ROUND [EIGHT]
Tom abrió mucho los ojos y ahogó un sollozo, ¿qué estaba diciendo? ¿Enfrentamiento? ¿Will muerto? No podía creerlo, hacía unas horas había hablado con él, estaban bromeando como siempre y riendo por estupideces. Tom se recargó en el marco de la puerta y se cubrió los ojos con el brazo.
-¿Saben en dónde está? – Preguntó el chico.
-Está en la morgue, señor Hardy – Murmuró – Su amigo tenía una tarjeta con sus datos y los de su hermana, ella está en la morgue y se hará cargo de todo.
-Muchas gracias oficial – Comentó Tom y cerró la puerta.
Claire estaba junto a él y lo abrazó con fuerza. Él ya no pudo resistirlo y se echó a llorar amargamente. Ella lo acariciaba y le susurraba frases de consuelo. ¡Qué dura era la vida de Tom! Dijo Claire para sus adentros. Se estremeció al escucharlo llorar tan amargamente y también lloró con él.
-¡No es justo, Claire! – Gritó Tom – Este es el momento más triste, ¡no creí que la tragedia volvería presentarse! Teníamos un sueño estúpido, ¿sabes? Pero ese maldito negocio nos sacó de pobres y pensábamos seguirlo a lo grande – Se rió con amargura – Íbamos a independizarnos y mandar al demonio a Dash.
-¿De qué hablas Tom? – Preguntó Claire - ¿Qué negocio? – Volvió a preguntar la chica con interés
-¡Drogas! ¿Qué más? – Le gritó Tom – ¿Por qué crees que regresé a la escuela? ¡Will me lo sugirió! Ahí dentro se vendía como el pan, ¡todos deseosos! Y yo era quién surtía el producto ahí dentro – Murmuró apretando los dientes - ¡Maldita sea! Vivimos como temerarios por un tiempo y ¡a él le tocó pagar el precio! ¿Por qué tuvo que morir? – Preguntó.
-¿Por qué lo hiciste, Tom? – Lo cuestionó Claire.
-¿Cómo qué porqué? ¿Acaso no era obvio? – Gritó el chico - ¿Cómo crees que iba a mantener a mi madre enferma? – Volvió a gritar aún más fuerte - ¡Teníamos deudas! Y mi trabajo en el supermercado, barriendo y acomodando los productos no era suficiente, ¡necesitaba más! Y Dash me daba lo que necesitaba, ¡era la única forma de ayudar a mi madre y no morirme de hambre!
-Pero, ¿por qué a costillas de otros? – Lo interrumpió Claire.
-¿No lo entiendes? Los niños "bien" son los que mejor la pagan y los que más consumen. No era mi puto problema – Exclamó Tom – A mí no me importaban ellos, a mi no me importaba nadie; si ellos se hundían en el vicio era asunto suyo. ¿Qué fui egoísta? – Murmuró - ¡Todos somos egoístas! Porque cuando eres pobre y no tienes nada, siempre se busca la manera de tener algo. ¡Yo lo hice por necesidad! Porque mi madre se estaba muriendo y eso me exonera de mis culpas – Dijo mirando fijamente a Claire.
La chica podía sentir la ira y la frustración en Tom, sabía que su consciencia hasta cierto punto estaba tranquila. Él tenía razón, había quiénes lo hacían solo por gusto; ganando dinero fácil y derrochándolo en banalidades, ¡pero él no! Quizá Will lo hizo por gusto o, tal vez como Tom, él también se vio orillado por la necesidad. Se acercó a Tom y lo abrazó de nuevo.
-Te entiendo, cariño – Comentó la chica – Quizá no fue la mejor manera, pero era la única salida que tenías.
-Debo llevarte a casa – Murmuró Tom limpiándose las lágrimas – Ya es muy tarde y el señor Kwan se va a enojar conmigo y me prohibirá verte otra vez.
-No si le decimos lo que pasó – Exclamó Claire y lo abrazó otra vez.
-¡Gracias por estar conmigo! – Dijo Tom y la besó suavemente en los labios.
-¡Jamás voy a dejarte, Tom! – Susurró Claire – Necesitas de mi apoyo, ¡no voy a dejarte solo!
