ROUND [THIRTEEN]
La tierra caía sobre el ataúd y el ministro murmuraba unos salmos. La gente repetía las palabras del reverendo, mientras una lluvia de flores continuaba cayendo sobre la sepultura. Prácticamente había asistido toda la escuela en la que trabajaba el señor Kwan, ya que había sido un maestro muy querido y respetado por sus alumnos. Había muchos chicos que lloraban abundantemente y algunos más se acercaban a Claire para dedicarle varias palabras de consuelo.
La chica estaba ausente y en su rostro se reflejaba el dolor que sentía. Claire se encontraba en los brazos de Tommy, quien intentaba consolarla y darle su apoyo.
Después de la ceremonia, Tom y Claire aún permanecieron frente a la tumba del señor Kwan, los presentes se despedían de la chica, la abrazaban y le daban su pésame. Timmy se acercó hasta el final y abrazó a Claire y a Tom. El chico aún no creía esa tragedia. Conocía al señor Kwan, había convivido un par de veces con el hombre y lo estimaba.
-¡La verdad no sé qué decir! – Murmuró el joven – Sé que un simple "lo siento mucho" no será de gran ayuda para ustedes. Sólo puedo comentar que me duele su pérdida y que pueden contar conmigo para lo que sea.
-¡Gracias! – Susurró Claire tomándolo de las manos – Eres muy lindo, Timmy.
-¡Gracias Tim! – Exclamó Thomas palmeando el hombro de su amigo.
-¿Quieren que los lleve a casa? – Preguntó el joven - ¿O prefieren pasar primero a comer? ¡Yo invito! – Exclamó.
-Creo que primero comeremos algo – respondió Claire – No hemos comido nada decente desde hace un par de días, así que lo mejor será pasar a comer y después ir a casa a descansar.
-De acuerdo – respondió Timmy – Los estaré esperando en la entrada del cementerio, no se retrasen, que estos lugares a esta hora del día me dan pavor.
-¡Miedoso! – dijo Tom con una sonrisa y apretó con fuerza la mano de su amigo que se alejó a toda velocidad.
Claire suspiró y colocó un ramo de flores sobre la tumba de su padre. La chica intentó no llorar, pero fue imposible. Un fuerte sollozo se escapó de su garganta y se dio la vuelta para esconder su rostro en el pecho de Thomas y continuar llorando. El chico la estrechó con fuerza y besó su pelo. ¡No le gustaba verla así! Pero entendía a Claire y sabía muy bien por lo que ella estaba pasando.
-Gracias por estar conmigo, Tommy. – dijo la chica levantando el rostro – No sé que hubiera hecho estando sola.
-No digas nada, nena. – exclamó el muchacho – Jamás voy a dejarte. – dijo y la besó en los labios.
-Adiós papá – dijo Claire con un suspiro – Pronto vendré a verte. – añadió y tomó a Tom de la mano para salir del cementerio y reunirse con Timmy.
~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~
Timmy los dejó frente al edificio en el que vivían. Se despidieron del chico y entraron caminando lentamente y tomados de la mano. El administrador del edificio corrió al encuentro de los jóvenes y lamentó lo que les había sucedido. Habló un buen rato con ellos, les dio unas palabras de consuelo y después se despidió de los chicos. Ellos les agradecieron por sus palabras y se dirigieron a su departamento, entraron en la habitación de Claire y Tommy preparó la cama para que la chica se acostara a descansar y pudiera dormir un rato.
-Descansa, mi amor – Murmuró besando la frente de Claire – si necesitas algo, estaré en mi habitación.
Claire no dijo nada, estaba sentada sobre la cama, pero cuando sintió que Tom se alejaba, rápidamente le sujetó la mano.
-¡No te vayas! – Murmuró – No quiero estar sola... ¡por favor! Duerme conmigo – Dijo y se echó a llorar de nuevo.
Tom se sentó junto a ella y la abrazó con fuerza, besando tiernamente su frente. Comprendía el dolor de la joven, sabía perfectamente cómo se estaba sintiendo Claire, así que la dejó llorar y que se desahogara. Por fin ella pudo calmarse un poco y se acostaron juntos en la cama. Ella lo rodeó con sus brazos y recargó la cabeza en su pecho, suspirando sonoramente.
-¿Qué vamos a hacer ahora, Tommy? – Preguntó Claire con la voz velada por el llanto - ¡Nos hemos quedado completamente solos!
-No digas eso, dulzura – Respondió el joven con voz tierna – No estamos solos, nos tenemos el uno al otro para apoyarnos y darnos amor. Además, tenemos a nuestros amigos – Susurró y volvió a besarla - ¡Estoy yo aquí contigo! No voy a dejarte sola, ¡nunca lo haré! Te lo prometo, Claire. Te amo.
Claire le sonrió y se aferró con fuerza al cuerpo de Tommy, él le acarició el cabello y la espalda, mientras tarareaba la tonada de un tema de Anathema, intentando tranquilizar a la chica. Poco apoco, el sueño los fue venciendo hasta quedarse profundamente dormidos, uno en brazos del otro.
