ROUND [EIGHTEEN]
Thomas bajó del taxi y caminó hasta la casa de Sandy, llamó un par de veces y esperó a que le abrieran la puerta. Sandy lo saludó al verlo, le dedicó una sonrisa y lo hizo pasar.
-Claire está en el tocador – Murmuró - ¿Quieres agua?
-Por supuesto – Respondió Hardy sentándose en una silla - ¿Cómo les fue en el ensayo?
-Estuvo bastante bien – Exclamó la morena desde la cocina – Hemos añadido tres temas más a nuestro setlist. ¡Si escucharas a Claire! – Comentó entregando el vaso con agua – De lo hermoso que canta va a conmover al corazón más frío.
-¡Eso ya lo sé! – Sonrió Thomas – La he escuchado cantar y me conmueve, ¿qué te puedo decir? ¡Yo la amo!
-Y yo te amo a ti – Se escuchó la voz de Claire, quien entraba en la estancia y se arrojaba a los brazos de Tom.
Hardy la envolvió entre sus brazos y la besó apasionadamente; una y otra vez la besaba y Claire sentía que estaba en el paraíso. Sandy los contemplaba enternecida, ¡no había duda de que eran la pareja perfecta! Los chicos se separaron un poco y Claire se puso colorada. Tommy le acarició el rostro con ternura y otra vez la besó con intensidad.
-¡Ya era hora! – Le susurró el hombre – Tenía que cobrar mi premio.
-¿Cuál premio? – Preguntó Claire con sorpresa – A veces no te entiendo, Tom.
-¡Ya te contaré! – Dijo entre risas – Es hora de irnos.
-¡Si me hacen el favor! – Bromeó Sandy – Los veo a ustedes y me muero de envidia... ¡necesito un novio!
Tom y Claire se echaron a reír ante el comentario de la morena. Se despidieron de la chica y salieron tomados de la mano, mientras caminaban lentamente por la acera.
-¿Qué es lo que tienes que contarme, Thomas? – Preguntó Claire - ¿De qué premio estabas hablando?
Tommy rió a carcajadas por un rato, hasta que sintió cómo la joven tiraba de su barba para llamar su atención.
-¿Me vas a decir o no? – Siguió preguntando.
-¡Sí, claro! – Suspiró Hardy – Lo que pasa que es algo hilarante – Continuó – Verás, hoy por la tarde, en el gimnasio me encontré a Ronald Engstöm, quién extrañamente te conoce y parece que me conoce muy bien a mí también.
-¡Sí, es un pesado ese tipo! – Exclamó Claire – Se me presentó cuando yo salía del baño, la vez que peleaste en ese casino y se hizo todo un alboroto porque ganaste – Sonrió la chica.
-¿Y por qué no me comentaste que lo conociste? – Preguntó Tom apretando delicadamente la mejilla de Claire.
-Porque se me olvidó, yo ni en cuenta con ese fulano, ¿cómo es? – Respondió Claire.
-Es guapo – Dijo Tom – Pero ¿quieres saber qué sucedió hoy?
-¡Sí, sí! Cuéntamelo todo.
Tommy comenzó a narrarle a Claire lo que había sucedido desde que puso un pie en el gimnasio. La chica lo escuchaba con atención, mientras caminaban rumbo a su departamento. A veces, Claire intervenía para hacer un comentario o lanzar una exclamación.
-Y el estúpido de Ronnie aumentó la apuesta – Murmuró Hardy – Cinco mil dólares más un beso tuyo – Se rió – Yo no iba a permitir que ese bastardo te besara, así que lo noqueé y lo dejé colgando contra las cuerdas – Finalizó Hardy y comenzó a reír a carcajadas.
-¡Tonto! – Gritó Claire y lo golpeó en el pecho.
-¿Y ahora qué, cariño? – Preguntó desconcertado.
-¿Cómo se atrevieron a meterme en sus asuntos? – Preguntó una Claire muy molesta - ¡Son unos idiotas! Los dos – Gritó y se soltó de Tom para caminar rápidamente, mientras buscaba en su bolsa su bastón.
