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ROUND [NINETEEN]

Thomas entró directamente en la oficina de Anthony Barnes, tal y cómo se lo había pedido Hannaha cuando lo vio llegar al gimnasio. Tony levantó la mirada al escuchar que la puerta se abría y sonrió a mirar a Tommy parado en el umbral.

-Adelante – Exclamó el entrenador esbozando una sonrisa – Siéntate mientras te sirvo un poco de agua. ¿Cómo estás? – Dijo el hombre poniéndose de pie y dirigiéndose hasta la garrafa.

-Estoy bien, gracias y ¿tú? – Respondió Tommy y se sentó en un sillón de cuero en color café oscuro.

Tom recibió el vaso de agua que Tony le extendía y le echó un ojo a la oficina. Había trofeos, pósters de peleas antiguas y un gran cinturón de campeonato sobresalía de entre todos esos trofeos, colocado estratégicamente en la vitrina para captar la atención de todos. Anthony no se sentó, caminó hasta su escritorio, abrió un cajón y sacó un sobre para entregárselo a Thomas.

-Ron vino hace un par de horas – murmuró – Me dejó esto para ti y se largó.

-¡Vaya! – Exclamó Tom recibiendo el sobre – Tiene palabra el guapetón.

Tony se rió y se sentó frente a Tommy para mirarlo fijamente. Hardy no se tomó la molestia de revisar el sobre, no le importaba en realidad si tenía dinero o basura, simplemente lo guardó en su mochila y se recargó en el sillón.

-Vi el vídeo esta mañana – Comentó Anthony – No he podido dejar de verlo, ¡peleas bastante bien! Tienes muy buena técnica y eres muy certero con tus golpes.

-¡Sólo estaba jugando! – se rió Tom – No tienen porque tomarlo en serio. De hecho también vi el vídeo esta mañana, cuando llegué al trabajo todos aplaudieron y me recibieron como un héroe. ¡Creo que exageraron!

-Pues creo que él único que no te estás tomando en serio eres tú – Exclamó Tony - ¡Venciste al campeón invicto! Ronnie tenía una muy buena racha, está en la cúspide de su carrera y ¡llegaste tú a opacarlo!

-Ronnie es muy confiado – Dijo Tom y bebió más agua – Descuidó su defensa y yo me aproveché de la situación, casi siempre comete el mismo error, pero creo que sus contrincantes no lo notan, porque es rápido.

-En eso no te equivocas – Murmuró Tony – Sí tú lo quisieras podrías ser campeón también y le arrebatarías los títulos a muchos, entre ellos a Ron. ¡Yo puedo ayudarte, Thomas! – Exclamó – Podría contactarte con un buen mánager y también podría entrenarte, ¿qué dices?

-¿Cómo buen mánager estás hablando del viejo Engström? – Preguntó Thomas mirando fijamente a Anthony, quién asintió.

-Aunque hay más mánagers dispuestos a todo con tal de que tú formes parte de su portafolio – Exclamó Tony – Pero Gustaf es uno de los mejores y más legales.

-Supongo – Dijo Tom levantando los hombros - Me prometió el sesenta por ciento, eso dice bastante de él. Aunque supongo que tiene sus mañas para poder quedarse con más.

-Entonces, ¿ya habló contigo? – Preguntó Tony y el chico asintió - ¿Qué más te prometió? Porque es bueno para engatusar el muy cabrón.

-Lo sé, por algo le dicen El Diablo, ¿no? – Exclamó Tommy – Me prometió todo lo que yo deseara, incluso.... – Dijo, pero no terminó su frase – No, eso no lo creo.

-¿Qué cosa? – Insistió Anthony – Voy a decirte que Gustaf fue mi mánager hace unos años y me llevó a la cima. Me dio todo lo que yo le pedí, incluso más. Pero yo fui muy impulsivo y tonto, tuve un accidente de motocicleta y eso fue lo que me sacó muy pronto de la jaula. Porque a estas alturas de la vida yo seguiría peleando y no entrenando a campeones.

-Ya veo – Comentó Tom - ¡Verás! Gustaf ha ido a mi casa y ya conoció a mi novia Claire... ella, ¡ella es invidente! Perdió la vista cuando era una niña y no hemos encontrado un donador, es estúpido, porque lleva años en lista de espera y ¡no hay nada! Ella ya perdió las esperanzas de recuperar la vista y... ¡Gustaf me dijo que él podría ayudarme en eso! No de forma directa, pero lo dejó entre ver.

