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ROUND [THIRTY SIX]

Claire tomó sus cosas, ¡no había probado bocado! Lo único que deseaba era alejarse de Ron y refugiarse en los brazos de Tom. ¡Pero no podía decirle nada a ese chico! Si lo hacía seguramente destrozaría a Ronald y eso lo podría comprometer. Estaba llegando a la puerta cuando la mano de Ronnie la detuvo y Claire tembló.

-¿Te vas sin despedirte, muñeca? – preguntó Ron acercándola a él y deslizando su lengua por su mejilla – Recuerda que debes tratarme bien y acceder a todos mis caprichos. – dijo el hombre estrujando el trasero de la chica – Ahora eres mía y debes complacerme en todo. – añadió – Pero te advierto Claire, que si le dices algo al gorila de Hardy ¡te va a pesar! Tu querido Tommy puede morir, hay muchas maneras de llevarlo a tumba y sin que yo me manche las manos. – dijo y apretó sus senos antes de besarla con furia - ¡Ahora lárgate! – exclamó Ron y la empujó fuera de su casa cerrando la puerta de golpe.

La chica se echó a llorar, se sentía muy mal y se lamentaba por no haber escuchado a Tommy cuando él quería explicarle todo. Ahora comprendía la verdad, ¡Thomas no mentía! Todo había sido una trampa para separarlos y ella tonta e ignorando su realidad, había confiado ciegamente en Ron.

Claire caminó un buen trecho hasta llegar a la parada del autobús. Estaba cayendo una lluvia tenue pero para su fortuna, el bus no tardó en aparecer. Subió y se sentó en los últimos asientos y comenzó a llorar en silencio otra vez. Así se mantuvo todo el camino, llorando y sintiendo repugnancia por ella, por permitir que un tipo tan vil la tocara.

Bajó del autobús y caminó rápidamente hasta llegar al departamento que compartía con Tom. Abrió la puerta despacio y no encendió las luces, al parecer Tommy aún no regresaba y eso la aliviaba un poco. Corrió a su habitación y cerró la puerta con llave, se despojó de su ropa y entró al cuarto de baño para lavarse y quitarse el aroma de Ronald. Aunque él no había más que acariciarla, ella se sentía sucia, mancillada.

Continuó llorando por un buen rato y pensando en lo que sucedería si Ron decidiera hacerle el amor. ¡Eso no sería hacer el amor! Si se comportaba como hacía unos momentos no iba a ser delicado, sería todo lo contrario. ¡Iba a violarla! No iba a permitirlo, tenía que poner tierra de por medio y alejarse de ese hombre a como diera lugar.

Salió del baño y se colocó un albornoz de flores para dirigirse a la cocina y tomar un poco de leche con galletas. Se miró al espejo pudo ver las marcas de los golpes y apretones de Ron. Nadie tenía que verla así, porque harían preguntas y ella no tenía ganas de responder nada. Abrió la puerta de su alcoba y caminó hasta la cocina pero la luz se encendió antes de que ella pusiera un pie en esa habitación.

-¿A qué hora llegaste? – preguntó la voz de Tom que estaba sentado en la sala.

Claire no volteó, no quería que la viera y sólo se limitó a responder: - Hace un rato – dijo - ¿Tú dónde estabas?

-Aquí en la sala – respondió el chico – Pero me quedé dormido y no te escuché llegar. – exclamó levantándose del sillón para acercarse a la chica.

Ella se hizo a un lado y se sirvió rápidamente un vaso de leche y tomó un paquete de galletas de la caja que se encontraba sobre la mesa. Tenía que escapar de Tommy y encerrarse en su habitación antes de que él pudiera verla.

-¡Buenas noches, Tom! – susurró la muchacha – Que descanses – dijo y corrió a su habitación.

-¿Qué te pasa? – preguntó Tom y se puso frente a ella.