-¡Espera, nena! – Gritó Tom – No te enojes, mi amor.
-Tu amor, ¡nada!
-Pero es que no podía permitirlo – Continuó Hardy caminando en pos de Claire – Me puse celoso, ¿vale? Ese Ron quiere algo contigo, ¡lo sé! Le gustas...
-Yo no puedo gustarle a nadie – Exclamó Claire deteniéndose - ¡Estoy ciega! Y lo único que inspiro en la gente es lástima. Así que no tienes porque ponerte celoso – Murmuró Claire - ¿Qué te hizo pensar que yo pudiera gustarle a un tipo cómo él?
-La manera en que habló de ti y por cómo me miró cuando lo dijo. – respondió Tom – No pasaste desapercibida para él, pese a tu condición. – dijo el chico – Y no debes hablar de esa manera, no debes menospreciarte. – exclamó y la abrazó por la cintura – A mí nunca me importó y no me importa si puedes ver o no. Yo te amo por cómo eres y por quién eres.
Claire se dejó envolver en esos enormes brazos tan cálidos y protectores; y también lo abrazó con fuerza, recostando la cabeza en el pecho del hombre. Tommy suspiró y se inclinó, sujetando suavemente la cabeza de la chica con la mano y besándola, en un principio, de una forma lenta y pausada; rozando apenas sus labios. Claire se aferró al cuerpo del hombre a medida que el beso se intensificaba, la lengua de Hardy exploró su boca y ella se entregó en ese beso; mordiendo tiernamente el labio inferior de Hardy.
-¡Ay, Tommy! – Gimió Claire - ¡Te amo! Me haces sentir tan perfecta y especial...
-Porque así lo eres, mi hermosa niña – Respondió Tommy y juntos entraron en su departamento.
Tommy cerró la puerta y Claire se abalanzó a sus brazos para besarlo; lentamente y sin prisa alguna. Las manos de la chica le acariciaron la espalda y su sedoso cabello, mientras que Tommy le masajeaba el trasero sin ninguna intención de separarse de ella. Fue un beso larguísimo y apasionado, sin embargo, la falta de aliento los obligó a separarse. Tom acarició el rostro de Claire y ella hizo lo mismo con el del chico.
-¡Estás sonriendo! – Murmuró Claire y también sonrió.
Tom besó la nariz de la muchacha y se apartó un instante de la joven, se acercó al reproductor de música y lo conectó a su teléfono, mientras buscaba una canción. El chico tomó a Claire de la mano y la condujo al centro de la sala, tomándola por la cintura. La chica le echó los brazos al cuello y ambos comenzaron a bailar, moviéndose junto con la melodía que resonaba en la habitación.
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¡Esa canción! Era una de las favoritas de ambos, ya que compartían su gusto por Anathema. Claire se recargó en Tommy, sintiéndose fuera de ese mundo. Tommy susurraba suavemente la letra de la canción y la voz de Claire le hacía eco, cantando junto con él.
-Lift my mind to the light because I'm frozen... Lift my eyes to the sky because I'm searching... Reach for my hand and take me away... Away from this place because I know I don't belong here...
Claire se estremeció al sentir el tibio aliento de Tom rozando el lóbulo de su oreja, para después dar paso a su lengua que dejó un húmedo camino hasta su cuello. Ella gimió sin poder contenerse, presionando su frágil cuerpo al de su amado, frotándose contra él y pidiéndole en una súplica silenciosa que la poseyera. La boca de Tommy encontró la de Claire y la besó con ahínco, deseo y pasión. Las manos del hombre recorrieron el cuerpo de la joven, acariciándolo con lujuria.
Rápidamente, Claire se deshizo de la camiseta de Tommy y tocó su pecho al tiempo que el calor del cuerpo masculino la embriagaba. Él gimió al sentir las manos de la chica sobre su piel y las tomó entre las suyas para deslizarlas por todo su pecho. Claire se dejó llevar por ese sentimiento de paz que la embriagaba, experimentando bajo sus palmas los latidos del corazón de su amado. Tommy volvió a besarla, introduciendo su lengua en su boca, jugueteando con la lengua de Claire que lo recibió con deseo. Él buscó el cierre del vestido de la joven y lo bajó. El vestido resbaló hasta el suelo, dejándola únicamente en bragas y sostén.