-¡Tómale la palabra! – Exclamó Anthony – El Diablo me ayudó con el tratamiento de mi padre. Pagó la quimioterapia, sus terapias y liquidó la deuda con el hospital y su oncólogo. Yo le pedí eso y lo cumplió, a cambio de un contrato de cinco años.

-Es tentador – Dijo Tommy - ¿Por qué no lo conocí unos años atrás? – Se preguntó el chico – Como sea, quizá le tome la palabra y le firme su contrato por tres años. Ya que me imagino que a esta hora ya habrá visto el vídeo de la paliza que le di a Ronnie.

Tony y Tom se echaron a reír ante ese comentario. Era bastante cierto, Hardy le había dado una paliza y supuestamente como un juego, ¿cómo sería Tom peleando en serio? Seguramente un arma letal. Anthony suspiró y guardó silencio...

-¿Sigue en pie tu oferta, Barnes? – Preguntó Tommy al entrenador.

-¡Por supuesto, Thomas! – Murmuró este – Podemos comenzar desde ya con tu entrenamiento, pero antes, una última cosa.

-¿Qué cosa? – Preguntó el chico

– Si el Diablo te extiende un contrato, léelo en su totalidad. El viejo es muy mañoso y le gusta joder, ¡ya sabes!

-No te preocupes – Comentó Hardy poniéndose de pie – Seguiré tu consejo, ¡muchas gracias!

Tom y Anthony dejaron la oficina para dirigirse al gimnasio y comenzar con el entrenamiento. La mente de Tommy trabajaba a toda velocidad, ¿sería posible que Gustaf Engström pudiera ayudar a Claire? Eso estaba por verse.

~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~

Ron tomó su bebida y se recostó en la tumbona para relajarse. Recién había llegado de ver a Anthony Barnes y entregar el dinero para el gorila de Hardy. ¡Ese muerto de hambre se las iba a pagar! Aún no sabía de qué manera, pero ya se le ocurriría algo para ponerlo en su lugar y enseñarle quién mandaba. Mientras se relajaba, la imagen de su hermana Gina apareció delante de él. Ronnie abrió un ojo y la miró con sorpresa.

-¿Puedo ayudarte en algo, Gina? – Preguntó el joven.

-Eres el hazme reír de todos – Comentó la mujer sentándose a su lado – Incluso de nuestros hermanos menores, ¡hasta Mikel se ríe de ti! – Continuó – Papá se ha encargado de mostrarles el vídeo a todos...

-¡Ya cállate! – Gritó Ronald – Me tienen harto con eso, si no eres tú, es papá o gente que me llama solo para eso. He apagado el móvil – Dijo enseñándole su iPhone – No quiero que nadie me moleste, ¡fue un error! Es todo, no se va a acabar el mundo.

-Pero posiblemente tu carrera sí – Murmuró Gina – Como publicista, no debiste hacerlo, independientemente de lo que haya sido o de lo que estaba pasando por tu cabeza en ese momento, no deb....

-¡Qué te calles, Georgina! – Gritó su hermano – Ya te dije que estoy harto de lo mismo. ¡Pero el tal Hardy me las va a pagar!

-¿Qué vas a hacerle al papucho? – Preguntó Georgina.

Ron arqueó la ceja ante el comentario de su hermana y se echó a reír. Según ella, Hardy parecía un gorila y ahora...

-¡Eres una estúpida! – Se carcajeó Ron - ¿Esa cosa te parece atractivo?

-¡Sí! – Dijo la mujer – Lo estuve analizando a conciencia y me encontré su facebook personal. Lo único feo en él es su novia, la china esa – Comentó con desprecio - ¿Cómo puede andar con una mujer así? Discapacitada.

-No deberías expresarte así de Claire – Exclamó Ron – Yo no le veo nada de malo a la chica y el hecho de ser invidente no la hace menos que tú o que yo. ¡Es hermosa! Además de dulce.

-¿Y tú de dónde la conoces, estúpido? – Le preguntó Gina.

-¿A ti que te importa, imbécil? – Respondió Ron poniéndose de pie – Pero ya sé dónde voy a golpear a Hardy.

-¿Ah, sí? – Preguntó otra vez la hermana de Ronald - ¿Dónde?

-Voy a quitarle a Claire – Dijo Ron – Ella va a ser mía, voy a hacer todo lo posible para arrebatársela. Voy a hacer que ella lo odie y jamás quiera volver a verlo.

-¡Yo puedo ayudarte con eso, Ronnie! – Se rió Gina abrazando a su hermano – A mí me gusta Tommy, me parece muy tierno, como un oso de felpa.

