ROUND [TWENTY FIVE]
El viernes por la mañana, Claire acudió puntual a su cita con el doctor O'Brien; su amiga Sandy la acompañaba, ya que Tom no había podido hacerlo. Entraron en el consultorio del médico, quién las hizo tomar asiento.
-Señorita Kwan - comentó el hombre – Me complace anunciarle que el tejido a trasplantar está listo, los resultados han sido positivos y prácticamente ya es un hecho su cirugía.
-¿De verdad? – Preguntó la joven sin poder creer aún en las palabras del médico - ¡Gracias!
-No tiene porque agradecerme – Sonrió el doctor – Estuve hablando con mi equipo de trabajo y tenemos un fecha tentativa para su intervención.
-¿En serio? – Volvió a preguntar llena de emoción - ¿Para cuándo sería?
-El jueves de la semana entrante – Respondió – Te internaré desde el miércoles por la noche y el jueves a primera hora será la cirugía y te daré de alta el viernes en la mañana, ¿qué te parece?
-¡Me parece excelente! – Comentó Claire levantándose de su asiento - ¡Es la mejor noticia que he recibido en mucho tiempo!
Sandy gritó llena de felicidad al escuchar las palabras del doctor, pues había estado muy emocionada escuchando las noticias de O'Brien. La muchacha abrazó a su amiga y comenzaron a reír. Después de un par de cosas más por parte del doctor, Claire y Sandy abandonaron el consultorio del oftalmólogo.
Cuando salieron del edificio, Sandy comenzó a brincar de la emoción, tomando de la mano a Claire.
-¡Estoy muy feliz por ti, Claire! – Dijo Sandy – Es maravilloso, Tommy se va a poner muy feliz cuando lo sepa.
-Muchas gracias, amiga – Exclamó Claire – Tienes toda la razón, van a ser muy buenas noticias para él también.
-¿Qué te parece si le llamamos ahora? – Preguntó su amiga – Así aprovechas y le das la gran noticia – Murmuró mientras buscaba su teléfono para marcar el número de Hardy.
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Tom estaba concentrado en su entrenamiento, había estado practicando sus movimientos junto a Tony y ambos mantenían un combate muy parejo. El chico había mejorado durante esos días. Su cuerpo era más resistente y estaba tomando más forma, además de que su técnica era impecable y certera. Su móvil estaba sonando con insistencia, pero parecía que no lo escuchaba. Hannah se acercó y miró la pantalla, se trataba de la amiga de Claire y seguramente era importante.
-¡Ey, Tony! – Gritó la chica – Hardy tiene una llamada perdida de Sandy.
-¡Sandy! – Gritó Tom – Seguro que ya tienen la fecha para la cirugía de Claire.
-¡Devuélvele la llamada! – Gritó Barnes.
Tommy saltó del ring y tomó el teléfono de manos de Hannah para devolverle la llamada a la chica.
-¡Sandy! – Gritó Tom – Perdón por no responder...
-¡Hola cielo! – Escuchó la voz de Claire que lo interrumpía – No te preocupes, nos imaginamos que estabas ocupado...
-¿Ya hablaron con Norman? – Preguntó Tommy sin poder evitarlo - ¡Anda, dime! Estoy ansioso por conocer las noticias.
Claire rió con suavidad y suspiró - ¡La cirugía está programada para el próximo jueves! – Gritó la chica - ¡Por fin podré verte, Tommy!
Tom no pudo hablar, ¡esas sí que eran muy buenas noticias! Finalmente el sueño de Claire se cumpliría. Se le hizo un nudo en la garganta y suspiró antes de poder responderle a la chica.
-¿Tommy? – Preguntó Claire.
-¡Es una maravilla, amor! – Murmuró el chico – ¡Esta noche hay que celebrar!
-¡Sí, comemos hamburguesas! – Respondió Claire a carcajada abierta - ¿Qué te parece?