-¡No tienes idea de lo sensual que eres! – Murmuró Thomas colocándola de espaldas a él.
La chica tiritó cuando Tom desabrochó su sostén, ella lo lanzó al piso para que las manos de Tommy cubrieran sus senos y comenzara a acariciarlos, eso le provocó una descarga eléctrica y gimió cuando sus sexys labios le recorrían los hombros. Tom la ciñó con fuerza. ¡La deseaba! Claire podía darse cuenta al experimentar su erección contra su trasero, comenzó a frotar su trasero contra él, provocándolo y haciéndolo gruñir. Las manos de Hardy no dejaban de tocarla, descendiendo por su vientre hasta detenerse en el elástico de sus bragas. Él deslizó la prenda por las piernas de la chica, quién las hizo a un lado con el pie.
La mano masculina rozó su feminidad y ella dejó escapar un leve chillido de placer cuando sus expertos dedos se abrieron paso a través de sus pliegues, hundiéndose dentro de ella, explorándola y haciendo que perdiera el juicio. Las caderas de Claire se contoneaban con ritmo lento y cadencioso. La boca de Tom buscó la de ella y sus labios se unieron en un beso húmedo y lleno de erotismo. Claire dejó escapar un nuevo gemido, mientras que los dedos de Hardy entraban y salían con delicadeza. La chica ya estaba demasiado húmeda y caliente, pero necesitabas más, ya no unas simples caricias. ¡Pero qué caricias! Estas habían logrado ponerla al cien y parecía un volcán a punto de hacer erupción.
-¡Tommy, te amo! - Gritó al sentir la llegada del orgasmo que la sacudió por completo.
Tom no respondió, solo la besó con infinito amor y la tomó entre sus brazos para llevarla hasta el sillón dónde la acomodó y se colocó de rodillas delante de ella mientras besaba su vientre; lentamente le abrió las piernas y besó sus muslos. Claire gimió por milésima vez, ¡apenas intentaba recuperarse de un orgasmo! Pero parecía que él estaba disfrutando al verla gozar y como siempre, estaba segura que terminaría totalmente satisfecha y complacida.
La lengua de Hardy le recorrió su sexo mojado, la espalda de Claire se arqueó y echó la cabeza hacia atrás, recostándose en el respaldo. Sus manos se aferraron a su cabeza y comenzó esa divina tortura. Sus labios, sus dientes y su lengua estaban haciendo maravillas ahí abajo. Ella dejaba de gemir y suspirar, murmurando el nombre de Tom y lo mucho que lo amaba. La mano de Claire se aferró a los cabellos de Tommy y le pidió que continuara con esas deliciosas caricias que solamente él podría otorgarle. El cuerpo de la chica se convulsionó y se retorció al sentir cómo su lengua entraba y salía de su sexo, ¡ya no podía más!
Tommy levantó la mirada y pudo ver el rostro de Claire, estaba ya muy excitada y en cualquier momento iba a estallar (de nuevo). Sus labios entreabiertos dejaban escapar sonoros jadeos de satisfacción. Sus dientes mordieron su labio inferior, al tiempo que él se daba cuenta que otro orgasmo estaba por llegar. Las manos de la chica se aferraron al asiento del sillón y un nuevo grito salió de la garganta de Claire, alcanzando la cúspide y sintiendo la brisa del verano sobre su rostro.