Claire pegó un grito y dejó caer lo que llevaba en sus manos. El vaso de cristal se hizo pedazos y la leche quedó regada sobre el paquete de galletas y el piso. Ella inmediatamente se agachó para levantar los trozos de vidrio, pero estaba muy nerviosa y un pedazo de cristal le hirió en la palma de la mano.

-¡Mierda! – exclamó la chica y se puso a llorar.

-¡Ya, ya! – dijo Tom tomándola entre sus brazos y llevándola al cuarto de baño para lavar su herida – Yo me encargaré más tarde, pero dime ¿qué te pasó? – exclamó – Estás muy nerviosa, Claire.

Claire levantó involuntariamente el rostro y Tom le sujetó con delicadeza la barbilla, mientras la observaba con los ojos entrecerrados. ¡Claire tenía la cara hinchada y enrojecida! Además de las marcas oscuras en la piel de su cuello. Tom se tensó, de manera casi instantánea llegó a su mente la imagen de Ronald Engström.

-¿Qué sucedió? – Preguntó Tom levantando la voz - ¿Qué te hizo ese infeliz?

-¿A qué te refieres? – Respondió Claire con un hilo de voz – No sé de qué me hablas.

-Fuiste a cenar con tu novio, ¿no es así? – Continuó Hardy con su interrogatorio - ¿Acaso se ha atrevido a tocarte en contra de tu voluntad?

-Ronnie no me hizo nada – Murmuró la chica haciéndose a un lado – Tuve... ¡me asaltaron! – Gritó la joven y se arrojó a los brazos de Tom.

-Claire, ¡por favor no mientas! – Suspiró Tom mientras la estrechaba contra su pecho – Sé que ese cretino intentó hacerte daño, conozco la clase de mierda que es. ¡No lo defiendas!

-¡Te estoy diciendo la verdad! – Dijo Claire apretando con fuerza a Tom – Ron no me hizo nada, ¡ya te lo dije! Me asaltaron, pero por fortuna, unas buenas personas me ayudaron y no pasó nada más. Me asusté un poco, pero no pasó a mayores. ¡No te preocupes, Tommy! – Mintió Claire cerrando los ojos y aferrándose a su cuerpo.

-¿Por qué no me llamaste? – Siguió preguntando – Ya te lo dije, ¡no quiero que te pase nada! Eres todo lo que tengo, Claire. Significas el mundo para mí – Suspiró Hardy.

-No quería que te preocuparas – Exclamó la joven – Suficiente tienes con esa pelea, como para preocuparte por pequeñeces.

-No fue una pequeñez, Claire – Insistió Tom – Te asaltaron, ¿qué tal si hubieras muerto? ¡No sé! Hay tanto loco suelto – Suspiró – Voy a terminar con esto y te llevaré a la cama, también te llevaré la merienda y me quedaré contigo hasta que te quedes dormida.

-¡No, no te vayas! – Dijo Claire sin poder evitarlo - ¡Quédate conmigo toda la noche! Por favor, no quiero dormir sola.

Tom asintió y terminó de curar la herida de Claire. La tomó en brazos y la llevó hasta la habitación dejándola suavemente sobre la cama. Regresó a la sala y limpió el desastre, sirvió la merienda y entró de nuevo en la habitación. Tomaron la leche en silencio y comieron las galletas. Después de un rato, Tom se acostó junto a Claire y la envolvió en sus brazos. Ella se quedó profundamente dormida pero él no, dudaba de lo que la chica le había dicho. Claire no sabía mentir, al menos no a él, la conocía perfectamente y sabía que algo ocultaba.

~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~

Faltaban un par de horas para el combate entre Tom Hardy y Austin Winchester. Tommy se encontraba ya en los vestidores mientras su equipo de entrenadores le daban las indicaciones correspondientes. El Diablo se había encargado de que Thomas contara con un buen grupo de gente especializada en su entrenamiento y todos ellos eran liderados por Anthony Barnes. Se notaba que Gustaf apostaba todo a favor de Tom, haciendo drásticamente a un lado a su hijo Ronald.