-Eres lo único que tengo, bonita. – sollozó Tom – Me he quedado solo, ya no tengo a nadie. Y ahora que lo pienso, todas mis ilusiones, mis sueños se han venido abajo. ¡No voy a seguir en lo mismo! Pero tampoco voy a poder seguir en la escuela, tendré que buscar otra forma para ganarme la vida y no convertirme en un vagabundo.
-Hablaré con papá – exclamó Claire – Él podrá ayudarnos, porque ¿sabes? Nos iremos a Nevada. Papá consiguió un nuevo empleo y yo, bueno, obtuve una beca en una escuela de arte. Estudiaré canto. – dijo la muchacha.
-¿Cómo que te vas? – gritó Tom exaltado - ¿No que no me ibas a dejar solo?
-¿Por qué no vienes con nosotros? – respondió Claire.
-¡No voy a ser una carga para tu padre! – gritó Tom – Él no va a aceptarlo, no es su asunto. Sabes muy bien que no soy de su agrado. Por mucho que él se empeñe en decir que soy un buen chico, en el fondo sabe que soy la clase de tipo que no le conviene a nadie. – exclamó – Me quedaré aquí y saldré adelante como yo pueda, tu puedes seguir tu vida y yo continuaré con la mía, es lo mejor.
-¡No! – gritó la muchacha – Te dije que no iba a dejarte solo, en todo caso yo me quedo aquí, junto a ti.
-¡No! – respondió el chico – No te vas a quedar aquí, vas a irte con tu padre y aprovecharás esa beca. Eres buena como cantante y no debes dejar perder esa gran oportunidad de sobresalir.
Claire estuvo a punto de decir algo pero el timbre de la puerta sonó. Tom la abrió y vio a un molesto señor Kwan que lo miraba con el ceño fruncido. Claire también sintió la presencia de su padre e inmediatamente dijo.
-Acabamos de recibir una mala noticia – exclamó la muchacha – Will ha muerto en un tiroteo.
-¿Qué estás diciendo? – preguntó el señor Kwan con el rostro más relajado pero sin ocultar su sorpresa - ¿Cómo que murió? ¿Qué fue lo que pasó, Tom?
Tom le indicó que pasara y lo condujo a la sala para que se sentara. El señor Kwan tomó de la mano a Claire y la sentó a su lado. Tom se sentó frente a ellos y se llevó las manos a la cabeza.
-Will fue con Dash, iban a arreglar cuentas. – dijo el muchacho – Usted sabe lo que hacíamos. Habíamos tenido algunos problemas con un nuevo proveedor, él quería ganar todo el mercado, acapararlo. A Dash no le había parecido eso y bueno, quitó algunos estorbos del camino. Supongo que fue un ajuste de cuentas. Will estaba ahí, en el momento menos indicado. Ahora está muerto y yo estoy solo.
El profesor lo escuchó con atención y guardó silencio. Él conocía los motivos de Tom, en realidad no era un mal muchacho. Nunca había tenido malas intenciones, sólo estaba desesperado y solo sin el apoyo de nadie. Era lógico que en Will encontrara algo más que un amigo. Pero ahora él debía hacer algo por ese muchacho, no iba a permitir que terminara en las calles de nuevo. O peor aún, ¡que terminara como Will! El chico tenía futuro y podría hacer algo grande. Suspiró y lo miró fijamente, Tom tenía los ojos llenos de lágrimas y sollozaba, estaba muy triste y con justa razón, ¡había perdido a su mejor amigo!
-Sé que tu vida no ha sido fácil, Tom. – exclamó Kwan – Y este es otro duro golpe que tienes que soportar. Pero no estás solo, nos tienes a Claire y a mí. Nos has mostrado tu fortaleza y te admiro por ello. – dijo el hombre – Claire y yo nos mudaremos el mes que entra.
-¡Lo sé! – murmuró Tom – Ella me lo ha dicho y yo les deseo lo mejor. Al final creo que no estudiaré la universidad, señor Kwan.
-¿Por qué no vienes con nosotros? – preguntó el profesor – Donde comen dos, pueden comer tres o cuatro. No pienso dejarte aquí Tom, esos hombres son peligrosos. Te han visto con Will, con Dash y vendrán a buscarte. Y si ellos no lo hacen, la policía lo hará. No me gustaría que fueras a la cárcel, ellos no van a entender tus motivos así como Claire y yo los entendemos.
