-¿De quién se trata? – Preguntó Tommy repasando en su mente los campeones veteranos de la UFC.
-Giovanni Lombardo – Sonrió el Diablo - ¿Te suena?
-¡Cómo no! – Gritó Tommy con emoción, mientras Barnes arqueaba las cejas – He seguido su carrera y ¡es grandioso! No puedo creer que vaya a enfrentarme a él.
-¿No es demasiado? – Preguntó Barnes, pero fue interrumpido.
-¡Por favor, Anthony – Se quejó Gustaf - ¡Haz visto las habilidades de este chico!
-Le pateó el trasero a Ronnie – Intervino Gina con burla.
-Aún así, tres meses es muy poco para enfrentar a Giovanni – Murmuró Tony.
-Nada de peros, Barnes – Sonrió Gustaf palmeando el brazo del moreno – Sé que tú puedes hacer que este chico le arrebate su título a Lombardo y lo haga pedazos.
-¡Claro, Barnes! Confió en ti – Dijo Tommy poniéndose de pie – Así que ¡vámonos que tenemos mucho por hacer!
Tony sonrió, ¡le gustaba el optimismo de Tommy! Y esa revelación era lo que le faltaba al chico para poder explotarlo al máximo.
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¡Y se vienen los campeonatos para Tommy! Así como algunas rivalidades, envidias y celos... ¿Qué les pareció este capítulo? Espero sus comentarios. Gracias por el apoyo.
#MaryCruz
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