-¡Quiero que ganes este combate, muchacho! – Murmuró el viejo Engström sujetándolo por los hombros – Austin Winchester también es un novato como tú, pero él no tiene esa potencia que tú tienes. Descuida mucho sus movimientos y suele bajar la guardia, debes aprovecharte de eso.

-¡Lo sé. Gustaf! – respondió Tom – Lo he estado analizando pero no voy a confiarme. – dijo – Sé que yo también tengo algunos errores y se me puede pasar algo por alto.

-¡Por eso me gustas! – exclamó el Diablo – Por eso me encanta esa actitud tuya. No estás crecido, no eres creído y no te sientes más que nadie. Sigue así muchacho, sigue así. – dijo el hombre palmeando su espalda - Eso te hará grande, más de lo que ya eres. – añadió – Si ganas este combate, recibirás un bono por parte de una prestigiosa marca de relojes. Los patrocinarás y serás su imagen, así como de una marca de celulares y no es la de la manzana.

-Muy bien, más dinero para ambos ¿no es así? – preguntó Tom y sonrió.

Gustaf se echó a reír, ¡cómo le agradaba ese muchacho! Era tan sincero y honesto, tenía los cojones suficientes para decir las verdades al rostro de la gente. Eso lo hacía único y por eso no se dejaba intimidad con nadie, al contrario, era él quien intimidaba.

-Por cierto, hijo – añadió Gustaf – He decidido buscarte un nuevo publicista. Gina no sirve para nada, es una inútil. Me ha dejado botado el trabajo y yo solo no puedo con todo. Así que le pediré a Hannah Payne que se encargue de ese trabajo, ella es perfecta para este trabajo. ¿Qué dices?

-No tengo porque decir nada – respondió Tom – Sé que Hannah es una mujer capaz y que si acepta, hará un gran trabajo en su área.

-Muy bien muchacho, ahora debo dejarte – dijo el Diablo – Pero te estaré mirando desde mi palco. ¡No me vayas a fallar! – exclamó y salió de ahí.

Gustaf salió de la habitación, seguido de sus guaruras. Tom se dejó caer en un banco junto a Tony, quién le sonrió y le palmeó la espalda. Hardy lo miró e hizo una mueca. ¡Echaba de menos a Claire! Además, estaba preocupado por ella y más porque ese día, la chica tenía una cita con Ronald.

-¿Te preocupa algo Tom? – Preguntó Tony – Tienes días mostrándote ansioso e intranquilo, pero no me has querido decir nada.

-Es Claire – Suspiró Tom y comenzó a narrarle lo que había sucedido días antes.

El rostro de Tony se tensó, ¡eso no era bueno! Ronald ya había comenzado con sus cosas y tarde o temprano Claire iba a sufrir las consecuencias. ¡Tommy no debió permitir que saliera con Ron! No esa noche que él pelearía y no estaría disponible para acudir en su auxilio.

-Le diré a Hannah que llame a Claire y también le avisaré a Timmy para que estén pendientes de ella – Comentó Tony – No debiste permitir que saliera con Ron.

-¡No puedo prohibírselo! – Gritó Tommy – Además, ella me ha dicho que Ronald jamás le ha puesto la mano encima, ¡yo no puedo hacer nada! Mientras ella no me diga la verdad, estoy atado de pies y manos – Murmuró Hardy – Primero son esas excusas tontas, ¡la misma historia se repite! Mi madre hacía lo mismo cuando le preguntaban qué pasaba; primero eran accidentes en casa, después asaltos, que alguien había querido atropellarla, ¡cosas así! Pero la verdad era otra; mi padre casi la mataba a golpes y cuando ella estaba inconsciente, seguía yo.

-Lamento todo eso, Tommy – Murmuró Anthony – Pero sólo eras un niño y no podías hacer mucho por tu madre. Ahora debemos hacer algo por Claire y tratar de alejarla de Ron.