~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~
Una semana después del funeral del señor Kwan, Tommy y Claire se dieron a la tarea de limpiar la habitación en la que el hombre dormía. Había montones de papeles y varias cosas que al parecer eran simple basura. Mientras que Claire revisaba el armario de su padre para acomodar la ropa que iba a ser donada, Tom se dedicó a revisar todos esos documentos y separar lo que realmente valía la pena conservar y lo demás tirarlo a la basura.
https://youtu.be/Qk7UE65iGwk
La música sonaba con fuerza en el reproductor de sonido mientras que Thomas clasificaba los documentos. El chico estaba absorto en su tarea, hasta que comenzó a analizar cada uno de esos papeles. Se trataba de las deudas y préstamos del señor Kwan. ¡Era excesivo! ¿Por qué debía tanto dinero? ¿Qué necesidad tenía el hombre al deber tantísimo dinero? Se preguntó el chico mientras miraba como las deudas se acumulaban una sobre otra. La casa estaba hipotecada y el pago de esta se había vencido hacía un par de meses. Había dejado de abonar al banco y más y más papeles sobre el mismo tema iban apareciendo.
Tom se rascó la cabeza y suspiró con sonoridad mientras se preguntaba ¿cómo iban a pagar tanto dinero? Tomó otra caja y en ella había más cuentas, pero estas pertenecían a un casino. ¿Qué demonios hacía el señor Kwan en un casino? Seguramente apostaba, pero ¿Claire sabría de ello? Tendría que preguntarle y hacerle saber que su padre estaba muy endeudado con ese casino. Claire llegó junto a él y lo abrazó, se sentó a su lado y lo tomó de la mano.
-¿Qué pasa? – dijo la muchacha – Te noto serio y preocupado, ¡no estabas así! ¿Hay algo mal con las cuentas de papá?
-¡Todo! Tu padre estaba hundido en deudas – suspiró Tom – Todo está mal y no alcanzo a comprender ¿por qué? ¿Tú sabías algo?
-¿A qué te refieres? – contestó Claire - ¡Yo no sabía nada! No tengo idea del por qué papá debía tanto dinero. Él nunca habló de ello y no entiendo en qué gastaba tanto.
-El señor Kwan tenía un gusto por el juego. – dijo Thomas mirando la pila de recibos y pagarés a nombre de varios casinos – Es lo que puedo deducir, ¿recuerdas que salía todos los fines de semana? – preguntó y Claire asintió – Me imagino que iba a apostar o algo.
-¿Cuánto es lo que debe? – preguntó Claire con miedo - ¿Algunas deudas se pueden condonar? Hay quienes perdonan la deuda si la persona ha muerto.
-¡Sí! Hay deudas que se condonan, esas las he apartado en un archivero. – respondió el chico – Esas no me preocupan, pero a este casino simplemente le debe más de quince mil dólares.
-¿Quince mil dólares? – exclamó la chica poniéndose tensa - ¿Y de dónde vamos a sacar tanto dinero? Lo que ganamos en nuestros trabajos no alcanza a cubrir esa enorme deuda, seguramente vamos a perder la casa.
-¡Sí! – dijo Tommy con tristeza – Tu padre no pagó la hipoteca y desgraciadamente la propiedad está a tu nombre. A ti es a quién van a venir a embargar.
-¿Qué voy a hacer, Tommy? – preguntó Claire y las lágrimas cayeron de sus ojos - ¡Yo no voy a poder pagar todo ese dinero! Y por lo que dices, no sólo se trata de esa cantidad, hay muchas más.
-¡Sí, hay varias más! – Bufo Tom con molestia – Y como lo dices, tú y yo solos no vamos a poder hacernos cargo – Murmuró y abrazó a su novia – Tendré que hablar con esta gente, exponerles el caso y ojalá se conmuevan y nos puedan dar un plazo largo para liquidar la deuda. Por ahora no se me ocurre nada más.
Claire asintió y abrió la boca para decir algo, pero el timbre de la puerta la interrumpió. La joven se levantó y caminó para abrir, mientras Tom continuaba revisando las cuentas y haciendo cálculos. Claire abrió la puerta y un par de hombres carraspearon, ella saludó con cortesía y les preguntó qué necesitaban.
-¿Es usted la señorita Claire Kwan? – Preguntó uno de ellos.
-Sí, soy yo – Murmuró ella - ¿Quién es usted y en qué puedo ayudarle?
-Mi nombre es John Solomons – Dijo el hombre – Soy el abogado representante del Casino Excalibur.
Claire se tensó al escuchar esas palabras y sintió que la sangre bajaba hasta sus talones; Tom escuchó también y se levantó de inmediato, dirigiéndose hasta la puerta para apoyar a la joven, quién se había quedado muda.
-Adelante – Intervino el joven – Soy Thomas Hardy, ¿Qué puedo hacer por ustedes? – Preguntó.
-¿Es usted familiar de Heng Kwan y de la señorita Claire? – Preguntó de inmediato el hombre.
-Por favor – Dijo Thomas sin hacer caso a su pregunta – ¿Podríamos arreglar las cosas dentro de la casa?