Tom se quedó pensando, el señor Kwan tenía razón. Si la policía investigaba el caso, de alguna manera iba a hacer que cayeran las cabezas y él tenía mucho que perder. Lo mejor sería tomarle la palabra al maestro e irse a vivir con ellos. Así estaría más cerca de Claire y seguiría estudiando. También buscaría un empleo y un sitio donde vivir. Estaba su dinero y el de Will.
-¿Qué dices Tom? – preguntó Claire sentándose a su lado y tomándolo de la mano - ¿Vienes con nosotros?
-¡Sí! – respondió el muchacho acariciando las mejillas de la chica – Iré con ustedes, pero será sólo temporal.
-Está bien – dijo el señor Kwan – Creo que nos iremos antes de lo planeado, no quiero que la policía te atosigue. Hablaré con unos colegas y te buscaré un sitio en la Universidad de la Vegas, es una universidad pública pero es muy buena.
-Se lo agradezco mucho, señor Kwan. – respondió Tom poniéndose de pie – Ya le debo muchas.
-No tienes porque agradecer – dijo el hombre – Ahora ven con nosotros, no es bueno que estés aquí solo. Toma tus cosas, los esperaré abajo.
El señor Kwan dejó el departamento y rápidamente Tom tomó una maleta y guardó sus pocas pertenencias. Sacó el dinero que tenía y hurgó en el cuarto de Will para sacar la parte de su amigo. Le daría el dinero a la hermana del chico, él se lo había ganado. Momentos después salió de su habitación y caminó hasta donde estaba Claire para indicarle que era momento de partir. Tom miró por última vez el departamento y suspiró, se había llevado más recuerdos que ropa. Cerró la puerta y bajo despacio las escaleras para reunirse con el señor Kwan.
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El funeral de Will fue muy triste y deprimente. La hermana del chico lloraba a grito abierto y se lamentaba la pérdida de su hermano. Tom sabía la razón, su amigo era el sustento de su familia y de una forma u otra se hacía cargo de la numerosa prole de su hermana mayor. Tom escuchaba con atención las palabras del ministro y movía la cabeza, suspirando. Detrás de él se encontraban el señor Kwan y Claire, que también lo habían acompañado.
Después del servicio, Tom se acercó a la hermana de Will y la abrazó con fuerza. La mujer volvió a deshacerse en llanto en el hombro de Tom mientras que él le daba palmaditas en la espalda.
-En este bolso – Dijo el chico tendiéndole un pequeño maletín – Está el dinero que Will había estado ahorrando, espero que te sea de ayuda – Comentó el chico.
-¡Tom, te mereces el cielo! – Gritó la mujer - ¡Gracias!
-No era mi dinero, ¡él se lo había ganado! – Murmuró – Sé que no es mucho, pero te puede servir para los niños – Comentó – Y esta es mi parte para ayudarte con los gastos del funeral – Continuó mientras le daba un sobre – Ahora debo irme, pero estaré pendiente de ustedes. Me iré a las Vegas, espero conseguir un buen empleo y así podré enviarte algo.
-¡No es necesario! – Dijo la hermana de Will tomándolo de las manos - ¡Tú tienes que estudiar!
-Lo haré, pero también debo trabajar – Exclamó el chico – Pero no por ello me olvidaré de ustedes. Ustedes me trataron muy bien y ahora me toca a mí ayudarles un poco.
-¡Eres tan bueno, Tom! – Dijo la mujer y lo abrazó – Will no se equivocó respecto a ti – Sonrió.
Tom le devolvió la sonrisa y se despidió de los sobrinos de Will. Caminó hasta dónde se encontraban Claire y su padre. Abrazó a la chica y la besó en los labios, después la tomó de la mano y abandonaron el cementerio.
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Este fue un capítulo corto, pero espero que los siguientes sean un poco más extensos. Arrancaremos con la segunda parte de esta historia, la nueva vida de Tom. Seguramente los problemas no van a terminar de surgir. ¿Qué les pareció? Espero sus comentarios y muchas gracias por leer. ¡Hasta mañana!
#MaryCruz
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