Tom se puso de pie y se sentó a su lado. Ella se abalanzó sobre él para besarlo otra vez, ¡no se cansaba de hacerlo! Para ella, esos besos eran la gloria y él le correspondió con la misma intensidad. La boca de Claire se separó de sus labios para recorrer su cuello y su pecho, mientras que sus manos trataban con desesperación de desabotonar sus pantalones. Con una dulce carcajada, él se dio cuenta de su intento fallido por terminar de desnudarlo y le ayudó a desprenderse de las últimas prendas que estaban en su cuerpo para quedar completamente desnudo. Las manos de Claire lo llenaron de caricias y le cubrió el rostro con muchos besos, así como su cuello y sus hombros. Para ella, Tommy era perfecto, le gustaba sentir el roce de los vellos de su cuerpo contra el suyo, así como de su barba crecida y descuidada. Las manos de Claire continuaron tocándolo hasta detenerse en su rígida masculinidad que se erguía imponente, sin más, la tomó entre sus manos para acariciarla. Él gruñó, pero cerró los ojos para dejarse llevar por las exquisitas sensaciones de ese tacto.
Claire esbozó una sonrisa traviesa mientras continuaba con las caricias, le complacía escuchar sus gemidos y gruñidos y sentir ese estremecimiento de su cuerpo. Sabía que él también estaba disfrutando tanto como ella y se sintió feliz al saber que lo tenía a su merced. De pronto, la mano de Thomas la detuvo y ella protestó.
-¡Oye!
Tommy no le respondió, la empujó lentamente al sillón y se colocó encima de Claire, hundiendo el rostro en su cuello para recorrerlo con sus besos y después pasear su barba por los senos hinchados de la joven. Claire se arqueó y gimió; después volvió a besarlo. Fue un beso urgente y cargado de deseo, dónde le daba a entender que era el momento perfecto para que la hiciera suya. La reacción de Tommy no se hizo esperar, se separó de su boca y tomó uno de sus pezones con sus labios para lamerlo y succionarlo. Claire gritó de placer e instintivamente rodeó sus caderas con las piernas, frotando su pelvis contra su erección. Tom continuaba deleitándose con sus senos y ella no paraba de gritar que no dejara de hacerlo, que le encantaban todo lo que su boca provocaba en cada parte de su cuerpo. Ambos estaban llegando al borde de la demencia, ¡pero era tan hermoso! Una hermosa locura... Claire lanzó un nuevo grito cuando Thomas entró en ella una fuerte embestida.
Las manos de la chica se aferraron a sus hombros y su cuerpo de arqueó para recibirlo por completo, mientras empujaba sus caderas, Tommy la sujetó con firmeza por las caderas y comenzó a moverse, primero de manera lenta y cadenciosa, deseando que se acoplara a él. Claire imitó sus movimientos casi al instante para seguirle el ritmo que había comenzado como una balada romántica. Sus bocas se unieron de nuevo, saboreándose, degustando su sabor, mordiéndose y chupándose. El ritmo de las acometidas fue in crescendo, las uñas de Claire se clavaban en la espalda de Tommy, mientras ambos gemían incontrolablemente. El sudor bañaba sus cuerpos en tensión que estaban a punto de colapsar.
-¡Te amo! – Susurró Tom en su oído – Te amo como jamás creí amar a alguien.
-Yo también te amo, Tommy – Respondió la chica entre jadeos – Tú me llenas y eres mi amalgama perfecta.
El orgasmo los arrastró como una ola, llevándoselos lejos, hasta las profundidades del mar. Sus cuerpos se tensaron más, fundiéndose en un abrazo y sus bocas se unieron en un beso largo y lleno de amor, para alcanzar juntos la gloria.
~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~
Gustaf Engtröm entró en la habitación de Ronald. Su hijo aún roncaba a pierna suelta, a pesar de que ya pasaba del medio día. Abrió las cortinas y las ventanas para después acercarse a la cama y jalar de un golpe las sábanas. Ronald gruñó y se dio la vuelta para seguir roncando, pero su padre se lo impidió, lanzándolo fuera de la cama. Ron cayó al piso y se quejó. El Diablo contempló con desagrado el rostro amoratado de Ronnie.
-¡Arriba, arriba! – Le gritó dando palmas – Hora de levantarse, ¡haragán!
Ron se puso de pie y miró a su padre, pero rápidamente se dio la vuelta al recordar la paliza de la noche anterior.
-¿Qué sucede, padre? – Preguntó el muchacho.
-¡No te hagas el disimulado, grandísimo bruto! – Gritó Gustaf - ¡Mírame, bastardo! ¡MIRAME!