Ron rodó los ojos pero comenzó a reírse. Gina sería una buena aliada para él, si ambos movían sus piezas, podrían darle jaque mate al rey y derribarlo.

~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~

Gustaf Engtröm esperaba afuera del edificio donde trabajaba Tommy. Se trataban de las oficinas administrativas de una fábrica de galletas y pastelillos. Varias personas entraban y salía, pero no podía ver a Hardy por ninguna parte. Se estaba cansando de jugar al gato y al ratón. Thomas le rehuía, de eso estaba seguro y parecía que el chico se estaba dando su importancia. Aunque, ¡qué rayos! El tipo se lo merecía y le rogaría un par de veces más de ser necesario.

Tommy se despidió de Timothy y salió del edificio. Bajó corriendo la escalinata y caminó veloz por la calle, para cruzar la acera y tomar el autobús que lo llevaría hasta su casa. ¡Necesitaba un auto! Pero con todas las deudas que tenían encima, el auto representaba un lujo que por el momento no podía tener. Suspiró y esperó a que el semáforo le indicara que podía cruzar, aunque una voz familiar hizo que se detuviera.

-¡Tommy, hijo! – Exclamó El Diablo deteniendo el auto - ¡Sube! Te invito un trago, ¡anda! Y más tarde te llevo a tu casa – dijo el hombre – Me urge hablar contigo y tal parece que necesito una cita previa para ello.

Tom se rió y subió al auto. No tenía ganas de tomar el autobús y además él también quería hablar con Gustaf, de hecho había estado tentado a llamarlo, pero había decidido hacerlo cuando llegara a su casa. Saludó al hombre, quién se puso en marcha de inmediato y se dirigieron a un bar cercano. Se sentaron en una mesa apartada del bullicio de la gente. La música sonaba e inundaba el lugar y Tommy puso cara de fastidio. ¡Música Country! Detestaba esa mierda, sin embargo el Diablo movía el pie de manera rítmica mientras los atendían.

https://youtu.be/J9fwSu8qEFE

-Quiero un whisky en las rocas, por favor. – dijo el hombre al mesero que se había acercado - ¿Qué vas a tomar hijo? – preguntó mirando a Tom.

-Una Coca Cola con mucho hielo – respondió el joven y el mesero se alejó.

-¿No bebes, muchacho? – preguntó sorprendido el Diablo.

-No señor, me cagan los borrachos. – dijo Hardy mirando a un grupo de ebrios que bailaban en el centro del bar.

-Haces bien, el alcohol te hace perder la cabeza. – exclamó Engström y guardó silencio mientras el mesero dejaba las bebidas en la mesa.

Tommy permaneció en silencio esperando a que Gustaf hablara y le dijera lo que le tenía que decir. Sabía para lo que lo había ido a buscar pero él no iba a decir nada hasta que el viejo hablara.

-¿Has pensando en mi propuesta? – preguntó el Diablo – Me gustaría saber qué es lo que piensas y si te interesa.

-Sí lo he pensando, señor. – respondió Hardy y bebió un sorbo de soda – Usted me dijo que podía darme todo lo que yo quisiera, ¿no es así?

-¡Sí, hijo! – respondió Gustaf - ¿Qué es lo que quieres? ¿Un auto, mujeres, efectivo? Pídeme lo que quieras y yo te lo daré.

-¿De casualidad tendrá un par de ojos? – preguntó el muchacho mirando fijamente al hombre - ¡Porque eso es lo que quiero!

-¿Un par de ojos para tu chinita, verdad? – dijo el Diablo rascándose la barbilla.

-¿Para quién más? ¿O acaso le sirven los míos? – exclamó Tommy con una sonrisa de burla.

-Déjame hacer unas llamadas y mañana te tengo una respuesta, ¿de acuerdo? – respondió Gustaf esbozando una gran sonrisa. Tommy se le había adelantado, ¿pero como negarle lo que deseaba?

-Está bien – suspiró Tommy – Tenemos años esperando un donante y ¡nada que llega! Claire ha perdido las esperanzas de recuperar la vista pero ¡yo no! Yo sabía que tarde o temprano íbamos a encontrar un donador.

-¿La amas, no es así? – preguntó Engström – Puedo ver que tu amor por ella es ese amor del que ya casi no existe en la tierra. Ese amor que mi madre sentía por mi padre y viceversa. Te admiro hijo, ¡eres grande! La gran mayoría hubiera pedido algo para ellos, dinero, lujos, ¡cosas materiales! Pero tú no, eres diferente y eso te hace especial y único.