-¿Cómo? – Preguntó Tommy - ¡Ella lo protege! Se repite ese ciclo infernal.

-Lo sé – Dijo Tony rodeando sus hombros con su brazo – Pero ahora debes concentrarte en esta pelea y ¡despedaza a Winchester! Imagina que es Ronnie E.

-¡Lo voy a matar, idiota! – Dijo Tom con una sonrisa – Me voy a olvidar por un instante de esto y sólo pensaré en mi rival.

~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~

Claire suspiró y caminó vacilante junto a Ronald para entrar en su departamento. No había podido negarse a salir con él, tenía miedo que por su comportamiento Ron le pudiera hacer daño, incluso a Tommy. Ella estaba segura que el tipo sería capaz de matar. Engström señaló un sillón en la sala y ella tomó asiento. Ronnie le sirvió una copa de vino, pero ella lo rechazó.

-No te estoy preguntando si lo quieres – Murmuró Engström - ¡Bébetelo!

Claire asintió y tomó un diminuto sorbo y lo dejó sobre la mesa de centro. Ronnie se sirvió un vaso de brandy y lo bebió de un trago, después se sirvió un poco más y apuró su contenido hasta vaciarlo, repitió la operación, pero dejó el vaso sobre la mesa y se sentó junto a Claire.

-Me dijiste que querías hablar – Comentó Claire - ¿De qué se trata? – Preguntó ella.

-Sigues viviendo con Hardy – Dijo Ron mirándola con mucho coraje – No me agrada que vivas con ese sujeto – Comentó mientras la señalaba con el dedo – Ahora eres mi mujer y ¡tienes que vivir conmigo!

-Pero esa es mi casa – Exclamó la chica con voz apenas audible.

-Entonces ¡échalo de ahí! – Gritó Ron.

-No puedo hacerlo tampoco – Murmuró Claire – Tom pagó la casa, ¡estoy en deuda con él!

Ron se puso de pie, ¡estaba rojo de ira! Claire lo estaba retando, en el fondo sabía que la mujer no había dejado de amar a ese gorila y qué sólo había aceptado salir con él por despecho y que jamás lo amaría como amaba a Hardy. Eso le dolía en su orgullo; lo mismo había pasado con Lynda, la ex novia de Anthony. Miró el rostro de Claire, estaba descompuesto en una mueca de terror y trataba de huir de él. ¡Nadie lo dejaba! Así que la sujetó por el cuello.

-¡Ya déjame, Ron! – Gritó la mujer - ¡Por favor! – Suplicó Claire – No me hagas daño... ¡yo no te he hecho nada!

-¡Tú no me amas! – Exclamó Ronald y la azotó contra la mesa de centro.

Claire lanzó un grito agudo al experimentar el dolor que la partía en pedazos, la oscuridad la inundó y ya no supo más de lo que sucedía a su alrededor; había perdido el conocimiento. Ron se inclinó y la miró, ¿estaría muerta? Había sangre en su mesa. Decidió tomarle el pulso, lo pudo sentir, escuchó su corazón y eso lo calmó. Claire estaba inconsciente, así que la tomó en brazos y la llevó hasta su auto; nadie lo vio salir, al menos eso creyó.

Ron condujo por las calles de Las Vegas, revisando de vez en cuando a la mujer, quién comenzaba a moverse, parecía que iba a despertar. Se estacionó y la recargó en la base de un anuncio publicitario ubicado en una zona bastante alejada del centro de la ciudad, pero dónde alguien pudiera encontrarla fácilmente. Le lanzó el saco y la bolsa, no sin antes tomar el móvil de Claire y su cartera para que así creyeran que había sido víctima de un robo. Dejó la cartera vacía cerca de los pies de la joven y subió rápidamente a su vehículo para alejarse de ahí.

~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~

Tom respiraba tranquilo, la pelea contra Austin Winchester había sido pan comido. En un abrir y cerrar de ojos lo había noqueado y el chico ni las manos metió. Un encuentro fácil, pensó Tom y se limpió el sudor. Tony le pidió que se recostara para masajear sus piernas y no tuviera calambres.