El chico se dio la vuelta y se colocó frente a su padre. Gustaf le dio una bofetada, pero Ronald no se quejó.
-¿En qué estabas pensando, pedazo de imbécil? – Preguntó Gustaf - ¡Todo el mundo se está burlando de ti! Prácticamente fuiste vencido por un peleador amateur – Murmuró frotándose la sien - ¡Y era un sparring! – Suspiró - ¿No has visto el vídeo? En casi doce horas lleva más vistas que el tráiler de los Vengadores en un día. ¡Hasta tienes un meme!
-Yo estaba con la guardia baja – Balbuceó Ronald, que no se atrevía a enfrentar a su padre.
-¡Guardia baja mis pelotas! – Gritó el Diablo frotando su entrepierna con la mano - ¿Cómo vas a salir de ese embrollo? ¿Por qué lo hiciste? – Preguntó.
-Creí que nadie me iba a tomar la palabra – Respondió resignado - ¡Pero apareció ese bruto! Y se lo tomó muy en serio. ¡No sé qué me pasó! – Exclamó Ronnie – Pensé que iba a ser pan comido. Pero ¡me equivoqué! El gorila es una máquina de matar.
-¡Ay Ron! – Dijo su padre rodeándolo con su brazo – No cabe duda que no piensas, puede más tu testosterona, hijo. Pero ¿sabes algo? – Comentó el hombre – Me alegra que alguien te haya puesto en tu lugar y te haya dado tu merecido. Así la próxima vez te lo piensas dos veces antes de ser tan presumido y altanero. ¡Esa actitud tuya no te va a llevar a ningún lado, Ronnie! Entrena más y, ¡por favor! Trabaja en tu humildad.
-De acuerdo, Diablo – Respondió el joven.
-¡Soy tu padre, mocoso malcriado! – Gritó Gustaf y le golpeó el hombro - ¡Cinco mil dólares costó tu humillación! Qué poco te valoras, hijo. Eres una vergüenza – Murmuró el hombre y salió de la habitación.
-¿Por qué le gritas a mi hermano? – Intervino Georgina, la hija mayor – Tus gritos resuenan por toda la casa, ya hasta asustaste a Mikel con tu alboroto.
-Porque tu hermano es un imbécil, ¿ya viste el vídeo?
-La zorra de Hannah lo publicó en youtube – Murmuró Georgina – Tiene millones de reproducciones. ¡Pero no es culpa de Ronnie! Es culpa de ese barbaján llamado Thomas Hardy.
-¡Cállate, Gina! – Murmuró su padre – Si no sabes, ¡no hables! Tú hermano tuvo la culpa y me alegro que lo hayan puesto en su lugar.
La mujer estaba a punto de decir algo, cuando apareció la niñera de Mikel, llevando al hijo menor de Gustaf, que apenas tenía dos años, fruto del cuarto matrimonio el hombre. El Diablo tomó al bebé en brazos y caminó, dispuesto a bajar la escalera.
-¡Deberías hacer algo con el tal Hardy! – Continuó Georgina.
-¡Y tú deberías irte a la cocina! – Gritó el hombre – Tráeme un té, porque con las estupideces de tu hermano, me dolió la cabeza. Y también traes el almuerzo de tu hermano.
Gina bufó molesta y bajó velozmente la escalera, mirando con rabia a su padre, quién sonreía ante el pequeño Mikel que le acariciaba tiernamente el rostro.
-¡Por supuesto que haremos algo con Hardy! – Dijo Gustaf mirando al bebé - ¡Le vamos a extender un contrato por tres años, más una linda oferta que no va a poder rechazar!
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Tommy y Ron van a ser rivales y no sólo en la jaula. Ron tiene cierto interés por Claire y eso puede traer problemas para la pareja. Además, quizá Georgina pueda comenzar a tener interés por Hardy, ¡no lo sé! Eso ya lo veremos. ¿Qué les pareció este capítulo apasionado y ardiente? Espero sus comentarios y gracias por su apoyo.
#MaryCruz
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