John Solomons entró, seguido del gorila malacara que lo acompañaba. Tom entró tras ellos, llevando a Claire de la mano y sentándola en el sillón. Mientras se acomodaban, les ofreció de beber, pero ellos rechazaron la oferta.
-Pasemos directamente al grano, señor Hardy – Murmuró el señor Solomons – Es muy lamentable la situación por la que están pasando. Siento mucho su pérdida y todo eso – Dijo con un toque de sarcasmo – Pero un muerto no paga deudas, ¿no es así?
-Comprendo lo que dice, señor Solomons – Dijo Tom – Pero nosotros no teníamos conocimiento...
-¡Nadie tiene conocimiento! – Lo interrumpió – Nadie sabe hasta que el tipo se muere o huye dejándoles una enorme deuda que no pueden pagar y ¡Heng Kwan nos debe mucho dinero!
-Lo sé – Suspiró Tom – Acabo de enterarme - ¿Cuánto dinero es exactamente? – Preguntó el joven.
-Exactamente – Dijo Solomons – Veintitrés mil seiscientos ochenta y cinco dólares, incluyendo los intereses.
Claire se llevó la mano a la cara y comenzó a llorar. ¡No tenían esa cantidad de dinero! ¿Cómo pagarían? ¿Qué iban a hacer? Tom se acercó a la chica y la abrazó, suspirando con sonoridad.
-¡Pero nosotros no tenemos dinero! – Gritó Claire – No podremos pagar esa deuda... ¡Tenemos más gastos y...!
-Ese no es asunto mío, señorita Kwan – Dijo John Solomons – Su padre debía ese dinero y no se lo vamos a perdonar; Heng no pensó en ello, se empeñó en apostar a pesar de que estaba perdiendo y no midió las consecuencias.
-¿Tenemos un plazo para pagar? – Intervino Tom.
-Quince días – Dijo el abogado – Seré benevolente, debido a su situación – Sonrió – Les daré quince días de plazo para pagar... ¡O los intereses seguirán aumentando!
-De acuerdo, señor Solomons – Murmuró Tom levantándose de su asiento y extendiendo la mano – Le pagaré en esa fecha.
Solomons también se levantó y asintió, sonriendo complacido mientras estrechaba la mano de Thomas. El chico se despidió de los hombres y los llevó hasta la salida, mientras que Claire continuaba sentada en el sillón, retorciéndose las manos. ¿Había escuchado bien? ¿Tom se iba a encargar de pagar la deuda? ¿Cómo?
Tommy regresó a la sala y se dejó caer en el sillón, recostándose en el respaldo, cerrando los ojos y suspirando. Claire se puso inmediatamente de pie y se acercó a él. Necesitaba conocer el plan que Tom había ideado, si es que tenía uno.
-¿Cómo vamos a pagar ese dinero? – Le preguntó la chica – Además, ¿por qué tú? Tú no tienes porque hacerlo. Tú no pediste prestado, Heng no era tu padre, ni nada que se le parezca y sin embargo...
-Sin embargo – La interrumpió Thomas – Heng Kwan fue lo más cercano a un padre para mí – Suspiró – Me ayudó en las buenas y en las malas y creo que es momento que yo liquide la deuda – Comentó y se levantó de su asiento – Voy a pagar y conseguiré el dinero de la única manera que puedo por ahora; peleando.
-¡No! – Gritó Claire y se puso de pie también – Eso es muy peligroso, ¡no puedes arriesgarte! No lo permitiré.
-¿Tienes una idea mejor para conseguir ese dinero? – Le preguntó y ella guardó silencio – Me lo imaginé – Continuó – Tengo planeado ir a buscar al dueño del lugar donde voy a pelear, le preguntaré si sabe de otro sitio en dónde pueda ganar más pasta y de esa manera obtendré el dinero.
-Papá tenía sus ahorros en el banco – Murmuró la joven – Quizá podamos utilizarlos.
-No tiene nada – Bufó Tom – De hecho, también le debe al banco... ¡Heng era una caja de sorpresas!
Claire volvió a ponerse a llorar, ¿por qué? Se preguntó de nuevo, ¿en qué demonios estaba pensando su padre al contraer todas esas deudas? A ella no le quedaba más remedio que apoyar a Tommy en lo que tenía pensado hacer y rogarle a los dioses para que nada le pasara al muchacho. Tom la envolvió en sus brazos, intentando reconfortarla. Él sabía que no iba a ser fácil, pero necesitaba obtener ese dinero de alguna manera. Para empezar, no tenían a dónde ir, ni a quién recurrir; no iban a largarse y dejarlo todo botado, tenían muy buenos trabajos como para perderlos.
-¡Vamos a salir adelante, Claire! – Le dijo Tom – Te lo prometo – Exclamó mientras la abrazaba con más fuerza.
~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~
Creo que ninguno de los dos se esperaba eso. El señor Kwan era un enigma y ¡miren con lo que les salió! En fin, las cosas van a tener que cambiar para este par, especialmente para Tom, pero se va a encontrar un par de oportunidades que no tiene que desaprovechar. ¿Qué les pareció este capítulo? Déjenme sus opiniones en la caja de comentarios; ¡gracias!
#MaryCruz
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro