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ROUND [SEVEN]

Claire se puso su vestido rojo y pidió ayuda a su padre para que le subiera el cierre. El señor Kwan la miró y suspiró. Su hija se veía hermosa; hacía un par de horas la había llevado al salón para que la maquillaran y peinaran. Su nena tenía que verse encantadora para su baile de graduación. Claire buscó entre los frascos de su tocador un perfume y se puso un poco; le gustaba esa fragancia porque a Tom también le gustaba; él se lo había regalado.

-¿Estás lista? – Le pregunto su padre – Tom no tardará en llegar, ha llamado y me dijo que estaba a punto de salir de su casa.

-Entonces debo esperarlo en la sala – Murmuró Claire - ¿A qué hora debo estar aquí? – Preguntó mientras bajaba las escaleras.

-Te daré permiso de llegar a casa hasta las tres de la mañana – Comentó el padre de Claire – Ni un minuto más, ¿de acuerdo?

-Tres de la mañana, no lo olvido – Dijo la chica sentándose en un sillón – Estoy nerviosa – Le dijo a su padre.

-¡Ve y disfruta! – Murmuró Kwan – Es tu noche y debe ser algo muy especial; es tu última noche como estudiante de bachillerato. Pronto nos iremos de aquí, lo sabes, ¿ya le dijiste a Tom?

Claire bajó la cabeza y suspiró, ¡se iría! Y tendría que dejarlo. Su padre había recibido una nueva propuesta de trabajo para otro colegio en Nevada; se mudarían y ella estudiaría para ser maestra de canto en una escuela de arte de ese estado. No le había agradado esa idea, pero no podía hacer nada para negarse. Ella sólo tenía a su padre y, aunque era muy independiente, estaba segura que él jamás le permitiría permanecer sola en algún sitio.

-No se lo he dicho aún – Murmuró – Pensaba decírselo esta noche. Aunque temo que no lo tome bien.

-No deberías temer – Comentó su padre – Si Tom te quiere de verdad, comprenderá y te dejará ir a dónde tú quieras. Quizá después se podrán reunir y continuar con su amistad...

El sonido del timbre interrumpió la charla, Claire sólo le apretó las manos a su padre y volvió a suspirar. Quizá tuviera razón; no estaba muy segura. Su padre abrió la puerta y ahí estaba Tom; Claire pudo darse cuenta de su presencia debido al aroma de su colonia.

-Madera, cítricos y menta – Suspiró en voz baja.

Le gustaba como olía, era un perfume demasiado masculino para un chico. Le hubiera gustado poder contemplarlo, ¡seguramente se veía hermoso! Escuchó que hablaba con su padre y se estremeció, ¡su voz! Tenía una voz fuerte y grave; pero lo que más le gustaba escuchar era el sonido de su risa. La chica caminó hasta la puerta y ambos hombres se quedaron callados. El primero en romper el silencio fue Tom.

-Te ves hermosa – Exclamó con timidez, quizá por la presencia de su padre - ¿Lista para irnos? – Preguntó.

Claire se acercó a él y asintió para después depositar un suave beso sobre los labios del chico. Tom la sujetó por la cintura y la apretó contra su cuerpo, para profundizar el beso. Pero un carraspeo de inconformidad los apartó de golpe.

-Diviértanse, pórtense bien y, Tom, ¡la quiero aquí antes de las tres de la mañana! – Exclamó el padre de Claire.

-Dijiste que a las tres – Intervino la chica a manera de reproche.

-Sí, eso, a las tres – Dijo Kwan mientras los veía desaparecer.

Tom se río y abrazó de nuevo a Claire para besarla con pasión. La joven le echó los brazos al cuello y gimió con suavidad al tiempo que los labios del chico descendían por su cuello hasta su escote. Claire se estremeció y Tom se apartó de ella para acariciarle el rostro.

-Eres encantadora – Susurró y la tomó de la mano mientras subían al auto de Will.

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Tom se miró al espejo y sonrió al verse. El regalo de graduación de Will era perfecto, un traje para esa ocasión. El chico tomó su perfume favorito y como de costumbre, casi se vacía la botella encima. Se arregló el pelo y de nuevo se miró en el espejo.

-¡Ya, ya! – Gritó Will – Yo no sé que tanto te arreglas. La pobre no puede verte, es ¡ciega!

-¡Tú y tus estupideces! Yo no sé cómo te aguanto – Le gritó Tom sin contener la risa.

-Mi bebé ha crecido – Dijo Will abrazándolo – Pronto se irá a la universidad y ¡me va a dejar aquí solo! – Exclamó y fingió un llanto desconsolado - ¡Mi muchachito es muy inteligente! – Continuó el chico con su drama.

-¡Cállate, payaso! – Murmuró Tom empujándolo y esbozando una gran sonrisa.

-¿Esa es manera de tratar a tu hermano mayor? – Preguntó Will extendiéndole las llaves de su coche - ¡Desagradecido!

-¿No vas a venir con nosotros? – Preguntó Tom.

-No, tengo algo que arreglar con Dash – Respondió Will – Es tu noche, disfrútala y... he lavado y aspirado el auto, ¡está limpio! – Comentó al ver la cara de Tom, llévatelo. Yo iré en taxi.

-De acuerdo, ¡gracias! – exclamó el chico y lo abrazó – Te veré mañana al mediodía.

-¡Claro, claro! – Comentó Will y le entregó un paquete – Úsalos sabiamente.

Tom miró el paquete y sonrió, eran condones. Will siempre pensando en todo, los guardó en el bolsillo del saco, salió de la casa y subió al auto, no sin antes avisarle al padre de Claire que estaba por llegar a su casa.

~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~

Tom y Claire llegaron tomados de la mano y entraron en el gimnasio de la escuela donde sería el baile. Todo estaba decorado con globos, serpentinas y moños brillantes. Se escuchaba el griterío y las risas de los graduados. Tom suspiró y de pronto se detuvo en seco.

-¿Sucede algo, cielo? – Preguntó Claire - ¿Por qué te detienes?

-Nada, nada – Murmuró – Es sólo que... ¡ya sabes!

-¿Nostalgia? – Preguntó la chica apretando su mano - ¿Extrañas a tu mamá?

-Algo así – Respondió – Son sentimientos encontrados, ¿sabes? Aunque... no arruinaré esta noche con mi melancolía – Carraspeó – Vamos allá adentro a divertirnos y despedirnos de esta mierda.

Claire se rió, Tom le pasó el brazo por la cintura y juntos entraron en el gimnasio. La música los golpeó de pronto. La chica lo jaló y comenzó a moverse, animándolo a que bailara.    

https://youtu.be/p47fEXGabaY

-¡Por favor, no! – Gritó Tom – Esa canción es lo más horrendo que he escuchado.

-¡Oh, vamos! – Gritó Claire para que Tom la escuchara – No seas así, se supone que es nuestro baile de graduación y tenemos que divertirnos, ¿acaso no vinimos a eso?

-¿Y si mejor nos vamos? – Preguntó.

-¿Irnos? ¡Pero si vamos llegando! – Protestó Claire.

Tom se rió y la abrazó con fuerza, uniendo su boca a la de la chica. Ese beso la tomó por sorpresa y no pudo reaccionar por un instante. Las manos de Tom le acariciaban suavemente la espalda, hasta su trasero y ella volvió a gemir. Estaba sintiendo cómo la temperatura de su cuerpo aumentaba y le clavó las uñas en el saco; esos besos por parte de Tom eran más sensuales y lograban que se excitara.. Tom se apartó lentamente y le acarició el rostro, depositando un beso en la nariz de la chica.

-De acuerdo – Exclamó – Vamos a bailar un rato y a divertirnos y después nos vamos, ¿te parece bien?

-Muy bien – Respondió Claire entre jadeos y caminaron hasta la pista.

Claire y Tom estuvieron bailando por un buen rato, después se sentaron para charlar con algunos compañeros y pasarla bien durante su último día como estudiantes de bachillerato. Uno de los chicos se acercó al Claire y le susurró algo al oído. Ella suspiró y apretó la mano de Tom.

-¿Sucede algo, nena? – preguntó el chico - ¿Qué te dijo ese idiota?

-Nada en realidad – dijo Claire – Sólo me ha pedido que suba al escenario y cante una canción, pero... ¡estoy nerviosa!

-No tengas miedo – exclamó Tom abrazándola – Ya ganaste un concurso y cantaste ante miles de personas, puedes cantar frente a la escuela.

-Está bien, lo haré. – suspiró la muchacha – Pero porque tú me lo pides.

Claire se puso de pie y caminó hasta el escenario. Habló unos instantes con el DJ y tomó un micrófono. Momentos después se encontraba arriba y comenzó a cantar.

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Tom la escuchaba con atención, le encantaba como cantaba Claire, aunque a veces desconociera quién interpretara las canciones. Todos guardaron silencio para escuchar a Claire y cuando ella terminó su interpretación, se escucharon montones de aplausos y ovaciones para la chica. Tommy corrió hasta ella para tomarla entre sus brazos y besarla de nuevo. Juntos bajaron del escenario y abandonaron el lugar.

-¿A dónde me llevas, Tommy? – exclamó Claire pues escuchaba la música demasiado lejos.

-Iremos a mi casa – respondió el muchacho – Quiero estar a solas contigo, Claire. – dijo y suspiró - ¿Tú no quieres?

-¡Si quiero! – respondió la chica – Pero tengo miedo. – dijo – Últimamente tus caricias se han vuelto diferentes y yo... ¡me enciendo! Es algo que no puedo evitar.

-¿Qué hay de malo con ello? – preguntó Tom ayudándola a subir al auto – Tu me quieres, yo te quiero, ¡nada malo va a pasar! Pero si no estás segura, sólo nos quedaremos en casa y hablaremos hasta que llegue el momento de llevarte con tu padre.

-¡Pero yo no quiero hablar! – se quejó Claire – Yo quiero que me toques. – gimió – Yo quiero que me lleves al cielo, Tommy.

Tom suspiró y besó a Claire con ternura: - Entonces, ¡vámonos! No perdamos más el tiempo aquí. – dijo mientras ponía el auto en marcha.

~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~

Dash se sentó frente a Will, mientras el chico sacaba de su mochila un montón de fajos de billetes y los ponía sobre el escritorio. El hombre destapó una botella de ron y la sirvió en dos vasos, ofreciéndole uno a Will, mientras le daba un largo trago al suyo, mirando con atención cómo su dealer acomodaba el dinero.

-Ha sido un buen mes, ¿no es así? – Le preguntó el hombre a Will.

-Por supuesto – Sonrió el muchacho – Pero hemos tenido un par de contratiempos, sabes – Continuó – Hay un par de estorbos en la zona. Sé que tú nos quitaste a varios del camino pero...

-¿Qué? – Preguntó Dash - ¿Hay más?

-Nos han estado molestando continuamente y hemos recibido muchas amenazas – Continuó Will – Al menos en nuestra zona, no sé si los otros chicos te hayan dicho algo. Ya he utilizado un par de veces el arma que me diste y....

-¿Por qué no vino Tom? – Le preguntó - ¿Dónde está tu compañero?

-Es su baile de graduación – Murmuró Will – No podía pedirle que me acompañara en su gran noche. Además hay un profesor molesto que sospecha de él y no le quita la vista de encima. ¡Tú lo sabes Dash! No podemos levantar sospechas....

-¡Ya, déjalo! – Escupió – Proteges mucho a ese Tom, ¿es tu novio?

Will apretó los dientes y no dijo nada. Terminó de sacar el dinero y bebió un poco de ron; se mantuvo en silencio mientras Dash contaba el dinero y hacía varias anotaciones en un cuaderno de contabilidad.

-¿Pasa algo? – Preguntó Will al verlo fruncir el ceño.

-Después de todo no fue un buen mes – Exclamó – La venta bajó un poco.

-Ya te dije porque es – Murmuró Will – Andan unos tipos raros y ofrecen la mercancía más barata.

-¡Pura mierda! – Gritó Dash - ¡Ya sé que esos putitos me están jodiendo el mercado! Esas pequeñas mierdecillas lo están echando a perder. ¿Sabes lo que están vendiendo? – Gritó Dash – Veneno para ratas, a su puto polvo le agregan esa porquería.

Will se quedó en silencio y no supo que decir. Él sabía que su polvo, si bien no era de primera calidad, estaba más o menos decente. Él lo había probado, incluso se lo había ofrecido a Thomas, pero él se había negado a probar. Por una parte se había sentido aliviado al saber que su amigo no era un tipo de vicios y esas cosas.

-¿Qué piensas hacer? – Le preguntó Will - ¿Vas a matarlos?

-Por supuesto – Exclamó Dash levantándose de su asiento – Vamos a salir esta noche – Dijo y caminó hasta un armario.

-¿Vamos? – Le preguntó Will – O sea que yo también...

-Llama a tu amiguito y dile que venga, que él nos va a ayudar también, nos desharemos de esas mierdas – Murmuró el hombre entregándole un par de pistolas a Will con sus respectivos cargadores.

Will titubeó, ¡no debía meter a Tom en eso! De hecho, nunca debió haberlo involucrado. Suspiró y negó con la cabeza. Dash bufó molesto, pero ya no insistió, llamó a su gente para que se prepararan y.... La puerta de la oficina se abrió de golpe, se escucharon varios disparos y gritos. Varios hombres irrumpieron ahí, mirando a Dash con burla y también a Will.

-¡Jefe, tenga cuidado! – Gritó un hombre, pero su voz fue silenciada y cayó de bruces en medio de un charco de sangre.

Dash se agachó y disparó dos veces, resguardándose detrás de su escritorio. Will no quiso quedarse atrás y abrió fuego, usando la silla a modo de escudo. ¡Los estaban atacando! Ese maldito grupo nuevo acababa de llegar para hacerles la vida imposible y desaparecerlos del mapa. Pero no les iban a dar ese gusto. Continuaron disparando, pero por fortuna no podían darles. Will se movió de ese sitio, la silla no iba a soportar mucho y necesitaba algo más firme para resguardarse. Dash le gritó algo, pero el muchacho no alcanzó a escucharlo, sólo miró como su cabeza se asomaba por encima del escritorio cuando se escuchó un silbido y la bala se le incrustó en medio de la frente.

-¡Joder, joder! – Gritó Will y salió de ahí arrastrándose. Buscó entre su ropa un crucifijo y lo apretó con fuerza.

Will sabía que eso no le iba a servir de nada, estaba perdido y Dios no iba a salvarle el pellejo. Cerró los ojos y pensó que las cosas podrían haber sido diferentes. Aunque en el fondo se alegraba de que Tom no estuviera ahí. Gritó más fuerte y disparó a todas partes, mientras se escondía detrás de un gran sillón. Afuera se escuchaban los gritos de la gente y los disparos. Un tropel entró de lleno en la oficina de Dash y comenzaron a tomar todo lo que ahí estaba. Will ya no quiso salir de su escondite, pero un tipo con una ametralladora abrió fuego y descargó el arma contra el sillón en el que Will se ocultaba.

El muchacho sintió un dolor agudo tras otro y miró su cuerpo, mientras varios hilos de sangre corrían a través de eso agujeros. Ya no pudo moverse, ni gritar, ¡estaba perdido! Cerró los ojos y ya no luchó, de nada serviría, únicamente necesitaba esperar su muerte.

~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~

Tom abrió la puerta de su departamento y entró de la mano junto a Claire, la chica suspiró y se detuvo un instante, recargándose en la pared. Hardy cerró la puerta con llave y recargó ambas manos en la pared, acorralando a Claire y acariciando su mejilla con su aliento. La chica se estremeció y suspiró al sentir el roce de sus labios contra los suyos. Ella abrió los labios, invitándolo a seguir y él no perdió tiempo para besarla con mucha pasión. Una de las manos de Tom se deslizó por el cuello de la chica y acarició con suavidad su hombro y sus senos, los cuales reaccionaron inmediatamente. La mano siguió su camino y levantó la falda de su vestido, para acariciar sus muslos. El cuerpo de Claire se puso tenso y Tom se apartó de ella.

-¡No pares! – Susurró Claire.

-¿Estás segura? – Preguntó Tom – No quiero que te sientas incómoda.

-¡No, no! – Jadeó ella y acarició el pecho del chico para buscar los botones de su camisa.

-Te lo voy a poner más fácil, linda – Susurró Tom inclinándose para besarla otra vez al tiempo que él se despojaba del saco y la camisa.

Claire se rió y se arrojó a sus brazos. Tom la recibió y ella pudo sentir el calor de la piel del chico mientras la tomaba en sus brazos y caminaba con ella hasta su habitación. El rostro de Claire estaba sonrojado y su respiración, agitada. Él la colocó con delicadeza sobre el piso y la contempló durante unos instantes. Las manos de Claire se deslizaron por el pecho de Tom mientras en el rostro de la chica se dibujaba una sonrisa traviesa al detenerse escasos centímetros de su cinturón. Tom la tomó de las manos y rió con sensualidad, mientras sus labios se posaban sobre el cuello femenino. La piel de la joven se erizó ante ese delicado roce y él continúo besando hasta quedar detrás de ella.

Lentamente le bajó el cierre del vestido y este cayó al piso. Claire jadeó; podía sentir la mirada de Thomas sobre ella, recorriendo despacio y sin prisas cada centímetro de su piel.

-¿Tom? – Preguntó la joven.

Él no le respondió, sólo la contemplaba, admirando sus finas curvas y su cuerpo delgado y menudo. Bufó cuando ella se dio la vuelta y levantó las manos para soltarse el cabello, el cual cayó sobre sus hombros. Tom se acercó a la chica y recorrió suavemente sus hombros, hasta detenerse sobre sus senos y comenzar a masajearlos. Claire gimió ante esa ola de sensaciones que se despertó en ella, echó la cabeza hacia atrás y dejó que él la tocara y deleitara su tacto con su cuerpo. Poco a poco, Tom la empujó en la cama y Claire cayó sobre esta.

La chica respiraba con dificultad; era consciente de que se encontraba semidesnuda y con el cabello revuelto sobre el colchón, pero lejos de sentirse avergonzada, había algo que la hacía sentirse como una mujer sensual. Quizá era la mirada de Tom y esos jadeos que dejaba escapar. Sintió el peso del chico y suspiró cuando los labios de él tomaron uno de sus pezones. La espalda de Claire se arqueó y de sus labios se escapó un sonoro gemido.

-¡Tom! – Exclamó en tono suplicante pero no recibió respuesta – Tom – Murmuró de nuevo – Deseo tocarte también.

-Voy a quitarme la ropa – Susurró con voz ronca – No te desesperes.

Claire escuchaba cómo se desabrochaba el cinturón y bajaba el cierre de sus pantalones que cayeron al piso de la habitación. Ella suspiró; ¡cómo hubiera deseado poder contemplar esa imagen! Tom regresó a la cama y se echó junto a la chica, tomó una de sus manos y la colocó sobre su pecho desnudo.

-¡Ahora sí, Claire! – Dijo el chico – Tócame.

Claire se incorporó quedando de rodillas sobre la cama y comenzó a deslizar sus manos por el cuerpo del chico. Tom gimió ante su suave roce y ella también. Sus manos le temblaban y apenas podía con tantas emociones que se agolpaban al mismo tiempo, pero también estaba feliz de poder hacerlo, de conectarse con Tom de esa forma tan íntima y sensual. Las manos de la joven tocaron el pecho de Tom y se fueron deslizando poco a poco por sus pectorales, tocó su vientre y más abajo, rozando delicadamente su sexo excitado.

-¡Ay Tom! – Gimió la joven y apartó las manos - ¡Lo siento!

-¡Tranquila! – Dijo Tom entre risas – Sigue con lo tuyo.

Claire volvió a sonreír. Tenía el rostro arrebolado y ya estaba sudando, pero de nuevo su mano tocó el miembro de Tom y lo acarició en toda su longitud, sonrió al sentirlo tan duro, tan suave y tan suyo... Escuchó a Tom gruñir, él estaba tenso y cada vez más excitado, eso la incitó a continuar tocándolo, estimulándolo lentamente, experimentando cómo crecía cada vez que lo acariciaba. De pronto, él le apartó la mano y ella se sobresaltó.

-¿No te ha gustado? – Preguntó Claire visiblemente decepcionada.

-Me ha encantado – Gimió Tom empujándola de nuevo para que cayera sobre la cama.

La chica suspiró y rió al sentirlo encima de ella, besando sus pechos y su vientre. Las manos de Claire acariciaron los cabellos de Tom. Él le bajó las bragas y acarició sus muslos, depositando suaves besos por sus piernas. Ella se tensó y estrujó las sabanas cuando los dedos del chico juguetearon suavemente con su intimidad.

Tom sonrió al darse cuenta que Claire estaba muy húmeda. Sus dedos se deslizaron entre sus pliegues y ella gimió y abrió las piernas. Él levantó la vista y pudo ver cómo Claire se mordía el labio inferior y gemía con fuerza.

-¡Oh! – Gimió Claire – No sabía que esto era tan... perfecto - Exclamó y levantó las caderas.

Tom ya no podía más, estaba desesperado y deseoso de estar dentro de Claire, lentamente retiró los dedos de su intimidad y se apartó para tomar un preservativo y colocárselo a toda velocidad.

-¿Qué haces, Tom? – Preguntó Claire.

Por respuesta, Tom cubrió la boca de la chica con sus labios e introdujo su lengua dentro, explorando y llenándose del dulce sabor de Claire. Esta vez fue un beso más intenso, lleno de lujuria y deseo. Claire frotó sus senos contra el pecho del chico y se arqueó, pidiéndole silenciosamente que la penetrara. Tom le besó el cuello y colocó firmemente sus manos en las caderas de Claire.

-¡Por favor! – Murmuró la chica – Sé delicado.

-Sería incapaz de hacerte daño – Murmuró Tom mientras lamía el cuello de Claire – Sólo relájate y déjame a mí el resto.

Claire asintió y buscó con desesperación los labios de Thomas para besarlo con pasión Lentamente, él comenzó a hundirse dentro de la joven, Claire ahogó un gritito al sentir cómo la penetraba y le clavó las uñas en la espalda. Tom se detuvo un instante al sentir esa barrera, pero ella lo rodeó con las piernas y las apretó, indicándole que no debía detenerse. Tom la embistió con firmeza y Claire lanzó un grito mezcla de dolor y placer.

-¿Te he hecho daño? – Preguntó Tom mientras le acariciaba las caderas.

Ella negó con la cabeza y recargó la cabeza en su hombro. Tom continuó moviéndose lentamente y con un ritmo pausado, mientras sus labios besaban tiernamente el cuello de Claire. Ella estaba aferrada a su cuerpo, tratando de imitarlo. El dolor había desaparecido dando paso a algo maravilloso; sólo se entregó a él, sintiendo una conexión inmediata con Tom.

-Te amo – Dijo el chico embistiéndola una y otra vez.

-Yo también te amo – Susurró ella.

La pasión aumentó y el ritmo de ambos cuerpos se aceleró. Las sensaciones nuevas que estaba experimentando eran tan perfectas que necesitaba más y sabía que él también quería aún más.

-Tommy – Le dijo ella, sintiendo que volaba – Por favor.

Tom la abrazó con fuerza y la besó en los labios, era un beso posesivo y ardiente. Aceleró aún más los movimientos y juntos alcanzaron el clímax y gritaron sus nombres y así consumirse en la llama de la pasión.

~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~

Claire se rió cuando la lengua de Tom recorrió de nuevo sus senos y gimió con fuerza. Cerró los ojos cuando el chico recargó la cabeza en su pecho y suspiró. Ella le acarició la espalda y volvieron a quedarse en silencio, disfrutando de la cercanía de sus cuerpos. Luego de unos minutos en silencio, Tom se incorporó y ella sólo pudo quejarse.

-¿Ya es hora? – Preguntó la chica con molestia.

-Son las dos con veinte minutos, recuerda que el señor Kwan nos dijo que debías regresar a casa antes de las tres – Murmuró Tom y se levantó de la cama – Iré por tu vestido y por el resto de tu ropa.

Claire también se incorporó y se quejó. Estaba adolorida, pero había valido la pena, ¡sólo era cuestión de acostumbrarse! Suspiró y se tocó la piel aún sensible. Escuchó cuando Tom regresaba y dejaba su ropa sobre la cama.

-¿Quieres que te ayude a vestir? – Le preguntó besando su frente.

-Lo puedo hacer yo, no te preocupes – Sonrió Claire, consciente de que si Tom volvía a tocarla, lo arrojaría sobre la cama para que volvieran a hacer el amor.

Tom también se vistió, mirando de vez en cuando a la chica y suspirando cada vez que lo hacía. Cuando estaban a punto de dejar la habitación, escucharon cuando llamaban a la puerta. Tom corrió a toda velocidad y atisbó por la mirilla de la puerta. ¡Eran dos policías! El chico se tensó al verlos... ¿acaso ellos estaban ahí por él? Suspiró y abrió la puerta.

-Perdone que lo molestemos a esta hora, señor Hardy – Dijo uno de los oficiales y se pasó la mano por el pelo - ¿Es usted familiar de William Austin? – Preguntó.

-Somos amigos... hermanos – Murmuró el joven - ¿Qué sucede con él?

-Señor Hardy – Dijo el otro oficial – Se trata de su amigo, él...

-¿Qué? ¡Hable! – Lo apuró el chico cada vez más alarmado.

-Hubo un tiroteo, un enfrentamiento entre pandillas – Continuó el hombre – Su amigo fue herido de gravedad. Falleció mientras lo trasladaban a un hospital para recibir la atención debida... Lo siento mucho.

~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~

¡Oh por Thor! Un nuevo golpe para el pobre de Tom, ¿podrá resistirlo? Ha perdido a su mejor amigo, a su hermano del alma. Seguramente estará devastado, pero tiene Claire, espero que ella lo ayude a ser fuerte y a seguir adelante. ¿Qué les pareció este capítulo? Espero sus comentarios y de antemano se los agradezco. ¡Hasta el siguiente capítulo! 

#MaryCruz    

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