-¡Perfecto! – Gritó Tom – Voy a romper la dieta por el día de hoy – Finalizó el chico y se echó a reír.
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Tommy se preparaba para reunirse con El Diablo, Gustaf le había dicho que esa noche enviaría un vehículo por él y que lo esperaba en el lugar dónde sería la pelea de William Condrom contra Adam Kubota. Tommy se miró al espejo y se acomodó la camiseta mientras se colocaba una chaqueta de piel. Había elegido un atuendo sencillo, camiseta oscura con el logo de su banda favorita, botas estilo militar y lentes oscuros. ¡Lucía bastante bien! Y para rematar, se roció con su perfume favorito.
-¡Yo también quiero ir! – Exclamó Claire saliendo del baño - ¿Por qué no puedo acompañarte? – Le reprochó.
-Ya te lo dije, cielo – Suspiró Tom – Gina me dijo que no era conveniente que por ahora apareciera en público con mi novia. Qué podía hacerlo después, ya que fuera un poco más conocido. Además, El Diablo me llamó y me recalcó que debía asistir yo solo a este evento – Murmuró acercándose a Claire y abrazándola con fuerza.
-¡Pues ambos son unos estúpidos! – Gimió Claire – Especialmente esa tal Gina, ¡la odio! – Murmuró e intentó librarse del abrazo de Tom.
-¡Voy a compensártelo, nena! – Dijo Hardy - ¡Te lo prometo! Vamos a pasar una noche inolvidable tú y yo – Suspiró y la besó con mucha pasión.
-De acuerdo – Jadeó Claire cuando él dejó de besarla – No me hagas caso, ¡sé que es para darte publicidad y eso! Pero me hubiera encantado acompañarte.
-Quizá podamos ir el próximo fin de semana – Exclamó Tommy besándola en el cuello.
-Podríamos ir a cenar, hace tiempo que no lo hacemos – Dijo Claire y se apartó – O quizá podríamos encerrarnos en un cuarto de hotel con jacuzzi y no salir de ahí hasta una semana después – Murmuró y se echó a reí.
-¿Te estás escuchando? – Se rió Tom – Después no vayas a echarte para atrás.
-¡Por supuesto que no! – Gritó Claire y se arrojó a sus brazos - ¡Ahora vete! No quiero que llegues tarde por mi culpa – Murmuró y lo besó otra vez.
Tommy correspondió a ese beso tan lleno de amor y lentamente se apartó de ella, se despidió de Claire y salió a la calle a esperar su transporte. Instantes después, un automóvil se estacionó frente al edificio y le hizo una seña, se trataba del chofer de Gustaf Engström que le abrió la puerta y lo hizo subir al auto.
-Pasaremos por los señores Engström a su casa y de ahí partiremos al lugar de la pelea – Murmuró el hombre.
https://youtu.be/tyDaEXtnYIo
Tom asintió y no dijo más, se acomodó sus audífonos para escuchar algo de música durante el trayecto hasta que se detuvieron frente a la mansión de Gustaf Engström, quién ya los esperaba, junto a su hijo Ronnie.
Hardy bajó del auto y saludó al hombre, mientras Ron lo miraba con desprecio, pero Tom lo ignoró. Saludó con efusividad al señor Engström, quién le había abierto los brazos.
-¡Muchacho! – Gritó el hombre – Es un gusto verte.
-Lo mismo digo, Gustaf – Sonrió Tom - ¡Buenas noches, Ronnie! – Dijo Tom dirigiéndose al hijo del Diablo.
-Buenas noches – Masculló Ronnie y caminó directamente a la limusina. ¡Detestaba tener que compartir el auto con el imbécil de Hardy.
Minutos después, los tres hombres se dirigían al lugar de la pelea. Mientras Ronald se mantenía más silencioso que una tumba; Gustaf decidió hacer más ameno el trayecto para Tommy y comenzó una charla.
-¿Cómo está esa encantadora señorita? – Preguntó – Claire, ¿no es así?
-Sí, Claire – Dijo el joven – Ella se encuentra bastante bien, aunque un poco triste ya que no la traje conmigo.
-¡Ya le compensarás! – Murmuró el hombre palmeando el hombro de Tom – Por cierto – continuó - ¿Ya recibieron noticias de Norman? No te he preguntado respecto a ello.
-Nos llamó hace unos días – Comentó Tom – Y ayer tuvimos consulta con él, nos ha dado la fecha para la cirugía de Claire; será el próximo jueves.
-¿Cirugía? – Intervino Ronnie, pues no había perdido detalle de la conversación.
-Le harán un trasplante de córnea a la muchacha – Dijo su padre – Con ello recuperará la vista.
-¡Ya veo! – Exclamó y volvió a guardar silencio. Quizá cuando la chica viera, dejaría a ese horroroso gorila.
Luego de unos minutos más, los hombres llegaron al sitio de la pelea, descendieron del auto y de inmediato, varios reporteros se acercaron a ellos para tomarles fotografías y entrevistarlos. Tommy estaba deslumbrado con tanta luz de flash, mientras que Ronald parecía que disfrutaba de la atención de los medios.
-¡Señor Engström! – Gritó un hombre - ¿Cómo ve el combate entre Condrom y Kubota? ¿Quién cree que ganará?
-Kubota – Sonrió Gustaf con malicia – Ese muchacho es bastante bueno. Aunque no tan bueno como Tommy – Comentó palmeando la espalda del chico – Quién pronto hará su debut.
La gente de los medios se acercó a Tommy y a Gustaf para tomarles algunas fotos y hacerles preguntas acerca del debut del muchacho y si sabían con quién se enfrentaría. Algunos ya ubicaban al chico debido a ese video viral donde noqueó a Ronnie y lo dejó inconsciente.
-¿Cómo fue que descubrió a este muchacho, señor Engström? – preguntó uno de los reporteros que se encontraban en el lugar.
-Lo vi pelear dos o tres ocasiones en un famoso casino de esta ciudad – respondió el hombre – A todos los hizo pedazos.
-¿Así como hizo pedazos a su hijo Ronnie? – preguntó otro hombre.
-Sí, así como noqueó a mi muchacho – respondió el Diablo entre risas.
Ron aprovechó que los medios habían acaparado a su padre y al gorila. Se apartó de ellos para mezclarse entre la multitud. Caminó a toda velocidad hasta que un hombre lo reconoció y lo detuvo a mitad del camino.
-Ronnie – dijo el tipo – Te traje tu encargo.
-¡Aquí no, imbécil! – murmuró el chico Engström – Pero en fin, dámelo de prisa y lárgate.
El tipo lo abrazó y metió un paquete en la bolsa de su saco. Se separó rápidamente de él y se alejó sin despedirse. Ron metió la mano al bolsillo y continuó caminando. Un par de hombres lo llamaron y le indicaron donde debía sentarse. El Diablo y Tommy ya habían ocupado sus lugares y devoraban un sándwich.
-¿Dónde estabas, hijo? – preguntó Gustaf al verlo llegar - ¿Quieres una botana?
-¿Cómo se les ocurre comer en un sitio como este? – exclamó negando con la cabeza – Yo no como porquerías. – dijo y sacó su celular para contestar algunos mensajes.
Tommy y el Diablo continuaron comiendo y charlando hasta que llegó el momento de la acción. La primera pelea fue entre un par de chicas y no duró más de tres rounds. Después hubo otra de pesos ligeros que estuvo bastante entretenida, así como la de las chicas. ¡Y por fin llegó el evento principal! Condrom y Kubota hicieron su entrada, se saludaron y a la señal del réferi comenzó el combate.
El chico no perdía detalle de los dos hombres, ambos eres buenos y se conocían perfectamente. El combate era reñido y muy parejo, ya que durante los primeros tres rounds parecía un empate. Sin embargo, después de un par de rounds más, Kubota resultó vencedor al noquear a Condrom con una fuerte patada en el pecho.
Ni Gustaf, ni Tommy se dieron cuenta de que Ron ya no estaba ahí. El hombre se había ido y no había presenciado el combate final. Había decidido dirigirse al bar del casino y beber un rato. Se sentó en una mesa del fondo donde estaba oscuro y sacó el paquete que tenía en el bolsillo del saco. Inhaló un par de líneas de cocaína y siguió bebiendo.
Le hartaba la atención de su padre hacia ese simio y del público en general. El tipo no era la gran cosa, era un muerto de hambre que había corrido con suerte. Nunca había tenido un combate serio y era seguro que en su primera pelea perdería. Lombardo era un contrincante muy duro, principalmente por la experiencia que tenía. Eso acabaría con Hardy, que era un tonto y no tenía una técnica.
-¡Aquí estás, hijo! – la voz de su padre resonó en sus oídos - ¿Por qué no te quedaste a la pelea? ¡Debiste haberla visto! Estuvo gloriosa, Kubota es una máquina.
-¡Ay, no es nada que no haya visto! – Murmuró Ronald empinándose su bebida para tragarla de golpe – Además a los dos ya los hice pedazos – Murmuró – Por cierto, ¿dónde está el gorila albino?
-Tommy se quedó charlando un rato con los Kulina – Murmuró Gustaf mientras hacía una seña al mesero – Y no deberías de ser tan grosero con Thomas, ¿acaso tú no te has visto en un espejo, hijo? – Preguntó el hombre – Otra cosa, hablas como si le tuvieras envidia.
-¡Yo no le tengo envidia! – Dijo Ron golpeando la mesa con los puños y mirando fijamente a su padre – Ahora vuelvo.
Ron se levantó y caminó rumbo a los sanitarios del bar. ¿Envidia él? ¿De Hardy? ¡Claro que lo envidiaba! Y bien sabía porque, no le gustaba el trato que su padre tenía con él, tampoco le gustaba que los Kulina hablaran con Thomas, ¡a él ni lo volteaban a ver! Después estaba Tony Barnes, quién había renunciado a ser su entrenador; aún la gente seguía riéndose a sus espaldas después de que la idiota de Hannah transmitiera ese estúpido entrenamiento en facebook y al final estaba Claire, que se notaba estaba perdidamente enamorada de ese cerdo... ¡y él quería a esa mujer! Porque no era como las otras, era pura e inocente aún. Las demás lo buscaban sólo para tener sexo y ya.
Ronnie entró en el sanitario y sacó el paquete de su bolsillo, acomodó el resto en tres líneas más y las inhaló. Después se puso a mear y salió de ahí, un tanto tambaleante y caminó de nuevo hasta la barra para pedir un Martini. Escuchó voces y la risa de Hardy, ¡esa risa tan horrenda! Chillona y estúpida. Giró el rostro y ahí estaba, ¡abrazando a los hermanos Kulina! ¿Cómo era posible que esas leyendas de las artes marciales mixtas se codearan con una basura como él? ¡Era el colmo!
Tommy mantenía una charla muy animada con los Hermanos Kulina; él los admiraba y había seguido su carrera muy de cerca y estaba más que feliz de platicar con ellos, escuchar sus consejos y bromear un rato.
-¡Anda, Tom! – Dijo Nate Kulina - ¡Tómate un trago! Te la has pasado bebiendo agua mineral.
-Honestamente no bebo – Comentó Tom – Les agradezco, pero no. Nunca he tomado más de una cerveza y creo que si tomo algo más fuerte voy a perder la cabeza.
-No seas marica, Hardy – Intervino Jay, el mayor de los Kulina.
-¡Oh, sí! – Comentó Ron Engström con grandes voces - ¡Es todo un maricón!
Los Kulina y Tom se miraron, pero no le hicieron caso, para comenzar, Ron estaba ebrio y por lo que pudo deducir Hardy al mirarlo fijamente, estaba drogado. ¡Otro adicto a la cocaína! Él conocía los efectos, Will la tomaba y a veces se ponía un poco irritable y violento, las pupilas se le dilataban, tenía ciertos espasmos y luego se ponía medio paranoico, pero a él nunca lo había atacado. Sin embargo, Ron tenía unas enormes ganas de lanzársele encima.
-¿Qué me miras, Hardy? – Preguntó Ron - ¿Acaso te has enamorado de mí?
Tommy meneó la cabeza, ¡vaya insultos! ¿Poner en duda la sexualidad de una persona llamándolo maricón? Eso era algo demasiado inmaduro, por no decir que estúpido. A él no le molestaba, así que se giró y tomó su vaso de agua mineral para beber un trago.
-¡Te estoy hablando, simio! – Gritó Ronald y lo jaló del hombro - ¡Mírame cuando te hable!
Tom no le respondió, únicamente se puso de pie y lo miró fijamente a los ojos sin parpadear, ni sentirse intimidado por su actitud. Ronnie comenzó a golpearlo con la punta de su dedo, mientras murmuraba.
-Disfruta de tus cinco minutos de fama, Hardy. Giovanni Lombardo es un gran contendiente y no vas a durar ni cinco minutos con él en la jaula.
-Lo supongo – Comentó Tom sin inmutarse – Pero al menos espero dar un buen espectáculo y defenderme de un par de golpes, ¿no lo crees, Ronnie? – Preguntó mientras la risa de Jay Kulina se dejaba escuchar en el recinto – Trataré de esquivar unos cuantos golpes de Lombardo, al menos durante el primer round. Si me noquea en el segundo, ¡ya es ganancia! Digo, conocí a un tipo que era un campeón, ¿sabes? ¡Y no metió ni las manos, cuando de un golpe lo lancé directamente contra las cuerdas del ring!
Nate y Jay Kulina empezaron a reírse, ¡habían visto ese vídeo una y otra vez! Ronnie no metió ni las manos cuando cayó redondito al recibir ese golpe. Más gente también rió al recordar la pelea
-¡Eres un...! – Gritó Ronald - ¡Pero me la vas a pagar, estúpido! – Dijo y se lanzó sobre Tom.
Tom no se movió, Ronald lo golpeó en el estómago, pero él no quiso devolverle el golpe. ¿Estaba furioso? ¡Por supuesto! Pero no valía la pena armar un escándalo, se le había ido la lengua y eso ya era más que suficiente, ¡le había seguido el juego a Ronnie! Los Hermanos Kulina sujetaron a Ron, quién trataba de golpear de nuevo a Hardy y gritaba con grandes voces.
-¿Sabes que voy a hacer imbécil? – Preguntó Ron – Voy a quitarte a tu novia, ¡Claire va a ser mía! Te voy a dar dónde más te duele, ese culito chino va a ser mío, ¿lo entiendes?
Tom suspiró y rodó los ojos. Le hubiera encantado responderle, ¡pero era caer muy bajo! Él no era el dueño de Claire y no podía decidir por ella ni obligarla a permanecer a su lado. Tommy dejó unos billetes en la barra y se dio la media vuelta para caminar hasta la salida. En ese momento, la voz de Gustaf Engström lo hizo detenerse.
-¿Qué está pasando aquí?
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Oh gosh! Ese Ronnie, ¡se están calentando los ánimos! Pero Tom se ha mantenido sereno y tranquilo, ¡que aguante! Yo en su lugar ya le hubiera partido la cara. ¿Qué va a pasar? Seguro algo no muy bueno. ¿Qué les pareció este capítulo? Déjenme sus comentarios y opiniones. ¡Gracias!
#MaryCruz
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