-¡Lo hiciste pedazos, hijo! – exclamó el Diablo antes de salir del vestidor – Ese chico es demasiado confiado, no entiendo porque no lo preparan mejor. – dijo el hombre – Quizá le ofrezca pertenecer a nuestro equipo, le veo mucho potencial.

-No es mala idea, Gustaf – dijo Tony – Aquí recibiría un excelente entrenamiento.

-Sin duda – dijo el Diablo y salió de ahí.

El móvil de Tom sonó y Hardy se incorporó para ver de qué se trataba. Estaba preocupado por Claire y supuso que era ella. Ni siquiera miró la pantalla, respondió de inmediato.

-¡Buenas noches, habla Hardy! – saludó el chico.

-¡Buenas noches, señor Hardy! – dijo una voz extraña - ¿Es usted familiar de Claire Kwan?

Tom se tensó cuando escuchó eso, inhaló y exhaló antes de responder afirmativamente.

-Soy su esposo, ¿qué pasa con ella? – preguntó Tom

-Un transeúnte la encontró, la señora estaba herida. – respondió el agente – Parece que fue víctima de un asalto, la golpearon en la cabeza y se llevaron su dinero y su celular.

-¿Ya la interrogaron? – preguntó Tom.

-Aún no, la señora se encuentra en observación. – exclamó el policía – Pero en cuanto los doctores lo permitan la interrogaremos. – dijo el hombre.

-¿Dónde se encuentra mi esposa? – preguntó Tom poniéndose la ropa y escuchando las indicaciones del agente de policía – Muchas gracias, iré para allá inmediatamente.

Tony miraba con atención a Tom y lo veía preocupado, molesto. Había escuchado parte de la llamada y no se tragaba el cuento de que hubiera sido víctima de robo.

-Un nuevo asalto – dijo al momento que terminaba la llamada – Asalto ¡mis huevos! Fue el hijo de perra de Ronald Engström. – exclamó apretando los puños – Ese sucio bastardo me las va a pagar. Lo voy a hacer pagar cada gota de sangre derramada por Claire, cada golpe que le ha dado. No voy a tener piedad de Ron.

-Tranquilo, Tom – exclamó Tony – Sé que estás alterado y todavía tienes la adrenalina de la pelea, pero te pido por favor que guardes la compostura y trates de conservar la calma. Hazlo por Claire, ella te necesita, tienes que estar a su lado. – dijo el hombre – Deja que ella declare y que la policía se haga cargo. Tú no te manches las manos Tom, ¡por favor te lo pido! – suplicó Barnes – Prométeme que vas a dejar que las autoridades se encarguen de este caso. No quiero verte tras las rejas por cometer una estupidez, no te rebajes al nivel de Ronald.

-¡Ya basta de sermones! – exclamó Tom – Lo haré, voy a guardar la compostura. – dijo el chico tomando sus cosas – Ahora lo que deseo es ver a Claire, saber cómo se encuentra y si no es nada grave lo que tiene. ¡No quiero perderla! Ella es todo lo que tengo y ella sólo me tiene a mí, ¡no puedo dejarla sola! Se lo prometí a su padre, le prometí que iba a cuidarla y también me lo prometí a mí mismo.

-De acuerdo, yo te acompaño. – dijo Tony tomando su mochila – No voy a dejarte solo, juntos debemos desenmascarar a Ron Engström y que este pague por todo el mal que ha hecho.

~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~

Ron está mostrando ya su verdadero yo, pero dudo mucho que Claire quiera decir la verdad. Ella tiene miedo y lo hace por proteger a Tom. Espero que hable con él y juntos encuentren una solución, antes de que sea demasiado tarde. ¿Qué les pareció esta parte? Espero sus comentarios y gracias por seguir la historia.

#MaryCruz    

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