-¡Quizá también soy egoísta como los otros! – exclamó Tom – Mire que lo he hecho esperar demasiado y le he dado muchas vueltas al asunto. Pero estoy dispuesto a firmar ese contrato por tres años y dejaré que usted maneje mi carrera.

-¡Eres una máquina, hijo! – sonrió Gustaf – Hiciste pedazos a Ronnie, ¡eso jamás había pasado! Él estaba invicto, nadie lo había vencido y mucho menos en un sparring.

-¡Pero eso no es oficial! – respondió Hardy – Él sigue estando invicto y sigue siendo un campeón. Lo de la otra noche fue como un juego de niños.

-Aún así, nadie lo había vencido y sé que para Ron no fue un juego de niños. Al menos él si lo estaba haciendo en serio. – dijo el Diablo y sonrió de lado.

-¡Cómo sea! – exclamó el joven – Estaré esperando su llamada, ahora por favor lléveme a casa.

-Por supuesto, hijo. – dijo el hombre e hizo una seña al mesero para pagar la cuenta y después abandonaron el lugar.

~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~

Tommy tomaba el desayuno junto a Claire. La chica estaba muy emocionada, ya que sus alumnos darían un nuevo recital dentro de un mes. Tom la escuchaba con atención, le gustaba ver a Claire así de feliz y orgullosa de su trabajo.

-Así que no hagas planes para ese día, Tommy. – exclamó Claire – Vas a acompañarme al teatro.

-¡Por supuesto! – respondió el chico y se levantó de la mesa para recoger los platos y besar a Claire con dulzura en los labios – Yo te acompañaré ese día y en todos los recitales que se presenten.

-Gracias, mi amor. – dijo la muchacha y también se levantó – Iré por mis cosas para irnos en un rato.

Tom murmuró un sí y sacó su móvil que llevaba en el bolsillo. El aparato estaba vibrando y en la pantalla pudo leer el nombre de Gustaf Engström. No dudó en responder esta vez y tomó la llamada inmediatamente.

-¡Buenos días, Tommy! – exclamó el hombre - ¿Tienes donde anotar?

-¡Buenos días! – respondió Hardy – Sí, por supuesto. ¿Qué sucede?

-¡Te tengo buenas noticias, muchacho! – dijo Engström – Anoche hablé con el Dr. Norman O'Brien. Los espera esta tarde en su consultorio, el hombre es una eminencia. Uno de los mejores cirujanos oftalmólogos del país. – exclamó el Diablo – Él va ayudarles, le he hablado de Claire y de ti. Necesita revisar a la muchacha y hacerle unos estudios. ¡Él sabe lo que tiene que hacer!

-¿A qué hora es la cita? – preguntó Tommy con emoción.

-A las seis – exclamó Gustaf dándole también los datos de la clínica del Dr. O'Brien.

-Gracias, ahí estaremos. – respondió Tom – Gracias de verdad.

-Aún no me lo agradezcas, hijo. – dijo el Diablo – Vayan a la cita y ya después hablamos. – añadió antes de colgar.

Tommy fue inmediatamente en busca de Claire, la chica estaba en su habitación guardando sus cosas. La abrazó con fuerza mientras la levantaba entre sus brazos y la hacía girar. Claire gritó sorprendida por la reacción de Thomas.

-¿Qué sucede, Tommy? – preguntó Claire - ¡Parece que acabas de sacarte la lotería!

-Es algo mejor que eso, mi amor. – comentó el muchacho – Acabo de hablar con Gustaf Engström.

-¿Y qué te dijo? – exclamó Claire.

-¡Qué vas a recuperar la vista! – gritó Tommy lleno de emoción – Esta tarde veremos a un cirujano. Él te va a valorar y es posible que pronto puedas volver a ver. ¿No es eso maravilloso?

Claire no dijo nada, estaba muy sorprendida. ¡No podía hablar! La chica temblaba como una hoja y se llevó las manos al rostro. Un sollozo se escapó de su garganta, ¡no podía creerlo! Lo que Claire más anhelaba era poder admirar el rostro de Tommy y con esa noticia que él acababa de darle, era casi un hecho. Thomas la abrazó y besó su frente, al menos el Diablo haría algo bueno por ellos.

~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~

¡Oh! ¿Será posible que Claire pueda recuperar la vista? ¿O es sólo un cuento del Diablo para embaucar a Tommy? ¿Ustedes que creen? Espero sus respuestas. ¿Qué les pareció este Round? Dejen sus comentarios y muchas gracias por leer.

#MaryCruz    

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